Tras una hora de camino, pasado el mediodía, llegáis a la ladera del pico más alto, al edificio rectangular, véis que se trata de un edificio muy sencillo y perfectamente cuadrado, más que rectangular como parecía desde lejos.
Tiene el edificio unas pocas ventanas altas y estrechas, y una portalada abierta también cuadrada. La estructura a todas luces, es de algún tipo de piedra basáltica, oscura y sobresale tan sólo unos pocos metros por encima de la llanura de hielo, es decir, que está a medio enterrar.
Puede llegarse hasta la edificación a través de un sendero corto y serpenteante, en la ladera de la montaña. Comienza a nevar tenuemente...
Hace un gesto a los franceses para que se detengan al comienzo del sendero. Éstos sueltan sus pesadas mochilas y se sientan en la nieve, ajenos a la nevada que comienza a caer y demostrando que se encuentran en su elemento.
Bhule y sobretodo Ethelrod, parecen mucho más incómodos y cansados, el doctor acusa el viaje, la marcha, el no dormir, la tensión acumulada y su rictus bien podría ser el de un muerto.
- Hagamos un breve descanso - dice jadeante intentando en vano mantener su inglesa pulcritud - estarán ustedes cansados- con intención de no quedar mal pase lo que pase - parece que no queda más remedio que seguir el sendero hasta el edificio. ¿Se han fijado en la roca? caray qué raro es encontrar ese tipo de piedra en estas latitudes. He pensado, si les parece bien, que los tres franceses vayan delante nuestro a una distancia prudencial.
-Sí, es buena idea.
Tras mesar un poco mi falto de afeitar rostro, y dirigiéndome al profesor:
-Ethelrod, ¿en sus estudios encontró alguna referencia a este lugar? Antes de continuar es importante saber a qué atenernos cuando lo penetremos. Tiene algo que me da mala espina, como una comezón en la espalda.
- Lo que está claro es que los senderos no se crean ni se mantienen solos, por aquí pasa gente. A partir de ahora toda precaución es poca. Llevo instintivamente mi mano hacia mi pistola, el frío metal ya no me tranquiliza como antes, no después de comprobar que las balas nada pueden hacer contra cierto tipo de criaturas.
El periodista descansó también, le iba haciendo falta, al igual que al profesor... sólo que él no lo disimulaba tanto.
Escuchó las propuestas de Marlowe y Heisenberg, pero su pesimismo seguía ahí... daba igual que hicieran, aquello que les atacó, u otro similar, acabaría con ellos. Además, estaba bastante seguro de que tanto el profesor como Bhule les ocultaban algo, y creía que iba a descubrirlo por las malas.
Niega con la cabeza mientras trata por todos los medios acompasar su respiración y dejar de jadear
- No, no encontré ninguna referencia hacia ningún lugar en concreto. Lo cierto es que tanto Norton- no puede evitar sentir un escalofrío al evocar el recuerdo del compañero que acaban de perder - como Mathieson y yo, aunque tradujimos todo lo que habíamos transcrito del muro, no habíamos copiado la totalidad del muro y el muro no era más que una pequeña parte de la leyenda escrita de Commorium, no tengo ni la más remota idea de lo que es ese edifico en definitiva así que la prudencia será nuestra divisa hasta que volvamos a salir al exterior. Bien, creo que ya hemos recuperado el aliento. Bhule.
Se gira y dice a los franceses con tono autoritario
- vous aillent en avant. Ils aient beaucoup veillé.
Los franceses asienten y ordenados como sólo ellos pueden serlo y en orden de jerarquía, abre camino a través del estrecho sendero a la cabeza Luvois, seguido de Poncelet y Gobineau que cierra el trío.
Cuando han caminado un trecho, Ethelrod y Bhule les siguen no sin antes haceros un gesto para que caminéis detrás de ellos.
El periodista avanzó tras ellos, procurando no quedarse atrás, ni ser el último de la fila. Todo aquello no le gustaba, pero poco podía hacer: o una muerte segura intentando volver por donde habían venido, o un destino incierto delante.
