Partida Rol por web

Todavía tengo en mente la extraña y directa pregunta de Ibraam con respecto a Ishtar y la punzante reacción de los remeros, cuando decido que ya he trabajado suficiente y no seguiré ahora de vigilante, ya que otros se ofrecen. 

—Mañana será un día duro, que la Madre nos guarde esta noche—digo con un repentino y poco frecuente acceso de devoción, tal vez en respuesta a las invocaciones del profeta albino—si acaso Suk-Nippurash se acuerda de nosotros tan lejos de los muros de nuestra cuidad. Tratemos de descansar.

Me dirijo sobre todo a mi señor, pues dudo que a los demás les importen mis consejos. Finalmente me pongo cómodo cerca de Burna y trato de dormir con un ojo abierto, por fuerza de la costumbre.

La noche prosigue. Al principio la tripulación se mantiene inquieto y evitan al wardu albino, pero poco a poco van relajándose. Todos descansan mientras transcurre el primer turno de guardia. Un siempre alerta Enmerkar parece dormitar junto a su señor, pero siempre con las armas cerca. Un meditabundo Bel- Shanaar permanece en la vigilia de noche. Sus ojos se fijan en el cielo estrellado mientras que el capitán trata de conciliar el sueño, confiando plenamente en sus hombres. La noche va dando paso a la madrugada.

De repente una corriente de aire levanta polvo y los azota flagelando fuertemente la cara clavándose cada grano de arena en el rostro y las partes desnudas de vuestro cuerpo. A continuación uno de los hombres grita una advertencia. Mientras que el grupo trata de incorporarse, una sombra surge de la oscuridad. Parece que nadie ha oído nada y algo enorme se adentra en el campamento atrapando a uno de los hombres con sus pinzas. Parece un crustáceo enorme con una cola de escorpión.

- ¡Cuidado un Eramalaku! - grita el capitán - todos a la nave.

Ante los ojos horrorizados de los testigos la criatura avanza hacia la nave con su víctima entre las pinzas y con un movimiento secciona en dos el cuerpo del desdichado arrojándolo cada parte hacia un lado. Se gira hacia el campamento y parece escudriñar a los expedicionarios con sus minúsculos y maliciosos ojos. Algunos miembros de la tripulación huyen y otros atesta golpes con sus lanzas a la criaturas, pero ésta parece ignorarlos y fija su atención en Burna-Buriash y sus compañeros de expedición, como si una inteligencia brillara a través de sus ojillos.

El enorme wardu se levantó de inmediato y observó la criatura antes de lanzarse a lo loco al combate, se puso delante de sus compañeros para protegerlos por si avanzaba hacia ellos como parecía que iba a hacer, entonces sacó su enorme arma a dos manos y gritó:

-¡Rodeadlo mientras yo hago que centre su atención en mi, los que utilicéis armas a distancia intentad golpeadle cuanto antes, una vez esté cuarpo a cuerpo será mejor que lo rodeéis y le ataquéis mientras está por mi!

Una vez dió las órdenes de combate se esperó a ver si alguien le lanzaba algo y luego se adelantó gritando como un poseso hacia la criatura enarbolando su arma para asestarle golpes que hicieran que sólo se fijase en él y dejara a sus compañeros libres para atacar dando golpes menos mortales pero que no llamaran la atención del enorme arácnido.

¿Un Eramalaku? -Ibraam trata de acordarse de algo que hubiera leído sobre ellos: sus debilidades o forma de atacar, por ejemplo, mientras toma un tronco encendido para usarlo a forma de maza y amenaza -los animales le tienen miedo al fuego. -piensa.  Luego hace un rezo susurrado con aliento frío de madrugada: Ishtar bendice esta flama que es como la que cargas tu en tu mano derecha siempre.  Líbranos del peligro en tu misión.-.  El wardu blanco comienza a rodear al extraño crustáceo, en la clásica maniobra de flanqueo que les enseñan desde chicos a los wardus y que Enmerkar se sabe tan bien.  ¿Es acuático como cangrejo y huirá al agua, o terrestre como escorpión y se irá a la arena?

