Partida Rol por web

-¡Eh, eh, eh! Que la celda de Sandansola ya estaba abierta cuando bajaste--protestó el viejo gruñón al amanerado perfumista para luego recordar repentinamente que también hubo de liberar a la elan psiónica de las crueles herramientas de tortura--Eso sí, Onfale ha demostrado mucha más utilidad ahí abajo de la que sus extraños modales sugieren.

-¿Vamos a dejar que el mago se vaya sólo?--concluye el enano haciendo referencia al tipo que ha comenzado a ascender por las escaleras.

Después de que Leiath cure las heridas del mediano, este se siente inmediatamente mejor. 
Gracias, señorita! Nunca olvidaré este gesto dice con una sonrisa.
Fosco algo más ágil se acerca a Nikeras
El señor ... eeehm... enano barbudo tiene razón. Ahí arriba se va ha armar una buena.
Se gira bruscamente y mira a Onfale Tu y yo hablaremos más tarde! Dice con una expresión ruda.
Fosco sigue de cerca al viejo mago VIEJO! Baja el ritmo.Yo le acompaño que se va a desgraciar por las escaleras. Déjeme ayudarle! dice cogiéndole del brazo. Intentando ser amable, pero más parecía que llevaba a un prisionero que alguien que ayuda a un anciano. 

Yo subo. Será divertido ver a dos viejos tirándose de la túnica.

Deberíais dejar que arreglaran sus asuntos por sí mismos. Si lo entendí bien, Derinlus Vaek ya tuvo una vez a Yavé a su merced, y en lugar de matarlo lo encerró en una celda.

Me gusta ver que hay otra persona con la que comparto el poco sentido común que tiene este grupo. ¿Para qué subir?

Yo... Me encuentro un poco mal del estómago. Creo que voy a salir a que me de el aire.

Leiath, me pagaron para protegerte. Subiré con el mago si vas tú, y me quedaré si te quedas tú.

Pues Hollín y yo sí vamos con el anciano mago. Me acaban de robar y tengo un poco de furia contenida que tengo que pagar con alguien.

Ngggg... zzzzzzzz...

El primer impulso del enano es subir al piso superior. Un gnoll es una criatura que no merece vivir. Es más, cuanto antes acaben con él, menos riesgo correrá otra gente inocente. Sin embargo, antes de ponerse en marcha, algo impele al viejo a girarse hacia la bruja curandera para observar cuál va a ser su decisión y obrar en consecuencia.

Cuando vió que el que estaba más mal herido se le había escapado, se le crisparon los nervios. !¿Es que aquel anciano no tenía ni una pizca de sentido común?!

No le había quedado claro si habían acabado con el gnol, y aún sin saber qué poderoso debía ser aquel vetusto hechicero, dudaba que en aquel estado le durase mucho al monstruo.

¡Esperadme, maldita sea! ¡No os precipiteis! - ¡Por Hala!, ella sonaba cada día más como su madre. Ya entendía la responsabilidad de tener un grupo a su cargo.

Corrió en pos de Yavé, asi como de los que le habían seguido con tanta prisa.

El escurridizo mago sube las escaleras metiendose entre la bruja y el enano, siguiendo los pasos de su nuevo mentor y rebuscando en su cinturón uno d elos pergaminos que había creado en los últimos días.

Klasius encara la salida de la torre y respira un poco del aire puro de la montaña. En ese momento escucha algo proveniente de las zonas colindantes. Suenan a un idioma que el mediano desconoce. Se acerca a ver. En el exterior del edificio, al lado de una de las paredes sin puertas ni ventanas, un hombre de unos cincuenta años mete el pie en el estribo y coje impulso para montar a... a un caballo antinatural, translúcido, fantasmagórico... un corcel que ni siquiera toca el suelo, flotando al ras. El humano llega a ver a Klasius, sus miradas se cruzan...

Shhhh...-dice con el índice tapando su boca.

El caballo se aleja al galope entre la vegetación, montado por su enigmático jinete. Klasius trata de dar la voz de alarma, pero aún está débil y mareado. Cuando abre la boca, en lugar de un aviso salen borbotones de vómitos. Luego llega el atronador sonido de una explosión en el interior de la torre.

¡¡¡KABOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!

Fuego y humo salen de las saeteras de la tercera planta de la torre de Stabcrow. Sus compañeros... la mayoría habían tomado las escaleras. Leiath, Azaron... puede que estén todos muertos.

