Partida Rol por web

El alivio en todos nosotros es evidente, una sola puerta que se hubiera abierto a nuestro paso y…

Los saludo al entrar colocándome apoyado a un lado del balcón apoyado en la pared para no ser visible desde el exterior. Siempre puede haber el vecino que llame a las fuerzas de seguridad alarmado por ver gente armada hasta los dientes enfrente de su casa.

Al oír de lo que hablan Marden y Nox les presto toda mi atención.

No me haría ninguna gracia que ahora nos propusiera servir al gobernador. Nos usaría para combatir a los leales al Imperio y después nos ejecutaría por humanos.

Marden sonrie al ver que el fuego que arde dentro de los cadetes parece ser imposible de apagar

Disponemos de una nave dice con calma Un pequeño carguero ligero coreliano altamente modificado. Con un poco de suerte cuando Eskol empiece su jarana podremos salir disparados hacia la atmosfera. Si los lealistas logran distraer a las tropas del gobernador lo suficiente estaremos en el espacio antes de que los cañones antiaereos abran fuego. Y con una sonrisa dificil de interpretar añade Es básicamente una manera de salir por el fondo del escenario antes de que la tragedia llegue a su climax. Quizás os lo habeis repensado y preferiis "replegaros" antes que luchar.

Balon asintió.

-Sería una forma perfectamente válida de llegar hasta el mando estelar y avisar de la caída del Bothawui. Me gusta. Creo que podremos evitar esas baterías. Especialmente si tenemos ayuda desde tierra. 

Nox masculló las palabras del cazarecompensas. El ofrecimiento era muy interesante. Abandonar el planeta para volver con una ola Imperial asegurándose la supervivencia y la venganza de los caídos del Bothawui.

-No suena nada mal, pero antes de tomar una decisión, tengo una última pregunta, ¿qué motiva a un agente libre como tú, se interese en tal medida por nuestra supervivencia?, ¿Qué obtienes de ello?. No tomes a mal nuestras dudas pero hemos sufrido bastantes traiciones en un periodo muy corto de tiempo, por lo que cada paso que debamos realizar a partir de ahora será con mucha cautela.

- Esta claro lo que obtiene - Dice Adrieira guardando su arma. - Su cabeza sigue pegada a su cuello, y su culo sale de esta mierda de planeta. Mira al resto de sus compañeros y vuelve su mirada a Marden.

- Yo estoy de acuerdo. La prioridad es avisar al imperio. Si analizamos nuestras posibilidades aquí son muy inferiores a aprovecharnos de la situación para salir y avisar. Puede que con un poco de suerte logremos salvar a alguien de aquella resistencia. - 

A la mente de la soldado volvían por separado imágenes de los ancianos y niños en el bosque lo que hacia que se le formara un nudo en el estómago y después de Shandi. No le importaría que ella muriera, eso estaba claro. Su mano tembló ligeramente ante aquel torrente de pensamientos y tubo que darse la vuelta y mirar al horizonte en la ciudad, pensando, cavilando. Tratando de reprimir sus sentimientos con el entrenamiento imperial.

- Si vamos a irnos hagámoslo. Pero tenemos que estar todos de acuerdo. - Parpadeó un par de veces apretando los párpados y miró a sus compañeros uno por uno. - Estoy dispuesta a dejar que unos pocos inocentes mueran en pos de que una gran mayoría sea liberada. No somos niños, somos soldados imperiales. Recordad que estamos aquí para liberar a la galaxia, no para salvar a un pequeño grupo de rebeldes - 

A pesar de que sus palabras eran contundentes y sonaban seguras, su voz tenía un pequeño deje de culpabilidad que no era capaz de ocultar a sus compañeros...

Pues si vamos a partir, como dice Adriera partamos cuanto antes, todo el tiempo que vayamos adelantando de avisar al será beneficioso para nosotros y toda la galaxia.

-Yo también estoy de acuerdo -coincidió Wexley con sus compañeros, en tono serio-. Nuestra prioridad es avisar al Imperio, no hay otra. ¿Un puñado de guerrilleros contra las fuerzas del gobernador? Solos no tienen ninguna oportunidad, pero si lográsemos avisar al Imperio, enviarán a sus batallones a Vendaxa para pacificar el planeta. Los hombres de Eskol llevan tiempo sobreviviendo, puede que aún logren sobrevivir cuando el Imperio venga a ayudar. No considero que sea una decisión agradable, pero a veces es necesario hacer sacrificios.

La propuesta me repugna, aunque parece que es bien acogida por los demás. El intentarme contener para no responder de forma airada hace que sea el último en intervenir.

