Partida Rol por web

Fosco suspira aliviado al ver que al final podría ir a algún sitio "seguro". El mediano se acercó curioso a la capitana, tenía mucho que contarle y mucho que escuchar. Capitana... me llamo Fosco y por lo que dice Von Zyden está bajo una gran amenaza, ¿cree realmente que el sitio al que nos lleva es seguro? El mediano sin duda lo dudaba. El hábil feriante había escuchado a los lobos hablar, les había visto atacar a Peersan y devorar al troll. Si la ciudad había caído, ¿porque un campamento de supervivientes iba a estar más resguardado? Si la ciudad ha caído... ¿Cuánto tardarán los lobos en volver a atacar? Fosco se llevo dos dedos a la cabeza, veía la situación nefasta y crítica. Y si atacan... ¿podrán soportar el ataque? Y lo que de verdad me interesa ¿Tenéis armamento para luchar contra los lobos? Fosco estaba un poco más tranquilo y cogió nuevamente a Rufus para volver a subirse a sus lomos. Mientras se subía una frase salía de su boca la edad del lobo una frase que le daba mucho que pensar.

Al escuchar a la arquera, el enano se giró hacia Nikeras primero y hacia Leiath después para observar cómo reaccionaban. Ambos se habían erigido en los guías del grupo, al menos para él.

Si era cierto lo que la capitana acababa de confesarles, la cosa estaba mucho más complicada de lo que parecía.

-¿Es que no va a terminar nunca este horror? ¿Acaso he muerto ya bajo las brumas y esto es el cruel infierno del que siempre me he jactado?

Negando con la cabeza, como queriendo regresar a una realidad anterior, el viejo se aproximó a Azaron para comentarle casi en un susurro:

-Mira a ver si atiendes a la dama que custodias porque no se encuentra bien del todo, anda.

Seguir a aquella mujer le parecía un buen plan para Flame, tenía caracter y eso era algo digno de valorar. El resto tenían sus dudas sobre avanzar o no, pero Flame lo tenía bastante más claro que el resto. Era cierto que aquel campamento no era más seguro que cualquier otro lugar, pero más cierto era que seguir solos tampoco garantizaba nada.

Si se dirigían al campamento quizá pudiesen hacerse con algunas provisiones, vender algunos objetos y poder comprar cosas más útiles que pudieran servir contra los supuestos lobos a los que tarde o temprano se tendrían que enfrentar.

Aún así no dijo nada, simplemente esperó a que la mujer contestase ante las palabras de los demás y ya actuaría en caso de lo necesitasen.

¿Nightshade? Guárdate tu dinero. No llegué a Capitana aceptando recompensas o sobornos. No tenéis ni la más remota idea de lo que estoy hablando, ¿verdad? Pues sí que sois extranjeros, sí. En Borca y en Dorvinia, a la moneda de oro se le llama nightshade. Las piezas de plata son los hemlok y las de cobre se llaman foxglove. ¿Es eso importante ahora?

Parece que Onfale ha sido víctima de una broma. Aunque Nightshade podría ser un apodo, claro. Por eso Victor Watcher no le dió importancia cuando el Nightshade de la torre se presentó.

No hay lugares seguros. Y más expuestos en un bosque. Pero el pueblo de Vor Ziyden es grande y mucha gente sigue en sus casas, encerrada por su propia seguridad. Los lobos estarán ocupados varios días rondando las calles-dice fríamente-. Si esos cabrones vienen, tenemos buen acero con el que dar cuenta de ellos... quizás matemos a dos o tres, antes de que el campamento caiga.

Estáis todos muy indecisos. No parecéis muy convencidos de lo de ir al campamento. No os sintáis obligados. Los que quieran venir, que se vengan, y los que no... pues hasta la próxima. Si hay una próxima vez en este valle. De momento el perfumista es el único que expresó su voluntad de acompañarme.

Sandansola, tan propicia a juntarse a cualquier grupo que le pueda dar protección, tampoco dice nada. Espera la decisión de los demás. Ellos la liberaron, y en ellos puede confiar. Mira, sin embargo, es una incógnita... tanto como en el sentido de si es de fiar, como en el de si ella y su campamento pueden aportarla más seguridad que... ¿Dos medianos? ¿Un perfumista? ¿Dos mujeres flacuchas como Leiath y Alice?

