Partida Rol por web

Los hombres dirigieron sus miradas hacia Tangrem. Que Onfale siguiese al mando, les garantizaba su salario. Que Fosco se pusiese al frente de todo, tal vez podría mantenerles con vida. Aún así, ambos eran extranjeros, uno un brujo y el otro un engendro bajito. Y tanto la magia como los medianos estaban llenos de superchería. Sin embargo, Tangrem era Tangrem. Era uno de ellos. No tuvieron que leer la carta de Lovina Watcher para aceptar el liderazgo de Onfale, les bastaba con que Tangrem accediese a ceder el mando. En esta disyuntiva entre Onfale y Fosco, todos confiaban en el buen juicio de Tangrem.

Pero los hombres buenos también cometen errores de juicio.

Escuchadme todos...-dijo a sus hombres-No debéis temer por vuestros sueldos. La señorita Watcher pagará independientemente de quién vuelva liderando Krezk. Podemos dejar a Onfale en Storben, y decir al llegar a Krezk que ha muerto, y que Fosco le sustituyó. No... esto no es un problema de salario. Es cuestión de supervivencia. No les conocemos lo suficiente para saber a qué árbol arrimarnos. Os propongo...-tragó saliva, replanteándose sus propias palabras-Os propongo escuchar las alegaciones de Onfale. Nos ha llevado hasta aquí. Se merece ser escuchado. Y luego tomaremos una decisión...

¿Onfale?-preguntó, para darle la palabra.

Los ojos cansados de Tangrem miraron a los de Onfale. Reflejaban vergüenza. Masculló una disculpa.

Lo siento... Dice que tiene experiencia en las Brumas. Dice que es un líder que puede llevarnos a nuestro destino...

Lo que pasa en las Brumas, se queda en las Brumas.

Con el cuello bien estirado el perfumista giró la cabeza hacia Tangrem.

- No voy a arrastrarme por el suelo para ser el líder de esta expedición. A nosotros- Dijo refiriéndose al Aquelarre de Hala.- también nos pagan por estar aquí, aunque ni siquiera sabemos cuanto*, pero Lovina nos lo pidió como favor personal, debido la estrecha relación que nos unió en el pasado, ya que algunos de nosotros, entre los que también se encontraba Fosco, salvamos la vida a ella y a su padre. ¿Queréis que Fosco lidere el grupo? Por mí perfecto, yo no pedí esto.- Sacó de la manga el papel en el que Lovina le pasaba el testigo del mando para luego volver a guardarlo.- Pero recordad un par de cosas. La primera es que Fosco no forma parte de nuestro Aquelarre.- Dijo con la clara intención de que por mucho que el grupo de campesinos y el paleto de Tangrem se pusieran a favor del mediano, los que tenían la capacidad de proteger a la caravana eran ellos. Para algo se los había contratado.- La segunda es que no volveré a tomar la batuta de mando. Si Fosco falla más te vale guiarnos tú bien, Tangrem. Ya has visto a qué tenemos que enfrentarnos en las brumas.- Se cruzó de manos sin decir ni una palabra más. Onfale no quería ser el líder, mucho menos que lo fuera Fosco. Lo que realmente le hubiera gustado es que Hala tomara el mando a través de su Bruja y él ocupar la posición en la que más cómodo se encontraba: ser la mano derecha de la diosa. Menos responsabilidad y, sobre todo, menos visibilidad ante los demás.

El guerrero arcano miraba al mediano, y las palabras que sembraban dudas entre los peones. Hasta tal punto que Tangrem expuso en voz alta los pensamientos de los trabajadores.

-Yo he tenido que luchar por mi vida y para los de mis acompañantes en las capas del abismo, matando o ser matado por diablos, brujos y nigromantes, he escapado de un príncipe demonio, roto un artefacto que apresaba almas inocentes. Y lo pude hacer por que confiaba en quienes me acompañaban. Que me respaldarían y ayudarían con la misma entrega que lo hacía yo.- Miro al mediano negando durante unos instantes.- De este mediano solo he visto problemas y quejas. No. No puedo confiar en él, ni de su acción ni su palabra. Yo no quiero ese cambio de liderazgo a manos de este mediano.