Avanzo con una sensación paranoica en el cuerpo, tanto producida por el temor inminente a un ominoso destino como por la pesadez que siento en la mente por la desagradable falta de sueño.
No dejo de mirar hacia todos lados. Pronto aparecerán esos pigmeos.
Camino tras el grupo sin perder de vista a los franceses, vuelvo a repasar mi pistola y paso la lengua por mis labios resecos. La tensión se palpa en el grupo, miradas huidizas y movimientos demasiado agarrotados mientras subimos el sendero. Vuelve a mi cabeza la horrible muerte de Norton, ese cuerno atravesando su cuerpo no se me olvidará mientras viva.
- Pobre diablo... mascullo para mis adentros.
Sin más complicaciones que las inherentes a caminar sobre un estrecho camino sobre una enorme placa de hielo, llegáis a la estructura,
los escaladores primero, luego Ethelrod y Bhule y luego vosotros, os asomáis al umbral del gran pórtico, en el interior véis que las paredes, el techo y el suelo están cubiertos de escarcha, algo lógico por otra parte, formando una capa de unos 13-15cm.
El interior (de unos 115x12m) está vacío, a excepción de un bol de bronce de grandes dimensiones, de casi 2 m de diámetro y casi lo mismo de altura, que se halla a unos 3m de la entrada, y de un altar grande (o al menos es lo que parece) , de dos niveles , todo hecho de metal muy trabajado, el bol está soportado por tres patas las cuales acaban en el suelo en una zarpa con forma de garra.
La luz que penetra en el interior es suficiente para que Ethelrod temeroso entre despacio en el edificio sin necesidad de emplear una linterna, al poner un pie en el interior respira hondo y da media docena de pasos caminando hacia el bol pero más pendiente de las paredes y del suelo.
- Increíble.... jamás habría podido imaginar todo esto...
El periodista siguió a Ethelrod, no muy seguro de que iba a pasar. Sin embargo, ocurriera lo que ocurriese, esperaba que no se quedaran allí mucho tiempo. Aquel lugar le daba escalofríos.
-Espere, Henry, ese bol no me gusta un pelo, no sabemos lo que contiene.
Paranoico perdido por el miedo y la falta de sueño, esperando que monstruos, enemigos y fantasmas manen de ese bol, cojo una piedra del exterior y me dispongo a lanzarla desde lejos a su interior, con el fin de saber si está vacío.
Entro al lugar con notorio desagrado, no sabemos qué es lo que nos espera dentro, pero es seguro que nada bueno. Apruebo con un gesto la buena idea de John y mientras va a por la piedra examino la estancia desde la entrada, no sea que hubiera alguien tras el altar. Justo antes de que lance la piedra saco mi arma y me preparo por si hubiera una desagradable sorpresa.
- Apártese profesor, no queremos más accidentes. Le aparto de la línea de visión con un gesto.
Se detiene frente al bol a la advertencia de Marlowe, a veces se dejaba llevar por un ansia de conocimiento que hasta a él mismo desconcertaba.
Dándose por enterado se echa a un lado limitándose a ver la piedra pasar mientras susurra
- Sí,sí, tiene usted toda la razón.
Al ver a Heisenberg los esquiadores empuñan los fusiles igualmente, apuntando los tres al bol. La piedra lanzada por Marlowe vuela y da de lleno en el bol que repica al estilo de un bong sonido que se expande, amplia y rebota creando eco al chocar contra las cuatro paredes de la estancia.
Todos estáis en tensión, gotas de sudor se deslizan por los rostros, nadie osa siquiera parpadear, pero nada ocurre. Transcurren unos segundos y todo continúa igual.
Tirada de Descubrir el que quiera.
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 82 (Fracaso)
El sonido broncíneo se adentra en mis oídos hasta mi cabeza llegando a resonar sus ominosos ecos en mis entrañas. Es tan desagradable la sensación que con toda la tensión acumulada apunto estoy de liarme a tiros contra el bol. El silencio se va apoderando de la estancia dejándome una sensación aún peor que la que tenía al entrar.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 98 (Fracaso)