Partida Rol por web

A pesar de que todos se pusieron en guardia, fue Adams el que con su ágil cuerpo tomó la iniciativa. Cuerpo que continuaba creciendo y cuya musculatura se comenzaba a ver hinchada y cada vez más similar a la de un animal que a la de un ser humano.

Lo primero que hizo fue lanzar un arañazo a toda velocidad que voló dirección al torso superior de Irania con sus garras por delante… ser alcanzado por ese golpe dolería mucho.

Y sin detenerse ahí, lanzó un golpe hacia Sandra, la cual salta hacia atrás y logra esquivar el golpe por los pelos, que rasga ligeramente sus ropas.

¿Por qué a ella? ¡Si estaba completamente débil! 

Aquí todos la odiaban, seguro. O el tío era tan cobarde que iba a por el blanco fácil. 

Irania recibe el golpe y retrocede un par de pasos, con varias heridas sangrantes en el pecho, tras eso cierra los ojos y… cae semi-inconsciente en el suelo, incapaz de moverse.

Frank, a la desesperada, se acerca lo suficiente a Adams para lanzarle un puñetazo y quitárselo de encima a la pobre Irania.

¡Pobre Irania! ¿Sería por su pelo rojo que llamaba demasiado la atención? ¿Haría como de señuelo inconsciente? ¿O es que Adams era realmente un cobarde? Aquel gesto de ataque hacia la chica más herida de todos enfadó a Nataly, que se movió de forma instintiva y con rapidez al mismo tiempo que Frank:

- ¡Serás cobarde de mierda!

Sujetó con fuerza el cuchillo de Astrid con su mano sana. Al final el ataque de la chiflada iba a servir contra otro flipado.

Damian, sorprendido, dado que antes de que pudiese darle Irania las píldoras ha ido, se acercó a por ella, la recogió y empezó a alejarse de allí como podía, parar a Adams era importante pero, más importante era la vida de su amiga y la salvaría aunque tuviese que dejar a los otros tres de carnada.

Sandra estaba asustada, pero logró sobreponerse, buscó entre su ropa las píldoras y le pasó una a Nataly, tomándose otra ella.

Por su parte, Adams es lo suficientemente ágil, para evitar todos los ataques.

Damian comenzó a alejarse con Irania en brazos y esta era consciente solo a medias de lo que estaba pasado por lo que, cuando comenzó a cubrirse por sangre que no era suya, no se dio cuenta. Nadie se dio cuenta de que Damian sangrase o de por qué lo hacía.

Frank se puso serio, aquella pelea era difícil y ni se contenía, podían morir, por lo que cargó su puño hacia atrás y dijo en alto.

- ¡Piedra, papel, tijeras… una, dos y… ! - Parecía a punto de hacer algo.

Sandra por su parte se había transformado y poco había que decir, era muy similar a la forma que había tomado Nataly anteriormente. Y sin pensalo se lanzó con sus garras a por Adams.

Adams no se sorprende por el ataque de sandra, y acae al suelo y a pesar de que Sandra le araña, no es capaz de penetrar la dura piel y comienza a maldecir.

Se tomó la píldora de forma instantánea y continuó con el ataque. Era el momento. Sandra lo había hecho genial. Aferró el cuchillo nuevamente y dirigió dos nuevas cuchilladas sin compasión a Adams.

No entendía muy bien qué estaba haciendo Frank, pero confiaba en él.

Nataly aprovechó la oportunidad y transformada de nuevo, saltó sobre la bestia y le asentó dos fuertes puñaladas y entonces, se dio cuenta de la situación en la que estaban. El cuchillo se partió con el segundo golpe, sin ser capaz de atravesar la piel de Adams, que a cada momento era más grande, más animal y menos humano… si hubiese que elegir una forma de referirse a lo que era ahora mismo, es que era una bestia…

Sandra se alejó al ver que ni si quiera era capaz de arañar su piel… retrocedió varios pasos, asustada y paralizada por el miedo -No… no quiero morir así… ¡NOOOOOOO! - parecía que estaba entrando en pánico.

Adams se incorporó y empezó a golpear enfadado el suelo y a rugir más fuerte… entonces su crecimiento, que había sido progresivo comenzó a ser mucho más rápido, paso a estar apoyado sobre cuatro patas y a medir más de tres metros de alto con unos brazos de una anchura similar a la del torso de Frank… aquella criatura ya ni si quiera parecía Adams y miraba a los chicos desde arriba y con como si fuesen simples presas…

Aquella bestia... daba miedo. Mucho miedo. Pero Sandra estaba actuando mal. Había sucumbido al pánico y el miedo sería su peor enemiga. Por su parte, Nataly tenía molestias por el puñetazo del día anterior, seguía sangrándole la herida, y estaba agotada. Pero no se rendiría. Pasó por delante de su amiga y atacó sin miedo, pensando que si a Frank no le salía su técnica tendría que usar su truco secreto y ni aún así creía que pudiera servirles.

- No tengas miedo. ¡No te pasará nada, Sandra! ¡Nate! ¿Recuerdas? ¡Piensa en eso!

La conocía y sabía que pensar en Nate la tranquilizaría. Nate tenía aspecto mucho más protector que Nataly.