El mediano cogió de buen gusto el papel de Lovina que le ofrecía las delicadas manos de Onfale. -Tú me has obligado. Me mandabas a las brumas, una muerte segura y has jugado con mi dinero. No podía permitirlo.- y aunque el cuerpo le pedía revancha el mediano salió con su diplomacia habitual y su buen gusto, a diferencia del señor del harén. -¡SEÑORES, acamparemos!- Daba su primera orden. -VIGILAR LAS BRUMAS, QUIERO GUARDIAS.- decía mientras se paseaba señorial con las manos a la espalda. -Señor Tangrem, no descuide esas brumas o será lo último que hagas. Esperaremos al Alba y rezaremos por la vuelta de nuestra amada explorador Gloria.- decía actuando como el líder de una gran expedición -No dejes que esa rubia se me acerque mucho.- creyó que estaba claro que se refería a Flame, pero también estaba Jadewo. Así que tuvo que especificar -Me refiero a Flame, Tangrem- Le había amenazado de muerte y no se podía permitir morir, tenía una expedición entera bajo sus órdenes.
-Señor Onfale, no te vayas, por favor. Necesito tener unas palabras contigo.- decía volviéndose al mago. -Flame tiene razón. Eres su líder.- dijo refiriéndose a las mujeres que le acompañaban. -Será un placer contar con vuestros sabios consejos. Vuestra compañía será bien recibida. Será necesaria vuestra ayuda. Si queréis colaborar, será un honor teneros en la compañía. Toda ayuda es poca, ¿sabes?- decía con confianza. -Le garantizamos llegar a Krezk, comida y un hueco en la compañía. No hace falta que hagáis guardias, sois mis invitados. Os necesito descansados. Sois libres de ayudar en las guardias, por supuesto. Una vez en Krezk decidiremos nuestros siguientes pasos...- a diferencia de Onfale, Fosco confiaba en el buen juicio del medio hombre. Mientras hablaba con Onfale, tuvo el buen gusto de guiñarle el ojo a Flame. Confiaba en que Onfale se portase como debiese. Tenía hasta Krezk para convencer a Fosco para que le acompañase junto a sus hombres. Luego se acercó a Leiath. -Señorita Leiath.- Fosco tenía para todos. -Por favor, con o sin magia, controlad vuestras palabras. No puedo permitirme más bajas.- Luego cogió una ramita y la arrancó la llevaba a modo de varita de mando. Que bien sentaba ser el líder. 

El guerrero arcano miraba al mediano, y las palabras que sembraban dudas entre los peones. Hasta tal punto que Tangrem expuso en voz alta los pensamientos de los trabajadores.

-Yo he tenido que luchar por mi vida y para los de mis acompañantes en las capas del abismo, matando o ser matado por diablos, brujos y nigromantes, he escapado de un príncipe demonio, roto un artefacto que apresaba almas inocentes. Y lo pude hacer por que confiaba en quienes me acompañaban. Que me respaldarían y ayudarían con la misma entrega que lo hacía yo.- Miro al mediano negando durante unos instantes.- De este mediano solo he visto problemas y quejas. No. No puedo confiar en él, ni de su acción ni su palabra. Yo no quiero ese cambio de liderazgo a manos de este mediano.

El guerrero arcano miró hacia las nieblas, no le parecían temibles, que ante la pespectiva de este cambio en el mando.

Flame lanzó una mirada a Fosco y después a Onfale, y luego se dirigió hacia Tangrem. La rubia se había mantenido al margen durante todo el rato de la conversación entre los dos. Pero había llegado un punto en el que no había podido aguantar más y lo había mandado callar. Luego la había insultado y después había intentado humillarla. Pero no ofende quien quiere, sino quien puede. Y un mediano que atacaba a sus aliados y vagueaba, y además se bebía el agua bendita o la desparramaba no podía ser el líder.

Flame desenfundó a Ayash para que todos vieran a su reluciente acompañante y después se aclaró la garganta. No estaba a costumbrada a hablar en público, y sus intentos de liderazgo para con el grupo habían sido eclipsados en su momento por el eunuco y por la bruja de Hala. Lo había aceptado. Era demasiada presión y no se sentía que la escucharan como ella creía. Pero ahora confiaba en poder llamar la atención de todas aquellas personas que parecieran haberse puesto del lado de Fosco.

