Partida Rol por web

Oye... "Eco". No tengo el más mínimo interés en confraternizar con alguien al que no voy a volver a ver en mi puñetera vida. Así que, adiós y muy buenas.

Estragón no quería saber nada de otro aprovechado que se les acoplaba por el botín. Ya tuvo suficiente con el inútil del sombrerero, que arrampló con una buena parte del equipo de Corian, y en un grupo de aventureros los carteros como Eco también son innecesarios. Además, ahora no estaba el mago para mandar, con lo que podían elegir las compañías.

¿Has dicho que vas a Fairhill? Buf. Está bieeen... Supongo que puedes acompañarnos hasta allí. Me llamo Estragón. El elfo mudo se llama Goilthir, o algo así. El gnomo se llama Sapo. La rata...-levanta su gorro de cocinero y coge con sus manos de manipulación de alimentos la rata que había debajo para enseñarla-se llama Rata. Y ya conoces a mi hermano, el que te salvó la vida-dijo, señalando a Shagar mientras ataba los arcos.

Ahora a marchar, que tenemos prisa.

¿Hermano? ¿Qué estás haciendo, hermano? No pierdas tiempo en las casas, que nos van a dar las uvas.

Sapo rehuyó al "nuevo" y correteó a ayudar a guardar el escaso botín en las alforjas de Lentejuela. Estragón ya estaba metiendo prisa para ponerse en camino de nuevo cuando lo que él quería era estar tranquilo para poder crear más pergaminos de su poderosa magia. Lentejuela mostraba el nerviosismo propio de un animal cuando las llamas se extienden y el olor del humo se hace notable mientras que Shish, su serpiente, permanecía enroscada plácidamente en alguno de sus bolsillos.

¿Qué había hecho a un grupo tan mal pertrechado y poco numeroso de orcos atacar la granja? En eso cavilaba Sapo mientras se ponían en marcha de nuevo.

Galdar se sorprende al escucharte, pero rápidamente recupera la compostura e incluso ves serias dudas en su expresión. Recogió la misiva que le entregaste y se apartó unos metros a leerla, tras lo que quedó pensativo mientras tú te alejabas y te presentabas al resto.

Tras apartarse unos metros de vosotros, Galdar y el recién llegado intercambian una serie de palabras en voz baja, alcanzáis a ver que el llamado "Eco" le entrega una carta al clérigo y éste último se aparta con cara cariacontecida unos metros, poniéndose a leer en privado la misiva. Momentos después, permanece meditabundo, apartado de vosotros. 

Mientras tantos, las tres estructuras de madera rugían incesantemente, consumiéndose a pasos agigantados conforme recogíais y repartíais el botín de los orcos. De hecho, el calor era tan intenso por momentos que os tuvisteis que separar unos metros del lugar. Pronto no quedaría nada de aquella granja. Cuatro vidas y un futuro prometedor destrozados por una pandilla de Orcos salvajes. 

El elfo de cabellos plateados inclinó la cabeza al ser presentado, más no habló, sino que contempló las llamas donde se estaban quemando los cuerpos lanzados por Galdar con intensidad. El resto de aquel variopinto grupo parecía interesado en distintas cosas...

Pronto Galdar os dijo "Tenemos que seguir, Fairhill no queda lejos y no quiero que se nos haga de noche...mejor lleguemos allí y pernoctemos en una taberna, allí hablaremos y tomaremos una decisión". Dicho ésto, comenzó a andar. "Éste lugar apesta a necesitar ayuda...." murmuraba Galdar mientras andaba por el camino..."Puede venir con nosotros...pertenece a mi orden, y es tan de fiar como yo, de todas formas, en la siguiente posada o taberna lo aclararemos todo. Y sí, cojamos esas sobras y hagamos por venderlas, necesitaremos algo de sustento.." os reveló el clérigo al oír alguna de las expresiones de Estragón. 

