Partida Rol por web

Levi abrió los ojos como platos al momento en que escuchó el ruido de algo reventar el muro, apenas llegando a apartarse a tiempo del trayecto de la bomba al tiempo en que quedaba con el rostro totalmente pálido y aterrado por lo repentino que ha sido. Que vamos, que lo último que se espera al estar encerrada en un calabozo es que una bomba estuviese a nada de partirle en dos, cosa que por suerte no ha hecho... Que sí, que se ha cargado al anciano, pero de ese ni se preocupa. De lo que sí se preocupa es del explosivo, y es que cuando se le pasa la sorpresa y algo de polvo se difumina logra distinguir la mecha centelleante del mismo, cosa que provoca que gire su cabeza de inmediato en dirección a Sira, Siobhan y Mary. Al final, lo que la chica acaba haciendo es... Colocarse justo en frente de las tres, extendiendo los brazos. 

-¡No les pasará nada, yo las protegeré!- Exclama en voz alta totalmente dispuesta a comerse la explosión por ellas. Y lo peor no es solo que su cuerpo no fuese suficiente para cubrir a ninguna de las tres adecuadamente, ni que su debilidad física posiblemente evitaría que saliese con vida del asunto, sino que al final la explosión ni siquiera llega gracias Max, por lo que solamente acaba haciendo el ridículo. De pie. Con un parpado temblequeante cuando escucha la voz de Max comenzar a coquetear con la bomba. 

Después del fracaso con los grilletes, un pequeño "¡ay!" al arrancarle Levi una pluma, y luego el sonoro estruendo proveniente del cañonazo que vino de fuera, Rendam se recompuso y analizó la situación. Vio la bomba que iba a estallar en breve, a Siobhan gritando mientras se tiraba, a Mary haciéndose una bolita y a Levi gritando de pie intentando hacer de escudo.

-¡¡Insensata!! - Pensó mientras se iba a impulsar para cubrirla. Estaba claro que lo único que iba a conseguir con ellos era comerse de lleno toda la explosión. Aunque sus plumas filosas no eran un blindaje antiexplosiones obviamente, no podía dejar que alguien de la tripulación corriera tal destino.

Fue entonces cuando vio a Max, con una sonrisa extraña mientras se acercaba a la bomba y la apagaba tan pancho, como si fuera su pan de cada día. Que quizás lo sea.

Recuperó la postura y comprobó que todos estaban bien. Se dirigió a Levi, los ojos determinantes de un padre protector. - Lo que has hecho ha sido muy valiente, pero... - dudó, no se le daba muy bien reprender a la gente- mmm, bueno, intenta no volver a hacerlo, si puedes.

Acto seguido se dirigió a Max, quien aún seguía pegado a la bomba. "¿Qué está haciendo? ¿Por qué está TAN pegado a la bomba?" No sabía si acercarse o dejarlo ya que parecía estar demasiado ocupado con ella. "Puede que vaya a desmontarla para comprobar cómo es por dentro. Será eso, sí." Así que se quedó apartado, esperando que los demás se recuperaran del susto.

Sira no se esperaba para nada esa explosión puesto que se pasó un tiempo cavilando en sus pensamientos y, después de su intervención, se puso a pensar otra vez. Así que, sí, esta distraída.

La explosión hizo que se cayera al suelo del susto y fue cuando escuchó la advertencia de Gominola. Lo primero que pensó fue en tirarse encima de quien estuviera más cerca de ella porque estaba asustada por la integración física de sus compañeros. No quería que nadie sufriera daños, a pesar de ser consciente de que no era algo que se pudiera controlar. Pero justo en ese momento, vio a Levi delante de ella protegiendo a parte del grupo.

...

No pasó nada, pero sí que escuchó a Rendam ¿gritar? a Levi. Confusa, Sira se levantó. Vale, ¿ha sido una falsa alarma?—pensó Sira. Pero luego vio a Max y creyó entenderlo todo. Mientras se quitaba el polvo de la ropa, Sira se acercó a Levi.

—Muchas gracias, Levi—dijo. Y la abrazó.