Me he dado cuenta de una cosa. Dijo mirando a Onfale y a Leiath. Creo que hemos cometido un error. Dijo luego mirando a Fosco. Este no es el mediano que creíamos conocer. Se trata de su hermano gemelo. Dijo tratando de engañar a los presentes. Hubo un momento, en el que conocieron al gemelo de Fosco, no recordaba cuando había sido, ni en qué plano de existencia. Sus recuerdos se almacenaban en su cabeza, pero los traumas vividos y el haber perdido la memoria e incluso la vida le había dejado una serie de lagunas que no era capaz de desentrañar. Pero estaba segura de que el mediano que tenía delante no era quien decía ser. Me temo que tenemos a un impostor delante. Puede que no sea su gemelo, pero este no es el verdadero Fosco. El verdadero era un mediano colaborador, simpático y sobre todo hacía reír a todos los que le rodeaban. Jamás causaría mal rollo, jamás atacaría a sus aliados, buscó entre los campesinos al que Fosco había disparado, y mucho menos se habría quedado al margen ante una batalla. Dijo volviendo a mirar a Fosco. Éste es un impostor. Sabemos como son las brumas y me temo que debe de tratarse de un espía. Si fuera El Verdaero, jamás nos habría llevado a esta situación. Por eso los que le defendimos al principio ahora estamos en su contra. Mis compañeros no se habían dado cuenta de quién era. Pero yo sí. ¡Él no es Fosco!

¡Y no podéis seguir a alguien que no es sincero y que está fingiendo ser otra persona! Dijo esa última frase para concluir.

Según Fosco iba enredando las cosas Leiath había pasado desde estar incómoda por su presencia, enfadada, indignada y hasta a serntir pena. Pero esto era ya demasiado.

Las palabras de Flame iluminaron la mente de la bondadosa Bruja. Y si este no era realmente Fosco, sino algún vil engendro de las sombras? la verdad es que tenía mucho sentido. Debía tomar cartas en el asunto.

SILENCIO! - gritó a pleno pulmón con toda la autoridad que pudo reunir para llamar la atención sobre su persona.

- Es que acaso no os dais cuenta de lo que este mediano, o lo que sea que esté disfrazado de Fosco, quiere conseguir? Solo quiere que falle la misión por la que se ha reunido esta caravana. Desde el principio. O no es resulta sospechoso que desde un primer momento destruyese algo tan vital para la supervivencia como el agua bendita? Y que me decis de cuando dejó alimentarse a aquel ser luminoso con su antorcha después de haber matado a uno de los nuestros? No debeis escucharle, tan solo emponzoña vuestras mentes.

Después de haberse dirigido a todo el grupo de milicianos esperando que entrasen en razón y viesen las cosas claras con ayuda de Hala, miró fijamente al indeciso Tangren y le dió una órden clara y concisa cargada de la fuerza de la misma diosa.

Detenle!- ordenó señalando al que decía ser Fosco.

Las palabras de Flame concordaban bastante con lo que él había imaginado. Normalmente la mujerona no era muy dada a hablar, quizá por ello sus palabras calaran tan hondo en el perfumista. Agradecía de veras el apoyo que le daban.

- ¿Milo?- Pronunció el nombre como si le viniera a la memoria de pronto. Era verdad que Fosco tenía un hermano casi idéntico. No sabía si eran mellizos o gemelos pero sí que Fosco le había comentado que eran como dos gotas de agua. ¿Sería posible que Milo los hubiera engañado haciéndose pasar por su antiguo compañero? Lo que no veía claro es el por qué de querer sabotear la misión. A no ser que...El perfumista pensó en alto, como si hablara sólo para sí mismo.

- Primero los lobos invernales. Aquellos son carne de cañón de brujos convocadores. Luego el golem de carne. Ahí sí que no hay duda alguna. Los golem son creaciones, objetos mágicos manufacturados y dirigidos por alguien. Alguien que no deja de acosarnos. Luego los fuegos fatuos y la tardanza de Gloria...- Se quedó pensativo, preocupado por la reacción de Leiath. Pocas veces veían el fuerte carácter de la Bruja de Hala pero cuando le salía era mejor agarrarse los machos.

