Partida Rol por web

Karstark se agita, aún con energía, intenta llamar a su loba pero de su garganta solamente sale un gritito ahogado por el que Frozy continua sin despertar. El enano parece lejos de poder liberarse del mortal abrazo que le mantiene sujeto.

La materia azul celeste termina de envolver a Habib, y al sentir el tacto de Rhaztamel se lanza furiosa a él, mucho más rápida que con el hechicero, Rhaztamel trata de quitársela de encima antes de que la sonrisa del hechicero desaparezca y pronto la enorme criatura cenagosa les ha envuelto por completo y ¡PloF! , desaparecen

Vadrian se arrodilla un segundo lanzando una plegaria, un gesto que se olvidó hace cientos de años cuando los dioses olvidaron este mundo perdido, un gesto que surge desde el interior, desde una esperanza que nace en un corazón que jamás había albergado tal cosa y que, ahora, siente el espontáneo florecimiento de ésta. Traed el agua.... pronto

Habib y Rhaztamel se encuentran en una burbuja celeste, casi a oscuras, un resplandor turquesa tan solo ilumina las paredes de la bola, se están moviendo, aunque no saben a donde no hay sombras, las paredes parecen estar hechas de una substancia líquida, mocosa, que gotea, cada vez más, el hechicero sonríe al pícaro que sin poder evitarlo se acerca a él, esperando que todo tenga un buen final.

Te parece oír voces, son agudas, melodiosas y parecen hablar en verso, sombras que se mueven a gran velocidad a tu alrededor, te sientes como un renacuajo en su huevo, como un feto en su embrión, una luz antinatural dibuja a tu alrededor algo que no consigues identificar... no sabrías decir qué.... es. Sientes miedo... curiosidad

Sientes miedo Rhaz...? - No está... no está a tu lado, pero algo te está inutilizando los sentidos, apenas has conseguido escucharte a ti mismo, observas la burbuja desde el interior y distingues puntos diminutos, tratas de acercar la mano enguantada con el artefacto mágico y como si estuvieras en otra dimensión, caes en picado sobre ese pedazo de pared, pero solo para tus ojos... puedes ver como una fina capa cubre las paredes de la burbuja.... son nubes.... y más allá de éstas, allá donde las has disipado con un dedo puedes ver un pequeño bosque, pero todo parece un mar de sal... es extraño

Miras a tu alrededor, viendo el mapa del mundo que se ha formado mientras las voces continúan garlando a tu alrededor, tocas entonces un punto, deseando ver, deseando adivinar qué hay más allá de la fina capita de nubes que enturbia la visión del mapa. Tu dedo toca la superficie de la burbuja, sientes como todo el sistema se resiente, las ondas se expanden como en un estanque y pierdes el centro de gravedad, vuelves a caer en picado, sientes que la burbuja cae como si estuvieras en un ataúd.... y entonces

¡PLOF!

La burbuja revienta y caes entre gritos y aullidos de dolor, ninguno tuyo... es una batalla, sobre la dura superficie de nieve* te frotas el trasero malherido. A tu alrededor un duérgar albino dispara su ballesta contra unas criaturas que desde los árboles mantienen apresado a otro enano que se agita nerviosamente. Frente a ti, un enano sigue durmiendo plácidamente junto a un lobo blanco y un armiño.... ¿? A tu lado un cuarto enano gatea a tientas hacia los animales

Ambos rondadores zarandean a Karstark y Vorth por los aires, los alzan como si fueran algodón de azúcar para llevarse a la boca. En un momento certero Vorth consigue escabullirse.... vaya a saber uno cómo. Cae a la nieve de culo y no tiene tiempo para el sumo placer que supone quejarse y frotarse la parte dolorida, solo consigue darse la vuelta y gatear por la nieve para alejarse unos palmos del monstruo. El virote de Zulf hiere a uno de los rondadores haciendo que éste huya.