Nikeras puede conseguir alimento; Flame y Azaron tienen dos espadas gigantescas; y puede que el enano, con su extraña arma, aún sea capaz de hacer algo útil, aunque sea ofrecer un bocado gordo y fofo que mantenga a los lobos entretenidos. La elán espera a ver el posicionamiento de estos cuatro. Pero Azaron irá a dónde vaya Leiath. Flame está en plan introspectivo. El enano, puede que ya ni se acuerde de lo que le preguntaron. Y Nikeras... Nikeras enmudeció derrepente. ¿Qué está pasando por la cabeza del druida? ¿No se pronuncia para no condicionar la opinión de los demás? ¿Para que su opinión no divida al grupo?

Alice nota algo de nerviosismo en la Capitana. Ella todavía no confía en el grupo de diez extranjeros, eso está claro. En virtud de eso, ha mezclado verdades y mentiras según conveniencia.

La dirección y tiempo necesarios para ir a Vor Ziyden parece correcto. En estos momentos está en inferioridad numérica, no tiene sentido ocultar un destino que puede alejar a los demás en otra dirección.

Que tenga realmente el rango de capitán, es imposible de saber. No va vestida con uniforme, pero en los pueblos pequeños los guardias nunca llevan uniformes.

También ha dicho que su campamento está a media hora de aquí. Esa es una mentira como una catedral. Si no se fía de los extranjeros, no revelaría un dato que puede poner en peligro a los suyos. Mira Vanator aún está evaluando a los extranjeros. Actuará en función de sus próximas reacciones. Por ejemplo, podría guiarles por el bosque, en círculos, para que no dieseis con el campamento, o podría guiaros directamente, según las conclusiones que saque.

Su cara de extrañeza parece decir la verdad acerca de que no conoce a ningún Nightshade, a parte del dinero.

Por último, aún está el riesgo de que no sea un campamento de refugiados donde esté asentada su base. Está en las inmediaciones de un pueblo atacado por lobos. Puede haber salido hace poco, o puede que no se traten de refugiados. ¿Quizás bandidos y ladrones? ¿Quizás un nido de licántropos? No hay datos para saber si la gente a los que les llevará Mira serán amistosas o enemigas.

Parecía que iban a vivir un día más antes que se los comiesen los lobos...

Si era cierto que los habitantes de Vor Ziyen eran el objetivo principal de la ira de los lobos, no iba a ser una buena idea ir a su campamento pero quedarse en el bosque bajo la amenaza de la niebla tampoco era buena idea. Hiciesen lo que hiciesen terminarían devorados como aquel desafortunado troll.

Realmente se encontraba mal, confusa con temblores, con ideas que no era propias de ella y sabía que su diosa no las aceptaría. Necesitaba ayuda. Quizás en el campamento hubiese alguien capáz de curarla... ¡ja! la única ayuda que iba a encontrar sería la de una muerte rápida, pero hasta que llegase ese momento quería ser de utilidad a su grupo y quizás a los refugiados de Vor Ziyen.

Vayamos con esta mujer, mejor morir en un refugio que quedarnos ni un día más a la espera que llegue la niebla y los monstruos que se esconden tras ella... necesito... descansar - dijo al fin la bruja abrazandose a sí misma para intentar calmar el temblor que la recorría el cuerpo.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del mediano al escuchar las palabras de Leiath. Sus miedo aún no habían pasado y los bosques cada día eran más terroríficos. Desde luego los bosques no daban ninguna seguridad, mejor estar en un campamento con otros con los que poder defenderse. Estoy con Leiath, mejor campamento que bosque. dijo mirando de un lado a otro todos los recovecos del bosque, como si fuese a salir otro murciélago. Y si dicen que tienen buen armamento, igual podamos comprar algo "o que nos lo regalen" sabiendo el dinero que le quedaba a Fosco y si no también puede ser una buena idea llevárselo prestado, pero el feriante no pensaba en el. Si no en la mujer de rojo. Con su espada había derribado a un gigantesco Gnoll. Fosco quería darle una espada mejor a ver que haría con ella...

Se acercó a Leiath y la abrazo tratando de reconfortar un poco a la bruja, desde que pasaron el puente la bruja se había mostrado taciturna y deprimida, nada que ver con su anterior forma de actuar. Puede que les tenga un miedo atroz a los lobos. Tranquila saldremos de este bosque antes de lo que piensas, y sin que los lobos nos atrapen. 