Después, Sira fue a ver a Gominola y a Mary. —¿Estáis bien?—miró alrededor.—¿Todos estáis bien?—gritó a sus compañeros.—Es hora de salir de aquí.

Se habían salvado de la inminente explosión. Al menos mientras la temperatura entre Max y la bomba no subiera lo suficiente como para volver a prender la mecha. Con el artillero nunca se sabía. 

Peor suerte había tenido el pobre Marv. La bala de cañón le había dado de lleno a su escuálido cuerpo y aunque había golpeado varios objetos, le había dado con la suficiente fuerza como para acabar con su vida. Un triste final para el triste prisionero.

Pero lo más importante es que estaban libres, con los grilletes sí (menos Max), pero podía moverse libremente. Y seguro que la llave no estaba lejos. La vela se había apagado pero no estaban a oscuras. Entre la ardiente camisa de Mary y el agujero que había hecho el disparo en el casco, tenían ahora mucha mejor iluminación.

Entonces llegó otra salva de cañones. ¡BOBOBOBOBOOM! ¿Qué estaba pasando fuera? La verdad es que en el loco plan no habían contado con verse en medio de una pelea entre dos tripulaciones piratas.

—¡AY! Qué daño, maldita sea...—escucharon una voz metálica que se quejaba—¡EH ZAGALES! ¿Estáis bien? ¿Qué es ese ruido?

Todos reconocieron la manera de hablar, era el viejo Tong-Hu. El viejo capitán tenía de haber escuchado lo que estaba pasando a través del comunicador.

- Estamos bien capit...Tong - Hu -respondió Siobhan a quien aún le costaba concienciarse de que no formaban parte de los  piratas de la araña,  y que rápidamente había hechado mano del comunicador desde el suelo. - Parece que no tuvimos en cuenta que el barco podría ser atacado, pero al menos ya no estamos encerrados. -informó tratando de ser lo más positiva posible.

Tras eso se puso en pie y haciendo un gesto con el pulgar hacia arriba, informó a Sira de que se encontraba bien. Luego, miró  al resto de sus compañeros y dijo: - ¿Alguno quiere decirle algo más? -y tendiendo la mano se lo ofreció al resto.

Entonces miró al fondo y vió el destino del prisionero de enfrente. - ¿Acaso habrá acabado así porque cogí la vela? -se preguntó la muchacha que rápidamente desvió la vista, y por si las moscas,  empezó a buscar la vela por el suelo.

Era evidente que la situación se había relajado bastante, a fin de cuentas no había una bomba a punto de estallar en cualquier momento, aunque los cañones aún se escuchaban esto no parecía molestar en absoluto a Max, los cuales tan solo eran música para sus oídos llenos de pólvora.

-Dile que traiga protección, que tengo muchas posibilidades. -Le insinuó Max girando la cabeza hacia Siobhan Vetev por un segundo antes de volver a centrarse en aquella bomba. - Oh... ¿Por donde lo dejamos, preciosa?. Me estabas contando sobre tus Padres...

Lentamente, Max empezaba a desabrocharse su camisa mientras seguía tumbado en el suelo al lado de aquella hermosura de bomba. Lo que iba a significar en una extraña escena si es que nadie lo iba a parar en breve...

Sira se acercó al comunicador que tenía Gominola para hablar con su Capitán, y se puso en cuclillas.

—Capitán, ¿cómo procedemos con el plan? Como no nos demos prisa, creo que Max nos va a deleitar con un momento incómodo, y sé que usted no está aquí para verlo, pero adelanto que no va a ser muy… agradable.

Y suspiró.

     No les iba a mentir... desde que me había envuelto en mi variante de ovillo y la explosión no llegaba, la idea de una siesta express fue mucho mas viable que estarme preocupando por los problemas externos, tal que... de mi no esperaran mas que un par de ronquidos hasta que la voz del capitán empezó a llegar desde cierto lugar de la instancia. 

      ¿ A...aun se~wimos aquí ? - mascullando sin abrir del todo los ojos - p...pensaba... q..que la b..bom.... zzzzzz.... - para quedar levemente dormida, solo para volver a despertar por los bramidos de los cañones que se escuchaban a lo lejos - Jooooooo.... _{n..ni un minuto para dormir siquera}...