Los golpes de Nataly impactaron sin causar daño alguno y por su parte, Frank terminó de cargar su golpe.

-¡… Y TRES! ¡TIJERAS! - Lanzó un golpe en el que hacia el gesto de cortar con su mano como si de una espada se tratase con todo el puño cerrado menos el índice y el del medio… pero Adams se apartó en el último momento, causando que el golpe de Frank fallase y diese al aire aunque aun así, y sin llegar a tocar el suelo, apareció un buen corte en este justo por donde había golpeado Frank… aquella habilidad era poderosa.

Por su parte, la bestia de pronto se quedó quieta, con un gesto de dolor extremo en su cara, su cuello comenzó a inflarse a ambos lados y en una explosión de sangre, dos cabezas nuevas le aparecieron, acompañando a la ya existente, dando lugar a una bestia cerbero de felinos rasgos.

Aquello cada vez estaba peor. ¡Joder! Solo Frank con su ataque invisible y potente podría vencer a aquella bestia. Nataly no tenía nada que hacer. O sí...

- ¡Eh! ¡Bestia inmunda!- se dirigió a Adams. O lo que quedaba de él. Si llamaba la atención de aquella bestia, la distraería lo suficiente para que Frank pudiera atacar con éxito.- ¡¿Eso es lo único que tienes?! ¡Vamos! ¡Esfuérzate más!

Estaba lista. Era rápida. Muy rápida. Podría esquivar ataques.

Vamos Frank. Vamos...

Medio inconsciente Irani se dejó llevar por su mejor amigo. Dos días seguidos en la enfermería... ¿Se convertiría esto en una rutina? Estaba asustaba, notaba que estaba sangrando mucho. Había más sangre de la cuenta. Lo que ella no sabía era que no toda era suya. 

Frank comenzó a cargar su ataque de nuevo… era un ataque lento y peligroso… probablemente esa "técnica" estaba incompleta pero era potente y no se le ocurría otra cosa de dañar a esa bestia.

La bestia en concreto miró a Nataly, le rugió y se lanzó a morderle con sus tres cabezas, las cuales tenían una mueca de dolor y de ira a partes iguales. Tras eso, se lanzó con sus tres cabezas a morder a Nataly, con intención de destrozarla entre sus colmillos.

Surtió efecto y fue directamente a por ella. Por suerte había tomado la píldora y estaba preparada para esquivar. ¡Por los pelos! Lo logró. Fue un movimiento calculado al milímetro.

Se alejó unos metros y siguió metiéndose con él:

- ¡Uy, uy... pero que lento eres! ¡¿De verdad eso es todo lo que tienes, gatito amorfo?!

Irania despertó en una cama de hospital, dolorida y con un gotero ¿Cuándo había perdido el conocimiento? Lo que estaba claro es que habían pasado unas horas, pues por la ventana se veía que ya era bien entrada la noche.

Se sentía adormecida, apenas podía moverse y si quisiera hablar seria como mucho a un tono algo más bajo del suyo normal… estaba bajo los efectos de un fuerte calmante así que tenía que haber llegado bastante hecha polvo.

Examinó con la mirada la habitación. Estaba oscura y era pequeña y sin mucho que ver, una puerta al pasillo cerrada, una ventana a la calle por la cual solo veía el cielo, un pequeño armario mal cerrado y nada más… O no, si había algo más, más bien alguien más.

Al otro lado de la habitación había una figura negra y encapuchada, parecida a la del callejón… demasiado parecida. Giró ligueramente la cabeza hacia un lado cuando vio que Irania se había despertado, y con una voz que aunque sonaba muy parecida a la de la persona de negro del callejón, pero que no llegaba a sonar igual, comenzó a hablarle con un tono bajo y relajado.

- Buenos días bella durmiente… llevo días esperando a que despiertes y quiero hacerte varias preguntas. Tienes dos opciones, hacer lo que yo te diga y alargar ligueramente tu tiempo de vida, o irte al más allá con esos cuatro amiguitos con los que paseabas aquella tarde.

Adams pareció enfadarse mucho al no lograr alcanzar a Nataly y volvió a crecer de golpe… ya ocupaba gran parte de la calle y perfectamente alcanzaba los cuatro metros y medio de altura… aquella bestia cada vez era más peligrosa y de un solo mordisco con esas tres gigantes cabezas la destrozaría… y las tres volaban a toda velocidad hacia ella.

Aquel ataque era demasiado y Nataly no lograría esquivarlo a tiempo… instintivamente cerró los ojos y… el sonido de la carne rasgándose y la sensación de sangre sobre su piel… pero no era su carne ni su sangre…

Adams había caído frente a ella, retorciéndose... varias explosiones se daban por su cuerpo y todo se llenaba de su sangre, mientras sus tres bocas, muy cerca susurraban y rugían a la vez - un poco más… duele mucho… puedo controlarlo… esto no es nada… tengo que matarlos… ayuda… - distintas frases inconexas. Su cuerpo era una masa sin forma y ella y Frank se miraron, sin saber muy bien que estaba pasando, mientras que Sandra se levantó y abrazó a Nataly, aun asustada… tardaría en olvidar eso.

 Frank que dejó de preparar su técnica como ella… y tras unos segundos, rompió el silencio.

-¿Qué ha pasado? - dijo finalmente Frank