Todo un placer conocerla. ¿Un campamento de supervivientes? Parecía que Cicuta decía la verdad sobre “la hora del lobo “y el ataque al pueblo de Vor Ziyden pero no se esperaba que el ataque fuera tan grave como para hacer huir a la guardia de la ciudad con un grupo de supervivientes. Puede que el ataque los pillara fuera del pueblo y se estén escondiendo, o puede que nos lleve a una trampa. La maga no tenía una forma de saberlo a ciencia cierta, pero tampoco tenía mas opciones.

Si me fio de usted, además la mayoría del grupo parece haber tomado una decisión. Dijo aunque sus palabras no sonaban del todo convincentes. Algo de descanso no nos vendría nada mal.

Puedo preguntarle una cosa, ha visto pasar más viajeros por este camino, o desde que atacaron los lobos nadie ha transitado estos caminos. No quería preguntar abiertamente por Victor.

Si Onfale hubiera hecho lo que su instinto le dijo cuando conoció al tal Nightshade nada de esto hubiera pasado. Se pasaba todo el día conteniéndose y , a veces, se preguntaba qué pasaría si diera rienda suelta a sus más bajos instintos. Pero claro, que te extirpen los huevos cuando eres sólo un niño tiene sus secuelas. Era delgado, débil y , si se descuidaba, con tendencia a engordar.   A veces se consolaba pensando que su falta de agallas era por aquello, que si no  hubiera sido un guerrero invencible y arrojado.

Ahora se encontraban en la boca del lobo en la hora del lobo. A pesar de las dificultades la idea de "establecerse" en un campamento se le antojaba de lo más atrayente. Necesitaba recomponerse un poco, descansar y tratar de dominar sus miedos. Unas asanas* combinadas con la respiración  diafragmática controlada, acabando con la meditación...¡Oh, si! Eso es lo que necesitaba para evadirse de los problemas y el cansancio, despejar la mente de sus miedos y  recuperar sus niveles normales de mal humor que, actualmente, parecían a punto de desbordarse como una presa a rebosar.

Observó a Leiath, y como Alice trataba de consolar a la antes inquebrantable mujer.  Onfale se acercó y le puso la delgada mano en el hombro lo más afectuaosamente que pudo. Como si la piel de la bruja ardiera el contacto fue efímero y apenas apreciable, como el de una mosca que se posara en su piel. Algo es algo.

- Me alegro de haber estirado las piernas.- Onfale se refería a la estampida a trompicones que le había llevado hasta allí. Después de todo si él no hubiera salido corriendo  no se hubieran puesto nunca en movimiento.- El ejercicio revitaliza el alma.

Esperó a que los demás se decidieran y a que la muejr de la cara cortada respondiera a Alice.

Alejado un poco del grupo, no demasiado pero sin relacionarme demasiado con nadie en especial, asisto atento a la conversación y a las nuevas revelaciones que nos trae la capitana. Parece que los sitios donde esconderse se agotan por momentos y continuamos en una perenne huída hacia ningún sitio.

El nuevo destino parece ser el campamento de los refugiados del pueblo de Von Zyden. Mi interés principal, a parte de salvar el pellejo y la cordura que en estos momentos no parece tarea fácil, consiste en encontrar a Victor para escuchar sus explicaciones y asistir al encuentro con Sandansola.

El supuesto noble caballero podía estar en el campamento o también aislado en la ciudad por lo que seguir a la capitana parece lo más seguro. La podría preguntar por si lo ha visto, pero no me da confianza. Al fin y al cabo estaba amenazando a uno de los integrantes del grupo hace unos instantes.

Asiento a las palabras de Alice cuando aprueba la decisión de ir al campamento mostrando que estoy de acuerdo con la decisión.

Flame no necesitó escuchar a nadie más. En cuanto la mujer propuso unirse a ella, lo tenía claro. Así que sin esperarles decidió dar un paso hacia delante y unirse a Onfale y la mujer que había encontrado. Las esperanzas de un campamento eran más alagüeñas que los misterios de un bosque. La joven mujer asintió convencida de su decisión y luego se quedó a la espera de la de los demás.

Aunque todos parecían haber tomado una decisión, seguramente la más sensata y la más correcta. Al menos eso era lo que sus sentidos le decían.

