Partida Rol por web

En el momento que la reunion termine podeis postear aqui si os veis o lo que sea, si no postear marcando solo al director lo que haceis.

Victor golpeo la puerta de los aposentos de la reina, los guardias que se apostaban a los lados de esta eran hombres de plena confianza de el Rey, se apartaron y retiraron del lugar al ver aparecer a el señor del reino.

-Abrid la puerta al rey- anuncio este, mientras los soldados se alejaban bajando por la escalera de caracol, el torreon que habia sido designado a la Reina regente, mientras Victor no tubiera esposa estaba situado al sur del castillo, pero nacia de la estructura central de este.

Al escuchar la voz del rey me acerque abriendole la puerta, pudo verme descalza y ya sin las joyas puestas, el baúl que empleaba para los viajes estaba abierto y lo mire sonriendo y cerrando la puerta tras de el.

- Majestad...- Dije con una sonrisa acercandome y dandole la espalda - Ya que habeis venido, ayudarme a desatar el corset del vestido - Le pedi en tono amable mientras apartaba mi pelo a un lado - ¿Que deseais mi rey?

El Rey sonrió, rompiéndose así la mascara de frio cristal que usaba cuando era "su majestad" y volviendo a recuperar sus cálidos rasgos en la sonrisa y la mirada- quería despedirme antes de que partáis... como ya sabéis...- hablaba mientras sus manos se movían rápidas entre los hilos del corsé, desabrochando lentamente- debéis llevar un mensaje a vuestras tierras y permanecer... allí...-

A cada palabra acercaba mas su boca a los oídos de Satine, sus palabras eran cálidas y menguaban el tono a medida que la distancia era mas escasa- así que he venido a eso... a... daros, el mensaje...- y entonces la boca desvió su trayectoria del oído al cuello, besándolo. El corsé callo hacia delante desabrochado y las manos de Victor pasaron por su cintura.

Notaba como iba desabrochando las cuerdas y el corset se iba aflojando y haciendo que recuperara una repiracion normal. Notar su aliento en mi oido y sus palabras en ese tono meloso que usaba en la intimidad hicieron que mi bello se erizara sin remedio.

Sus manos en mi cintura hicieron que me girara, portando solo ya el fino camison que tenia bajo el vestido, me quede frente a el y lo mire sonriendo de forma picara, acortando las distancias al máximo - Y... ¿Cual es el mensaje mi rey...? - antes de que su padre falleciera siempre lo trataba como "mi príncipe" pero desde que el tomo la corona cambie el adjetivo y el tono, pues ahora tenia un puesto de poder solo superado por el emperador.

Hacia tiempo, el joven y desenfrenado Príncipe Victor habría sido invadido por un escalofrió interno ante la mirada de la esposa de su padre tan cercana... pero el ya no era el príncipe y ya había sostenido aquella mirada ante el demasiadas veces.

Acerco sus labios a los de Satine y rozo la comisura de sus labios levemente durante unos segundos, quizás eternos y subió las manos de su cintura unos centímetros abrazándola, para después separarse levemente- sabéis que pasaremos dos largos dias sin vernos?....-

Victor se movió a su lado soltando uno de los brazos de la cintura y haciéndola voltearse, mientras se situaba a su lado y comenzaba a caminar por la habitación de la Reina regente- el mensajero partirá mañana con el mensaje de que en dos días... nos reuniremos las dos familias, eso quiere decir que mañana cuando partáis, seran dos largos y dolorosos días...- cuando hablaba, parecía una melodia, entre susurros, caminaba de un lado al otro de la reina, pasando sus manos por los hombros de esta, susurrandole a un oído y a otro- que opináis de eso?...- cuando formulo la ultima pregunta, ambos estaban uno al lado del otro frente a la cama de Satine.

Siempre habia tenido debilidad por Victor, su padre y el rey de Astor me cortejaron a la ver y gano el rey de Lenger aquella batalla, era joven e inexperta y el ya poseía hijos cuando llegue al castillo pero... mi edad era mas cercana a la de su primogenito que a la suya, aunque aun le llevaba ventaja en unas cuantas primaveras.

Adoraba a su padre pues habia sido un gran esposo, pocos hombre cortejarian a una mujer que no puede enjendrar, pero el lo hizo. Siempre cumpli con mis labores como su esposa pero los ultimos meses... mi atención no podia desviarde de su hijo... su forma de hablarme, de mirarme, de provocarme, de hacerme sentir deseada apesar de que los años se me venían encima... era fascinante.

- Opino que deberiais dejarme un gran recuerdo que abrazar los dias que estemos separados... - susurre acercandome a el y poniendome de puntillas deje salir mi aliento en su oído - No me echareis de menos majestad...?

