Partida Rol por web

Ibraam se despidió y se fue caminando mirando a las estrellas, a dormir al templo derruído que ahora era su hogar.

En el camino, recogió frutas de los hermosos parques awilús para compartir con los niños que dormían en la calle.  Fruta estrella...-la olió-, buen augurio encontrarla madura en esta época del año.  

Ante las preguntas de Akbar, solo puedo responder:- Ibraam es un wardu cuanto menos extraño, su genio y secretas referencias a su divinidad lo alejan de su gente. Pero es seguro que todo se aclarara según avancemos hacía nuestro objetivo.-Viendo que Burna-Buriash quiere llevarme a su despacho, me despido de  Akbar y acompaño a Burna-buriash a su despacho, dispuesto a sacar toda la información que necesite sobre la expedición y las tablas. Al ser el anfitrion espero con deferencia a que preceda sus pasos y que hable primero en su despacho.

Bien Bel - Shanaar ¿en qué le puedo ayudar? digo acomodándome en mi sillón mientras miro a mi interlocutor .

Master me gustaría saber las ruinas a qué distancia están calculándolo en horas o días si es el caso. También como historiador que soy, me gustaría saber si la caravana pasará por algún territorio peligroso o hostil que se señale en los mapas de historia.

Con todos estos acontecimientos apenas puedes pegar ojo. Pasan las horas y el sueño acude, pero en la quietud de la noche sientes un extraño sentimiento de alarma. Abres perezosamente los párpados y los ojos escudriñan en la oscuridad de tu cuarto. Una sombra en el balcón de tu alcoba llama la atención de tus alarmados ojos. Tras el muro donde se apoya el cabecero de tu cómoda cama señorial, duerme tu sirviente y tras el muro opuesto tu guardaespaldas está disponible. Sientes el súbito deseo de llamarle pero tienes la boca seca. El velo que cubre la cama te impide ver con claridad la figura agazapada en la ventana.

-Tienes que reconocer que los datos sobre tus sueños han sido cuanto menos escuetos y es por ello que las indicaciones pueden ser muy vagas. Por eso tengo mis dudas y querría saber si alguien más aparte de nosotros conoce el contenido de tus sueños y si tienes  la localización del lugar asegurada con algún mapa o algo parecido.-  Espero no haberle faltado al respecto... pero aunque me guste la aventura prefiero tener algo concreto por donde empezar.

EL sirviente se dirige a la taberna llegaría a la hora acordada con el guardián de ese oportunista de Kadasham que quiere unirse a la expedición. Es una persona influyente y sería un buen patrocinador, si necesitaban algo, esa era la persona idónea. Aunque ignora porqué el wardu profeta tiene interés en el wardu Enmerkar, quizás esperaba sacar provecho de la situación en favor de su causa. Akbar entra en la posada puntualmente y espera en la mesa de siempre.

Por fin llegas a la taberna en la que te has citado. Tarde pero a tiempo. El sirviente del enigmático Burna-Buriash espera en una mesa alejada de la entrada. Ignoras porqué te ha citado pero parece ser que el wardu albino ha mediado para que su señor ingrese en una expedición a unas ruinas ¿se tratará de esa ruinas que el profeta veía en sus sueños. Realmente este profeta sería capaz de cambiar el mundo tal como se conoce y que los wardu consigan su independencia?.

El enviado del noble, Akbar, levanta la mano para hacer señas al wardu Enmerkar. Llega tarde, aún así permaceció paciente en la mesa más alejada de la entrada. La taberna está repleta de gente, lo cuál haría que pasaran desapercibidos y podrían hablar sin miedo a que su conversación llegue a oídos indiscretos.

Me acerco a la mesa del sirviente de Burnia-buriash, su aspecto no me sorprendía, como todos los sirvientes que teníamos la confianza de nuestros ánimos, mirábamos al resto de mortales por encima del hombro, como si fuésemos uncluso más que nuestros propios amos.

- Hola, soy Enmerkar, y tú eres el enviado de Burnia-Buriash. ¿Qué quieres?