La Capitana niega haber visto a nadie más a parte de los diez extranjeros, dos perros, un cuervo y un camaleón. No es de extrañar... en la última hora han caminado alejándose del río para encontrar a los cobardes de Fosco y Onfale. Si Victor Watcher logró vadear el río, y si siguió por la orilla, es factible que no se encontrara con los refugiados.

Durante una hora caminan por el bosque. Atrás quedan los treinta minutos con los que ubicó el campamento. Mira Vanator atribuye ese tiempo extra a las piernas cortas de Klasius y el enano. Según ella, sin esos dos ya habrían llegado. Pero este inquietante transcurrir del tiempo no hace más que acrecentar la sensación de que se dirigen a una trampa.

El colmo llega cuando Mira se coloca las manos en torno a la boca y simula el ulular de una lechuza. El significado del mensaje es una incógnita. Puede ser un aviso a los vigilantes de que se acerca un amigo... de que no disparen... o el código secreto que les indica que deben prepararse para emboscar a unos incautos.

Ya estamos cerca-se limita a añadir, despreocupada.

Irrumpen en el supuesto campamento, y resulta ser una decepción. No hay tiendas de campaña, solo un pequeño fuego al rededor del cual se arremolinan ocho personas. Todos humanos.

Una mujer con un niño y una niña, durmiendo tumbados sobre un mantel.

Un chico joven, arrinconado contra el tronco de un árbol.

Dos hombres más se apoyan la una en la otra para no tener que dormir con la cabeza apoyada en el suelo. A sus pies, unos simples palos son todas las armas de las que disponen.

Haciendo guardia están los dos únicos guerreros capaces del grupo. Uno es un elegante espadachín, con el estoque desenvainado. El otro es un cincuentón con un gran hacha. Ninguna de las armas son de plata. Un par de sacos están apartados a un lado, junto a un gran barril. No hay esperanza de supervivencia para esta gente.

Aaaah... Capitana, qué alegría que haya vuelto. ¿Con comida?-aventura el hombre del estoque.

Mira niega con la cabeza. Su partida de caza ha sido un fracaso. En lugar de traer alguna pieza de caza menor, ha traído diez bocas más que alimentar.

En fin... otro día a base de patatas y tomates. ¿Y quienes son los que te acompañan...? Me presentaré... Yo soy el Barón Nikola Septow... Mi rudo amigo del hacha es el Barón Roko Fortich... La viuda Yanoff y sus dos hijos... esos dos vagos de ahí son Mojic y Ethan... y allí el joven Andaas. No sois de Vor Ziyden... precisamente estaba preparando con Lord Fortich cual es el siguiente movimiento que debemos hacer. ¿Puedo saber de qué dirección venís y cual es la situación allí?

Durante el camino hacia el refugio, la jóven bruja se había sentido algo mejor gracias al apoyo de sus compañeros. Incluso había podido apartar de su mente por algunos instantes la horrenda imagen del troll siendo devorado vivo. Pero al llegar al campamento y ver la escena que se abria ante sus ojos, Leiath se derrumbó.

Cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar. ¿Qué había hecho tan mal como para que Hala la castigase de aquel modo?

Fosco esperaba ver un gran campamento que pudiese hacer frente el avance de los lobos, pero ese grupo... ese grupo sólo presagiaba el fin de Vor Zyden. El hecho de ver a Leiath deslomarse le tocaba profundamente, se bajó de Rufus para colocarse a su diestra. De rodillas era casi tan grande como el mediano, el cual puso la mano sobre su hombro. Al tocarla podía sentir todos sus miedos, ya que eran los mismos que sentía él.
Mi señora... no llore. Un servidor no le dejará sola. decía con gran pesar. Las palabras parecían tan pesadas y se desprendían tan lentamente de su boca. No se le ocurría nada mejor que decirle. 

Fosco se giró y miró a Nikeras, al que consideraba un líder natural por sus intrépidas dotes...

Y ¿ahora qué? El singular feriante estaba tan cansado...su cara estaba llena de suciedad. Junto con su capa verde y postrado al lado de Leiath dejaba una estampa muy desoladora. Fosco siempre se había considerado un valiente, pero aún no había demostrado ser nada útil. Casi todos ld parecían grandes guerreros, o sanadores, había en su grupo grandes pensadores y estrategas, incluso líderes con habilidades naturales, pero el pobre Fosco parecía tan inútil...