El rondador que aún no tiene cena busca con rabia ciega en busca de un voluntario, por unos momentos parece que vaya a coger a Zybax, pero el sonido de la ballesta le alerta de un peligro y hace que alargue los brazos hacia Zulf agarrándole directamente de la cabeza, Zulf trata de desembarazarse del molesto brazo en el momento en que.... aquellos que están despiertos presencian un hecho insólito

Una cortina de diminutas gotas de agua empieza a hacerse visible cuando éstas toman mayor grosor ¿desde cuando ha estado pasando esto? La cortina empieza a dibujarse en el aire, materializándose de la nada, una burbuja de agua enorme se forma frente a vuestros anonadados ojos, el agua se vuelve cada vez más antinatural hasta parecer un moco turquesa casi opaco por completo, al detalle de que una luz tenue parece provenir del interior.

Apenas teneis tiempo de ver más detalles pues al momento que la burbuja queda formada estalla, como haría cualquier burbuja. Como haría cualquier burbuja el agua que la formaba se disipa en el estallido dejando una humedad que desciende perezosa hacia el suelo, con la particularidad que alguien cae de dentro, como nacido del agua condensada cae frente a Vorth una figura humanoide, algo parecido.... a un semi-enano/semi-elfo, tal vez... si es eso posible.

El viento había dejado de soplar, ni siquiera lo habíais notado, el tiempo parecía haberse tomado un descanso, vuestros sentidos parecían haber quedado pausados, inutilizados salvo para percibir este momento. El soplo de aire barre toda esta escena, dejandoos con el monstruo gruñendo a Zulf, y el recién llegado mirando a su alrededor con el mismo asombro con el que le mirais a él.

Vorth estaba demasiado herido para conjurar. Demasiado herido para combatir. Demasiado herido para levantarse del suelo. Peeeeeeero... no estaba lo suficientemente herido para morir.

Se arrastró sobre su panza como un gusano abyecto en dirección a Zybax. Entonces le asaltó la duda. A su derecha dormía Zybax, el fiero enano. A su izquierda dormía Plik, el fiero armiño. ¿A cuál debía despertar antes? Plik sabía trepar a los árboles. Era toda una ventaja en esta situación. Zybax sabía romper árboles con los bíceps haciendo bola en el brazo. Lo cual también era una ventaja.

Miró hacia atrás y vió a Zulf en problemas. No había tiempo de dudar. Era el momento de actuar.

Zy... bax... Zyyyyyyybax...-agarró a su compañero de la ropa y lo movió para despertarlo-¡LEVANTA, JODER! Zy... bax... nos atacan... desde los árboles...

También tenía que explicarle la aparición del extraño. Obviamente habría que matarlo también. Lo importante era la misión, estaban demasiado heridos como para pararse a preguntar si el medio-medio que acababa de aparecer era amigo o enemigo. O amimigo o eneigo. O...

 El maldito zarcillo lo había atrapado, poco acostumbrado a este tipo de contiendas, el enano tuvo que dejar de intentar disparar la ballesta y en su lugar intentó zafarse de la presa.

 - ¡Levantad!

- Que? Como? ya es de dí... - el enano miró a su alrededor y se interrumpió al darse cuenta que algo no estaba bien.

Sin saber si preocuparse por las sombras que surgían de los árboles y aparentemente estaban atacando a sus compañeros o de eso que no terminaba de ser un enano que estaba en el medio del claro hizo que optara por hacer primero lo más importante. Ponerse de pie para estar listo para defenderse, o atacar, a quien hiciera falta

Zulf se libera y observa como sus compañeros, lejos de estar sobre él ayudándole, están observando al recién llegado que absorto aún mira a su alrededor con cierta sorpresa, y alzando las manos con temple y lentitud a la altura del pecho se tambalea ligeramente intentando no perder el equilibrio. Zybax pega un salto de la nieve, echando un vistazo a todo su alrededor y como él, Frozy, la loba de Karstark pega un salto accionada por un resorte y empieza a dar vueltas sobre sí misma buscando a su amo, Plik es el único que solo se levanta para enrollarse del lado contrario y seguir durmiendo plácidamente.

