Partida Rol por web

Evolet se quedó pensativa. Juraría que aquel hombre le sonaba de algo, aunque por lo que había dicho, seguramente se estuviera confundiendo con alguien.

-También es mi primera vez. -Confesó con una tímida sonrisa. Bebió un poco de su refresco y volvió a dejarlo en la barra. Se relamió la comisura de los labios lentamente. ¿A qué se dedica, señor...? 

Realizó una breve pausa, pues no sabía muy bien cómo se llamaba. Al igual que ella, aquel hombre no se había presentado. La verdad, es que no sabía hasta qué punto había que guardar el anonimato. 

-Perdone, no sé su nombre y he sido descortés al no presentarme. Puede llamarme E.V*.

Me quedo pensativo por un momento. Joder, a ver si esta chica va a ser alumna mía o del departamento y por eso le suena mi cara. Al final voy a tener que agradecer la idea de la máscara.

—Bueno, en ese caso tú puedes llamarme Rah, como el dios egipcio. Aunque espero que no sonar muy pretencioso —sonrío divertido—. Vamos a dejarnos de convencionalismos y de formalismos, si te parece bien. Nos tuteamos y nos olvidamos de las típicas preguntas sobre nuestra vida cotidiana. Me sentiría un auténtico bobo si pasara la velada con una mujer tan interesante como tú hablándole de mis problemas laborales. Te propongo otra pregunta, ¿qué te gustaría encontrar esta noche aquí?

Evolet soltó una risilla, más bien por los nervios que por el asombro o por un tono burlesco que ella misma hubiera empleado. 

-Vaya, vaya...Veo que va al grano, me gusta. 

 

Te propongo otra pregunta, ¿qué te gustaría encontrar esta noche aquí?

-¿La verdad? No busco salir casada de aquí, con un amor para toda la vida. Eso no me gusta, soy muy joven aún y aún no sé qué haré con mi vida en un futuro. Aunque lo primero es lo primero, sacar mis estudios. -Dio un pequeño sorbo a su bebida que cada vez iba bajando más y más. Quiero pasar un buen rato, alejarme un poco de la realidad del momento.  ¿Y tú?  -le dedicó una amplia sonrisa, mientras apoyaba su cabeza en su mano en la barra, para escucharlo atentamente. Aquel hombre le parecía interesante y eso, se hacía notar.

—Yo también he venido a buscar algo nuevo y divertido —le pego un trago largo a la bebida. Por poner un pero, los gin tonics de las reuniones del claustro suelen estar más cargados que los de esta fiesta—. Y creo que hemos empezado con buen pie, ¿no crees?

La forma en que ha apoyado la cabeza en su mano y me mira a los ojos me parece sexy. Es posible que yo esté anticuado y que solamente haya sido un gesto inocente, pero algo me dice que E.V. sabe muy bien lo que se hace.

—Venga, ahora te toca a ti preguntar.

Apuro la bebida y me giro completamente hacia la chica, expectante.

-¿Qué gustos tienes y cuáles son tus preferencias? -EV fue al grano, a veces le solía pasar. No se andaba con chiquilladas.

La joven se terminó su bebida y esperó a que le contestara.

Xaria parecía una chica, aunque bastante joven muy centrada y la primera impresión que me había dado era de una gran amabilidad, parecía un poco tímida, pero eso no le impedía seguir una conversación tranquilamente. 

-es un poco estresante, sobre todo si se compagina con escribir artículos para revista, realmente trabajo para una revista de videojuegos que ofrece soporte telefónico y aparte de eso escribo algunos artículos para ellos, así consigo algo de dinero extra, aunque no es suficiente para vivir, suelen ser trucos en algunos casos y no suelen dar mucho dinero por esos artículos, quiero empezar a escribir análisis profundos para que me paguen más, en ese caso sí que podría vivir de ello-explique detenidamente y sin usar muchos tecnicismos en cuanto a videojuegos por si acaso, no todo el mundo sabe el vocabulario gamer. 