La cosa iba de "parejitas". Teoría de conjuntos para el superdesarrolado cerebro del gnomo. En el conjunto grande que formaba el grupo había varios subconjuntos.  Los dos hermanos semiorcos. Sapo y Ulthor y , por último, Galdar y Eco. La nueva incorporación era, sorprendentemente, de la misma orden que el clérigo.

- Pues vaya...- Farfullaba  Sapo con los ojos desorbitados. No le gustaba no enterarse de las cosas al momento. Lo mismo había hecho Corian y después había muerto, como el farsante que era, dejándoles con todo el misterio sin resolver.- ¿Cuanto queda?- Preguntó como si nada, dirigiendo la pregunta más hacia el bruto de Shagar.- Creo que por el camino puedes contarnos qué pasa. A ver si vas a morirte antes de llegar, como el Hechiccccero.- Escupió la palabra "hehicero" con desprecio. No era una amenaza, simplemente falta de tacto. Se volvió a montar en Lentejuela para poder seguir el ritmo de lo más rápidos.

...y entonces, de la nada, papá volvió tras decanas desaparecido. Buabuabuabua... Snif, snif, sorb. No es que le eche en cara eso, ¿sabes? No estaba a mi lado cuando yo le necesitaba, y cuando no le necesitaba solo aparecía para hacer maldades.

Estragón había aprovechado para desahogarse con Eco y contarle un montón de mierda enterrada sobre su familia disfuncional. El semiorco se sentía cómodo con él, un blando y enclenque pelele que no se sabe defender de un ataque orco, tan vulnerable como para compartir con él sus sentimientos. Y con todos los demás, que también le sufrían, pues su vozarrona no pasaba desapercibida en los silencios del camino.

Es como mi abuelo. ¿Te conté la parte de mi abuelo? Echó a mi madre de casa. Quiero decir... Siempre di por hecho que las familias eran todas así. Son cosas que pasan, y cada uno va por su lado. Pero ayer nos quedamos a pasar la noche en una granja humana, y solo podía pensar... "¡Ey! ¡Una casa con un papá y una mamá!" Y esa niñita vivía con sus padres y su hermano, todos juntos. Bueno, antes de ser envenenada y brutalmente violada.

¿Pero y qué hay de mí? ¿Qué hay de mis necesidades afectivas? Yo también lo he pasado mal, y parece que todo el drama recayó sobre la familia feliz de la pradera. ¡Pues yo también soy una víctima! ¿Habría aparecido algún aventurero para enterrar mi cadáver si papá me hubiese matado de una paliza?

Mientras caminaban rumbo a Fairhill el rechoncho semiorco se le acerco a contarle, siendo breve en la descripción y en terminos generales, su vida.

Ajam.... ¿asique tu padre os daba palizas cuando aparecía por casa? Intentabais proteger a vuestra madre la cual, por cierto, rechazaron sus propios padres echándola de casa...

Creo, que empiezo a entender porque a los orcos de antes les faltaba a todos el mismo dedo... No os culpo, las tragedias, sobre todo las de allegados, siempre marcan a uno me temo. ¿Vuestro hermano lo lleva tan bien o le carcome por dentro en silencio el dolor?

No quería parecer sarcástico, pero hablar con Estragón distraía a uno de cualquier otra cavilación y amenizaba, en cierta manera, el andar... eso y que las tragedias familiares decían mucho del carácter de uno persona el como las afrontaba.

Mientras proseguía escuchando como defendieron a su madre él y su hermano, Eco jugueteaba con una daga en la mano, hacia cabriolas, la pasaba de una mano a otra con suma facilidad, volteaba...

"Como hubiera deseado tener una baraja para entretenerme dando vueltas a las cartas... cartas.... ¡si! Eso podría tener utilidad en determinados momentos....y es algo que ocupa poco y difícil de encontrar cuando a uno le cachean... es interesante, debiera tenerlo en cuenta la próxima vez que este en un pueblo o con suerte, una urbe algo más grande. Puedo hacer varias cosas... si... Debería seguir escuchando al cocinillas, me acabo de abstraer por completo."