     Acercando mis ataduras a lo que estaba quedando de mi camisa en llamas  para asi romperlas con mayor facilidad, me ponia de una vez en pie y miraba al resto, en especial a nuestro artillero...

  Max.... c..cielo... n..no se que planeas hacer con "aquello" - apuntando a la bomba que toqueteaba con mas cariño del que un medio recomienda - pe....pero espero que..... hmmmmmm.... que esos barrotes ya no esten para cuando vuelva a desper....z....zzzzzzzzzzzz - y quedar esta vez con la cara pegada a una de las paredes del cuarto.

No habiendo pasado por alto para la chica, Levi dedicó una mirada que bien podría considerarse asesina hacia Rendam una vez que el asunto de la bomba se había relajado. Porque claro, la chica no era precisamente buena para tomar consejos o advertencias de sus compañeros varones... Pero todo se calmó en menos de un segundo cuando Sira le abrazó, provocando un sonrojillo en Levi y una sonrisa de oreja a oreja, además de no dudar en abrazarla de vuelta. -¡No tiene nada que agradeer! Podría enfrentarme a los dioses por usted, señorita Sira~- Exclamó con un tonecillo de voz cantarín y alegre.

Ya para cuando se soltaron la chica pasa a mostrarse muchísimo más animada. -¡Buenos días capitán!- Exclama a Tong Hu con un tono angelical cuando escucha su voz, algo raro en ella quien históricamente le ha llamado poco más que "viejo" y nunca con un tono muy complacido. Pero... Max de alguna forma se las arregla para destruir ese buen animo, provocando primero una mirada rara de parte de Levi quien al poco acabó por acercarse al muchacho explosivo y tratar de darle una patada. -¡¿Se puede saber qué estás haciendo con esa cosa?! ¡Tírala de una vez, degenerado!- Luego dedicaría una mirada de molestia hacia Siobhan, aunque no hacia ella precisamente sino más bien hacia el comunicador. -¡Anciano! ¿De dónde sacaste a este maniático?- Y... Ha vuelto a ser la de siempre.

Eran muchas las cosas que se podían contar de la bomba con la que Max estaba intimando. Había sido armada en la isla de Namui, en el archipiélago de Plundertörung, al noroeste del Mar del Anillo. De hecho hasta podríamos contar que el armero había sido un hombrede cuarenta y tres años llamado Flint. Lo había hecho por un encargo que la Armada le había hecho, para el último de los buques que habían llegado a la fortaleza de Befehlgard. La cuestión es que mientras  guardaba las balas para enviárlas al fuerte, precisamente ésta se le calló y se quedó apartada en un rincón. Un par de semanas después la vio y la añadió a un lote para un barco mercante. Y a partir de ahí, a navegar por el mundo cambiando de barco más veces de lo normal. Unos piratas de la llevaron de ese barco mercante. Y otros pirtas se los quitaron a los primeros. Y después curiosamente acabó en un barco de la Armada. Parecía que la bomba estaba gafada, porque iba de barco en barco sin ser disparada.... hasta ese día.

Por supuesto, Max no sabía nada de eso. Sí, el tío era muy crack en eso de las bombas. Qué menos cuando encima son tu fetiche sexual. Pero no es como si el artillero tuviera alguna habilidad especial que le permitiera ver el pasado de los objetos. Para él se trataba de una bomba corriente y moliente. Una bomba estándar dentro del estándar. Pero también una bomba que había llegado a su vida en el momento más adecuado.

—Este chico...—se escuchó quejarse al viejo pirata después de que todos se quejaran de la escenita que el artillero se estaba marcando—¡MAX! ¡DEJA DE HACER EL IDIOTA!

Tong-Hu gritó con tanta fuerza, que el altavoz del comunicador se quedó haciendo un ruido raro hasta que volvió a hablar.

