—¿Goyo?—preguntó la chica sin entender qué pasaba.
—No te preocupes cariñete mío—dijo mientras la apartaba de Levi—, Goyo tiene razón. No es momento para competiciones. ¿Y si te cortas? ¡Tienes que descansar! ¡El torneo empezará en poco tiempo!
Estaba claro que nadie quería que la joven cocinara.
Antes de que Levi pudiera decir algo más, Cuchi-Cuchi se plantó ante ella.
—¡Ya lo has oído! ¡Si querías enrolarte como cocinero el puesto está cubierto!
—Vamos Cuchi-Cuchi—fue esta vez el chico llamado Goyo el que intentó calmarlo—. Que Quermosura tiene razón. No para ponerse así.
—No me fío de esa chica—susurró de una forma que Levi realmente podía oírle.
—Y bien que hago. Si fuera por vosotros, todo esto sería el caos. Menos mal que estoy yo.
—Pero si siempre dices que vivimos en el caos.
¿De verdad estaban esos dos piratas teniendo esa conversación delante de ella intentando disimular pero sin conseguirlo?
Levi suspiró, los estaba perdiendo y lo sabía, pero... No podía permitirse perder la oportunidad de obtener al menos un medallón, no cuando sus compañeras de tripulación contaban con ella, sin embargo tampoco veía mucho qué hacer. ¿Seguir presionando? Tal vez debía cambiar su enfoque...
-Oh... Siento no poder ser de su confianza.- Acabaría por decir, suspirando y negando para sí misma. -Supongo que deberé buscar refugio en alguna otra tripulación, es... Una pena. No parecen haber muchos piratas decentes por aquí.- La sola idea de "piratas decentes" le era risible, aunque bueno, la excepción siempre estaba con las chicas.
-Será una pena no poder probar su comida. Parece que cocina delicioso, pero...- Miraría a Goyo y Cuchicuchi. -Sus compañeros no parecen quererme cerca.-
... En resumen, sí, trataría de inspirar lástima.
Y contra todo pronóstico, lo de dar pena funcionó, por lo menos para Quermosura.
—¡Cuchi-Cuchi! ¡Tampoco hay que ponerse así!—dijo regañándolo—Vamos a hacer una cosa, nada de competiciones, pero yo me encargo de la cena, ¿vale?
La joven se dirigió entonces hacia Levi.
—Siéntate, en un rato estará la cena.
Quermosura se marchó tranquilamente hacia el local, seguramente para pedir que le dejaran usar la cocina. Cuando se marchó, los tres piratas suspiraron y agacharon la cabeza. Estaba claro que no querían que la joven cocinara.
-¡Espera! ¿Puedo ayudarte? Tengo muchas ganas de volver a tocar una cocina en condiciones.- Diría Levi alegremente, con una sonrisita al tiempo en que se levantaba. Estaba increíblemente aliviada de que su plan funcionase, aunque una parte de ella (que insistía en ignorar) no dejaba de sentirse culpable de la manipulación ante una hermosura como ella.
-¡Espérame!- Acabaría exclamando y yendo tras la muchacha para acompañarla a la cocina con una actitud presta y positiva, también ignorando un poco todas esas miradas hostiles y resignadas que recibía de parte de la tripulación. Aún así, se voltearía a estos y guiñaría un ojo con complicidad, en plan "yo me encargo". No podía dejar que la chica cometiese una atrocidad culinaria tampoco...
Quermosura se giró grácilmente.
—No, no, no y no—dijo con una mezcla de firmeza y dulzura—. Eres nuestra invitada. Así que siéntate con los demás.
—Ven mujer—le dijo Cuchi-Cuchi—¡Así probarás la comida de nuestra Quermosura! ¿O es que quieres robarle sus secretos culinarios?
Era curioso, pese a la pregunta desconfiada, el extraño hombre no tenía esta vez su rostro de desconfianza.
—Eso, eso—dijo un despreocupado Goyo que parecía ya menos desconfiado por la presencia de Levi, entonces llamó a un camarero—¡Oiga! ¡Marchando algo de beber por favor!
Una gota metafórica de sudor recorrió la nuca de Levi al ver la súbita insistencia de que de pronto se quedase, pero... Por desgracia no pudo hacer más, pues sabía que insistir solo levantaría más sospechas. -Qué amables...- Acaría por decir, con una sonrisita un tanto forzada y volviendo a tomar asiento en la mesa, suspirando.
... Por demás, aunque no lo haría de forma intencional, el resto de comensales podrían disfrutar de la presencia de una bella chica de notorios atributos. Que tal vez para muchos no sería símbolo de mayor atención, pero que igual podría levantar una que otra pasión por el camino. Además su forma descuidada de sentarse solo atraía más atención hacia ciertas zonas.
Las bebidas no tardaron en llegar, pero el único que bebió tranquilamente y relajado fue Goyo. El tal Cuchi-Cuchi seguía sin quitarle un ojo de encima a Levi y el capitán, era un cascarrabias. Esa gente nunca se relajaba.
—Así que tuviste un incidente con tu anterior tripulación—dijo el muchacho con pelo de cangrejo para después preguntar—. ¿Qué pasó?
Levi tomó su bebida y bebió, más que nada por cortesía que por verdaderas ganas de beber. Ya de por sí no era muy fanática del alcohol, y lo que sea que preparasen en el paraíso de los piratas de seguro sabría a agua saborizada con orina más que otra cosa. Su predisposición era mala, aunque tampoco esperaba equivocarse.
-La mar explosiva.- Sentenciaría mirando hacia abajo, hacia su jarra. La verdad es que... Ahora que Goyo lo preguntaba, pudo darse cuenta que era la primera vez que realmente se tomaba el tiempo de pensar y asimilar lo que ocurrió. No pudo evitar fruncir un poco el ceño. -... Fue una experiencia horrible. La mitad de la tripulación eran usuarios de Elixir. Hah... C'est un désastre.-
Un suspiro pesado escapó de la boca de Levi. Nadar, tratar de rescatar a sus compañeras, demasiados recuerdos que de pronto volvían. Y no se encontraba precisamente en un grupo cómodo para ir confesándolos a diestra y siniestra. -Luego tratamos de conseguir un barco, pero un idiota lo hizo explotar jugando con bombas. Así que... Aquí estamos.-
Haría una pequeña pausa al terminar de hablar, solo para acabar levantando la mirada a Cuchichi. Mal, obviamente. -¿Puedes dejar de mirarme así?-
—Tranquila no es por ti—le dijo Goyo—Cuchi-Cuchi siempre es...