Emm... perdona, ¿que me estabas diciendo? Acabo de quedarme en blanco pensando en el hambre que tengo.

Eco miro en derredor, una comitiva curiosa a la que cada vez, veía más ligado su futuro inmediato.

¿Qué? Yo tengo todos los dedos. Lo que me falta es la oreja, ¿ves?-dijo girando el cuello y enseñando el corte donde hace unas horas el esqueleto hizo su corte-Pero la llevo aquí, para ponerla en su sitio cuando conozca a un mago de verdad.

Estragón sacó de la mochila un tarro de cristal cerrado. En su interior de salmuera flotaba una oreja de semiorco como pececillo en una pecera. Volvió a guardar el tarro.

Oye... cuidado con eso, que las dagas las carga el diablo barbado. A ver si un dedo tuyo va a terminar en la salmuera, haciendo compañía a mi oreja.

Shagar le gustaba andar sin hablar, solo lo minimo e imprescindible. Aunque a el no le gustara hablar cualquier conversacion que pudiera escuchar le resultaba por lo menos divertida. Sobretodo si su hermano estaba implicado, estaba claro que los musculos los habia heredado el, los kilos su hermano, la inteligencia era algo mas delicado, pero estaba claro que la diversion y el humor fue a su hermano.

Ese cuchillo como mucho es de mantequilla.

Sin duda tenia ganas de llegar de una vez, cama y comida decente.

Mientras llegáis a la aldea propiamente dicha, dejando atrás las granjas aisladas, os detiene un hombre de aspecto imponente con expresión sombría. Luce una coraza desgastada por su uso, se peina hacia atrás el cabello, entre rojizo y castaño y lleva abierta la pesada capa verde. Una elfa con cota de malla, arco largo, lanza y escudo y dos guardias armados con la misma armadura, lanzas y escudos, de librea verde, que ostentan a modo de blasón un pequeño cuenco plateado sobre el pectoral izquierdo, lo acompañan.

El hombre levanta la mano izquierda para indicaros que os detengáis conforme os acercáis, aunque en el momento de acercaros a unos 20 metros, enseguida veis que todos se ponen en guardia, contemplando con estupor a Shagar y a Estragón, a los cuales la Elfa llevaba un rato sin quitarles la vista de encima cada vez más nerviosa. El hombre desenvaina una espada bastarda de alargado pomo, cogiéndola con destreza con su mano izquierda. Podéis ver que su brazo derecho termina en una terrible cicatriz y en que le falta la mano, pero eso no impide que parezca un experto espadachín. Los dos guardias se separan ligeramente de aquel hombre, con el escudo por delante y con las lanzas hacia vosotros, mientras la Elfa da un par de pasos atrás y saca el arco, poniendo una flecha rápidamente en posición de disparo tras colocarse un tubo de madera delgado, pequeño y fino en la boca...al parecer, un silbato.

La voz autoritaria de aquel hombre salió de su pecho como un trueno "¡Deteneos donde estáis! ¿Quienes sois y porqué vais acompañados de Orcos? ¡¡Daos a conocer y anunciad vuestro propósito inmediatamente o ordenaré a mis hombres que ataquen!!"

Galdar, que iba algo ensimismado detrás de Shagar, paró sorprendido por la vehemencia de la voz y por la reacción agresiva de los guardias.

Alzó las manos para demostrar sus intenciones pacíficas, mientras miraba de reojo a Shagar y a Estragón. "¿Orcos? Son feos, pero sólo son semi-orcos. De todas formas, nuestras intenciones son benignas. Yo soy Galdar, clérigo de San Cuthbert y como representante de mi Dios, le prometo que venimos en son de paz. Ellos se presentarán por sí mismos."

