Partida Rol por web

Finalmente ya habiais llegado todos y comenzasteia a tomar lugares en la mesa para que los sirvientes os fueran llevando la comida que casi podiais oler deliciosa desde allí.

La tension era clara y el ambiente cargado, asi que los sirvientes dejaron todo listo y salieron de alli, solo quedandose uno en la puerta por si necesitabais algo mas traerlo con rapidez.

Cuando mi padre y las damas tomaron asiento, me senté al lado de mi reina, dejando el lado de mi padre para mi hermano, pues ese era su sitio como heredero. Bebí un trago de mi copa de vino y me serví un poco de carne para empezar a comer. Miraba de un lado a otro, pues la tensión era más que palpable. De esta reunión puede que saliera el nuevo emperador, o puede que se forjara el principio de otra nueva guerra, muy a pesar.

Temí abrir la boca pues esta era una reunión de reyes, estaba claro que eran ellos los que tenían que hablar, al menos al principio.

Cuando llegue al gran salon palpe la tension en el ambiente, pero rapidamente sonrei y salude a todos de forma cortes y agradable. No tenia ningun problema con nadie, de hecho habia hecho alguna transaccion con los Astor, que para mi eran como cualquier otro de los reinos.

Mi negocio era el comercio, lo de ser principe era como un añadido, ya que naci con ello.

Tome asiento segun ordenaba la jerarquia y la etiqueta en estos momentos.

No podia evitar sonreir ante la expectacion mientras jugueteaba paseando el dedo por la abertura de mi copa esperando quien empezaria a hablar primero.

Gracias de nuevo por la invitación Lady Satine y Victor, ¿como van las cosas por tu reino?, espero que todo bien.Hablo en todo momento en un tono neutral, para nada hostil intentando romper el hielo comenzando una conversación.

- No tenéis nada que agradecer ninguna de las familias, los Astor siempre fueron grandes amigos de mi familia y míos y los Lenger se convirtieron en mi familia el día que me case, así que no puedo hacer menos que compartir mi hogar con todos los honores. - Fue mi respuesta mientras daba un trago al vino y comenzaba a servirme la comida que me apetecía.

Tomo asiento a la cabecera de la mesa, en el lado opuesto que el otro rey, su rostro seguia siendo serio- El reino prospera enormenete, el comercio sube- dijo sin poder evitar mirar a su hermano Paul- los problemas en la ciudad bajan, la delincuencia esta mas controlada, todo progresos- tomo una copa en sus manos y se sirvio vino pegando un pequeño trago despues- supongo que vuestro reino estara igual-

Daniella se sentó junto a su rey, a su otro lado tenía a William. La joven reina se mantenía en silencio, escuchando los intentos de romper el hielo por parte de ambos monarcas. 

Con sólo verlos sentados juntos, si alguien había tenido alguna vez dudas sobre la relación entre el rey y la reina de Astor, en aquel momento se podían despejar todas. Actuaban con cierta frialdad el uno con el otro. Hasta un ciego vería que entre ambos no había ni un ápice de amor. La relación era fría y cortés, eso sí, muy cortés. 

Daniella se llevó la copa de vino tinto a los labios, y saboreó aquel espeso néctar. Tras eso empezó a comer con delicadeza, mientras la conversación a su alrededor parecía estancarse... 

Me siento junto al rey y le agradezco a mi hermano el detalle al dejarme el sitio. Esta noche me muevo de forma lenta y cauta, demasiado desconfiado de lo que podamos sacar el claro de estas conversaciones. Al fin y al cabo...los mandamases deseaban ser emperador. La otra solución es que apoyasen a algún candidato alternativo conjuntamente a cambio de ventajas.

La conversación previa comienza tranquila, sin flechas apuntadas al corazón de nadie. A ver cuanto dura eso.

Me sirvo algo de comida de las fuentes en las que veo que comen previamente otras personas, aunque por el momento no como, solo remuevo la comida en el plato. Por ahora voy mirando de uno en uno a los demás. Lo mio en el fondo es lo militar en vez de la diplomacia.

Al menos mientras otros puedan encargarse de ello.

Mientras escucho me sirvo el vino y bebo un trago tranquilo. Mi reino también prospera, la seguridad es perfecta y los recursos naturales no se agotan.Guardo un pequeño momento de silencio para probar la comida. Excelente la comida, Victor no se si estarás de acuerdo en que nuestras hostilidades deben cesar, y se me ocurre un modo perfecto para que cesen definitivamente. Si estas interesado en escuchar mi solución estaré encantado de contarte la solución que se me ocurre.

Disimulo las ganas de mirar hacia el rey con una ceja alzada. Si tiene un plan, este a sido trazado sin contar conmigo ni con mi consejo. Dado que soy el principal consejero del rey, esto me escama un tanto.

-Os escucho Alasthor, para eso estamos aqui, creo yo- su respuesta fue directa, pero por fin dibujo una sonrisa en su rostro, una como aquellas que gastaba antes de la muerte de su padre, como si algo le resultara divertido.

bebio de nuevo para intentar ocultar aquella sonrisa de una manera descarada, o quizas solo queria que todo el mundo la viera en su rostro- sin duda estamos en una situacion un tanto tensa- y asintio con la cabeza.

Doy un trago a mi copa. Te propongo al compromiso de mi hijo Connor con Arya. Eso haría que nuestros reinos vivieran en paz siempre.

Estaba bebiendo un poco de vino cuando senti que me atragantaba al oir las palabras que habian salido de boca del rey y mi mirada fue alternando de mi hermano al principe Connor.