¿Esto es todo? Se preguntó la maga con incredulidad. El campamento parecía una broma condenada a convertirse en una carnicería. Además un fuego. Alice no era nada experta en supervivencia en el bosque, pero sabía que lo peor que podía hacer alguien cuando estaba escapando era encender un fuego, eso atraería a todos los animales de la zona.

Mis respetos, dijo a modo de saludo, mi nombre es Alice. Mis amigos y yo nos dirigíamos precisamente hacia Vor Ziyden, cuando…. en ese momento los llantos de la bruja interrumpen la explicación de la maga, espero a que Fosco se acercara a tranquilizarla. … nos encontramos con la peligrosa situación que está pasando el valle. Como ven nosotros también nos hemos visto afectados….. hemos perdido a un compañero. Sabía que el dolor de la bruja no era por el compañero perdido pero sus lágrimas daban peso a la explicación. No quiso mencionar en ningún momento a los hombres lobo, no hasta que pudiera confiar más en la capitana y el grupo de supervivientes.

No seremos de mucho estorbo, dijo comprendiendo las miradas del grupo que solo los veían como unas bocas a la que había que alimentar, solo necesitamos una noche para recuperar fuerzas. Luego deberíamos de ir a Vor Ziyden…… dejo unos segundos de margen antes de hacer las preguntas ¿Que paso? ¿Qué nos encontraremos si vamos? Las esperanzas de encontrar a Trompicón poco a poco se desvanecían, seguro que ha servido de alimento de lobos, se lamentó. ¡Maldito traidor de Victor! Era esto lo que buscabas, venir a este pueblo infestado de lobos.

 Nikeras llegó junto con el resto, cerrando la comitiva con Zicko a su vera. El negro can, enfundado en su barda de cuero, se mantenía pegado al druida barbudo.

 Cuando el grupo llegó junto al campamento, mientras lo inspeccionaba desde su posición atrasada, vio como la sirviente de Hala se derrumbaba y el menudo Fosco intentó consolarla.

 La verdad es que llevaban una buena racha de infortunios, uno tras otro, las brumas, el encuentro entre unos y otros, el murciélago, la torre, los lobos y ahora eso. Ciertamente no era para ponerse contento. Sin embargo, aquella gente tal vez estaban aún peor que ellos y con sus conocidos y familiares apresados o muertos en las calles de Vor Ziyden.

 Cuando Alice se presentó, Nikeras hizo lo mismo, avanzando con su habitual paso desgarbado mientras se descolgaba su mochila de cuero.

 - Saludos, tal vez podamos compartir algunas de esas patatas y tomates con la carne que traigo...

- Pffff.- Un bufido es lo que salió de la boca del perfumista al ver el campamento de muertos de hambre. Le dieron ganas de volver a salir corriendo. Leiath cayó al suelo llorando.  Esperó a que alguien con el suficiente coraje le diera una bofetada a aquella niña desamparada. Dejó sus cosas en el campamentucho y se dispuso a ponerse cómodo. Antes, por educación y protocolo debía presentarse como invitado que era.

- Mi nombre es Onfale, perfumista de profesión. - Era mejor no dar muchos más detalles. Hizo una elaborada referencia ante el Barón Nikola Septow. - ¿ Y cuál es ese siguiente paso que van a dar? Quizás nosotros podamos serles de ayuda, si lo que pretenden es volver a Von Ziyden. Como ha dicho Alice, nos dirigíamos hacia allí.- Esperó a que contestaran para hablar con Alice.

- Alice, cuando tengas un rato libre me gustaría hablar contigo más tranquilamente.

Más nobles. Niebla, lobos y nobles por todos lados. No sé a quién prefiero acercarme.

Con rostro serio permanezco en silencio durante las presentaciones. Parece que el campamento de refugiados del que habló la capitana se reduce a un grupo de 8 personas de los que la mitad con suerte son capaces de empuñar un arma.

Al menos no tengo que cumplir este protocolo de presentaciones y formalismos. Ventajas de ser mediano. Poca gente nos ve y casi nadie nos presta atención.

En segundo plano permanezco sin descansar mi espalda de mis pertenencias hasta que el resto del grupo acaben sus aburridas presentaciones y decidamos quedarnos aquí.