Ulthor, sin alzar las manos y mirando desafiante a aquellos humanos, respondió en voz alta "Mi nombre es Ulthor, y viajo por voluntad propia con mis compañeros por estos caminos en dirección a Fairhill." Su pelo color plata brillo con los reflejos del sol, mientras sus músculos parecían preparados para extraer su arco de su sitio y comenzar a repartir muerte, si fuera necesario.

¡Ey, yo no soy feo!-protestó ante el comentario de Galdar, que su dios le castigue por juzgar la apariencia de los demás-Es solo que tengo una belleza discreta, que no todos saben admirar.

La mitad orca de Estragón bullía en su interior, y le pedía a gritos sangre y caos, sacarse a los guardias que les impedían el paso a base de tortas y mantecados. Sin embargo, tras mirar bien a los milicianos paletos de Fairhill, algo despertó su empatía. Giró la cabeza y señaló su oído desprovisto de oreja.

Esta mutilación de aquí me la hizo un esqueleto-dijo al guardia manco, esperando conocer la historia de cómo el humano perdió la mano-. Mi nombre es Estragón Leivn, como la especia. Me refiero al nombre, no al apellido. No soy Estragón porque coma mucho. Como lo justo para dar energía a mi gran musculatura.

Quedó en silencio, pero aún le miraban...

Cierto, la otra pregunta... Voy acompañado por un semiorco, porque es mi hermano, yyyy... ¿y el sistema de valores de la familia es importante? No sé, nunca me lo he planteado. Es mi hermano y siempre voy con él. Desde pequeñitos. Costumbre, quizás. Nos cuidamos el uno al otro y esas cosas.

¿Me falta algo?

Ah, sí... el propósito de nuestra visita...-¡VENGAAAAANZAAAA CONTRA AQUEL QUE ME DEJÓ DESOREJADO!-Fairhill nos coge de paso en nuestro viaje. Porque esto es Fairhill, ¿no? No veo ningún letrero, y como no sea Fairhill nos habremos desviado un huevo de nuestra ruta.

Shagar no se esperaba esa reaccion, todo guardia no lo perdia de vista cuando entraban en una ciudad o pueblo, pero eso era demasiado, eran claramente una accion hostil.

Soy shagar y soy su hermano. Baja la flecha de una vez, las elfas teneis el dedo flojo entre otras.
 

Por supuesto que voy libre y venimos de paso. Asi que si la "mujer" no tiene esos dias, le agradeceriamos que nos dejara pasar y disfrutar de alguna posada.

Eco se movió discretamente hasta el borde derecho del grupo, lo más cerca posible de uno de los guardas con escudo. Mientras caminaba hacia su posición bien escogida, guardo de forma discreta y segura la daga con la que venia jugueteando, alzo ligeramente los hombros y miro perspicazmente la composición del grupo que se les interponía en su camino, su disposición, su equipamiento, sus gestos, sus miradas... comenzo a hablar mientras se movia con total comodidad y cuidado.

Me llamo Eco, soy un humilde mensajero que trajo una misiva a este grupo y prosiguió su camino junto al mismo hasta obtener una respuesta que devolver a las familias. Ya saben, los caminos son largos y las familias se preocupan por los suyos, yo ayudo a ponerlos en contacto por un módico precio. Sonrie levemente.

Mientras habla, deja su muñeca derecha de forma natural cerca del cinto dejando ver intencionadamente la mano para evitar cualquier tensión por parte de sus contrarios, sobre todo la elfa que no dejaba de apuntar a los 2 semiorcos de forma constante y nerviosa... además, si las cosas se ponían feas no le gustaba en nada ese silbato en su boca, nada de nada. Tampoco podía jugársela a que le apuntara a él también, 3 objetivos de vigilar es más difícil que 2, pero eso podría ser una grave negligencia por su parte, el intentar atraer su atención por darle un poco de respiro a los hermanos... además de ponerla un poco más nerviosa si cabe. No, no era buena idea de ninguna manera, mejor mantener su idea inicial.