Cerro los ojos cuando le susurro al oído… evadiendo su mente de  todos los problemas que le daba la corona que portaba- si os digo que os echo de menos hasta cuando estáis delante de mi… y no puedo abrazaros… - movió delicadamente la mano hacia su barbilla para aguantarla de puntillas y la volvió a besar fugazmente, soltándola al momento de la barbilla y pasando sus dedos por el hombro y después el costado de la Reina.

-Os voy a dar un recuerdo ahora… y otro cuando partáis… no os apuréis… tendréis para pensar en mi y para recordarme…- sus manos se movieron despacio hasta llegar al limite del camisón subiéndolo poco a poco, dejando su torso al aire y sus pechos desnudos ante el, con los pezones duros que había estado marcando tras aquella fina tela, Victor no pareció inmutarse por aquella visión, a simple vista claro, pero una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro.

Se quedo unos segundos observándola, en silencio, la visión le fascinaba como si fuera la primera vez que la tenia en frente asi.

Aquellas palabras hicieron que mi cuerpo ardiera por dentro con un cosquilleo unico en el vientre, estar en su presencia me hacia volver a sentir como una niña y aquello era lo que mas me gustaba.

Sin ningun tipo de pudor hizo que mi torso quedara desnudo ante el, mi cuerpo apesar de los años seguia en un estado perfecto y con un detalle unico que me marcaba, las pecas que poseia en el. - ¿Os gusta lo que veis Majestad? - Pregunte dejando todo pudor a un lado yo también.

Paso una mano por detrás de su cuello, acariciando la nuca hacia arriba y perdiendo sus dedos entre el suave pelo… inspiro al acercarse a ella, y beso su mejilla, bajando hasta el cuello- todo lo que me gusta lo tomo, y lo que me encanta lo disfruto con pasión..- los besos prosiguieron por el cuello, mientras su mano libre subia por la cintura buscando uno de los pechos, para acariciarlo con delicadeza primero, y apretarlo lentamente jugando con el pezón.
Los finos labios del Rey volvieron al rostro para buscar la boca de la reina, aquel lugar de recreo para su lengua, la cual buscaba encontrarse con la de ella.

El juego de manos era típico, excitante al principio pero aburrido si se repetia, por ello la mano que acariciaba su cabello bajaba por la espalda de vez en cuando, recorriéndola con un único dedo y la mano del pecho subia para pararse en el mentón, acompañando los movimientos del beso y haciéndolos mas apasionados.

Sus palabras me hicieron sonreír abiertamente y cuando sus manos llegaron a mi cuerpo las mias no se quedaron quietas y comenzaron a despojarlo de las prendas que lo cubrían, tenia el cuerpo de un guerrero, perfecto, marcado y definido, con alguna señal de batallas ganadas que lo hacian mucho mas morboso.

Mi boca jugaba con la suya mientras nuestras lenguas danzaban en una pasion contenida por las apariencias, aun recuerdo la noche mas excitante que habia vivido con el producto del vino en la celebracion donde el trono fue testigo de la pasion que guardábamos.

Cuando finalmente tenia aquel torso perfecto ante mi mis manos comenzaron arañar con suavidad su espalda y abdomen - Espero que a mi me disfruteis con pasión... susurre juguetona Pues tener ya me teneis desde hace mucho...

Aquel apasionado momento era todo lo que necesitaba para sentirse humano de nuevo, le peso de la corona le hacia volverse Victor el tempano helado, impasible y serio, pero solo ella era capaz de devolverle la calidez.. sentir su cuerpo desnudo y ardiente pegado al sullo, el contacto mas alla de las telas y las armaduras… cada sentencia que dictaba, cada orden que daba…cada golpe de mandoble que asestaba en una batalla, levantaba una nueva capa de hielo en su ser, y solo los besos de Satine lo derretían poco a poco… Otrora había sido ardiente sin necesidad de ella, pero los tiempos cambian y las responsabilidades cambian a las personas… aquel dia en la sala del trono el no lo sabia, pero había encontrado la salvación a el tormento futuro que le esperaba… y aquella clandestinidad, aquel amor prohibido lo aumentaba todo mas aun…

Los arañazos en la espalda lo sacaban totalmente de sus pensamientos racionales y lo llevaban a un momento de estasis, a cada momento que pasaba la pasión subia mas, la levanto sin dejar de besarla, dejando que sus piernas se engancharan a su cintura y la llevo hasta el borde de la cama, donde la fue apoyando poco a poco, apoyando una mano junto a su rostro y separándose lentamente, destruyendo el momento de pasión del beso solo para reconstruir uno nuevo de miradas calidas y roces de labios que se buscan y se esconden.
-Si no fuera por ti…. Creo que seria el peor rey… y la peor persona del mundo- sus palabras sonaron temblorosas pero sus labios eran firmes.