– Nuestros compañeros murieron a manos de los traidores, o se sacrificaron para que los vengáramos. Esta claro que habéis decidido y os acompañare, pero ¿recordáis una cosa llamada deserción ante el enemigo? La sanción no es la misma que por retrasarse en la vuelta de un permiso.

Espero unos segundos antes de añadir. – Somos parte de la Armada Imperial, sabemos quienes son los enemigos, y aquí hay equipos de comunicaciones. La recompensa por huir del enemigo es ser ejecutados. Si sobreviven algunos de los leales, leales no rebeldes. – Recalco. – Cuando el Imperio restablezca su autoridad se sabrá que además los sacrificamos, cuando era nuestro deber combatir, para huir.

Nox fue escuchando las opiniones de sus compañeros aunque en general todas apuntaban por el abandono del planeta, salvo la de Albrecht.

-Entiendo tu postura y en cierta manera la comparto, pero hay una cuestión muy importante. Nos quedemos o nos vayamos es algo que vamos a decidir nosotros. No hay ninguna cadena de mando que nos haya encomendado la misión. Nuestro objetivo cuando derribaron la nave era la venganza. El modo y los tiempos para obtenerla los definimos nosotros. Bajo mi punto de vista, tenemos más posibilidades de obtenerla y servir los intereses del Imperio abandonando el planeta.

Balon asintió. 

-De hecho, no hacerlo sería poner en riesgo nuestra prioridad, que es avisar de la caida del Batallad de Bothawui para que puedan enviar refuerzos y reestablecer el orden imperial. Creo que no hay mucho más que pensar. Regresemos e informemos al mando imperial. 

Adrieira miro a Albert.

- No estamos en ninguna misión - Sentenció la mujer.

- Nuestra misión fracasó, y sobrevivimos porque tuvimos primero suerte, y segundo porque nuestros compañeros murieron para pudiéramos escapar. Si ahora vamos a la batalla y morimos... porque no olvidemos que es una posibilidad, y bastante elevada. Sus sacrificios habrán sido en vano -

Los ecos de dudas en la voz hace unos minutos ahora eran solo un recuerdo, y recuperada volvía a tener un tono autoritario y potente.

- Si queremos hacer honor a lo que hicieron, hemos de sobrevivir y avisar al mando imperial. Piénsalo de esta forma. Puede que traicionemos a los rebeldes del bosque; puede que sea una masacre y mueran todos. Pero... ¿Cuantos se salvarán en la ciudad? ¿Cuantos inocentes morirán si nos quedamos e incendiamos la ciudad con nuestras armas? - 

Miro a Marden y luego a sus compañeros. Finalmente volvió a mirar a Marden.

- Prepáralo todo - Parecía que aunque hubiera reticencias, que por otro lado era normal; todos estábamos de acuerdo con el plan. - Informaremos de lo ocurrido, y volveremos con una nueva oleada del imperio para aplastar a quienes asesinaron a nuestros compañeros... - 

La cazarrecompensas os estudia mientras vais dando vuestros argumentos, al final cuando parece que se ha alcanzado un consenso se dirije a vosotros de nuevo.

En ese caso lo mejor será permanecer aquí a cubierto. Vuelve a asomarse a la ventana Este piso es seguro, al menos por el momento. En cuanto Eskol empiece su espectáculo mañana saldremos hacia el espacio puerto. Con un poco de suerte no encontraremos demasiada resistencia hasta llegar ahí.

Pasais largas horas en el piso franco mientras fuera la luz del día va decreciendo. Luego sigue una larga noche en la que algunos os cuesta conciliar el sueño. No es hasta que el alba gris empieza a clarear que el transmisor que os entregó Eskol no empieza a dar señales de acción de los lealistas.

Primero una luz se enciende un lateral del mismo para luego dar paso a una transmisión llena de estática Aquí Centro-1, tiempo menos diez minutos. Todo el mundo preparado y buena suerte. 

Los siguientes minutos son tensos mientras os manteneis de pie cerca del aparato, los dos cazarrecompensas ahora ya enfundados en sus armaduras junto a vosotros. Finalmente una voz que creeis que podría ser la del mismo Eskol vuelve a hablar a través del aparato En marcha ¡Por el Imperio! ¡Por Vendaxa!

Escuchais entonces una serie de ensordecedoras explosiones cada vez más cercanas y cuando os asomais a la ventana podeis ver varias columnas de humo negro alzandose en varios puntos de la ciudad en la dirección hacia la ciudad nueva y el distrito gubernamental.

Guiados por los dos cazarrecompensas empezais a avanzar hacia el sur del casco antiguo de Vendaxa, a lo lejos empezais a oir el eco de sirenas y disparos pero parecen provenir más de la ciudad nueva que no de vuestro camino. A vuestro paso solo cruzais por callejones desiertos con algunas figuras que corren a entrar en oscuros portales y el sonido de ventanas cerrandose de golpe.

