Partida Rol por web

Aquellas alertas sonando a todo volumen en un habitáculo tan pequeño, el poco espacio que quedaba para maniobrar y la nula práctica con esos sistemas de control de la nave no hacía sino poner a Adrieira más y más nerviosa. Un empujón hacia la derecha para enfocar la cápsula hacia el planeta. Un poco más hacia arriba para levantar el morro y no impactar de lleno y justo entonces un golpe de lo que sea, viento, un ave, ... el jodido destino llamando a la cabina con su guadaña segadora.

- Agarraos bien chicos, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo y esto es jodidamente difícil de controlar - 

Dijo tensando sus músculos e intentando recordar cada lección acerca de aterrizajes forzosos, supervivencia básica y sobre todo con el sentimiento de que tenía que sobrevivir para hacer justicia al sacrificio de sus compañeros y hermanos imperiales.

Ambas capsulas se desploman a toda velocidad hacia la superficie del planeta. Manejando de forma frenética los mandos de las mismas los cadetes tratan de ajustar la trayectoria.

Sin demasiado éxito.

El impacto contra la densa selva que cubre Vendaxa hace saltar por los aires arboles y demás vegetación dejando cada capsula una cicatriz humeante en la superficie durante varias decenas de metros antes de volver a caer e impactar con un ruido acuático. Dentro de las capsulas el duro aterrizaje os hace golpearos contra las paredes de los vehiculos de salvamento dejandoos magulladuras y quien sabe si algún hueso roto.

Aún así por suerte son las propias capsulas las que se llevan lo peor del impacto y para cuando el mundo deja de girar y temblar os encontrais que seguiis respirando. Desatrancais las puertas y lograis salir. 

Os encontrais con que ambas capsulas han acabado yaciendo a una decena de metros una de la otra en el lecho de un rio de aguas marronosas. A ambos lados del rio se extiende una selva impenetrable. El calor humedo y asfixiante os golpea inmediatamente y vuestros oidos se llenan de una multitud de sonidos de insectos, vegetación susurrante y quien sabe que criaturas se moverán en la selva.

El aterrizaje había sido duro, demasiado para su gusto. Una vez fuera de la nave se palpó las costillas del lado izquierdo y no estaba seguro de si tenía un par de ellas fisuradas.

-Wexley apunta por ahí, Adrieira no es la mejor piloto del grupo. -gruñó a la par que le guiñaba el ojo a la aludida.

Mirando a su alrededor solamente había selva, nada más a la vista, a excepción de la otra cápsula pudiendo ver que de ella comenzaban a salir sus compañeros.

-¿Todo bien por ahí?.

Wexley salió de la cápsula con pasos tambaleantes, sentía todo su cuerpo dolorido por el impacto, sorprendido de que la caída no hubiera llegado a matarles. Ahora se encontraban en la superficie de Vendaxa, en el lecho de río de una selva que al joven cadete le resultaba interminable.

-Por aquí, estoy entero -dijo, respondiendo a la pregunta de Nox, con una sonrisa amarga-. Es una suerte que sigamos todos vivos.

Tomando su bláster, Wexley se puso en guardia, apuntando en dirección a la selva, para no verse sorprendido por posibles tropas enemigas o fauna local.

Magullado y con su orgullo herido como herida más grave, Balon salió reptando del interior de la cápsula de escape. En algún lugar cercano había caido la otra. No tardó en reunirse con el resto del grupo. 

- Parece que estamos todos a salvo. Será mejor ponerse en marcha. Es probable que hayan detectado las cápsulas y estén mandando un contingente de tropas hacia aquí. La cuestión es hacia dónde. 

Balon oteó el horizonte buscando la forma de orientarse. 

Albrecht sale renqueando de la capsula apoyándose en el árbol más cercano.

– Quede bastante herido en la nave. Voy a buscar si hay algún botiquín en la capsula. Algo de material de supervivencia debe haber, comida, agua… No sería lógico que en medio de la evacuación la gente tuviera que pasar por las cocinas y la enfermería para abastecerlas.

Con dificultades salió de la nave estrellada. El calor y la humedad de la selva golpeó con fuerza a Adrieira que se mareo un poco y tuvo que agarrarse a la humeante cápsula. Se rebusco en sus pertenencias cuando se hubo recuperado y miró a Ludwig.

- Yo tengo de cuando hemos pasado por la enfermería un medpac y 4 inyectores - Cogió uno de ellos y se pinchó directamente en la pierna, notando de nuevo y de forma inmediata el efecto de los relajantes y los reparadores de tejidos.

Entonces miró a Nox.

- Ya tomo nota yo... la próxima vez que conduzca otro - Dijo riendo y mirando a su alrededor.

Se percató entonces que estaban en un entorno hostil, desconocido y con una falta total de ubicación, órdenes u objetivos claros. Agarró su arma y apuntó a los árboles, fijándose muy bien y detenidamente en los posibles peligros que pudiera haber por los alrededores.

