Partida Rol por web

La posada de Dain el manco es un lugar hospitalario y agradable, un punto de reunión acogedor donde poder relajarse, escuchar historias y beber buena cerveza de barril para los mineros que trabajan las duras rocas de las Colinas de Hierro. 

Su dueño y también el encargado de la posada, Dain, era un minero que perdió un brazo en una expedición por culpa de un derrumbamiento imprevisto. Desde entonces, con el dinero que había recaudado dirigió su vida a algo más tranquilo.

Aquel día se encontraban muchos enanos en la posada, y muchos se reunian en torno a una mesa para escuchar las aventuras de Thumlin Hacharrota, un entrañable vecino que había partido en el invierno a Bree para ayudar a un elfo llamado Thorom a destruir una runa misteriosa. Allí hablaba de orcos, trolls, elfos que no eran tan arrogantes como ellos habían oido, e incluso contaba como había sentido la perdida de uno que falleció en el camino, con el cual tuvo sus más y sus menos al principio pero luego se hicieron buenos amigos, hasta el día de su muerte. Habían formado un grupo variopinto con elfos, hombres y según les dijo, les acompañó un personaje de una raza extraña llamada hobbit, al cual Thumlin sacaba varios centimetros de altura. Contaba historias de una batalla en las tierras de Rohan y hablaba de las magnificas fortificaciones que los hombres habían construido allá en Gondor, en aquella ciudad que llamaban Minas Tirith. 

Incluso Dain estaba absorto en las historias que Hacharrota contaba.

Era una noche tranquila y agradable en la taberna de Dain, como de constumbre.

Así que al final mi prropio marrtillo pudo romper la maldita runa... contaba. ¡Brrr! Si lo hubieramos sabido antes, cuantos problemas nos hubieramos evitado...

Thumlin se fijo en ese preciso instante en que su jarra estaba más vacia que una cueva de trasgos cerca de un campamento enano y pidió otra cerveza.

¡Dain! halagame con otra de tus jarras de brebaje espumoso. JOJOJO

me acerco a dain y le comento en voz baja que me de la ceveza de thumlin que ya se la lleo yo

ya le llevo yo la cerveza que te veo un poco ajetreado

Dain llena la cerveza hasta el borde de la jarra y permite a Efrit que la lleve.

Muchas gracias muchacho, yo no puedo abarcar todo con un solo brazo.

Sentado sólo en una de las últimas mesas, jugando con una moneda entre sus dedos escucha pensativo la historia. Acordándose de sus propias miserias una lágrima recorre su mejilla. Levanta la mirada y grita al posadero:

Otra cerveza de mi cuenta para el valiente romperunas!!! , Brindo por ti , enano!!

Thumlin alza la jarra hacía Kron en señal de agradecimiento.

¿Yo solo no se si podrre, porque no vienes a acompañarrme en esta tarrea?

Dijo movimiendo una banqueta con el pie y ofreciendosela a Kron.

Será un Honor , hermano. Dice Kron levantándose de su silla .Camina con la jarra en su mano izquierda , se sienta en la banqueta y después de dar un largo trago a su cerveza la deja con fuerza en la mesa, produciéndose un sonido metálico.

Me llamo Thumlin Hacharrota. Vengo de un larrgo viaje al Sur, perro siempre he vivido aquí. Probablemente conzcais a alguno de mis primos. Mi apellido es conocido y dificil de olvidar. Dijo acercando la jarra al enano. ¿Y tu erres...?

sr. hacharrota aqui le traigo otra cerveza, que veo que  tiene la garganta mas seca que el gran desierto del sur

digo mientras le hacerco otra jarra de la mejor cerveza enana que se puede pagar

me gustaria que me explicara los rumores que recorren las tierras

Vaya, gracias, parrece que voy a volver dando tumbos a casa JOJOJO. Dijo dandole una sonora palmada en la espalda al recien llegado. Perro me parrece que no se de que rumorres me hablas.

solo preguntaba, ya queun enano tan experimentado como tu escuchara mil historias de mil criauras distintas

despues bebo un trago de la jarra que tengo delante

Entro en la taberna con aire superior. Mirando por encima del hombro a la gente hasta que veo al tabernero: Eh, tú, Dain, o como narices te llames. Una oscura por favor. Bien espumosa y hasta arriba. Oigo de fondo el nombre de Hahcharrota. Vaya un  sobrenombre. No es que sea muy honorífico. ¿No es así?-Me dirijo entonces al tal Hacharrota.-Salve señores.-digo, sin mirar a los otros dos enanos, concentrado mordiendome una uña de mis anchos y curtidos dedos.