Bel - Shanaar seamos sinceros usted desconfía de si sé en verdad donde está esa ciudad mítica, al respecto también yo puedo desconfiar de usted para transmitirle este descubrimiento, creo pues que nos hallamos en una situación de desconfianza mutua, siendo yo el que tengo la información , no tengo la necesidad de informarle sobre la posición de esa ciudad mítica, ahora bien dicen las leyendas que está gobernada por demonios, soy un historiador no un cuenta cuentos , pero si la ciudad estuviese dominada por demonios y espirítus ¿qué protección podemos tener? Me levanto para empezar a rebuscar en mi biblioteca por si tengo algo sobre el tema, vamos Bel- Shanaar no se quede ahí parado ayúdeme a encontrar algo.

Encima de la mesa hay unas tablillas y ves una que te llama la atención, no puede ser: es las Ruinas, aquellas de las antorchas. Tenías el convencimiento que la ciudad fuera la misma que la de las tablillas de Adap Belit-Sheri. Parece que la ha dibujado Burna- Buriash. No hay duda, a pesar de la falta de color. No olvidarías la sensación de contemplar ese zigurat con las antorchas encendidas.

Narrador, necesito ayuda porque ando un poco confuso. No consigo atar cabos en este momento respecto a porqué exactamente he quedado con Enmerkar en privado. Es decir, Kadasman se une a la expedición con su guardián (que está relacionado también con Ibraam), pero ¿por qué me he citado yo con él ahora? ¿que me he perdido (o quizá me he despistado)? Es que estoy dispuesto a añadir intriga a la causa, pero no quiero decir alguna incongruencia o hacer metajuego, que la cosa anda un poco por hilos respecto a lo que sabemos y lo que no.

Ponme en situación, please ;)

Hummm, no me perderé esta conversación por nada, pues quizá mi destino también esté en juego. Cualquier cosa que digan los sabios, será escuchada por mis oídos de esclavo. Además, un sirviente bien informado siempre será más eficiente.

De momento están tanteándose, viendo hasta qué punto pueden ofrecer algo sin perder nada para intercambiar. Desde las sombras espero pacientemente. Sin embargo, cuando escucho lo de «ciudad dominada por demonios y espíritus», mi atención se agudiza y mi imaginación vuela libre a lugares poco recomendables.

-No creo que sea necesario buscar... mire aqui en su mesa estan las tablillas donde se informa sobre la ciudad en la que nunca se apagan las antorchas...- Estoy fascinado ante esta prueba de que las palabras de Burna-Buriash son ciertas y de que me puede guiar a las ruinas donde yace las tablillas que necesito.

Burna-Buriash te lanza una mirada extraña. Al principio no sabes por qué. Luego lo entiendes. Las tablillas están encima de la mesa y el comerciante de Assur las ha visto. Conoces a Burna y sabes que no dejaría las tablillas encima del escritorio, los habría guardado...espera, quizás sospeche que lo has sacado.

Una ráfaga de viento penetra en la sala de la biblioteca. Parece que las ventanas estaban un poco abiertas y un súbito golpe de corriente las ha abierto de par en par. El sirviente Akbar trata de cerrarla, pero el viento es fuerte y tiene que apelar a la fuerza bruta para poder cerrarla. El viento parece un vendaval, curioso pues ehasta hace unos minutos era calmo y caliente.

Tras una rápida mirada a través de las ventanas puedes comprobar que una masa de nubes grises se arremolina alrededor de la vivienda de tu señor.

Me fijo en las tablillas, ¡oh no! Si las había guardado en el cajón de la mesa bajo llave, entre cara de sorpresa y a la vez de temor. Bel - Shanaar necesito que mantenga el secreto de estas tablillas lo digo con rostro grave, como podrá ver el camino hacia la ciudad perdida se tiene que hacer en una embarcación, además la caravana tiene que ser reducida para poder avanzar sin retrasos, tendremos que prescindir de las patrullas de seguridad.

Cuando noto que mi criado llama a la puerta, guardo las tablillas en el cajón de la mesa, y abro la puerta de la biblioteca, me iba a decir quizás que tenía que despedir al comerciante pues tenía otra visita. Cuando un fuerte viento abre la ventana de la biblioteca veo como akbar corre para cerrarla, le ayudo también a la vez que digo ¿qué es este viento? ¿es qué los espíritus ya nos persiguen? lo digo pálido y con cara desencajada mirando al comerciante.