Desmentir las palabras de Flame eran realmente sencillas. Hablar de Viktor Watcher era fácil. De sus aventuras con el bueno de Nikeras y de como ayudaron a la familia Watcher. Fosco dabe detalles concretos de la residencia de los Watcher, pues había estado allí y parecía conocer bien la zona. Además de contar la anécdota de como gano el arma de la familia en un divertido juego. Un arma que contenía un secreto que poca gente sabía... Pero todos sabían que ese arma ya no lo tenía la familia y sí nuestro simpático amigo, incluso con suerte conocerían la historia...

Aire se estaba empezando a enfadar con tanta tontería. Para ella hubiese sido muy sencillo alzar la mano, lanzar un conjuro y empezar a herir al mediano hasta que huyera o muriera. Tampoco les vendría mal a aquellos que entraban en su juego. ¡Con lo fácil que hubiera sido ignorarle! Pero sabía que ya era tarde. Y había que decantarse
Espero que seais habilidosos guerreros o grandes lanzadores de conjuros la joven alzó la voz, dotándola de tranquilidad, aunque sus ojos negros no daban esa impresión porque si decidís alzar al mediano como líder, mi magia para protegeros se apagará como vuestras esperanzas. Habéis sufrido bajas, y no han sido más por nuestra protección, por el liderazgo de Onfale. Si continuáis por el mal camino, caeréis como moscas a manos de las Brumas. Espero que, cuando se alcen esaa nieblas de nuevo contra nosotros, no nos echéis en falta

Cuando Fosco ya daba por seguro su ascenso, uno a uno, los miembros del aquelarre salieron en defensa de Onfale, o para minusvalorar la capacidad del mediano como líder. Las dudas empezaron a volver a las mentes de los peones, tal vez Onfale no fuese tan buen líder para esta situación...

Las acusaciones de Flame eran muy creíbles, pero el caso es que si el mediano se ha metido en las Brumas con ellos para sabotear la caravana, también sabría como volver a casa si le prestaban obediencia.

Fosco mostró la empuñadura de su estoque, como prueba irrefutable de su identidad. Ojalá no hubiese vendido en su momento el estoque de pólvora de Viktor Watcher hace años, porque habría sido más impresionante y dramático, pero las filigranas de la empuñadura eran las mismas que las que lucía la empuñadura del arma del Fosco con el que compartieron parte del viaje por el abismo.

Por supuesto, no era ninguna prueba para aquellos que no conocían al Fosco de aquella época ni el estoque que llevaba. Hasta Tangrem obedeció con premura la orden de Leiath (a pesar de que su superior era Onfale y no ella). El krezkense avanzó con paso decidido hasta Fosco y le sujetó por los hombros, cogiéndole por la capa.

Y ya está. Había cumplido la orden de Leiath y el efecto del orden imperiosa había pasado. Y solo quedó un Tangrem que se preguntaba el porqué había actuado como lo hizo, como guiado por la magia o como un títere pendiente de unos hilos.

Los peones seguían dudando...

Y Aire echó más leña al fuego, amedrentándoles a todos. Los peones enmudecieron. Sí, solo era una muchacha joven jugando a ser niña con un infantil oso de peluche en brazos, y tenía una puntería nefasta con los orbes de ácido. Pero unos poco efectivos proyectiles mágicos pueden ser lo suficientemente espectaculares para alguien que no entiende de magia.

El primer impulso de los peones fue guardar silencio, mirándose unos a otros. Aire solo había logrado que no se atreviesen a hablar, pero las dudas seguían anidadas en cada uno de aquellos hombres.

¡BASTA! ¡BASTA! ¡BAAAAASTAAAAA! Leiath, ¿te has metido en mi cabeza con tu brujería? No te importo, ninguno de nosotros os importamos. Para vosotros solo somos sirvientes que hacen las tareas de intendencia y vigilancia en el mejor de los casos. En el peor, solo somos carne de cañón. Esto tiene que acabar. No sé qué disputas os traéis entre vosotros, ni me importan. Mis hombres y yo acataremos las instrucciones de Fosco, mientras nos guarde el respeto que el Aquelarre no nos ha mostrado. ¡Se lo debemos a Tosh, maldita sea!

