Partida Rol por web

Dos de mis compañeros se me han adelantado siguiendo a Adrieira, seguramente por seguirla tan de cerca su objetivo se mueve en el último instante haciendo que falle. Intento acabar con él lanzando hacia su cuerpo el brazo en que empuño el Vibrocuchillo.

Veo como mis compañeros se adelantan y acaban con los tres rufianes, además de manera silenciosa para no llamar mucho la atención. Aún así estoy preparado con mi fusil por si aparecen más enemigos.

Wexley se acercó junto con Ethan. Él no era especialmente bueno con los vibrocuchillos, por lo que se mantuvo al lado de sus compañeros, apuntando directamente a la cabeza de los rufianes para disparar en caso de que alguno de sus compañeros no lograra liquidarlos por la espalda.

Por favor leed esta vez primero las notas ¡y disculpad el tocho!

Como leyendose la mente varios cadetes avanzaron desenfundando sus vibrocuchillos y colgandose en bandolera sus fusiles. La situación requería de sigilo para aprovechar la ventaja táctica. Y con mortal precisión las hojas de los jovenes defensores del Imperio actuaron como juez, jurado y verdugo de los maleantes.  

El primero en golpear fue Balon quien antes de que su victima lo viese llegar clavó con fuerza el arma en el cuello desprotegido de este. Sin dejar escapar ni un suspiro el pirata espacial se desplomó en sus brazos como una marioneta sin hilos. 

Peor suerte tuvo Adrieira pues su enemigo detectó su aproximación y dandose la vuelta se preparó para entablar combate. Preparación inutil pues Bethan cayó sobre él desde el flanco y tras hundirle varias veces la hoja en el cuello tal y como hizo Balon logró acabar con él.

En ese momento el tercero de ellos dejó de manipular la enorme caja y se volvió para hacer frente a sus atacantes. ¡El sonido causado por la agitación del maleante reducido por Adrieira y Bethan lo había puesto sobre aviso!. Perdió un segundo en dar un grito para avisar a sus camaradas ahí en la sala de mandos. Y aunque la hoja de Albrecht acabó con rapidez con su grito clavandose en su corazón el daño estaba hecho y el sigilo roto.

La alarma de a bordo vuelve a sonar con estridencia y veis como desde el puente uno de los miembros de la tripulación corre a tratar de cerrarla.

A su vez un nuevo sonido omnioso sale del interior de las cajas que manipulaban los operarios. Las tapas completan su desplazamiento lateral como si de sarcofagos se tratase y la luz de la sala os permite ver unas enormes formas, vagamente humanoides, reposando en su interior. El reflejo cromado el motal que se atisba en su interior contrasta con el aspecto ajado de las propias cajas.

Y entre medio del ruido de la alrma oiis el sonido como de motores activandose, nodulos de energía cargandose y redes de neurocircuitos activandose. Tres puntos de luz amarillenta se iluminan en la cabeza y el pecho de las figuras y con una agilidad sorprendente para su tamaño de repente estas parecen saltar del interior de las cajas.

Ante el grupo de avanzada se plantan dos enormes figuras, gigantes hechos de metal que rapidamente despliegan unas amenazadoras barras de combate. Se trata obviamente de droides de combate, y peligrosos.

O incluso mortales.

El primero de los droides no pierde un segundo y con la resolució exenta de temor y emoción de las máquinas se lanza al ataque contra su objetivo más próximo: Adrieira.

Con una rapidez sorprendente para tal mole el droide maneja su vara de combate y golpea a la cadete en el ambdomen. El movimiento es tan rápido que casi os parecería que el grito de dolor es previo al golpe. La muchacha nota el golpe a través del blindaje y como el dolor se extiende por todos sus nervios. 

Con la precisión de la máquina perfecta que es el droide se prepara para volver a atacar.

