Partida Rol por web

Tan pronto como ves a los umbrinos sabes que vienen a por ti. En tu mente revives el encuentro de Tanesyn el semielfo. Él fue el que te contrató. Ahora que lo piensas, ese Tanesyn ocultaba algo aunque a ti eso no te importaba, sino cuánto pagaría. Sin embargo, había algo extraño en el individuo que le acompañaba. Se trataba de un personaje oculto en una capa con capucha. Sus ojos eran unas brillantes esferas negras, como los cuervos. Ya habías escuchado rumores que la Cofradía hacía tratos con Shadar- Kai. 

Entonces el intrépido grita:

- Si me quieren, vengan por mí!

Se lanza corriendo hacia la zona más boscosa que tenía a la vista, al parecer quiere desviar la atención de los enemigos. No sabe con que criaturas está tratando. Sabes que está en peligro.

Te giras con una velocidad pasmosa. Aquellos humanoides de aspecto escalofriante envuelto en halos de sombra se sorprenden por tu pasmosa reacción y aprovechas su sorpresa para ganar ventaja y perderte entre la maleza. Tras observar no ves a nadie detrás. Por el momento no te siguen.

El sigiloso Espina había utilizado supoder de las sombras para parecer insustancial y así pasar desapercibido por todos aquellos seres que amenazaban su ahora peculiar vida, estaba claro que aquel elfo que estaba apunto de encontrar la muerte prematura para uno de los de su raza, estaba allí por algún motivo, y estaba casi seguro que era por él y por el niño, el caso era el por que?, Pues no parecía una asesino de su cofradía, debía averiguarlo, el problema era que lo que había visto que seguía al elfo le hizo estremecerse nada más penasar en efrentarse a quellos seres infernales...

Tendría que hacer algo que nunca creía que haría alguna vez, salvar a un elfo de su destino a la muerte, debía averiguar que sabí y quien le enviaba, esperaba estar en lo cierto respecto a él, puesto que si no sería un riesgo inútil...

Espina se desplazó poco a poco, hasta estar cerca del elfo, estaba seguro que su poder haría que pasase inadvertido, además estaba preocupado por lo que venía así que podria salirse con la suya, sacaría a aquel elfo de allí como fuese...

Al estara a escasos centímetros de él, en un primer momento pensó en derribarlo y llevárselo de allí como fuese, pero sabía de la destreza de los elfos para aguantar sorpresas, así que decidió intentar convencerle con palabras directas y susurradas...

"- No te muevas ni un ápice, o moriremos los dos muy rápidamente, si quieres salir con vida de aquí, será mejor que me hagas caso... Cuando yo te diga corre en aquella dirección, no te detengas, debemos escapar y evitar que nos sigan el rastro... espero que te veas capaz... No discutas no tenemos tiempo... "

Espina esperó el momento propicio para indicar al elfo para escapar de allí, se alejarían de la cabaña, esperaba que aquel crío no fuese el objetivo de nadie de aquellos seres, después pasaría a recogerlo...

Ves como el elfo trata de escapar  entre los árboles, pero no te cuesta encontrarlo. Éste mira hacia atrás y se dirige justo hacia ti. No te espera está claro. Cuándo este avanza hacia ti, le susurra como el viento.

Te detienes un instante para girar la cabeza cuando sientes el ulular del viento a tu lado y escuchas un susurro. Tus afinados oídos detectan una voz que te habla. Sería el simple murmullo del viento pero como elfo, estás habituado a escucharlo y este susurro era al menos, en parte, humano.

"- No te muevas ni un ápice, o moriremos los dos muy rápidamente, si quieres salir con vida de aquí, será mejor que me hagas caso... Cuando yo te diga corre en aquella dirección, no te detengas, debemos escapar y evitar que nos sigan el rastro... espero que te veas capaz... No discutas no tenemos tiempo... "

A tu lado ves una forma insustancial que va tomando forma de una criatura humanoide con rasos animales. 

El elfo se quedó completamente quieto, ni siquiera su respiración podía distinguirse entre los sonidos naturales del bosque. La capucha verdosa cubría su rostro casi completamente, bloqueando el sol de reflejarse en su cabello dorado. Si se prestaba cuidadosa atención, podían visualizarse las leves líneas de su boca envuelta en sombras. Sujetaba fiirmemente un hacha de mano con la siniestra bajo la amplia capa, y mantenía la diestra libre para poder trepar de ser necesario.

No dijo nada, seguía en posición baja, como si se preparara para una carrera. Sus ojos se movieron sobre el sujeto materializado a su lado, aunque ese movimiento era absolutamente imperceptible desde la oscuridad en la que se encontraban. Esperó la señal de aquél desconocido, que le recordaba algunos habitantes de la Feywild...