Os vais dando cuenta como al cabo de media hora de andar el paisaje ha dejado paso a más almacenes industriales que no casas de mala reputación. Señal de que os estais acercando al puerto espacial.

Ois al cruzar una calle más ancha entre varias naves industriales el sonido de un grupo de pasos y voces a la derecha. Veis como un grupo de milicianos del gobernador avanzan por la calle paralela al parecer sin mucho orden ni formación alguna. Podríais atacar y acabar con ellos, pero eso revelaría vuestra posición ¿Que hacer?

Balon seguía a Marden de cerca, con su rifle de precisión preparado para disparar. El ligero. El rifle pesado lo llevaba a la espalda envuelto precariamente en una suerte de telas para evitar que llamase la atención más de la cuenta. 

Cuando vio al grupo de milicianos acercarse puso la mano en el hombro del cazarrecompensan a la par que dio el alto a los que venían detrás, sugiriéndoles ocultarse. Poner en peligro su vía de escape era un precio demasiado caro a pagar a cambio de eliminar a un puñado de milicianos. 

Sigo tras el grupo y de repente Balon da la señal de detenernos. Observo la calle adyacente y un grupo de milicianos avanzaban. Parece ser que no nos han visto, pero debíamos ser cautos, es cierto que podríamos acabar con ellos, pero perderíamos la ventaja que de momento tenemos que es la de que no saben que estamos aquí.
Cuidado compañeros, parece ser que ellos también se han puesto en marcha- susurro a mis compañeros para evitar ser detectados.

Avanzo con los demás con el fusil de francotirador colgado en bandolera a la espalda. Cuando nos encontramos el otro grupo que aparentemente no nos han visto por si acaso empuño el fusil blaster activándolo para el disparo en modo letal.

– Mejor que preparemos las armas. No descartemos que ellos también nos hayan visto y solicitado el apoyo de otra unidad. Ellos si deben disponer de comunicadores para coordinar la defensa de la capital.

A ver si la fortuna hace que, a pesar de sus intenciones de huir, las circunstancias no obligan a combatir aquí y ahora.

Adrieira se detuvo al escuchar a sus compañeros. Ya tenía el arma en la mano, así que se limitó a buscar una cobertura que le diera una buena ocultación para no ser detectada y un buen sitio en caso de tener que abrir fuego. Apuntó a uno de ellos, y esperó a ver como reaccionaban.

Si miraban a su posición e intentaban establecer contacto con sus comunicadores dispararía al que lo intentara...

Wexley avanzaba cabizbajo, con el bláster entre sus manos y la pica de fuerza cargada a su espalda. No le agradaba tener que abandonar Vendaxa y dejar a los leales de Eskol a su suerte, sabiendo que muy probablemente terminasen resultando aplastados por las fuerzas del gobernador, pero no había nada que pudieran hacer al respecto. La decisión que habían tomado era la mejor para su supervivencia y para alertar al Imperio. Mientras seguía a sus compañeros, el joven cadete se preguntó qué habría hecho su padre de haber estado en su misma situación.

Cuando divisa al grupo de milicianos, Maider procede a detenerse con cautela y tomar una cobertura tras la que ocultarse. Apuntando con su arma a uno de los milicianos, aguardó para ver cómo se desenvolvía la situación.

Para vuestra fortuna el grupo de milicianos pasa de largo sin reparar en vosotros.

Guiados por el duo de cazarrecompensas avanzais durante un rato más  hasta que os empieza a llegar el ruido de voces. Al asomaros con precaución a la ultima bocacalle podeis ver el origen de los gritos. En medio de una amplia esplanada se alza la mole cilindrica del espaciopuerto.

Este edificio de una decena de plantas de altura se encuentra a su vez coronado por cuatro enormes baterías antiareas de aspecto amenazador. Rodeado por un amplio espacio reservado anteriormente a aparcar los vehiculos que transportaban cargas desde y hacia el aeropuerto solo unos pocos vehiculos con aspecto abandonado lo ocupan ahora, testigos mudos del aislamiento impuesto a Vendaxa por el gobernador. Un par de centenares de metros os separan del espaciopuerto.

Frente a la puerta principal del espaciopuerto podeis ver a un pequeño grupo de personas que vociferan probablemente pidiendo acceder al mismo. Intuis que un grupo de milicianos guarda el acceso al mismo. Sospecha que se ve confirmada cuando el tronar de una ametralladora laser pesada abre fuego. Rapidamente la multitud se dispersa dejando algunos cadaveres en el suelo.