¿Podríamos conocer el nombre de aquel que nos detiene y bajo que autoridad? Solo si es posible, por supuesto, ya que ahora estamos a su merced no estaría de más conocer lo preguntado y la causa si se me permite añadir.

"No, definitivamente no me gusta nada de esto... viéndolo bien es demasiada distancia...quizás..."

- Yo soy Sapo.- Dijo divertido y escueto, pero él no podía ver a los semiorcos como una amenaza, después de lo vivido.- Yo soy pequeño y delicado y no se han atrevido a tocarme ni un pelo.Llevo ya un tiempo con ellos. No matarían ni a una mosca, sobre todo el alto y musculoso. Casi le come el culo un leucrota y apenas pudo contra un esqueleto andante.- Contuvo una risotada por lo que pudiera pasar después como contrapartida.- Además, precisamente hemos librado a estas tierras de unos orcos que atacaban a este hombre, Eco.¿Verdad?- Le preguntó al hombre que jugueteaba magistralmente con la daga.

Pese a que los dos guardias y la elfa parecían bastante nerviosos ante la presencia de los supuestos "Orcos", el hombre con la pesada capa verde mantuvo la compostura admirablemente bien. 

Tras las oportunas explicaciones, y sobretodo tras oír tanto a Galdar, como a ambos "Orcos", el hombre alzó una ceja interrogativa, pero su semblante se relajó un tanto, lo suficiente como para que os dierais cuenta desde esa distancia. Uno de los guardias con lanza le espetó a Eco, que estaba dando un par de pasos hacia ellos "para ande estás, o ta'travieso...", a lo que el hombre que ejercía de líder, interponiendo su larga espada entre ellos y vosotros dijo "Basta Gunter." Con un movimiento suave y rápido, fruto de la práctica, guardó su larga espada en la vaina. "Soy el Capitán de la Guardia de Fairhill, Baran. No os detengo, os pregunto por vuestras intenciones con todo el derecho que me asiste la ley." 

Los otros tres bajaron las armas y no os dio la impresión que se relajaran, si no que permanecían expectantes a lo que pudiera pasar, observandoos con ojos sospechosos, sobretodo el tal Gunter a Eco. Sus miradas eran duras y abiertamente hostiles, más ya no la de la Elfa, excepto un pequeño frunce de cejas hacia Shagar. La mujer se acercó al lado de su capitán, permaneciendo en silencio a su lado, apenas dos pasos por detrás.  

El Capitán miró a todos y cada uno de vosotros, como sopesandoos y respondió a Eco "Ni me importa lo que hacéis, ni lo que decís que vais a hacer...o lo que decís que habéis hecho" la mirada hacia Sapo en esa ocasión fue significativa..."simplemente si sois amigos o enemigos. Si venís de paso o visita, podéis alojaros en "Las Tres Jarras", allí atenderán a vuestra....montura." Ciertamente, el hombre se comportaba de manera brusca y parecía tenso, a pesar de haber guardado el arma. "No arméis jaleo en mi pueblo....o os las veréis con la guardia de Fairhill, y os aviso que no os va a gustar."

Se separa de vosotros, haciendo una seña a los guardias y dejandoos paso franco por el camino...."Quizás os interese presentar vuestros respetos en el Templo de Freya, nuestra deidad", le dice a Galdar al pasar éste por su lado. "Aquí se espera que todos los visitantes pasen por el templo y rindan homenaje a Freya". 

Galdar, pasando por su lado, asintió bruscamente...."Sí, por supuesto. Así lo haremos, pero primero necesitamos un sitio donde descansar. Iremos a esa taberna que nos habéis sugerido, para alquilar una habitación y cenar". El clérigo tampoco parecía excesivamente contento con el recibimiento. 

La elfa aprovechó aquel comentario para hablar "Allí no encontraréis habitación. Sólo tienen establos, los únicos del pueblo, y buena cerveza. Para dormir bien tenéis que ir a "La Cocatriz Borracha", donde hay buena comida y mejores camas, si os lo podéis permitir. Si vais cortos de oro, siempre podéis acabar en "El Barril y la Jarra", aunque es un antro, pero barato."