¡Cuidado con la cola, ha de tener veneno!   ¡Lácenla con una cuerda para entorpecerlo! -dice a los que están subidos en el barco. 

Vi como en un instante una batalla se enzarzaba contra esa horrible bestia, rápido desenvaine mi espada corta mientras grité a los del barco ¡¡ DISPARAD CON FLECHAS A SUS PATAS  !! ¡¡A MI MIS ACOMPAÑANTES AL CAMPAMENTO !! me fuí al interior de la tienda y abrí una raja en la parte trasera  lo suficientemente grande para pasar a gatas pero no para la bestia encendí una de las lámparas . ¡¡ VENID SALDREMOS POR DETRÁS DE LA TIENDA, CUANDO ENTRE TIRAREMOS DE LOS PALOS DE LA TIENDA PARA CEGARLA !! 

La idea era sencilla entrar todos en la tienda, salir por la parte trasera una vez que el monstruo mordiese el anzuelo. Y una vez fuera y viendo que el monstruo estaba dentro, tirar de las patas de la tienda para utilizar el telar como red, para cegar a la bestia e inmovilizarla, y lanzar la lámpara sobre el telar para que ardiese la bestia.

Me temía algo así, el desierto puede ser muy traicionero y está criatura ha tenido que ser tentada por el campamento. Aunque la forma que examina a Burna-Buriash no me gusta nada de nada. Pero no me quedo de brazos cruzados, con mi espada en la mano, me abalanzo contra ella desde un flanco para golpear su cola, prefiero que no nos pueda envenenar con ella, por lo que al menos intentare cortarla de un fuerte golpe, ayudando al resto. Pues aunque soy escurridizo no soy muy bueno luchando.

Todo el viaje habia transcurrido tranquilo. Yo sumido en mis pensamientos, observando todo lo que transcurria para dislumbrar mas adelante cómo proceder mejor. La idea de preparar entre todos el campamento era algo que se lo dejé a los que tenian mas "iniciativa", mientras mi wardu mantenia su tarea de servidumbre. Las costumbres nunca mueren.

Pero la tranquilidad del momento se vió mermada por la aparición de un imprevisto. Al salir de la tienda, veo como un crustaceo gigante ataca y se termina dirigiendo hacia nuestra zona. Todo el mundo empieza a dar ordenes como si hubiesen sido entrenados para ello, y yo que he sido entrenado para ello prefiero centrarme en mantenerme con vida. De todo se puede aprender. El exoesqueleto de un curstaceo solo tiene un punto debil: los ojos. Con las misma me acerco rapidamente a un expositor de armas a unos metros y cojo una de las dos lanzas que quedaban. Acto seguido, me voy corriendo hacia la tienda procurando ser el primero en llegar para hacer lo que Burna dice. Quedarme solo tampoco tendria sentido.

¡Enmerkar! ¡Deja de hacerte el héroe y ven hacia la tienda, te necesito aqui!

Trago saliva y contengo mi terror al contemplar tan terrible criatura. De estar en las estrechas callejas de Kish ya estaría escabulléndome entre los edificios y buscaría disparar desde un sitio seguro, pero aquí…

Mantener a Burna a salvo es mi prioridad, tanto como salvarme a mí mismo. Deseo interponer el fuego entre la criatura y nosotros, mientras los más fuertes soportan lo peor de la acometida, pero tampoco me quedaré de brazos cruzados…de momento dejo en paz mis cuchillos y saco la honda. Tal vez, si disparo desde un punto ciego, sorprenda a la criatura y la distraiga para favorecer los ataques de Enmerkar y cualquier otro que tenga valor para acercarse tanto. Y quizá tenga un disparo afortunado.

Estoy en ello cuando Burna grita instrucciones a mi espalda. El plan parece ingenioso, pero temo que la criatura ignore la trampa, pues parece que una diabólica inteligencia la mueve, no solo el instinto. Aun así, seguiré las instrucciones de mi amo, pero atento a echarme a un lado e improvisar un contraataque.

Bien pues, si un movimiento de "pinza" va a ser, que sea.   ¡A darle una sopa de su propio kvaas! 