Todo ocurrió muy rápido. Kenkobek se paró en el segundo piso un instante para ver si Vaek estaba allí. Un piso cuya única iluminación era la que se filtraba por las saeteras. Apenas veía los camastros, pero cuando decidió que su enemigo no se ocultaba allí, retomó las escaleras de caracol hacia el tercer piso. Este impás fue aprovechado para los demás para darle alcance. Lo justo para que Fosco, Flame y Alice viesen lo que ocurrió.

De las dos puertas que había en la pequeña sala triangular del tercer piso, Yavé Kenkobek abrió la de la izquierda. El mediano y la rubia recordaron entonces las palabras de Derinlus... "Traedlo a mis aposentos. Quiero decir a esa habitación destartalada del tercer piso. Subiendo, la puerta de la izquierda".

¡¡¡KABOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!

La deflagración de fuego salió de la puerta en dirección al mago. Su cuerpo cayó al suelo a plomo, sin vida, con unas cuantas pequeñas llamas ardiendo aún en una túnica ahora más negra que nunca. La trampa mágica había sido suficiente como para acabar con un anciano ya herido en una anterior refriega.

Al registrar el resto de la torre no se halló ni rastro de Derinlus Vaek. La tercera planta, cuadrada, estaba dividida en cuatro habitaciones triangulares por unas paredes diagonales.

La habitación de las escaleras de caracol estaba vacía de muebles.

La habitación protegida por la puerta con la trampa de fuego era un dormitorio individual. En lugar de saeteras, el cuarto dispone de varias ventanas, y la claridad permite ver a la perfección. La vieja cama, era grande y acolchada, muy distinta a los camastros de paja del segundo piso. Demasiado grande como para subirla por las escaleras, seguramente el carpintero fue traído aquí para construirla. Hay algún mueble más: dos cofres vacíos... un armazón para colgar la armadura... Debió ser en tiempos el cuarto del Capitán de la torre. Strahd seguro que durmió aquí en la época en la que torturaba a Sandansola, relegando al Capitán a dormir con las tropas rasas.

La puerta de la derecha del cuarto de las escaleras conducía a la cocina y a su vez comedor. También aquí las ventanas son amplias. Una mesa redonda ocupa la mayor parte de la estancia. Lo suficientemente grande para que por turnos comieran seis personas de cada vez. También hay una cocina de hierro. Sin embargo, al igual que ocurría con la mesa del primer piso, no hay sillas. Ligeras y fácil de transportar, cuando se ordenó al destacamento abandonar la torre, las sillas eran el material más sencillo para saquear.

Una puerta en el dormitorio y otra en la cocina conectan con la sala opuesta a las escaleras. Es una sala de planificación estratégica. Una gran mesa central contiene una maqueta de los alrededores, con algunas tallas en madera para simbolizar destacamentos aliados y enemigos.

Al sur de la torre, en las montañas Balinok, se señalan con flechas rutas de ascenso fácil. Al norte, el río Strecura. Un puente aparece en el nornoreste para salvar el río cerca de su nacimiento en las montañas. En el nornoroeste, el río engorda hasta convertirse en una pequeña laguna. Más allá de la laguna está el pueblo de Vor Ziyden. Más allá del puente hay una zona boscosa. En el extremo nororiental de la mesa una carretilla diminuta señala la ubicación de una mina.

La cuarta planta no tiene techo. El suelo está hundido y hay un pequeño charco de agua de lluvia acumulada. Desde las almenas se ve lo que la maqueta sugería. Solo que al sur, las cúspides de las montañas Balinok asoman por unas cada vez más cercanas Brumas.

Aún es mediodía. Podrían aprovechar para descansar bien aquí*, y perder media jornada de avance. Pero si desaprovechan las horas de luz y se quedan, las Brumas lograrán recortar algo de la distancia que los separa.

Antes de que llegue Onfale, Fosco se apresura a registrar los cuerpos del Mago y Uzol, en busca de algo que pueda interesar al comerciante. Después mirará bien en toda la estancia por algo de valor, teniendo cuidado de los peligros que pueda haber*. 

Fosco ve como el mago cae desplomado y muy interesado en la salud del mago, se acerca a este y de forma rápida mira en puntos claves si aún está con vida. Pone su oreja en el pecho, le toca la yugular, pero nada. Parece causa perdida "Está muerto" secunda con una hilillo triste. Rápidamente se levanta y mira si Uzol está realmente vivo. Ya que este animal le da mucho miedo, no quiere que se levante y comience una carnicería. Tras esto mira bien en toda la instancia. Ya que se había dado cuenta como había accionado la trampa o eso creía el mediano. No quería dar un mal paso como el viejo!