El monstruo no se toma el respiro que ha tomado el grupo de enanos, y ataca con ferocidad al enano que servirá para llenar su voraz estómago. Sus brazos se estiran de nuevo para enganchar de la cabeza a Zulf y así ahogarlo y los brazos de Zulf se agitan frenéticamente delante suyo para quitárselo de encima

Había sido un viaje increíble, alucinante, a este mundo extraño y frío. Su ropa, más preparada para el desierto y sus noches, no era lo bastante abrigada para ese aire húmedo y gélido. El choque físico y de temperatura hizo que estuviera algo aturdido unos breves instantes. El suelo, blanco radiante y crujiente, además de helado le hizo pensar en graba o cristales de roca pulverizados. Apenas se dio cuenta de que el vapor de su aliento se condensaba y parecía humo en su boca, ya que un grupo de hombres, robustos y de corta estatura, batallaba contra un ser más extraño todavía en lo alto de... Eso era un árbol? Pocas veces había visto uno. En su mundo no crecían las plantas tanto normalmente, pero se hablaba de plantas gigantes que daban frutos hacía mucho tiempo: los árboles. Incluso había jardines privados con arbolitos, aunque nada comparado con estos. Pero eso eran espectáculos de los ricos, no para él.

Ese ser quiere matar al hombre de piernas cortas! 

Estaba a punto de actuar cuando tuvo la sensación de que algo le faltaba. Y su querido compañero? Dónde había aterrizado? Quizá esos extraños hombres sabrían algo o estaba en otra parte. Debería buscarlo. Pero no podía dejar que esas personas paticortas murieran en manos de una criatura violenta. En eso, este mundo se parecía al suyo. No debía ser un lugar fácil para sobrevivir.

Curiosamente entendió las palabras de uno de ellos. Trataba de despertar a los demás. Habían sido sorprendidos en pleno descanso. Y había nombrado a los árboles! Cuanta agua hacía falta para criar un árbol? Tanta como la que necesitaban varias personas para vivir! Era increíble que hubieran árboles (en plural). 

Saeta infalible! Su voz sonó a través de una bocanada de humo blanco y de sus dedos salió un proyectil alargado y de un color morado, claramente sobrenatural. Se dirigió rápido hacia la criatura y le impactó con fuerza. 

AL ver que el recién llegado ataca a la criatura que se lleva al anciano curador, Zybax lo descarta como enemigo por un momento y se concentra en quienes si los están atacando. Descarta la idea del hacha y busca su viejo arco, dudando sobre si será capaz de acertar al monstruo sin darle a sus compañeros - El hielo es peligroso... mi hacha también... pero estos, estos, estos... monstruos también. No los dejaremos vivos - arenga asus compañeros

 La criatura centró sus ataques en el fornido enano, aquellas zarpas lograron traspasar su guardia, pero se resistió a ser atrapado ante el primer y el segundo ataque,  pero la criatura parecía demasiado diestra y en el tercer ataque logró apresarle.

 Zulf, se removió y sacó el puñal de cuerno y lo esgrimió contra la criatura. Pero la presa de la criatura entorpecía los movimientos del enano.

Vorth se reincorpora al ver al semi-extranjero semi-"¿ey, tú, quién coño eres?".

Ese tipo, venga de donde venga, y tenga los ancestros no enanos que tenga, había intentado alcanzar a Zulf con una especie de bola de nieve alargada y sin nieve. Fue un milagro que se equivocara y diera por error en el hombre-tentáculo.

Plik, despierta. Estamos en peligro. Ataca. Ataca. Vamos, Plik. Ataca.