Los hombres asintieron a las palabras de Tangrem. Puede que Fosco se hubiese convertido en un líder al que seguir menos impopular que Onfale, pero la actitud de los peones hacia el mediano seguía siendo, tirando por lo alto, indiferente, y no tenía asegurada la lealtad de ninguno de ellos si les trataba con desprecio.

Las intervenciones de sus compañeros calaban hondo en el perfumista prendiendo una llama en su interior que le daba un calor que pocas veces en la vida había sentido. Le quedaba claro que Tangrem había estado esperando este momento desde el mismo instante en que le lanzara con desprecio el papel en el que Lovina le designaba como líder de la expedición. No podía esperar más del nivel de refinamiento que se respiraba en Krezk. Escuchar hablar a Fosco de Viktor Watcher volvió a dibujar una sonrisa cínica en el mago.

Lo que hay que oír.- Si es que Viktor seguía vivo le gustaría estar presente cuando Fosco llegara a rescatarlo. Se iba a quedar petrificado.

- ¿Carne de cañón?- Replicó al ex-líder de la expedición.- Sólo te he visto correr a protegerte bajo nuestras faldas, querido. La única cosa que te mandamos fue que no te despegaras de Gloria.-Y desde luego Gloria estaba perdida pero Tangrem seguía  a salvo. Lovina hizo bien en pedirles que protegieran a la caravana. Debía saber que tenían pocas oportunidades de conseguirlo. Si su lealtad a Fosco dependía de que los tratara con respeto más le val´lia a FOsco morderse la lengua y controlarse. Si no lo hacía no tardarían en cambiar de líder y , si lo hacía, pues el mediano tampoco era tonto, habrían conseguido que se centrara en lo que tenía que centrarse.

Una vez en Krezk decidiremos nuestros siguientes pasos...

Con un gesto estudiado y que había usado infinidad de veces para ocultar una sonrisa cuando su Creador y Amo hacía algo gracioso, Onfale se tapó la boca con el dorso de la mano. ¿De verdad los campesinos querían tener de líder a alguien que no sabía ni hacia donde iba? Puso en práctica entonces otra habilidad adquirida en el harén que era aprovechar que tenía la boca tapada para comentar por lo bajo algo que había encontrado gracioso.

- Apuntad en el diario de la expedición. Salimos de Krezk el 9 de mayo del 366. El nuevo líder nos lleva de vuelta al punto de partida el 10 de mayo del 366.

