Partida Rol por web

  Un hombre de unos 40 años encabeza el grupo. Parece bastante molesto al ver a King en ese estado. Luego de escuchar tus palabras, te contesta con u tono severo. No lo sé, pero viendo su estado, no creemos que tenga salvación. ¡Parece como si un demonio lo hubiera poseído!

Me parece que esta asi debido a su tiempo en el bosque.

No me parece algo sobrenatural, anque... deberia llamar al sacerdote del pueblo.

  Desde donde estás, te parece escuchar como si King, en ese estado, hubiese dicho algo. ¿Será cierto, o sólo un pequeño delirio momentáneo?

"¿Acaso me hablo?"

Me acerco despacio y lo toco con la punta de la escopeta. Dijiste algo? pregunto en tono desafiante.

  King te mira desde el suelo de una extraña manera (talvez haya entendido lo que le dijiste). Rabioso, intenta soltarse, pero es en vano, pues ya no le quedan fuerzas para seguir moviéndose. 

Me alejo de él y espero a que la multitud decida que hacer con su vida.

"ya no vale la pena..."

  Luego de un tiempo de discusión, la multitud se vuelve incontrolable y, en una ola de rabia, cargan contra el indefenso King, que es hundido bajo golpes de rocas, maderas y otras armas caseras.

 El día va terminando en el triste pueblo de Lock Heaven. En la plaza ya no quedan mas que los curiosos, unos cuantas mujeres que van y vienen, y el magullado cuerpo de lo que antes era aquel famoso aristócrata. Nadie pudo confirmar si era un vampiro o no, pero en aquel pequeño y desolado pueblo los rumores corren rápido.

 No tardaría en escucharse nuevamente algún delirante relato en la taberna. Relatos sobre una criatura demoníaca y deforme que vaga por los alrededores en las frías noches de invierno, devorando a cualquiera que se atraviese en su camino. "Es el Vampiro de la Colina...tened cuidado..." relatarían los abuelos a sus nietos.

 Alberta, la desdichada viuda, se perdería para siempre en algún país lejano. Nunca quiso saber si todo aquello que dijeron sobre su marido era cierto o no. La pena y el dolor ya eran demasiado para ella.

 Arleen Veltron lograría su acometido: una grandiosa historia sobre un solitario pueblo en el que todos esconden la existencia de una terrible criatura.

 Roland Jeferson no correría la misma suerte. Las heridas producidas por el lobo no fueron tratadas correctamente. Un mes después de aquel incidente, su pierna se gangrenaría y se vería obligado a pasar por una operación médica para amputarla. Pasaría sus días postrado en una silla admirando sus magníficos trofeos de caza obtenidos alrededor del mundo.

 William Wilkie Collins, al haber encontrado aquella misteriosa caja, averiguaría mucho más sobre el mundo de los demonios. Luego de mucho tiempo, abriría por fin la jaula del pequeño demonio, que agradecido, le daría oscuros conocimientos sobre el mundo, y desaparecería en la nada para terminar en quién sabe qué mundo. Luego, el detective formaría un extraño grupo cultista. Nadie sabría más de él.