Adriera pudo sentir aquel golpe por todo su cuerpo, casi hasta el punto de provocarle un mareo. No obstante pudo recuperarse a tiempo antes del siguiente golpe. Estaba claro que cuerpo a cuerpo no era rival para aquella máquina de matar. Malditos piratas... ¿Que hacían con esto en su cargamento?

Dio un salto hacia atrás, otro golpe como ese y no hay duda de que acabaría con ella, era hora de poner distancia de por medio. Desenfundó su fusil guardando el vibrocuchillo y disparó tan rápido como fue posible para ella.

El fusil impactó en su coraza metálica, pero lo cierto es que no parecía que le hubiera afectado lo más mínimo... el haber tenido que desenfundar y alejarse sumado al dolor que no desaparecía del golpe hizo que el disparo no fuera todo lo certero que podría haber sido.

- ¡¡ Cuidado chicos !! No os expongáis a un combate cuerpo a cuerpo - 

Me pregunto si habrá alguna forma de desconectarlos y acabar con ellos más rápido. Adrieira dió un vistazo a la sala, esperando encontrar una grúa o algo similar que usar para poder despachar a los droides... Trató de hacer memoria sobre si tenían algún punto débil...

Ves en el lateral derecho de la sala (mirando desde la puerta por donde entrasteis) un par de pequeños tanques de gas comprimido. Cada uno de ellos mide mas o menos la altura de un humano y debe pesar una treintena de kilos. Probablemente contengan gases volatiles aunque tratar de hacerlos estallar puede ser muy peligroso.

El segundo droide también escoge sus objetivos con la celeridad de la mente electrónica que anima su mortal propósito. Con un par de rápidas zancadas se acerca al grupo formado por los otros tres cadetes que atacaron a los operarios que manejaban las cajas. 

Moviendo con celeridad su vara de combate descarga un golpe sobre Nox alcanzandole en el hombro. Aunque la armadura logra detener una parte importante del daño el golpe es tan certero como demoledor y por un segundo el cadete nota como se le aflojan las piernas a causa del dolor.

Balon desde su posición se dispuso a abatir al droide más cercano apuntando a la cabeza. El disparo impacta con precisión haciendo que de la cabeza del droide comience a salir humo. El droide trastablillea a consecuencia de los daños. El muchacho no pierde ocasión de retroceder para poner distancia con los droides.

El droide lo había golpeado de forma realmente contundente, por un momento su mente sufrió un pequeño shock, nunca nadie le había impactado de esa forma. A pesar de ello, recuperó el control, sinó se movía pronto el siguiente golpe podía ser el definitivo.

De forma autómata retrocedió hacia donde estaban Ethan y Wex. Guardo el vibrocuchillo y sacó el fusil de asalto. Mientras retrocedía disparó y a pesar de ello impactó de lleno en el droide.

-Concentremos el fuego en uno de ellos, tenemos que impedir que lleguen al cuerpo a cuerpo.

Quedo durante unos segundos sorprendido de encontrarme que esta escoria dispone de droides de combate y tan efectivos como estos. Es evidente de que no son una creación improvisara añadiéndole armas a uno de mantenimiento.

Aun quedo más afectado por las heridas que les provocan a dos de nosotros.

Hasta que comienzan a disparar mis compañeros no reacciono disparando al mismo que ellos, después de guardar el vibrocuchillo y empuñar el rifle. Disparo buscando un impacto directo en su torso. Le impacto, pero da la impresión de ni inmutarse.

Wexley se mantenía disparando desde su posición, al lado de Ethan Malkovich. Pudo ver que Adriera y Nox habían sido elegidos como objetivos por parte de aquellos letales droides de combate y decidió comenzar a disparar en dirección a uno de ellos, buscando alcanzar al hojalata en torso y cabeza.

Nunca antes había visto un droide como aquellos y, viendo la forma en que habían atacado a nuestros dos compañeros, era evidente que se trataban de una creación de lo más peligrosa.

