Partida Rol por web

Bueno pues parece que hay dos caminos, uno largo y que parece más seguro o el corto y con acción al pasar por el centro de la nave. ¿Cómo lo veis? comento a mis compañeros sin perder de vista los pasillos por si aparecía visita.

- Tenemos que jugárnosla al camino rápido. - 

Dijo tajante la soldado.

- La comunicación con el Teniente Comandante no era demasiado tranquila, y el sonido de los blasters de fondo creo que son motivo suficiente para elegir el asalto frontal.

Miró entonces el reguero de sangre y los cuerpos del suelo señalándolos con la punta de su arma.

- Esta escoria no son rivales para nosotros. Somos la élite del imperio. Avancemos en formación y teniendo en mente lo que hemos aprendido, terminaremos este asalto antes de la hora de comer. - 

-Totalmente de acuerdo. Ya hemos demostrado que estamos listos para acabar con quien se ponga por delante. EL camino largo igual nos hace llegar demasiado tarde.

Estaba convencido de la capacidad del grupo, cualquier duda quedó solventada con el primer combate en el que actuaron con gran orden y criterio.

-Voto por el camino rápido -indicó Wexley, en tono seco-. Si hemos conseguido acabar con esa escoria sin sufrir bajas en nuestro primer enfrentamiento, apuesto que podremos hacer frente a esos criminales si se ponen en nuestro camino.

Al acabar de desconectar mi modulo de datos y dejarlo asegurado en su sitio tres de mis compañeros ya han optado por el camino más directo y uno por el más largo.

Lo único que puedo conseguir optando por el camino mas largo es que el que queda por pronunciarse diga también el mas largo y nos quedemos aquí discutiendo mientras continua el combate, y eso no puede ser.

– Si ha monitorizado en el puente mi conexión sabrán que el ordenador nos ha ofrecido una ruta que flanquearía los combates quedando rodeados sus efectivos. Lo lógico es que envíen gente a bloquearnos el paso y por tanto por el camino mas corto y ya sabemos que no se rinden.

El consenso alcanzado es el de un ataque directo para aprovechar el impetu con el que contais en estos momentos. Rapidamente recogeis vuestras armas y fusil en ristre empezais a avanzar por los pasillos de la nave. Os fijais que se trata de un carguero que ha vivido tiempos mejores. Paneles arrancados, basura en los rincones así como pintadas en hutt os dan una idea de que los días en que esta nave se dedicó a cualquier clase de actividad legal quedan muy lejos en el pasado.

Siguiendo el holograma en el módulo de datos de Albrecht dais rodeos y escogeis adecuadamente en las bifurcaciones. Al cabo de unos minutos de paso ligero veis como el pasillo se ensancha dando acceso a un amplia sala al fondo de la cual distinguiis el acceso mediante una puerta de presión al puente. 

Os llama la atención ver tres de los rufianes que parecen estar manejando lo que parece ser un par de enormes cajas, más altas que un humano, tratando de abrirlas con unas palancas.

Ajenos a vuestra entrada los tres no advierten vuestra llegada.

Balon se acercó dentro de lo posible para mejorar sus opciones de disparo . Se tomó su tiempo para apuntar y señaló a sus compañeros para que tomasen posiciones a su vez. La idea era realizar un ataque combinado y neutralizarlos antes de que pudieran hacer nada. 

A pesar de temer encontrarme bandidos atrincherados detrás de alguna barricada al atravesar cada recodo pero seguimos adelante y adelante… Hasta que encontramos tres enemigos que parece que están preparando alguna cosa.

Sigo el ejemplo de Balon tomando posiciones al lado de éste mientras apunto cuidadosamente a uno de ellos con mi fusil blaster.

Wexley vio cómo sus dos compañeros tomaban posiciones, apuntando a aquellos tres rufianes que trataban de abrir con unas palancas unas cajas de tamaño superior al de un humano. Solo era tres contra ellos seis, por lo que intuía que nos le llevaría ningún riesgo acabar con ellos antes incluso de que se percataran de la presencia de los imperiales.

Tomando su fusil bláster, el joven cadete tomó posición al lado de Balon y Albrecht y apuntó con su arma a uno de aquellos tres enemigos.

Tomó posiciones junto a mis compañeros y apunto a uno de los enemigos. Teníamos que aprovechar el factor sorpresa mientras tuviéramos está ventaja.

Vio como el resto de compañeros comenzaron a preparar una emboscada siguiendo el protocolo de los entrenamientos, pero esta vez un fallo iba a suponer la muerte.