Asentí detenidamente cuando comento que era masajista, pero quería optar a algo superior: 

-interesante, ¿tienes la carrera de fisioterapia o alguna licenciatura doctoral? La verdad, en mi trabajo estamos todos con el cuello reventado por estar sentados todo el rato y seguro que te pondrían en un pedestal, pero me daría miedo porque eres realmente muy guapa y todos intentarían echarse encima, la gran mayoría son muy pesados, por experiencia-cuando empezaba hablar no paraba, pensaba que sería bueno ya que así Xaria se soltaría mucho más. 

Cuando propuso ir a buscar la bebida asentí y la seguí de cerca, había mucha gente alrededor y no me fiaba demasiado de que alguien más se nos uniera, estábamos bastante cómodas la una con la otra como para que alguien más quisiera meterse en nuestra conversación. 

Una vez en la barra pedí un Cosmopolitan para mi esperando a que ella pidiera: 

-si te gusta la acidez, este está muy bueno. ¿quieres probar? -pregunte, después me señalo una sala que ponía “Universum”, tenía pinta de ser un lugar perfecto para hablar en privado así que asentí a su propuesta y nos adentramos en aquel lugar. 

Beth hizo un gesto con la mano a la pareja que parecía conocerse indicando que iba hasta la barra a pedirse una copa y que ahora les saludaría.

Sin dudarlo mucho se acercó a Roman, aquel hombre que había entrado antes que ella protestando por aquellas máscaras, y pegándose a él mucho más de lo que la distancia social determina como correcto, le susurro cerca del oído dejando que de sus labios escapase su dulce voz Tenéis la valentía de no llevar mascara y buen gusto para seleccionar que beber, que agradable sorpresa, espero veros mas esta noche mientras acariciando sensualmente con la yema de sus dedos el gin-tonic de Roman hace un gesto al camarero para que le sirva  lo mismo que a Roman.

Escuchando pues a Amaya hablar sobre su trabajo, al principio me dio algo de pena por el tema estrés, incluso pensé que igual darle un masaje luego lo agradecería, pero luego sonreí al ver que tenía una gran meta aunque no estuviera muy puesta - Pues espero que llegues a lograrlo. No estoy muy puesta en los videojuegos pero viéndote hablar, seguro que escribirías unos buenos artículos - reconocí pues parecía decirlo con todo su deseo, y que menos que apoyarlo.

Pasando a hablar de mi trabajo me sonrojé ante la pregunta - No tengo licenciatura, pero si el titulo. De hecho me interesé bastante cuando empecé a estudiarlo y traté de aprender varios tipos de masaje, no solo el fisioterapeutico - Pero ante la realidad que me expuso Amaya me sorprendí y sonreí de manera nerviosa a la par que me ruborizaba más aún frente a su halago - B-bueno... - me mordí inconscientemente el labio de nuevo - L-la verdad, n-no me importaría teniendo a a-alguien q-que me protegiera - quizás fue una indirecta bastante indirecta, pero lo dejé allí plantado pues su preocupación daba a entender, al menos a mi, que haría lo que fuera para que no babearan por mi sus compañeros. - Aunque bueno, si te molesta mucho el cuello, puedo darte un pequeño masaje cuando encontremos un lugar cómodo - incluso hasta ofrecí para que pudiera notar mi habilidad.

En la barra, comenzamos a pedir siendo que me sorprendí al escuchar la propuesta de quien era ahora mi compañera de dialogo. Asentí sin problemas - Me vale con que no tenga tanto alcohol como para hacerme olvidar esta noche - La verdad sería una pena olvidar a una belleza con la cual estar tan tranquila. Pues así pedí aquella bebida y acto seguido fuimos a aquel lugar.

Encajo el disparo certero de EV con la mejor de mis sonrisas. Ahora lo entiendo todo claramente: se trata de la nueva oportunidad que estaba buscando.