Parece que mi pasado no va a dejarme en paz jamás

El embarcadero sería una útil herramienta para intentar despistar aquellos perseguidores, Espina notaba la tensión del elfo, ea lógica pues la sorpresa debió ser grande, Espina se alivió cuando el elfo le hacía caso para adentrarse en el bosque sin preguntas, podría haberse complicado mucho la cosa en caso contrario...

Entre susurros intentó dirigir aquel elfo a la salvación...

" Allí, date prisa he intenta no hacer ruido... Hay un embarcadero, saltemos, los despistaremos!!! "

La voz era apremiante, si no más muy segura de si misma sabía lo que hacía, al menos es lo que daba a entender...

El elfo asintió levemente a las palabras del cambiante y se lanzó cuidadosamente siguiendo el ritmo del viente hacia el embarcadero. Cada paso avanzando con ligereza, como si flotara sobre la hojarazca un fantasma de musgo, como una canción de idiomas ya olvidados. Fue pasando entre los troncos de los árboles y el sotobosque reinante, utilizando cada oportunidad para mirar alrededor y moverse cuando ningún ojo se posara sobre su posición. Ni siquiera las ardillas o cervatillos hubieran visto al elfo hasta que ya fuera demasiado tarde. El embarcadero estaba cada vez más cerca.

Os deslizáis con el viento.  Apenas se oye un ápice de sonido. Avanzáis unos 20' sin prisa. Entonces percibís un movimiento a unos 15' al este, con respecto a vuestra posición. La maleza se mueve en esa dirección. Se oye unos leves gruñidos casi inhumano. 

Tenéis a la vista el embarcadero. Entonces, el niño aparece por un lateral. Ha salido de la cabaña y mira alrededor como buscando con la vista.

Al ver al niño tu mente se queda por un momento en blanco. El niño. Una imagen de un sueño olvidado en tu subconsciente  revive con nitidez. Recuerda la escena del niño apareciendo en tu vista, la imagen del embarcadero. Todo aparece de golpe envuelto en una neblina somnolienta. 

- Es un semielfo- decías en el sueño a tu compañero invisible. ¿O lo decías en la realidad?

La sensación de deja vu era demasiado intenso como para ser casualidad. Flotas como en un sueño y pierdes la noción del tiempo por unos segundos.

- Has sido marcado por Silvanus. Decía Azriel, el druida.

En cuanto el niño aparece, el elfo por unos instantes se detiene y te lanza unas enigmáticas palabras:

- Es un semielfo.

Entonces continúa el paso.

Si lo vieron, es lo mismo que nos hubieran visto a nosotros. Vamos niño, entra de nuevo a la cabaña. Deseaba demasiado, el niño seguía oteando. Ralflinder se detuvo junto a un arbusto, sin avanzar. Observó al niño y movió su cabeza a ambos lados. No iba a seguir hasta el embarcadero hasta estar seguro que el muchachito estuviera fuera de peligro. Su mano buscaba una piedra de buen tamaño para lanzar, la otra apretaba el hacha con cierta tensión.

Mientras se dirigían hacia el embarcadero Espina iba pensando en muchas cosas, y en como ejecutarlas, pero todos aquellos pensamientos se esfumaron al presenciar como el chaval aparecía por un lateral, le había desovedecidos, otra vez " Maldito crío ", vio como el elfo se detenía unos instantes, y pudo denotra en su rostro preocupación por el crío, eso le dio bastantes respuestas en cuanto al elfo se refería, el niño podría estar a salvo con el también, al menos de momento...

- Continúa elfo... No te detengas ahora!! desecha esa idea estúpida... Le apremió Espina, notó y escuchó algunos sonidos que bien podrían ser de los perseguidores, por lo visto no habían conseguido despistarlos, así que no había tiempo ninguno...
Mientras el elfo le hacía caso y continuaba, el cambiante se dirigió al crío y sin pensarlo lo agarró y lo cogió para llevarle consigo, no había tiempo que perder...

- Me harás caso alguna vez, crío del demonio...

Llevaban el avance parsimoniosamente, cuando el cambiante se lanzó sin reparos a levantar al jovenzuelo dejando a Ralflinder pasmado, lo cual lo hizo pasar de alerta a paranoico. Era evidente que conocía al pequeño y le tenía algo de cariño, ya que se lanzó de manera atrevida poniendo en riesgo la vida de los tres. Quizá era lo mejor, y ya había pasado el tiempo de las sutilezas.

Aprovechó el movimiento para deslizarse hacia el embarcadero, adelantándose tanto al misterioso compañero como al pequeño.

De repente la sensación de antes regresó. El entorno se volvía más gris hasta oscurecerse. Puedes ver al cambiante cogiendo al niño como ahora, pero llevaba una daga, como si fuera cortarle la garganta, pero se detuvo, como si una mano le sujetara, luego suelta el arma. Entonces se oyó otro ruido entre la maleza. Todo volvió a la normalidad. Volvía a lucir el sol.