Fosco miró impasible la broma de Onfale. Había esperado a que este le cediese el mandato, pero lo arrebató en el último instante. Había actuado como líder y había quedado, por que no decirlo, un poco mal. Los demás miembros del harén expresaban sus quejas. Empezó con las mentiras de la embarazada de Flame. Aquella mujer era un aborto de persona. ¿Cómo podía mentira tan mal? Era casi insano... Leiath volvía a meter la pata. -Mira que le dije, que midiese sus palabras.- ordenaba apresar a Fosco. No hizo nada para evitar esto, mejor apresado que expulsado como proponía el descorazonado de Onfale. Al menos no saldría a la intemperie entre las brumas. Aire, anunciaba la hecatombe y ya era la segunda vez que le amenazaban en este grupo. Era asombroso como eran las mujeres de temperamentales. Cualquier cosa ponían el grito en el cielo y decían tonterías. Entre los tontos sólo podía florecer una delicada flor que era Onfale. Sobresalía por encima de todos, pero el muy desgraciado se creía mejor que todo el mundo. Ahora tendría que darse cuenta que Fosco no era ningún idiota.
-En fin... tras vuestras continuas amenazas...- prosiguió resignado el mediano. -Si aceptáis, seréis recibidos como invitados y si no, sois libres de marcharos.- dijo el mediano a Onfale, líder de la comitiva. -Y como bien dice el señor Tangrem.- y Fosco volvía a su papel de líder. -No se tolerará la falta de respeto. Sois invitados de esta comitiva y esperamos un comportamiento ejemplar. Recordar que a veces el silencio es mejor. No tenéis que hacer guardias, nosotros nos ocuparemos. Si queréis apoyar las guardias sois libres de hacerlo. Se os proporcionará agua y bebida hasta la siguiente ciudad más cercana.- terminó diciendo algo aburrido de aquel grupo. No tenían ninguna educación y se jactaban de dar lecciones morales, pero lo cierto es que si Fosco no hubiese hecho aquello ahora mismo estaría muerto en las brumas. -Así que por favor. intentemos llevar esto de la mejor manera posible.- continuó diciendo el mediano. -Señor Tangrem, felicitaciones por su sabia decisión. Haremos noche aquí, organiza las guardias... Será una noche larga... Esperemos Gloria vuelva a nosotros.- decía de corazón preocupado por su supervivencia y la de todos sus hombres. -Señor Onfale.- dijo acercándose nuevamente al mago. -La oferta de consejero sigue en pie. Realmente me interesa su opinión. Por otro lado, entiende que no puedo permitir faltas de respeto, amenazas y demás... Si decidís ser nuestros invitados, os pediría que no se tratase mal a los soldados, ni a Tangrem, ni a mi persona. Sé que no eres su madre y sólo les guías a la mejor de las situaciones posibles, es por eso que le respeto y admiro, pero en tanto en cuanto puedas hacer esta situación más agradable, se lo agradecería.- El mediano era muy respetuoso, parecía otro. No sólo estaba dentro del papel de Lord Comandante, si no que trataba con distancia a Onfale y a su grupo. Se habían vertido demasiadas mentiras. Demasiadas amenazas. Era un grupo despreciable, pero aún así, Fosco no era un monstruo y no iba abandonarlos a la intemperie de las brumas. Eso sería una condena de muerte. Y así el mediano escuchó lo que tenía que decir todos, si es que tuvieran algo que decirle. Asintió y comenzó a deambular por todo el campamento deteniéndose con cada persona que se veía. Le preguntaba cosas básicas de su vida y sus nombres. Les insuflaba ánimos. Necesitaba a todos sus hombres animados. El mediano no sólo hablaba con los soldados, también ayudaba con tareas básicas y aprovechaba para soltar algún chascarrillo que sacase una sonrisa. Les inyectaba ánimos y les preguntaba que harían con el pago por su leal servicio. Un par de veces dio un par de discursos motivacionales para insuflar ánimo. No quería que pensasen que había sido un error, realmente se dedicaría a cuerpo y alma por aquellos hombres e intentaría que todos llegaran sanos y salvos.

Jad contempló la escena en solemne silencio, observando a los actores. Mantuvo su posado marcial, herguido, con su caballera rubia ahora apelmazada por la humedad. No le gustaba lo que veía, ni lo que escuchaba. Pero el joven guerrero tampoco era quien para juzgar a esos hombres, sus vidas estaban en juego y era comprensible que temieran por ella en estas circunstancias. No por ello, en ese caso, merecían que el guerrero arcano dejara su vigilancia, por mucho que aborreciera al miserable mediano, a fin de cuentas estaba allí para ayudar a la lady Watcher. Y por su convicción y deber moral para con Torm.

La carreta estaba a punto para partir, el peso repartido, y la noche se cernía sobre el pantano. Con un Muto Corporem, y sanando así parte de sus heridas, Jad se acomodó como mejor pudo, con la esperanza de que llegara Gloria, la mestiza, antes del amanecer. Pero aún así, su acero estaba siempre al alcance de su mano.

La habían cagado pero bién. Y no, no era el Aquelarre quien había perdido esa lucha y la había cagado, sino aquellos mercenarios que se habían dejado comer la oreja por las ponzoñosas palabras de ese mal nacido.

Leiath rabiaba. A las de su calaña no se les llamaban brujas por su buen talante ni por su infinita paciencia. Así que explotó.