- Chicos, tenemos que asegurar la zona, encontrar una posición elevada para ubicarnos y pensar en que cojones vamos a hacer ahora. - Tras unos segundos pensativa en los que no dejaba de escudriñar la espesa selva dijo. - Supongo que tendremos que encontrar una zona habitada y con una antena lo suficientemente potente para mandar un aviso al imperio y que manden al jodido Vader si hace falta. -

-Es una suerte que pasaseis por la enfermería -le dijo Wexley a Adriera, viendo que la cadete había logrado obtener un medpac y suficientes inyectores.

Pese a que sus heridas no eran excesivamente graves, estas habían aumentado con la caída. El joven cadete no quería arriesgarse a deambular malherido por aquella selva, por lo que decidió tomar dos de los inyectores que ofrecía Perto y pinchárselos en la pierna derecha para recuperarse del disparo sufrido de camino al puente y el impacto por la caída.

Nox decide que es buen momento para usar otro inyector de los que habían repartido Adrieira y él. Lo pincha en la zona de las costillas notando como se disuelve el dolor por el efecto curativo.

-Alguien más necesita un inyector. Solamente me queda uno.

Siguiendo las indicaciones de Albrecht decide volver a la cápsula para ver si hay algo utilizable en el interior de la misma.

Encontrais algunas raciones de emergencia, un par de stimpaks y otro medikit que han logrado sorbevivir al brusco aterrizaje. Pero rapidamente os dais cuenta de que sin el apoyo de la logística de la Armada Imperial...no tardareis en ser pasto de lo que sea que corretea por estas selvas sin nombre. Sudais a mares en vuestras armaduras de combate, abolladas y cubiertas de marcas y quemaduras como están, y no teneis una idea clara de a donde ir.

Pero tanto Nox como Adrieira levantan la mano indicando que hay algo que se mueve en la ribera derecha del rio entre los arboles. Esforzais vuestros ojos y os parece que se trata de una figura humanoide pero en el claroscuro de la vegetación es dificil de saber.

Balon permanecía sin poner el casco de sturmtropper. Su pelo estaba empapado en sudor, como para hacer la cosa más difícil. De pronto, sus compañeros les advirtieron sobre la presencia de un humanoide cercano. Balon asintió y poniendo el blaser en posición de aturdir, se acercó  hasta el margen de la ribera e intentó descubrir qué era lo que se movía al otro lado.

Cuando Albrecht consigue llegar cerca de donde esta Adrieira ya se han usado todos los inyectores. Solamente queda la opción de usar el medpack, pero él no tiene conocimientos para usarlo.

– Estoy muy malherido, ¿alguno tenéis conocimientos de medicina o primeros auxilios?

Tendría que haberme quedado en la nave y que hubiera subido a la capsula uno de los del puente, así no sobreviviré.

Salimos de la capsula. La verdad que el aterrizaje no había sido el más esperado. Me limpio la sangre debido a los cortes y heridas sufridas.
Yo si tenéis algún inyector más os lo agradecería. La verdad que tras la batalla y este fatídico aterrizaje estoy algo mermado.

Mientras seguiis tratando de situaros una figura vestida con ropa de camuflaje emerge de entre los arboles. Porta un fusil blaster algo anticuado y os mira con cara sorprendida.

¿Sois...sois las fuerzas de rescate? parece sorprendida de veros Rápido debemos ponernos en marcha ¡seguidme!

Y sin esperar respuesta se da la vuelta para empezar a volverse a internar en la tupida selva de Vendaxa.

La primera reacción de Wexley hubiera sido la de apuntar a la desconocida con su bláster y dispararle en una pierna o un brazo, pero al escuchar sus palabras comprendió que debía de tratarse de una aliada del Imperio.

-Somos lo que queda... -murmuró el cadete, aunque suponía que la joven no le habría escuchado, ya que acababa de internarse en la selva.

Sin pensárselo dos veces, Wexley decidió internarse en la selva, siguiendo a la desconocida, y realizando un gesto a los otros cadetes para que marchasen tras él.

-Así es-dijo Balon un tanto desconcertado cuando la figura se reveló- Te seguimos...pero, ¿a dónde nos llevas?

La mujer era buena escondiéndose. No la había conseguido verla hasta que quiso hacerse ver. 

Me incorporo del tronco del árbol en que estaba apoyado y me uno a los demás siguiendo a nuestra guía local.

No hay ninguna duda que las fuerzas del Gobernador vendrán aquí ya que sus sistemas de defensa planetaria han tenido que monitorizar nuestro descenso. Si no lo han hecho puede ser que la nave se desintegrara impactando en varios lugares, pero en un momento u otro lo harán.

La mujer mira por encima del hombro a Balon antes de contestar, entre su manera de moverse entre la selva y su ropa de camuflaje se hace complicado distinguirla.

Con amigos, no puedo deciros nada más hasta que él os vea. Soy...soy parte de aquellos que luchan contra la tiranía del Gobernador.