Thumlin se sintió ofendido en lo más profundo de su ser. ¿¡Qué no es muy honorifico!? ¡pero que sabra este tipo! Pensó enfadado, sin duda no sabía con quien trataba.

¡Eh tú, mascanueces! Le dijo al recien llegado. No sabes de que hablas. Mi apellido viene de muy buena familia. Los enanos no tienen apellido hasta que no lo ganan, ¡como debe ser!. Nosotrros lo conseguimos cuando trras una guerra en la que trrols, orcos y huargos participaban, ninguno de nosotrros conserrvamos nuetro hacha. ¡Todas rotas! ¡Rotas y llenas de visceras de esas horribles crriaturas!. Desde entonces todos llevamos marrtillo y este bonito apellido. Thumlin había sacado un martillo que blandia y que, hasta ese momento, nadie había visto.

Soltó un gruñido mirando con fiereza al enano. Y si quieres comprobarlo mi buen Forrjaviudas se encargarrá de demostrarlo. Sonrió y acarició el martillo.

Oh, tranquilo maese Hacharrota, no era mi intención ofenderle. Y, si quiere usted que le sea sincero, yo también prefiero los martillos a las hachas.-Después de decir eso me descuelgo un martillo de guerra de la espalda, un martillo a dos manos con la cabeza cúbica y con muchísimos adornos  rúnicos y algún que otro motivo élfico. Este es mi fiel martillo Odôledale. Aunque siempre llevo un hacha de batalla cerca, la que pasó de mi tatarabuelo a mi bisabuelo, a mi abuelo y a mi padre. Todos han sido herreros,aunque no se ganasen así la vida, dado que eran acaudalados, sin duda, y yo también lo fui, en su momento, ahora me dedico al arte de la guerra. Y a eso he venido, a entrar en las filas enanas, siempre que no haya algo más interesante que hacer. Je, je, je.-Digo mientras me meso mi parda barba, apoyado mi codo en el amrtillo que está vuelto y esperando a beber la cerveza oscura que el manco Dain ha de traerme.

El enano se tranquilizó y volvió a dejar su martillo junto a la cota de malla que tenía en el suelo con el petate y demás pertenencias. Sus ropajes eran bastante ostentosos aunque algo harapientos, llenos de polvo de camino. Se pasó la mano por las pronunciadas entradas de su frente y se ajusto la trenza que recogía el cabello sobrante. Su cara estaba cruzada en horizontal por una fea cicatriz. Luego se mesó la larga barba pelirroja y miró al recien llegado con sus ojos de color similar al pelo.

Si no buscas problemas sientate con nosotrros y dinos tu nombre. Le ofreció con un mano abierta señalando una silla.

Apoyo el pie derecho en la silla:Îbal, mi nombre es Îbal, hijo de Doin.-Digo con voz autoritaria. Luego, acaricio mi sobretodo de terciopelo azul bordado. Gracias por el ofrecimiento, maese Hacharrota. me ajusto el cinturón de la hebilla de plata. Mis ropajes son muy ostentosos, llenos de bordados, metales y piedras preciosas.

Bueno... La verdad, problemas, lo que podría decirse problemas no quiero, pero últimamente he encontrado pocos orcos a los que deshollar, y ya sabe, maese Hacharrota, lo que uno se aburre si no tiene a tres o cuatro orcos delante. Je, je, je.

Es un honor Ibal. Hacía mucho que no veía tantos enanos juntos JAJA , por los dioses que podríamos dar buena cuenta de un ejército entero entre los tres!!!! Mi nombre es Kron Muerdeyugulares y os digo que mi hacha está más sedienta de sangre de trasgo que yo de cerveza!!! el enano empieza a estar un poco ebrio, y al hablar notáis ese acentillo inconfundible.

ya lo creo que tienes razon Kron, hace mucho que esta taberna no ve a enanos de semjante categoria reunidos alrededor de una misma mesa; y por cierto, mi martillo y mi hacha tambien empiezan a pedir a gritos una baño de sangre trasga

Un joven niño enano irrumpió en la taberna de golpe.

¡Venid rápido! ¡Están diciendo en la plaza que el Capitán Azaghâl ha sido secuestrado! El chiquillo volvió a salir corriendo y todos los concentrados en la taberna salieron tras él, incluso Dain el manco, que raras veces se le podía ver fuera de su establecimiento.

Azaghâl era uno de los personajes más ilustres y queridos de las Colinas de Hierro. Había defendido con honor y gloria los asentamientos de las invasiones de orcos, huargos y todo lo que les habían hechado encima. Su perdida era un duro golpe bajo para los enanos.

miro asombrado al niño y me apresuro a salir detras de todo el bar intentando saber mas de lo que habia pasado.