Baran le dirije una mirada penetrante a la elfa, pero no dice nada. Al parecer, no le ha gustado mucho que ella hable sin que él le de permiso. 

Jo, su economía se debe basar en el cultivo de cebada si tienen tres cervecerías en un pueblucho tan pequeño.

Y esa no fue la única impresión que se llevó Estragón. Si estos paletos se ponían tensos con que solo Shagar y él pusiesen un pie en el pueblo, cuando intentasen entrar en el templo de Freya la cosa podría terminar en linchamiento orquil. Pero ahora el principal problema es, si es que hacemos caso al subnormal de Galdar, que si Vortigern en verdad ha venido hasta aquí, ¿dónde podían encontrarle?

Las Tres Jarras... Es el lugar idóneo si no vas a parar a pernoctar. Simplemente comes, quizás compras unas provisiones al mesonero y sigues tu camino hacia la mazmorra. Quizás no. Aunque no vaya a hacer noche en Fairhill, Vortigern podría igualmente hacer lo mismo en una de las dos posadas.

La Cocatriz Borracha... Petrificado me hallo. Alguien con gustos caros iría a esa posada, pero no conocen lo suficiente a Vortigern para saber si esa sería su elección.

El Barril y la Jarra... ¿Un lugar discreto para pasar desapercibido? Quizás en una posada de pobretones es dónde un mago con túnica limpia llamaría más la atención.

Menudo lío. Y lo peor de todo es que seguro que el mago Vortigern ni siquiera pasa al final por Fairhill.

Pufff... a saber. Pero si el Capitán de la Guardia, que ni siquiera nos ha dicho su nombre, nos quiere alojados en Las Tres Jarras, cuando allí solo podríamos descansar en los pesebres, tengo claro que no quiero ir allí.

En fin, supongo que yo prefiero ir a la Codorniz Beoda, perdón, a la Cocatriz Borracha. Así, por lo menos, cato la gastronomía local-y plagio sus recetas más originales, muahahaha...

Sapo tenía muy claro que Vortigen no habría podido entrar en Fairhill acompañado de los arqueros orcos. Un mago como él tendría gran variedad de recursos para sobrevivir sin necesidad de llamar la atención a la guardia de la ciudad.

- Podemos vender el equipo primero, ir a las Tres Jarras para dejar a Lentejuela en el establo y luego a donde queráis. Un sitio tranquilo me vendrá bien después de tantos días de caminata.- Le dolía el culo y empezaba a tener las piernas separadas de tanto montar sobre Lentejuela. Tampoco había podido escribir sus pergaminos con las prisas por llegar. Estaba realmente molido y dormir en un buen colchón le vendría estupendamente.

¡Aprobado! Tienda, las Tres Jarras y por último la Cocatriz Borracha. Y a ver si haces algo de músculo, sapito, y empiezas a ser capaz de llevar con tus cosas y andar con paso vivo, que en cuanto ya no necesites a la mula podré cocinarla para todos. Jusjusjusjus...-palpó las ancas de Lentejuela desde un lado, para no recibir una coz-Buenísima. Es la típica carne correosa que necesita mucho tiempo de cocción, pero que bien preparada se deshace en la boca.

Iba a responder a Estragón que la mula era vieja y su carne sería correosa pero, al parecer, ni eso detenía al supuesto cocinero. Se inventó sobre la marcha, con su "portentuosa" imaginación una excusa barata.

- La mula no puede comerssse. Es mi viejo maessstro transssmutado. Pero ess un ssecreto.- Shish se revolvía traviesa entre los pliegues de la ancha túnica del gnomo haciéndole cosquillas.- Cuando cumplamos esta misión, con el tesoro podrás comprarte la mula más vieja y correosa de Fairhill y hacer un estupendo guiso con ella, no te pongas triste.