—Vamos a ver zagales. ¿¡QUÉ ESTÁIS HACIENDO TAN TRANQUILOS SI OS ESTÁN ATACANDO!? ¿Habéis cogido vuestras cosas? ¿Habéis averiguado quién os ha atacado? ¿Estáis pensando como iros de allí? Que los tipos esos del Garfio son unos panolis pero... ¿Y SI ES LA ARMADA? Peor. ¿Y SI ES UN TERROR SURPREMO? ¡SALID DE ALLÍ CAGANDO LECHES!

-El capitán tiene razón- pensó Rendam - ¡debemos encontrar las cosas y salir de aquí rápido!-

-Vamos chicos, es hora de buscar nuestras cosas- Y salió de la celda, esperando que el resto de la tripulación le siguiera. Aunque la andanada de cañonazos retumbaba por todo el barco, no dejó que eso minara su concentración. Debía encontrar sí podía las llaves del resto de grilletes y el lugar donde estuvieran las armas y demás pertenencias. 

Y así se adentró en lo que hubiera más allá de los barrotes.

La patada en el trasero que Levi Devereux le dio rompió toda la tensión sexual que había entre él y aquella "Miss Bomb", pese a ello, con malestar, este se levantó y recogió aquella bomba, a fin de cuentas, era demasiada hermosa como para no verla explotar en algún momento futuro, cual buen rifle de Chéjov.

-¡Ey!. ¿¡Quieres morir!?. -Comentó molesto con la bomba bajo su hombro- ¡Como sea!. ¡Como vuestro nuevo vice-capitán os ordeno a todos que... esto... ¡Continuemos con mi plan inicial!. -Max levantaría la bomba hasta su oreja y asentiría un par de veces- ¡La Nueva Capitana dice que tenemos que recuperar nuestras armas y efectos personales y... -Volvió a llevar la bomba a la oreja- ...y ver que es lo que pasa en el exterior!.

¿Acaso realmente Max estaba escuchando lo que la bomba decía?. ¡A saber!. Teniendo en cuenta que el muchacho inhaló un montón de pólvora quizás realmente estaba escuchando lo que la bomba le susurraba; o quizás tan solo se estaba burlando de ellos. Cualquier cosa es posible.

-¡Vamos!. -Y con esto, Max Powder se acercó a la celda abierta de Marv para comprobar el estado del otro prisionero, y ya de paso por si tenía algo de valor, que probablemente no, pero nunca está de más lootear a heridos y a muertos- ¡Vamos viejo!. ¡Tenemos que largarnos de aquí antes de que la vela se apague y vengan las sombras!.

      E...espera - comentaba luego de que uno de los tanto remesones del barco me desajustara los lentes -¿  cu...cuando pasamos a ser siete ?- luego de escuchar a Max y sus curiosos alegatos de como el ahora era el segundo al mando - además.... Ya~wwwwwmmmmm... - dejando un enorme bostezo a la vez que comenzaba a seguir a Rendam - No soy muy amiga de liderazgos de sombras maquillados por canarios parlantes... bueno... - reajustando una vez mas las gafas - esferas parlantes...

      Entonces... - mientras comenzaba a tambalearme levemente de un lado a otro - ¿ alguien me puede llevar a la cocina... o trae un cafe en el peor de los casos..  -girando mi cabeza de un lado a otro - me falta jugo... y.... s...si vamos  a sacarle provecho a todo esto... estar con el tanque en rejo... c...como que Yawmmmmmmm.... - bostezando una vez mas... para no expeler mas palabras mientras parecía que iba a comenzar a roncar una vez mas.  

No es que fuese una persona supersticiosa, pero vistos los acontecimientos, cuando Siobhan localizó la vela volvió a colocarla en el lugar donde estaba. Ya que cómo le habían enseñado "mejor prevenir que curar"

Tras eso y viendo que algunos estaban atravesando la puerta de la celda puntualizó:

- Soy la primera que quiero recuperar las chuches... quiero decir las cosas, si, las cosas. Pero no olvidéis que encontrar la llave es igual de importante. Así que vamos a organizarnos, primero llaves y pertenencias y luego a salir de aquí. Estoy segura que tras esos cañonazos,  a este barco mucho tiempo no le queda.