Poniéndose atrás del cangrejo, con el tronco encendido cual luz de Ishtar, -Bendíceme diosa, a proteger tu envío-  Esperó a que entrara a la tienda en persecución del kisheño.  Corrió entonces y la desamarró como dicho.  Al caerle encima la tela la encendió con la antorcha que cargaba.

En ese momento invocó un rezo.  Eres sólo una bestia del río y Erial, muriendo ahora cual tigre sorprendido por el cuerno del oryx, ¿o te envía alguien?  

Humo, revélame el secreto.

El wardu sigue aguantando y centrando la atención del arácnido gigante sobre él y cuando puede le asesta un golpe de gracia en su cabeza, abriendo la cabeza de la aberración en dos aprtes iguales con su enorme hacha a dos manos que blandía con soltura y eficacia, pues durante muchos años ella fue su única garantía de vida.

Ibraam seguía avanzando con el fuego en la mano y la plegaria en la boca.  Aun así lo asaltó una duda.  ¿Y si este es un ser natural y sólo lo estamos matando por amenazarnos por su escencia de ser, cuando podríamos sólo ahuyentarlo?  

Si siguiéramos ese mismo camino con las demás grandes bestias podría haber un futuro universo donde no hubiera ya más leones en Asia.  Que tontería.  ¿Que reglas, que código seguir para que eso no pase?   El pensamiento le dio escalofrío.    Si el animal huía en su dirección, lo dejaría escapar, lo sabía, aun si otros navegantes peligrarían por esto.  

"La confusión es un estado místico" le dijo una vez un sabio Urdim.  No veía porqué.

El grupo se pone en marcha para hacer frente a la amenaza. A la voz del noble Burna se lanza hacia la criatura protegido por los dos Wardu que se adelantan para protegerle. El capitán da la orden y sus hombres se repliegan hacia la nave lanzando proyectiles con sus hondas. Burna y su fiel sirviente, no hace falta llamar la atención del mismo pues la criatura se lanza hacia él ignorando los ataques y los fieros golpes de los poderosos wardus. El noble corre hacia la tienda junto con su fiel sirviente y se adentra dentro. La criatura se lanza hacia el interior sin dudarlo sin hacer caso omiso a los lacerantes golpes de las criaturas astadas. El plan funcionó, la criatura se adentra y la tienda queda atrapada dentro. El crustáceo gigante arranca los palos y escarpias que aseguran la tiendas y va dando tumbos alrededor cegada, su cola rematada en un aguijón asoma por fuera clavándose ciega en la arena buscando un enemigo. Entre todos trabajando en equipo logran rociar de tea la lona y la criatura estalla en fuego chillando frenéticamente.

En el fragor de la batalla, de golpe sientes desvanecerte. En tu mente se dibuja la imagen de una especie de recinto cuadrado con enormes calderas de tea ardiendo. En medio hay una criatura de aspecto humanoide pero no es un humano ni un wardu. Es otra cosa. Señala con un dedo a Burna-Buriash. De la oscuridad botan unos seres demoniacos con cuerpo de escorpión avanza hacia el nolbe. La criatura que señala comienza a reir frenéticamente.

- Bueno id a descansar lo poco que queda de la noche que partiremos temprano - dice al fin el capitán - nunca antes un Eramalaku se había comportado así, parecía como si tuviera un objeto en mente - comenta mirando fíjamente a Burna_Buriash para que se diese por aludido - normalmente atacan furtivamente campamentos para llevarse blancos menos precisos.
Su mirada se fijó en el horizonte.
- Aprovechemos lo que queda de noche para descansar.

Guardando mi espada manchada por los fluidos vitales de la bestia que nos ha atacado, que ha terminado en una muerte flamiguera, después de limpiarla obviamente. Le señalo al capitán e informo a Burna-Buriash:- Deberíamos dormir en el barco, se que es molesto, pero puede que sea el primero de una avanzadilla. Que ese comportamiento es extraño sin duda...- Aunque dejo la frase en el aire intentando recordar otros casos parecidos que haya leído en las tablillas o que me hayan hablado en mis viajes.