Con mi fusil aún en mano apunto a uno de ellos consiguiendo impactar pero apenas haciéndole efecto. Estos droides son bastante duros y no será fácil acabar con ellos. Hay que buscar su punto debil, no creo que sea fácil hacerles daños con nuestros disparos. Son demasiado duros.

Reconoces los droides de los holovideos de las Guerras Clon. Se trata de MagnaGuardias, droides de combate que se solían asignar a la protección de los generales y mandatarios de la CSA. Son maquinas especializadas en el combate cuerpo a cuerpo, rapidas y mortiferas.

Notas un escalofrío de miedo corriendote por la espalda.

El primer asalto de los droides resulta brutal. Los golpes son certeros, la velocidad impresionante y el peligro real. Esto no son aprendices de matón galáctico si no maquinas creadas para matar.

Pero reaccionais con la rapidez y decisión que vuestros instructores os inculcaron. Devolveis los golpes con disparos de laser contra el cuerpo y las cabezas de vuestros atacantes. El disparo de Balon abre el combate y uno tras otro los cadetes van eligiendo objetivo y descargando sus fusiles. 

Los disparos de Balon y Albrecth logran no solo dañar la superficie cromada del cuerpo de uno de los droides si no desquilibrarlo  al freir algunos circuitos importantes. Durante unos segundos mientras el sistema se repara la figura se tambalea como si estuviese bebida, sus movimientos erráticos y descompensados.

Pero es el disparo de Wex el que causa el mayor daño. Una nube de chispas salta del segundo magnaguardia cuando el disparo impacta llevandose por delante parte de la cabeza del droide. Este queda deteido durante un segundo mientras su cerebro elecrtónico trata de recomponerse tras los graves daños.

Sin un quejidos las máquinas aguantan la descarga de disparos mientras omniosamente se acercan hacia sus siguientes objetivos.

Wexley apenas podía creerlo. Su disparo prácticamente había destrozado parte de la cabeza del droide contra el que se enfrentaba, por lo que, viéndolo debilitado, optó por disparar de nuevo cuanto antes contra aquel hojalata.

-¡Centrémonos en acabar con ese primero, cadetes! -le indicó a sus compañeros, señalando al letal droide-. ¡Ya casi lo tenemos! ¡No aguantará mucho más!

La maquina sigue con su curso mortal directo a repetir su ataque contra Adrieira. Aun tras los daños de los disparos recibidos el golpe sigue siendo preciso. Impacta contra el abdomen de Adrieira con fuerza, esta nota como se le escapa el aire. Con una rapida floritura la maquina mueve su bastón de combate y aprovecha el momento de debilidad de Adrierira para empujarla con la punta de la vara de combate haciendo que se inerponga parcialmente en la linea de tiro de sus compañeros.

Parecía que aquel droide se había encariñado con ella...  Además había logrado dejarme expuesta, dejándome justo entre mis compañeros y él mismo. De nuevo Adrieira trató de alejarse del droide, obtener distancia era primordial. El salto hacia atrás fue doloroso, a pesar de su armadura el golpe le dejaría marcas para un par de semanas como poco.

Vista su situación trató de alejarse todavía más, no se sentía con fuerzas para proseguir el combate. 

- Chicos, necesito ayuda con este cacho de metal - 

Dijo mientras centraba su fuego en el droide que había dicho Wexley. Si lograban destruirlo lidiar solo con uno sería más sencillo. El dolor y la carrera por tomar distancia con el droide habían mermado su capacidad de disparo, y el disparo impactó en la placa de metal de detrás del droide, haciendo que se cayera al suelo...

Balon seguía retrocediendo intentando evitar el letal contacto cuerpo a cuerpo de los droides mientras seguía disparando. Cerró filas con Adriera que retrocedía a toda velocidad desde una posición más avanzada. 

El Droide de Wexley trastablilleaba a punto de desmoronarse y tropezó contra otro de ellos, desestabilizándolo, lo cual proporcionó a Balon una ventaja para abrir fuego contra él que no pensaba desaprovechar.*