Entonces Siobhan se dirigió a la salida de la celda, miró a su izquierda y su derecha y añadió:

- Max será mejor que dejes a tu chica aquí por ahora, las cosas se pueden poner violentas y eso causa muy mala impresión en una primera cita. Además necesitamos que alguien lleve a Mary porque intentar llevarla con esto es realmente incómodo ... -y la muchacha levantó y movió los brazos haciendo sonar las cadenas de los grilletes.

Rendam no tardó en encontrar las llaves de los grilletes. Colgaban de uno de las vigas de la bodega. Así que en un pispás los piratas se vieron con las manos liberadas, mientras el ruido en el exterior del barco se recrudecía. Por su parte Max, le echaba un vistazo al pobre Marv para verificar que su próximo destino era ser pasto de los peces. Entre los harapos del desgraciado prisionero sólo había más harapos.

Ya sólo quedaba ponerse en movimiento. A la izquierda de la celda en la que estaban, tenían las escaleras par subir, mientras que a la derecha estaba la puerta que daba a un almacén donde habían dejado al menos parte de sus pertenencias. Y lo de parte era porque los piratas habían ido rebuscando estos días en ellas. Había sido una experiencia desagradable ver como se iban llevando algunas cosas. Un día era uno de los libros de apuntar de Mary, otro un par de bombas de Max, una noche una de las bolsas de gominolas de Siobhan... Los muy cabrones de hecho se regodeaban, casi como que lo hacían queriendo. Vamos, seguro que lo hacían queriendo.

Y cuando la médico iba a avanzar hacia el almacén en busca de sus gominolas, una nueva andanada de cañonazos impactó en el barco, obligando a los piratas a cubrirse. Pero la suerte seguía de su parte porque una vez más nadie había sido alcanzado. O quizás no, porque entonces varios fogonazos iluminaron la bodega-prisión. ¡Bombas incendiarias! Los piratas se vieron rodeados de llamas por todas partes. ¡Y todavía todo podía empeorar! Porque si en el almacén seguían las bombas de Max... ¡Todo podía saltar por los aires!

¡La cosa se pone que arde chicos! Tenéis dos opciones ante vosotros. Salir de la prisión-bodega o intentar recuperar lo que queda de vuestros objetos. Ahora bien.
    - Entre los que decidáis salir, el primero en hacerlo lo hará antes de que las llamas corte el camino y sin riesgo alguno. ¿Quién será el primero? El primero en postear.
    - Los que decidan ir hacia el almacén, tendrán que superar:
       - Una tirada de  DIN + DFIS dificultad 18 para el que abra la puerta.
       - Una tirada de  DIN + DFIS dificultad 17 para el resto.
    - Los que vayan a salir pero no hayan tenido la fortuna de salir antes de quedarse sin salida, tendrán que hacer una tirada de DIN + DFIS dificultad 14.
    - Como siempre podemos discutir si otros atributos o dominios podrían ser adecuados.
    - Pensad que para una persona puede ser complicado llevar todos vuestros objetos. No penséis en maximizar que uno se arriesgue con los objetos y el resto se salve.

Max Powder era considerablemente la persona más activa del grupo en cuanto a moverse por un entorno considerablemente mucho más hostil; quizás por su experiencias previas trabajando entre la pólvora y la amenaza de una inminente explosión que tranquilamente podía volarle en pedazos, y lo peor, lo hacía con tranquilidad.

-Demasiada luz. -Comentó molesto Max Powder mientras se alejaba del cadáver de Marv e iba hacia el almacén- La vela era una fuente de luz mucho más apropiada para nuestra primera cita. Bueno... -Y con esto, abrió la puerta del Almacén para poder recuperar sus pertenencias y dejarla abierta para que los demás también pudieran venir detrás a recoger las suyas propias- ¡Pequeñinas!. ¡Papi ha vuelto!. -Comentó alegre de ver sus bombas- ¿Dónde se han metido Pip y Kabum?. No me digas que se han vuelto a perder...