Coge al armiño y lo zarandea en el aire. Plik es tan flexible que es como agitar unas tripas de lobo. Vorth también trata de silbar, pero no lo logra por culpa de los nervios. Sus labios se juntan cerca del animal, de modo que parece más que le va a plantar un morreo.

Todavía inseguro respecto a cual arma será más efectiva contra la extraña criatura que se aferra a su compañero, Zybax, finalmente, opta por la que realmente considera SU arma, el hacha de batalla propia de su pueblo. Olvidándose del escudo, la aferra con fuerza, con ambas manos, y buscando el mejor sitio para golpear mientras se acerca, intenta partir al medio al apresador... sin lastimar a Zulf

- El hielo es peligros... Y mi hacha también - repite su frase favorita mientras deja caer el filo de su arma contra la piel de la extraña criatura

El monstruo está asfixiando a Zulf, ve venir a Zybax y trata de detenerle imponiendo uno de sus largos tentáculos que le da de lleno al enano en su cara barbuda, Zybax menea frente a sí su arma sin saber si podrá llegar a alcanzarle antes de que el rondador enrosque su largo tentáculo a su alrededor

Zybax queda apresado y el monstruo enrolla sus tentáculos en sus cuerpos atrayéndoles entre sí, trata de dar unos pasos atrás, hacia el árbol, pero su movimiento es lento al tener que llevar a dos enanos fuertes que se resisten a ser movidos, el rondador lanza un gruñido a sus presas, seguramente pidiendo que se dejen llevar de una vez, y Zulf parece que lo escucha quedando innerte entre las manos del monstruo.

La loba sigue ladrando a un árbol del que cae un brazo, el sonido del segundo rondador meneándose entre las copas de los árboles indica que buscará un lugar más tranquilo donde devorar a Karstark*, Frozy parece seguir el sonido con viva esperanza.

Con los dos guerreros apresados, el druida de excursión arbórea, y un extraño forastero que ha aparecido de la nada para lanzar rayos violeta.... Vorth y Plik se encuentran más desamparados que nunca... pocas opciones le quedan al enano para salvar a unos compañeros en tan precaria situación

Plik al fin despertó, pero no quedaba tiempo para explicarle la situación. Vorth lo envolvió con las manos, y el cuerpo flexible del armiño se enrolló como una bola de nieve. El enano escupió al suelo, se ajustó una gorra imaginaria, negó con la cabeza y se dispuso a lanzar; levantó la rodilla, echó atrás el hombro y ¡zas!

Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiik

Arrojó un Plik rápido contra el rondador, y el cuerpo enroscado se desdobló en mitad de la trayectoria. Sus dientes castañearon amenazando con morder al intruso. Y...

*Plof*

Y Plik pasó de largo y se estrelló contra un árbol cercano. Quedó pegado al árbol dejando su propia silueta, y después resbaló lentamente hasta el suelo.

Uf, perdón Plik.

- Pero... Que?... Como? - las palabras de Zybax apenas se escuchan por la presión que el tentáculo realiza sobre su cuello.

El enano sacude sus brazos, enfureciéndose con la situación y preocupado porque no le dejan decir su frase favorita. Intenta sacarse de encima a la extraña criatura que le aprieta el cuello mientras aferra su hacha tratando de no perder la sujeción sobre ella

Moviéndose de derecha a izquierda y utilizando el brazo izquierdo lo intenta con denuedo, sepando, poco a poco, el brazo de su cuello

El hechicero pudo darse cuenta mejor de la situación. Esa criatura extraña parecía poderosa, pero quizá fuera vulnerable a otro de sus poderes. 

Sognocencia inmediata! 

Gritó el humano. Si cae ante mi magia, golpeadle todos a la vez! Aconsejó a los extraños humanoides. No sabía si conocían la magia. 

Temía fueran atacados por otros como ese, así que estuvo atento a su alrededor mientras desenfundaba su daga.