Cuando escuchó la deflagación Leiath se supuso lo que iba a encontrar.

Desolada se agachó junto a los restos del anciano. Fosco se encontraba alli urgando... mirandole las constantes. Parecía que no había nada que hacer. Si al menos su Diosa la concediese el don de la resurección, pero no, ella sabía que ese poder solo se conseguía con años de dedicación. Ella era demasiado jóven e inexperta. Se le escaparon unas lágrimas por la frustación y dolor al ver como una vida se le había escapado de sus manos... la primera.

Se enjugó las lagrimas intentando que nadie se diese cuenta de su estado y se dirigió a aquellos que habían subido también.

¿Por qué no nos reunirnos y exponemos todos los hechos para asi  tomar futuras decisiones y no precipitarnos como esta pobre alma? Deberiamos revisar si el anciano tiene algo que pueda ser de utilidad y si podeis ayudarme con el cuerpo , me gustaría darle un buen entierro.

¿Querido Fosco os ocupais vos de mirar si el anciano poseía algo que nos pueda servir?

Como es obvio, Uzol y Derinlus ya se ocuparon de vaciar sus bolsillos antes de encerrarlo en una de las cárceles del sótano. En una vista preliminar*, Yavé no tiene más que su propia túnica y unos zapatos a juego.

Fosco levantó la vista para ver a Leiath. Arqueó la ceja derecha y en su cara se pudo ver una expresión maliciosa y simpática "Claro, Leiath" Leiath se había ganado su corazón, cuando sus suaves manos curaron sus heridas, parecía que algo mágico había entrado en él cuando más lo necesitaba, algo que no olvidaría fácilmente.

El mediano que disimulaba interesado en la vida del anciano siguió buscando por toda la habitación ahora sin ocultar sus intenciones, siendo minucioso, ya que nunca se sabía si podía haber más trampas.

Aprovechando que porfin tenían unos minutos de calma, la bruja de Hala quiso aclarar las dudas que tenía, asi como dejar expuesta la situación en la que se encontraban.

Me gustaría que resumieramos lo que cada expedición ha encontrado. Empezaré yo misma.

Abajo encontramos celdas. Dos de ellas ocupadas. Sandasola, quien ya se ha presentado, se encontraba en una de ellas sufriendo aún una horrible tortura -su gesto se torció al recordar tan horripilante escena-. Gracias a la fuerza de nuestro Maese Enano y la gran habilidad de Maese Onfale, conseguimos liberarla. En la ora celda , el fallecido Yavé, inconsciente.

No encontramos nada más, salvo una pared falsa, tras la cual, según afirma Lady Sandasola, se encuentra un tesoro.

Cada uno de nosotros poseemos ciertas habilidades y objetos mágicos que pienso pueden ser muy  útiles en determinadas ocasiones y quizás debieramos al menos comentarlas y asi saber como repartir determinadas tareas.

Por ejemplo, a parte de mi habilidad como curandera, puedo leer ciertos pergaminos mágicos escritos por otros hechiceros. También puedo escribir pergaminos mágicos yo misma.

De hecho tengo unos pergaminos de curación que quizás alguien más sepa leer y no estaría de más que lo llevara otra persona a parte de mi, por si... que Hala no lo quiera... cayese yo en combate.

Dicho esto, paso la palabra al que quiera  aportar más luz sobre nuestra situación.

Onfale empieza a exasperarse, tanto relatar lo mismo una y otra vez. Sólo lo ha contado una vez pero es que es poco paciente. Rápidamente cuenta lo que él vivió en el piso de abajo.

Mientras estabamos de guardia, llegó un hombre que se dijo llamar Nightshade. Nos dijo que venía a investigar el origen de la niebla. Yo no confié en él en absoluto pero Víctor habló demasiado, en mi opinión. - Ahora miró a Alice. - ¿No te diste cuenta cuando bajaste a por una linterna que estaba con nosotros? Después oímos unos gritos abajo y cuando volví la mirada el hombre había desaparecido. Tras eso llegó Leiath que necesitaba ayuda para liberar a la mujer y al anciano de sus celdas, pues parece ser que nadie más podía hacerlo... - Eso sí sonó a reproche. - No creo que Víctor haya huído con la niña por su propia voluntad. Ese hombre me dio escalofríos.

- ¿Y vosotros Nikeras? Es obvio que el tal Vaek os la ha jugado.- Los ojos del mago se posaron el en cuerpo sin vida del que podría haber sido su mentor en el arte de la magia y la alquimia. No es que no se fiara de Fosco, bueno sí, precisamente era eso lo que pasaba, así que volvió a registrar el cuerpo del mago y el del gnoll. Tras acabar expone su opinión sobre los cuerpos y la dirección a tomar.