      No iba a negar que una ligera sonrisa comenzaba a dibujarse en mi cansado semblante, pues entre que Rend se había echo con las llaves y que Gomi también parecía ciertamente animada por asaltar las despensas de esta tripulación, casi hacían a una comenzar a rela-

      J....joder... - comentaba con una evidente molestia a la vez que iba arreglando mis gafas y viendo que era el nuevo asunto - n...no se quien sea los que intentan abordar a los del garfio... pero se nota lo facil que se desprenden de sus recursos... - dejando una estela de molestia y lucidez en cada una de mis palabras a la vez que comenzaba a tomar rumbo a mi objetivo..

  Max... Cielo, intenta recuperar mi bitácora.... - decía al aire sin dejar de avanzar camino hacia afuera del lugar - voy a ver como calmar tanto barullo externo.... _{^{ni pensar puede una...}}  - notándose un peso mayor en cada uno de los pasos que daba por la endeble escalera, sin duda... todo el caos estaba mellando mi aletargada paciencia.

Vale, ya podemos movernos libremente—pensó Sira mientras se despojaba de sus grilletes—.Solo quedan las armas. 

Y hablando de armas, a Sira no le hizo mucha gracia que los piratas hubieran pasado días y días rebuscando entre sus pertenencias mientras se reían de todo lo que robaban, pero poco pudieron hacer. Sira solo esperaba que no se hubieran llevado sus preciosos estoques... 

Los siguientes cañonazos no los vio venir, así que cuando Sira descubrió que el almacén empezó a arder y que, aún así, Max entraba sin dudar, le entró un poco de pánico. Eso sí, esta emoción le duró solo un segundo puesto que se le había ocurrido un plan… ¡que igual salía mal! Pero no se iba a ir sin intentarlo.

—Compañeros, voy con Max a coger las armas, necesitaríamos algún par de manos...o de alas—Sira miró a Rendam y acto seguido se volvió a Mary—. Mary, ¡ten cuidado arriba!—gritó Sira mientras corría al almacén, y entró guardando la puerta para tener una visión de toda la zona y del fuego.

-Ni loco pienso seguir ordenes de un idiota como tú y su pelota de playa.- Responde Levi a Max, mordaz como siempre. -¡Además solo has repetido lo que ha dicho el viejo!- Chasquea la lengua y, pese a todo, se muestra dispuesta a continuar con ese plan. No porque Max lo ha dicho, claro, sino porque lo ha dicho el viejo y coincide con lo que ha dicho Max... O lo que sea que responda adecuadamente a su ego. Claro que podía llegar a ser infantil de vez en cuando, sobretodo bajo circunstancias de mayor presión y... Bueno, esta era innegablemente una de esas situaciones. Después de todo la posibilidad de que la armada estuviese involucrada siempre le pone los pelos de punta y le enoja al mismo tiempo. Mientras el grupo aprovecha de ir a buscar cómo librarse, Levi no pierde el tiempo y da un vistazo a través del agujero que creó la bomba para tratar de identificar a los atacantes. 

... Por desgracia no tuvo mucha oportunidad de fijarse. La explosión incendiaria le devolvió su atención al interior del barco, especialmente hacia las chicas de la tripulación y últimamente a la mascota Rendam, hacia quien estiró los brazos para que le quitase los grilletes lo más rápido posible. Ya liberada le tocó debatirse bastante entre a qué grupo seguir. Si ir con quienes salieron, o con quienes iban al almacén. Sira iba con Max, parecía buscar la ayuda de Rendam... Y, no sin mostrar algo de pique por no haberla buscado a ella, Levi acaba por tomarlo como una señal para ir junto a Mary, además de hacerle una señal a Siobhan. -¡Yo las mantendré a salvo! Y no se preocupen. Una vez recupere mi cocina les haré los dulces más dulce y el café más amargo que deseen.- Dice con un tono cantarín y amistoso, pese a las circunstancias más que desfavorables en las que se encuentran. Luego de eso sale corriendo tras de Mary, cubriéndose con los brazos para evitar las llamas... -¡Mucho cuidado señorita Sira! ¡Y ustedes, par de brutos, más les vale no dañar mis cuchillos! ¡Si les pasa algo les juro que los mato!- Suelta antes de irse, demostrando su cariño por Sira y por sus cuchillos.