Basta! Dices?- se dirigía a Tangrem, el que creía realmente responsable, pues pese a las órdenes directas a través de la misiva, de la que le había contratado, había desobedecido y dió el liderazgo y la vida de sus hombre al primero que pasaba con buena labia.- Hala es quien guía mi mano, y la que está guiando la tuya ahora! Quieres acaso desafiarla?!

Hizo un pequeña pausa en la que intentó calmarse.

- Está bién, si lo quereis así. Así será. Pero no conteis con mi protección. Abandono la misión, volveré a Krezek y le retornaré el pago a Lovinia. Asi mismo informaré de la rebelión que ha ocurrido ya durante el segundo día de marcha. Y de cómo habeis abandonado el camino de Hala para seguir a un completo desconocido el cual no ha hecho nada por vosotros sino llenarnos la cabeza con palabras.

Tan solo llevaban un día de viaje. Seguramente le sería imposible volver ya que en la bruma se perdería, pero mejor perderse y enfrentarse a las criaturas malvadas del camino que tener que seguir las directrices de una serpiente. Iba en contra de su naturaleza.

Ahora Leiath, que en el fondo solo era una jóven que había tenido que pasar mucho en muy poco tiempo, se sentía triste, abatida. No quería abandonar su aquelarre, pero tampoco podía desobedecer a su corazón.

- Esperaré a que venga Gloria, o a que os pongais en marcha, e intentaré volver por donde hemos venido. Ahora si me disculpais, debo descansar, pues mañana será un día muy largo.

Aquel que se hacía llamar Fosco debía estar contento, si su plan era deshacer el compacto grupo que se había formado, lo iba a conseguir de un plumazo. Lo que hacía unas palabras bien dichas en un momento oportuno.

La palabrería de Fosco ya le entraba por un oído y le salía por el otro. Es lo que pasa con la verborrea sin sentido, en eso le recordaba al Mane. Sólo volvió a prestarle atención cuando se le acercó de buenas maneras. Onfale sabía jugar también a ese juego. Como hiciera antaño, cuando formaban parte del mismo grupo, el eunuco se acuclilló para pasarle la mano por el enmarañado pelo. Ahora el mediano le trataba de usted y le daba rango de señor. Ya no era un dictador, soberbio, cruel, "eunuco antiguo exclavo".

- A veces tú eres tu peor enemigo, querido Milo. Mi consejo es que si no quieres escuchar faltas de respeto es que sujetes tu lengua. Predica con el ejemplo.- Ya otras veces le había aconsejado ser más diplomático. Quedaba claro que cuando se esforzaba podía hacerlo pero eso no funcionaba con aquellos que ya lo conocían pues, de normal, era una persona totalmente diferente. Parecía tener una doble personalidad y no descartaba que todos sus hermanos, Rosco, Trosco, Pilo y Milo, o como se llamaran, no fueran más que sus múltiples personalidades..- Abre los ojos bien y verás que Tangrem y sus amigos no son soldados, como los llamas, sino carpinteros, campesinos y demás. Te espera un camino muy duro por delante. Duerme con un ojo abierto y cuídate mucho de Tangrem. Lovina no sabe que tú estas aquí. Tratará de deshacerse de ti a la mínima ocasión y tirará tu cuerpo a las brumas.- Se volvió a incorporar, todo lo alto que era para continuar hablando ya en un tono más alto.- Yo no soy el líder del aquelarre de Hala. Sólo formo parte de él, como uno más. Hala guía nuestros pasos y no puedo obligar a ninguno de sus integrantes a que haga lo que yo diga.- La decisión de la Bruja de Hala le dejaba a él en una situación complicada. Desde luego no quería deshacerse del regalo de Lovina y quería labrarse un futuro que podría conseguir rescatando a Viktor Watcher. Pero lo que no iba a hacer era abandonar a Leiath. Algún día el destino les llevaría por caminos diferentes pero era decisión suya, en este momento, que no fuera así.- Será mejor que tengamos una reunión para decidir esto.- Lo bueno es que ya no tenían que hacer guardias y podían usar ese tiempo para decidirse y luego descansar para preparar conjuros.- Mañana te diremos que haremos, Milo. Que Hala nos dé una buena noche y su protección en medio de estas brumas.- Dijo a sabiendas de que Hala ya no protegía a toda la comitiva.