- Deberíamos quemarlos. Dejar que su cuerpo sea comido por los gusanos esería desperdiciar la Esencia del mago.- El mago se acercó a la ventana observando el paisaje y las amenazantes brumas que se aproximaban inexorablemente.- Por mi parte partiría cuanto antes de aqui. No me gusta esta torre y creo que ese Nightsade se ha llevado a Victor y su hija. Victor confió demasiado en el extraño, hablándole de lo que había pasado en el castillo, de Leo Dilisnya, dándole nombres y demasiada información. Victor quería ir allí para alertar a las autoridades. Quizá Nikeras pueda seguir su rastro...cuanto antes partamos menos ventaja nos sacarán. - Observo a Leiathm que parecía cansada pro el esfuerzo mágico al que se había visto sometida en poco tiempo. - Podríamos separarnos en dos grupos. Los que necesiten descansar aquí y los que estemos preparados para partir. Los que se queden podrían investigar esa pared falsa a ver que encuentran. Nos reuniríamos en tres días en dicho pueblo si os parece bien. Si no se dirigen al pueblo pues  podríamos quedar en otro punto. El cuervo de Alice podría mantenernos comunidacos. Medio día de ventaja no es mucho.- Onfale se queda pensativo un rato.- La duda es si Vaek y Nightsade tienen algo que ver o no.

El perfumista deja caer los brazos pesadamente, haciendo que las mangas antes remangadas caigan hasta cubrir sus muñecas.

- Como ya he dicho y habéis visto, yo soy perfumista,  aprendiz de alquimista y de mago.  También he creado pergaminos estos días, para identificar objetos desconocidos y de proyetil mágico.- La mano de Onfale urga en su bolsillo para sacar una especia de lagarto algo extraña para los presentes. - No tengo objetos mágicos, sólo  esta cosa. Un camaleón.- El lagarto se retorcía tranquilo en las manos delicadas de Onfale.

La tremenda explosión cogió completamente por sorpresa al enano, que sin dudarlo se lanzó al suelo para evitar una posible onda expansiva. Al reincorporarse y ver que únicamente se trataba de otra trampa, el viejo negó con la cabeza lamentándose por la pérdida del supuesto mago:

-¡Qué faena! Tanto sufrir para ir a ahogarse a la orilla.

Cuando se hubieron reunido de nuevo con el resto del grupo, el tipo de la barba blanca y descuidada se mantuvo en segundo plano, como si no fuera con él las preguntas y aclaraciones del resto. 

-A mí me da igual lo que hagamos, pero hay gente que necesita descansar.

Nosotros escuchamos una risa en las escaleras del segundo piso. Flame y su chirriante armadura sirvieron para llamar la atención y atraer al gnoll al segundo piso. Allí dimos buena cuenta de él. En ese momento, llegó Derinlus... Veamos... Nos dijo que había lanzado un encantamiento al gnoll para que le sirviese de guardaespaldas... nos ofreció ocupar el puesto del gnoll Uzol... Por hacer de guardaespaldas, nos pagaría con un objeto mágico. Ah, también dijo que haría la ruta hasta Vor Ziyden y luego hasta Illvin. Después ordenó que bajásemos al sótano y le lleváramos un prisionero. Insistió en que cruzáramos por la puerta de la izquierda, la que explotó. No reconocí el conjuro. No sé si solo se activaría cuando Yavé pasase el umbral, o si a Derinlus le daba igual a quién de nosotros afectase.

Yo... Mientras subíais con Yavé, salí a tomar el aire. Justo antes de la explosión vi a un humano cincuentón en uno de los laterales de la torre. También había un caballo raro, como espectral o así. El humano se subió al caballo y se internó al bosque. No iba a Vor Ziyden en dirección norte, sino al este, aunque quizás solo diese un rodeo para despistar. El caballo era endiabladamente rápido, y sus cascos no pisaban el suelo. ¡No me miréis así! ¡Sé lo que vi! No creo que lo podamos alcanzar ni que haya huellas que rastrear.

-Pobre viejo- Dijo Onfale, aunque lo que realmente quería decir era pobre de él. Se había quedado sin el libro de conjuros y sin las enseñanzas de un mentor, por malo que pareciera. Vaek se la había jugado bien a todos. No tenía ni idea de qué pintaba Nightshade en todo esto. Miró a Nikeras a espera de que diera su opinión sobre si seguir al mago o las huellas de Víctor.