Pero antes de poder contestar, la chica morena se acerca, me susurra al oído y se insinúa abiertamente.

Antes de que pueda marcharse me levanto, la agarro por la muñeca y la acerco sin forzarla a EV y a mí.

—Quédate con nosotros. Esta reunión comienza a ponerse realmente divertida —le sonrío cálidamente y luego me dirijo a EV—. Contestando a tu pregunta: mis gustos están en plena remodelación, pero se me ocurren muchas ideas para nosotros tres en un lugar más tranquilo. ¿Qué me decís?

Al parecer ya varias personas estaban hablando entre sí y yo solo podía ser un simple espectador, de hecho un par de chicas vinieron hasta donde estaba para pedir una bebida, y aunque me hubiera gustado saludar al parecer estaban ya en una conversación algo privada como para tratar de incluirme, así que solo me hice a un lado y me quedé mirando el lugar por un tiempo.

Al no ver a nadie disponible solo me di media vuelta y decidí caminar por allí, tratando de con algo de suerte dar con Sarah, la cual dijo que me vería en esta fiesta.

Beth se dejó arrastras agarrada por la muñeca con una sonrisa, y aunque el hombre la había agarrado suavemente sin duda le había gustado que aquel hombre tomase la iniciativa tan abiertamente.  No sabia porque le había llamado la atención aquel hombre, quizás una figura mas mayor con aire de autoridad, una figura seria y trajeada que le recordaba a su padre, Beth había sentido la necesidad de provocarle.

Cuando tras dejarse arrastrar volvió a estar cerca de aquel hombre le respondió suavemente Si me lo estas preguntando es que me he equivocado de persona susurro mientras jugaba un poco tratando de soltarse suavemente de la mano de aquel hombre. Beth disfrutaba provocando, la verdad que no sabia donde se estaba metiendo, pero eso nunca la había preocupado, ella siempre disfrutaba cada placer de la vida como una adicción.

Mark parecia como perdido en sus pensamientos y pense que era mejor dejarlo con su bebida. Tal vez podriamos conversar despues. 

Asi que mientras camine por el salon a ver que mas podia ocurrir, o ver.

-Señorito -comentó levantándose con una amplia sonrisa, no me gustan los tríos. -Les guiñó el ojo a ambos y dio la vuelta. Aquello le parecía una falta de respeto hacia su persona, así que visualizó con quién podría hablar. 

***

Entonces, fue cuando vio a otra mujer sola como ella. Como bien decía su padre: había que hacer contactos hasta en el infierno.

-Hola,¿estás sola? -le preguntó con curiosidad. Pues juraría haberla visto con un hombres antes. ¿Te parece si nos acercamos a aquel chico de allí (Alex)? Parece bastante perdido... ¡Oh!, por cierto, soy...Rile... ''EV''.

EV me da calabazas: su atrevimiento solamente era pura pose o quizás le haya herido el ego; incluso es posible que ambas opciones sean correctas. Agarro con más fuerza la muñeca de la chica morena para impedir que se vaya.

—Bueno, ella se lo pierde —suelto su muñeca—. Vamos a dar una vuelta. Me han dicho que hay otros salones y reservados en esta mansión.

Beth dibuja una sonrisa con sus ojos mirando a Roman cuando Ev se marcha tan rápidamente, se muerde uno de sus dedos manteniendo esa sonrisa con sus labios y exhala un irónico Ups, que ha pasado?.

Si claro vamos a dar una vuelta, sera divertido  contesta encogiéndose de hombros dispuesta a adentrarse en aquel lugar sin ninguna preocupacion ni complejo.

He de reconocer que la chica morena ha logrado captar totalmente mi atención. Su rebeldía y sus modales... relajados, provocan al profesor que soy, acostumbrado a lidiar con algunos jóvenes problemáticos. Normalmente en un ambiente universitario es muy difícil gestionar las cuestiones disciplinarias, sobre todo porque estamos tratando con adultos; pero lo cierto es que, en algún caso concreto, se me ha pasado por la cabeza cómo de efectivo sería un castigo al estilo de los antiguos colegios ingleses.