Note como sus brazos se tensaban marcando mas cada musculo que los formaba, me elevo como si no pesara nada mientras lo rodeaba con las piernas y los brazos. no habia cosa que mas me atrajera de un hombre que la demostracion de su fuerza, no sabia si por el echo de sentirme protegida o dominada, pero... me encantaba.

Ya en la cama mis labios buscaban los suyos en un juego de quiero y no puedo, mi mano derecha se enredaba en su precioso cabello mientras la izquierda recorria su espalada por su columna vertical en una caricia de dos dedos...Sus palabras me dejaron anonadada, con mis mejillas algo rosadas, cosa que era raro ver en mi pues pocas cosas me avergonzaban...

- Yo solo cojo tu mano para que sientas un apoyo en cada decision que tomas... - susurre mientras mi pie acariciaba su pierna - Eres un gran hombre, un gran rey y si los dioses son sabios, seras un gran Emperador...

Las caricias de su pie por la pierna le hacían estremecerse, sobretodo cuando pasaban cerca de la rodilla. El tacto de la espalda de Victor era suave, mas cuando se llegaba justo debajo de las costillas derechas, se podía encontrar un pequeño hueco provocado por un impacto de flecha en una guerra pasada, cuando solo era un simple novato en la guerra, su padre lloro días por aquello, pero Victor solo sonreía y decía que era la primera condecoración.
Sus brazos tenían mas cortes y arañazos, algo mas típico en un soldado, nunca se avergonzó de ninguna de aquellas marcas, y sabia que a la reina le encantaban, solia preguntar por las batallas de cada una de ellas.

- no necesito que me lo digas, solo con saber que estas a mi lado, me hace sentirlo... se que no estarias conmigo si no lo fuera...- sus palabras se volvieron suaves y calmadas...

Apoyadas las dos manos a los lados de ella, solo podía usar la boca para jugar con ella y pronto sintió la tentación de empezar a besarla por el cuello y  bajar hacia sus pechos, firmes perfectos y redondos, le encantaba lamerlos, con un juego entre la lengua y los pezones, una guerra perdida donde la lengua va de un lado a otro intentando controlarlos a los dos… pero ese no era su objetivo, se movio a un lado de ella, sin dejar de jugar con sus senos, una de sus manos llego al encuentro con el pecho en el que su boca no jugaba, y entonces su lengua continuo bajando por aquel vientre tan ducle como la mejor fruta del este o el sur, interminable la sensación, quizás de cosquillas para ella, para el un placer que le conducia directamente a su postre… tan cercano.. la mano que tenia en los pechos los abandono para llegar  allí antes que la boca, y empezar a jugar con aquel empapado tesoro que guardaba entre las piernas, la fruta prohibida para todos menos para el… lo acaricio… jugo con el y empezó a lamerlo al tiempo que uno de los dedos lo penetraba lentamente, saliendo y entrando acompañado de un segundo dedo.

Lo mejor de Victor es que sabia como y donde tocarme para volverme loca, sus manos y boca en mis pechos hicieron que mi excitacion se disparara por completo y mi cadera empezara un baile llamandolo deseosa.

Cuando siguio su recorrido hasta llegar a mi sexo ya no pude contenerme y un fuerte gemido salio de mis labios - Oh... Victor... - Eran las unicas veces que lo llamaba por su nombre, cuando estabamos solos e intimando, pues me salia inconsciente dejando las posiciones y cargos a un lado, quedando solo el hombre y la mujer.

Tras jugar un rato con su sexo, volvió a subir besándola por todo su cuerpo de nuevo, situándose a un lado suyo y pasando las manos por donde había pasado la boca segundos antes, volvió a besarla con pasión y se separo levemente de ella, escucharla gemir era un espectáculo...

Se quedo tumbado mirándola, había jugado con ella pero como un niño caprichoso, paro antes de lo debido como si se hubiera aburrido, no dijo nada, solo se quedo ahí mirándola con una sonrisa picara, y sus dedos aun bailando alrededor de su vientre, cerca de donde hacia unos minutos habían estado encendiendo una explosión de placer en ella.

Habia encendido la pasion en mi cuerpo y ahora se apartaba dejandome con ganas de mucho mas, hace años cuando era un cria me habria quedado quieta mirandolo confusa y dudosa, pero hoy en dia ya habia vivido mucho como para actuar como una niña.

Me gire y comence a desprenderle de sus pantalones mientras mi boca se recreaba en su torso lamiendo cada cicatriz y mordiendo sus costados - ¿Ya se apago tu deseo mi rey? - Pregunte juguetona dejandolo ya completamente desnudo para mi, lo observe yo mordiendome el labio - Me encanta tu verga... - Salio de mis labios sin corte alguno, pues era una realidad y cuando entraba en la cama dejaba toda finura a un lado.