Sabia que tarde o temprano me buscarian un marido pero sin duda aquello habia sido mas que una sorpresa para mi y mi rostro lo reflejaba, y dejaba claro que no me desagradaba la idea, pero claro teniendo en cuenta que mis esperanzas eran terminar casadas con un hombre que tuviera la edad de mi padre aquello era una luz al final del túnel.

Victor no dejo de sonreir, aquello si que era gracioso de verdad, pero aunque su rostro parecia entrenerse con aquello, por dentro estaba pensando en todos los caminos posibles ante aquella propuesta, su vista no pudo evitar posarse en su hermana, su pequeña y querida hermana, era un hermano protector, y mas ahora que tenia una posicion mucho mas importante- eso creo que no solo deberiamos hablarlo nosotros, no os lo tomeis como una ofensa, pero mi hermana no es un objeto con el que puedo comerciar alegremente, verdad Arya?- dijo lanzandole una mirada y una sonrisa.

- aunque, mi querido Alasthor, eso, no soluciona nuestro principal problema, podemos empezar primero por este tema- bebio mas de la copa y la dejo vacia ante el.

Mi hijo Connor tampoco lo es.Respondo algo mas seco. Mis hijos no so mercancía, pero deberán casarse y una buena mujer para mi hijo es todo lo que puede desear un padre como yo.

Cuando se pidió mi opinión me costo hasta tragar, mi hermano sabia que era my vergonzosa y la verdad es que esperaba pasar desapercibida en toda aquella reunión y ahora me veía siendo el centro de atención.

- Por... Por mi... no habría... ningún... problema - respondí casi tartamudeando y finalmente carraspee cogiendo fuerzas. - No hace mucho trate el tema con Lady Satine, pues ambas sabíamos que estaba entrando en edad mas que casadera, y bueno, y eso pudiera ayudar a los reinos, por mi estaría bien. - Mi mirada iba al príncipe de vez en cuando sin poder evitarlo, esperando ver sus reacciones y respuestas.

Es una suerte que no estuviese comiendo ni bebiendo nada porque lo habría esparcido por media mesa. ME limito a mirar de hito en hito a los dos reyes, tratando de no mirar a la que podría ser mi futura prometida. Esta propuesta en medio de la cena, cuando aun estábamos saludándonos con tono algo frio era...sorprendente.

Si hubiera sido el otro rey el que la propusiera habría temido una maniobra de distracción para la entrada de asesinos. Por si acaso paso la mirada por los rincones de la sala, tratando de aparentar que miro al resto de los presentes.

Creo que si este...compromiso evitase innumerables muertes y la mas que probable devastación de uno de los reinos, debería tratarse con la importancia que tiene. Los sentimientos que podamos tener la princesa o los míos propios deberían ser irrelevantes.

Mis palabras y tono son fríos y lógicos, pero mi mirada se suaviza mucho cuando miro a la princesa. Le sonrío débilmente, tratando de no revelar nada de lo que siento, como si fuera un combate de esgrima.

Tras el espectante silencio, por fin comenzo la conversacion gracias al rey Alasthor. Gracias a Dios, que ambos reyes iban con cautela y no empezaron de la manera que me habia imaginado yo cuando recibimos la noticia de que ambas familias elegirian al rey de los reinos.

Incline la cabeza levemente cuando mi hermano menciono el tema del comercio y finalmente llego la propuesta de casar a mi hermana con el primogenito de los Astor.

Sinceramente era un tanto por parte de los Astor, que me pillo por sorpresa. Mi bella hermana estaba en edad casadera y ese momento tenia que llegar algun dia....

Aunque a mi me hubiera gustado que hubiera sido mas tarde que temprano y mas con un hombre que amara.

Mire a ambos pretendientes y sus alusiones sobre el tema y preferi guardarme los comentarios para mi. Me estaba mordiendo la lengua para no hablar, pues el rey era mi hermano y la palabra la tenia el y no yo...

Apure la copa de vino de un trago y pedi a una de las sirvientas me la volviera llenar.

Estrategicamente los Astor, acababan de dar a mi hermano y nuestro reino un digno golpe maestro....

Quizás, la única que no se sorprendió ante la propuesta de Alasthor de Astor, fue su propia esposa. Sabía que para él el matrimonio tan sólo era un negocio. Era la forma de solucionar las cosas políticamente, y aunque dijera que su hijo no era un objeto con el que se pudiera comerciar, Daniella sabía que para él sí que lo era. Y si eso hacía que consiguiera algo, llegaría hasta el final con su plan. 

La joven reina miró a ambos príncipes. Por sus miradas sospechó que había algo entre ellos. Al menos no sería una relación fría y distante como la que ella mantenía con el rey. Sonrió y bajó la mirada, posándola brevemente en sus suaves y blancas manos. Como sabe jugar a este juego...

Volvió a levantar la vista y cogiendo su copa de vino se la llevó a los labios...

Cuando mi padre comentó la idea de casar a Connor con la princesa Arya me atraganté con la copa de vino que estaba bebiendo, manchando mi barbilla de vino. Me limpié con presteza y carraspeé. -Mis disculpas.

La idea me había creado una incertidumbre increible. Esto no puede estar pasando. Por los dioses padre, ¿a qué juegas?. Observé las reacciones del resto de los presentes y salvo mi padre, mi reina era la única que no parecía sorprendida. ¿Acaso ella lo sabía? Uhmm no creo. Me quedé mirando hacia el resto, pendiente de sus relaciones.