Se colocó a la izquierda de Wexley, apuntó a un enemigo y esperó susurro en el comunicador.

-En posición, listo para disparar cuando Adrieira complete el posicionamiento.

Finalmente Adriera se colocó junto al resto de sus compañeros. Con su mano hizo un gesto de negativa señalando sus fusiles. Ella guardó el suyo y sacó su virbocuchillo. Llevó su otra mano a la boca y colocando su dedo índice en los labios. No sabía lo que podía haber en las cajas, podrían ser explosivos y un disparo fallido podría causar una explosión con muy malas consecuencias. 

Además, contaban con el factor sorpresa a pesar de ir por el camino directo. Un disparo delataría su posición.

Esperó a que sus compañeros decidieran si disparar o sacar sus armas cuerpo a cuerpo y hacer lo que ella llevaba en mente.

Al ver que Adrieira en lugar de tomar posiciones después de guardar el fusil, desenfunda su vibrocuchillo y nos indica que seguirá avanzando hago lo mismo que ella.

No podemos dejarla sola, son tres, y no soy tan buen tirador como para disparar sin arriesgarme a darle a ella.

Es extraño que no hayan elegido a un par de nosotros como el comandante y su segundo para saber quién toma estas decisiones.

No le parecía la mejor idea luchar cuerpo a cuerpo pero si que era la mejor manera de avanzar sigilosamente. Copiando a Adrieira, guardo el fusil bláster y sacó el Vibrocuchillo. Miró para la soldado imperial y le hizo un gesto afirmativo para que contase con él. A continuación le marcó de cual se encargaba él. Solo hacía falta que uno más se uniera al plan y estarían listos para actuar.

Wexley entendió que la táctica de Adriera era acabar con aquellos adversarios cuerpo a cuerpo, usando su vibrocuchillo. Sería rápido y sigiloso. Además, Ludwig y Nox ya estaban secundándola con sus respectivos vibrocuchillos. Eran tres a por tres, por lo que podrían despacharlos sin hacer ruido.

Aun así, el joven decidió avanzar tras sus compañeros y apuntar con su fusil blaster directo a la cabeza de uno de los tres rufianes. Si los vibrocuchillos no conseguían matar a los opontentes, Wexley efectuaría un disparo antes de que uno de los enemigos pudiera dar la voz de alarma.

Balon asintió. La infiltración era su especialidad, de modo que se armó de vibrocuchillo y avanzando despacio, se situó detrás de uno de los enemigos y se dispuso a lanzar un ataque letal coordinándose con el resto de sus compañeros. 

Los rufianes no se aperciben de vuestro acercamiento sigiloso y sus espaldas resultan un blanco extremadamente tentador para vuestros afilados vibrocuchillos. Estas armas de combate cuerpo a cuerpo consisten en una hoja cuyo filo vibra imperceptiblemente aumentando eso si la potencia de su corte, logrando traspasar con facilidad hasta las carnes más duras. Aunque formen parte del equipo habitual de un soldado de asalto pocos son los que se atreven a cortejar el peligro en una distancia tan corta.

Sujetando con fuerza dichas armas y reduciendo segundo a segundo los pasos hasta el enemigo veis como estos acaban de soltar los cierres de las cajas, con el sonido de pistones hidraulicos empujando las tapas estas empiezan a desplazarse lateralmente.

Las cajas en si mismas parecen viejas y presentan incluso manchas de barro en sus laterales, como si hubiesen estado enterradas o almacenadas de forma descuidada a la intemperie.

Balon llegó hasta su víctima y con un movimiento rápido, intentó tapar su boca al tiempo que tiraba de su cabeza para atrás para, con un movimiento rápido y estudiado, cortarle el cuello cuanto antes. El vibrofilo se desliza con facilidad sobre el cuello abriendo una herida que comenzó a sangrar a borbotones. El cuerpo cayó hacia atrás. Balon retuvo la caida para evitar que el ruido al caer pusiera en sobreaviso al resto y lo despla´zo fuera de su punto de vista.

Adrieira se acercó con sigilo, pero parece que con demasiado poco, pues su enemigo se percató de su llegada y pudo esquivar el ataque que la soldado había preparado. Maldijo para si misma, preparándose para iniciar un combate. Solo esperaba poder acabar rápidamente con él para que no diera la voz de alarma.

Bethan coordinó los tiempos con sus compañeros, y cuando estuvo detrás de su víctima, le clavó a la altura del cuello el vibrocuchillo, agarrando al rival para evitar ruido con la caída del cuerpo o por si acaso era necesario volver a clavarle el arma.