Agarro su mano, le quito el gin tonic (no quiero tener a una chica borracha dándome la lata toda la noche), me llevo el mío y comenzamos a caminar para salir de aquel inmenso salón.

—¿Tienes algún nombre? —lo cierto es que todavía no se ha presentado.

Asenti al gesto de Beth. 

- Claro, Mark, cuando estes listo avisame y te acompaño, al parecer no conozco nada y tu tampoco, puede que sea divertido.

Entonces se me acerco una rubia que noto que me quedaba sola (Evolet).

- Claro, claro, vamos por el. 

En este punto no me importaba mucho con quien estar o conocer, asi que le segui sus pasos hacia aquel joven que parecia solo. (Alex)

- Hola como estas? 

Era muy joven, pero no importaba en un lugar como este. Oh si?

Justo cuando estaba por irme escucho una voz detrás de mi, y al darme la vuelta me encuentro con dos hermosas chicas, una de pelo castaño y otra rubia, siendo la primera la que me saludaba. Sonreí con cierta timidez, pero cuando estaba por hablar me detuve un segundo, luego aclaré mi garganta, y con una sonrisa más segura dije. -Hey, hola. Me encuentro bien, gracias.- 

Luego de eso dejé mi copa sobre la mesa y extendí mi mano hacia la castaña (Mabel) para estrechar la suya. -Me pueden llamar Axel, mucho gusto.- ¿Axel? ¿En serio no podías pensar en algo mejor o incluso un nombre que no hiciera falta mover solo dos letras? Pensé, recriminándome a mi mismo al no pensar en algún seudónimo, y mientras esperaba estrechar la mano de la castaña dirigí una amable sonrisa a la rubia que la acompañaba.

Y... otra vez que me quedo solo. Parece que esto es una constante en este sitio. Me quedo pensando durante un rato, mientras tomo la bebida. ¿Acaso se debe a mi actitud? Cabe esa posibilidad, no lo niego, pero creo que la gente aquí debería ser más abierta. No sé, quizá ayudar a los nuevos...

Niego otra vez para mí mismo, ya me estoy poniendo excusas. Miro a Mabel, pero está con un grupo de gente y no sé si admitirían uno más.

Por desgracia es la única a la que conozco, así que realmente no sé qué puedo hacer ahora. Simplemente intento terminarme la copa mientras miro por el local por si hay alguien más igual de solo que yo.

Ni eran los que creía ni era a mí a quien hacían señas. ¡Qué vergüenza! Me deshago en excusas hacia la pareja que acabo de abordar. Lo achaco al nerviosismo, pues soy demasiado joven para necesitar gafas.

Me alejo también de ellos y miro a mi alrededor dando otro sorbo a mi combinado para calmarme. A lo lejos distingo ahora a Adriana, pero tras el incidente del espejo me siento demasiado incómodo para hablar con ella.

En algún momento se ha unido a los asistentes otro contingente de mujeres despampanantes y hombres muy bien trajeados, casi todos con la máscara de rigor, y se han unido a la diversión o encontrado compañía entre ellos. Me siento fuera de lugar, no por mi aspecto o el lujo -la ropa y máscara que me han proporcionado son espléndidos-, sino porque siento que van más deprisa que yo. 

Entonces me doy cuenta que no soy el único. Entre la multitud, un hombre con capa negra y dorada parece en mi misma situación. Está solo, y aunque no pueda ver su rostro, tiene la misma pose de perdido y confuso que yo. ¿Por qué no ir a hablar con él? 

​​​​​​Me acerco, trato de mostrar una sonrisa pese a la máscara y le digo: -¡Hola! ¿Qué fiesta tan...increíble, verdad? ¿También es la primera vez para usted?