Partida Rol por web

-Senn tiene razón, Walter. Tu actuación merece un castigo ejemplar. Demasiadas personas han muerto en tus manos. Demasiadas. has matado al dirigente italiano. Quizás no sean perfectos, pero su país nos tendió la mano, y usted lo agradece matándo a su dirigente. No lo puedo tolerar. Adiós, Walter. Nos veremos en el infierno.- 

El capitán carga su MP40, y a continuación dispara una ráfaga corta al teniente Walter. 

Senn se queda impavido ante las palabras del Capitan y el fusilamiento de Walter.

Capitan... yo... le soy leal. Usted dira, mi señor...

Matog completamente anonadado comtempla como toda la situación se le fue, a el y a los otros, completamente de las manos.

Lo que había sido un intento de intimidar a Crespi (o como se llame) actuando un poco como, creia el, lo haría Stein se fue completamente al diablo gracias a la locura de Holfred Walter, cuyo cadaver humeante estaba en el suelo del vagón.

Pero ahora Stein se había vuelto completamente loco también. ¿Por que último a Walter? ¿Por que no esperar hasta Berlín para una acción disciplinaria como corresponde en ves de una ejecución sin sentido?

Esto parecía un sueño, una pesadilla fuera de control.

Strags estaba muerto, Walter lo mismo, Senn paralizado entre el miedo y la lealtad.

Nadie había reparado que Matog seguía armado.

Tan livido y demente estaba Stein que no había ni reparado en su luger.

- Dios mio, no se si es lo correcto o no. Que alguién me perdone... dijo apenas susurrando.

Matog levato la luger y le dió dos tiros en la espalda a Stein...

Al caer este solto el MP40 que Matog prontamene recogió

Solo Dios sabe lo que pasaría a continuación.

Stein observa por el rabillo del ojo como Matog apunta su arma hacia él y rápidamente le encañona con el subfusil, no obstante Silverg es más rápido y el hombro del capitán le juega una mala pasada, en el peor momento...

Matog dispara dos veces al capitán, una en el pecho y otra en la cadera, a Stein le fallan las piernaa pero pulsa el gatillo, dos proyectiles alcanzan a Matog, en el antebrazo y en la ingle. Otra bala impacta muy cerca de la cabeza de Sofía.

Stein cae muerto al suelo, Matog se apoya en la pared del tren y se desliza hasta tocar el suelo, un enorme chorro de sangre brota de su pierna, todos saben qué arteria acaba de ser perforada...

El alférez Berger alza su arma contra Matog, pero el teniente Senn observa el gesto y placa a Berger, el arma se desliza hasta los pies de Alexandro, ambos caen al suelo e inician un intercambio de golpes con furia y sin mesura...

¡Alto! grita Senn ¡No mas muertes! ¡NO MAS MUERTES!

Francesco se tira al suelo y se esconde debajo de la mesa. Al parecer el momento de pánico y la bala que ha impactado junto a la cabeza de Sofía han acabado por sacar al gallina que lleva dentro.

Fingiendo esconderse bajo la mesa presa del miedo, Francesco saca un pañuelo del bolsillo de su chaqueta y recoge el arma de Berger que se ha deslizado hasta él. Oculta con rapidez el arma antes de que nadie pueda ver lo que acaba de hacer.

Esta vez no me van a volver a pillar en una situación similar. Está claro que necesitamos algún tipo de protección.

La fuerza de los disparos de Stein empujan a Matago hacia una de las parades del vagón y lentamente, muy lentamente este se desliza hasta el suelo del mismo.

La sangre brota a borbotones de su entrepierna, cada ves le es mas díficil mantener el conocimiento

Trata de hablar pero solo le sale un susurro...

- No había otra opción, estaba loco Senn Matog se sonrie sabiendo que le queda muy poco totalmente loco, nos hubiera matado a todos... mejor... hubiera... seguido... la... carrera... de... físico... *coff* *coff* ¿Eh Senn? *coff*

Aún esta apenas conciente cuando Senn y a Berger comienzan a enfrentarse a golpes de puño.

Senn golpea a Berger repetidas veces en la cabeza y trata de inmovilizarlo...

¡PARA MALDITO PARA! le grita. ¡AUN TENEMOS QUE LLEGAR A BERLIN!

Viendo al alferez Berger, tan desatado como el otrora Capitán Stein, ataca a Senn sin hacer caso a razón alguna.

Al ver esto Silverg Matog se dispone a realizar lo que tal ves sea la última acción de su vida, aunque probablemente no la mas cuerda.

Aún tiene la luger.

Realizando un esfuerzo sobrehumano levanta el brazo derecho y dispara un tiro a Berger con la esperanza de poner fin a toda esta locura.

El tiro le impacta, pero no puede ver bien donde.

Acto seguido, presa de un cansancio mortal, deja caer el arma.

Sin poder articular ni un grito me refugio bajo la mesa, con Alexandro, temblando, y sin entender del todo qué ha pasado. Sólo oigo los disparos y me ha parecido ver sangre. Debajo de la mesa comienzo a llorar suavemente, y me cubro la cara con las manos, meciéndome despacio.

- Santa Madonna, vamos a morir todos, ¿por qué tuve que tomar este tren? ¿por qué ?

He observado atonito como los alemanes se mataban entre ellos, como Berguer y Senn se peleaban y como Matog disparaba en direccion a Berger- y luego se habla de la mitica disciplina germana. A este paso no va quedar ni uno de ellos para cuando lleguemos a Berlin. Lo que mas me preocupa es que quede alguno, porque estos locos son capaces de matarnos a todos.

Es hora de tomar una decision. Me acerco cautelosamente a la mesa bajo la que estan Alexandro y la srta. Macinni y cojo el arma que Senn ha arrebatado a Berger y apunto a los alemanes- lo siento, señores. Ustedes han matado a dos de nuestro compatriotas, y es evidente que se han vuelto todos locos, la clara prueba es que se han matado entre ellos. Asi que para garantizar nuestra seguridad, lo unico que puedo hacer es acabar con los elementos negativos de este tren- no creo que nos permitan irnos y tener la oportunidad de contar lo que ha ocurrido. Es ellos o nosotros. Apunto a Senn a la cabeza- no es nada personal. Tras esto disparo a Senn entre los ojos y varias veces mas en la cabeza para asegurarme. Despues apunto a Berger y le frio el pecho a balazos.

Bajo la mesa ves que la cara de Francesco tiene una determinación que no cuadra para nada con su escenita de refugio bajo la mesa. Cuando te ve refugiarte junto a él se lleva un dedo a la boca en un gesto de pedir silencio y te enseña algo que rápidamente vuelve a ocultar:

Envuelto en un pañuelo de seda blanco puedes ver el arma de Berger.

Tranquila, no dejaré que nada nos pase. - Susurra.

Matog en lo que pueda ser su última opción dispara a Berger alcanzándole en el hombro izquierdo, Senn aprovecha el momento para inutilizar los brazos de su oponente, quien queda a merced del teniente.

Matog está inmóvil...posiblemente muerto...

Gario, al no encontrar el arma de Berger golpea al alférez dos veces con la rodilla, dejándolo inconsciente en el suelo...