Partida Rol por web

- El plan de trepar es bueno, intentemos esto primero antes de empezar a hacer más ruido del necesario. Dice la druida ante las palabras de Erik.

Sin embargo, tampoco consigue mucho éxito a la hora de asirse a la cuerda. Nunca ha sido especialmente fuerte, su delgadez deja bastante claro ese aspecto, y tampoco es que lo haya necesitado nunca. Si necesita trepar a algún sitio simplemente cambia de forma y lo hace. Estando en el castillo le preocupa agotar sus poderes antes de lo necesario, y por eso todavía no ha recurrido a esa opción. Es una posibilidad, pero preferiría buscar otra que no conllevase el uso de magia innecesariamente.

- Creo que habrá que buscar otra forma, comenta mirando al guerrero con complicidad. No creo que vayamos a poder pasar sin dificultades. ¿Hay alguna manera de abrirlo desde el otro lado? pregunta al resto del grupo ¿Algo más sólido, como una escalerilla, que podamos usar para pasar?

Thelarion subió por la cuerda con maestría... una vez al otro lado le susurró a sus compañeros. - La puerta pequeña parece ya envejecida con un empujón de Erik creo que cederá.

No obstante comprobó si se podía abrir desde ese lado la puerta pequeña...

Sin problemas todo el grupo consigue subir a lo alto del muro, allí únicamente están las defensas del castillo con un hueco en el que podrían caber 2 personas a lo ancho como máximo, en los extremos las almenas terminan este pasillo defensivo, las puertas que acceden a las almenas están totalmente cerradas. Tal y cómo habéis subido bajáis sin problema.

Kaelyn, Erik y Guiraud deciden usar el rastrillo para pasar hacia el otro lado. Primero el monje acciona la oxidada palanca que alza el rastrillo lo suficiente como para que el guerrero lo levante hasta la altura del pecho, en ese momento Kaelyn aprovecha para pasar junto al monje. Temblando Erik no es capaz de aguantar el rastrillo durante más tiempo y pasa al otro lado dejándolo caer y haciendo bastante ruido en el proceso.

Un poco al sur se aprecia el brocal de un pozo. Nada más acceder al patio los ronquidos que se venían escuchando por partida triple cesan en un silencio total. Una especie de enorme perro guardián con tres cabezas, asoma por encima de las tablas de lo que una vez fue un pequeño almacén para la guardia (12). Con un ágil salto aparta las tablas que quedaban del pequeño cobertizo, se despereza y se dirige hacia los intrusos, lentamente...            

En vez de las fauces normales de una bestia similar, ésta tiene tres, que babeantes, muestran hileras de colmillos en un trío de amarillentas dentaduras. Las tres cabezas del monstruo muestran el brillo de un ser consciente de vuestra presencia y muy furioso por la misma razón. La aguda ira que lo precede no es nada comparado con lo que su hostilidad os reserva. Extiende sus patas y se estira, desentumeciendo su cuerpo mientras una de las cabezas os pregunta.

- Oh pero ¿Qué tenemos aquí? - (Cabeza izquierda)

Esta cabeza tiene voz aguda y sibilina.

- ¿¿¿¿¿¡¡¡¡¡ES CO CO CO COMIDA????!!!! - (Cabeza derecha)

Esta cabeza no parece estar muy cuerda, abre los ojos como platos, tartamudea y parece ansiosa y babeante.

- ¡¡Callaos!!, ¿Cómo osáis interrumpir nuestro descanso? (Cabeza central)

Por último esta parece ser la cabeza dominante con una voz robusta y fuerte. Como ha sucedido con el centauro guardián, una visión cuidadosa os permite apreciar como la criatura envejece rápidamente en una visión fugaz. Además, en la visión sus cabezas forman un grotesco amasijo que parece incapaz de moverse y de actuar; mostrando a una horrenda criatura enloquecida ante la imposibilidad de conservar su propia existencia. 

De nuevo la cabeza central se levanta con orgullo relamiéndose - Si dependiese de mi os despedazaría vivos como a los que vinieron antes que vosotros (babea abundantemente) pero la guardiana no permite ese tipo de "acciones" si no planteamos lo siguiente...Con un rugido, las tres cabezas hablando a la vez, proponen: ― ¿Cómo nos las arreglamos para saber qué cabeza controla qué parte de nuestro cuerpo? 

- La cabeza central es la que hace que mantengáis un orden, es la más centrada y por tanto la que rige el cuerpo, mientras que las otras son partes extremas del pensamiento. Respondió Thelarion a la criatura.

Tara prepara su arco al ver aparecer aquel monstruo de tres cabezas, escucha como Thelarion habla, pero niega con la cabeza al recordar el dilema del centauro, aunque todo su ser grita que calle, su boca habla

- No sois más que unos siervos de vuestra señora, sin voluntad y sin vida propia, por lo tanto, vuestro cuerpo no os pertenece, os movéis cuando ella os lo manda a su voluntad

Finalmente consiguieron ingeniárselas para pasar al otro lado, pero en buena hora lo hicieron. El ruido que habían hecho con el rastrillo había alertado a una especie de bestia parlante con tres cabezas. Una bestia parlante, hambrienta y que también les proponía un acertijo. Erik no sabía quién o qué era esa maldita Reina, pero por los dioses que debían gustarle las adivinanzas.

Esta vez, no obstante, el guerrero se calló como un muerto. Si contestaba algo a esa bestia, prefería que fuera con la espada antes que con la palabra. Volver a equivocarse y sentenciar a sus compañeros por su ignorancia era algo que no deseaba hacer.

Un silencio incómodo se instala en el ambiente tras hablar Tara, la tensión del momento y lo imponente de la gran bestia hace que los segundos pasen lentamente como si fueran horas. Las tres cabezas del cancerbero se toman unos momentos, la cabeza central es la que permanece más tranquila mientras las dos que la acompañaban se muestran más nerviosas. De pronto la cabeza de la derecha no soporta más la espera y dice:

- ¿¿¿DE DE DE DE VERDAD NO VAMOS CE CE CE CENAR???

A esta cabeza cada vez le cuesta más hablar, su respiración se torna ansiosa.

- Siempre hemos tenido que comer....¡¡yo me pido pierna!!.

La de voz sibilina y aflautada no parece calmar los ánimos mientras la central permanece con los ojos cerrados, su mueca muestra una profunda irritación. Inmediatamente abre los ojos y grita a las otras dos dando dentelladas al aire.

- ¡¡¡HE DICHO QUE OS CALLÉIS!!! (las otras dos emiten gemidos mientras bajan la mirada). Después se pasea a vuestro alrededor mientras observa vuestras reacciones. A cada paso que da podéis observar como el cancerbero va perdiendo años de vida, convirtiéndose poco a poco en una sombra de lo que era, su pelaje se torna grisáceo y su cuerpo pierde masa corporal, aun así su gran tamaño sigue imponiendo respeto.

- No me satisfacen vuestras respuestas intrusos y menos lo hará con nuestra señora, ella cree que no suponéis ninguna amenaza pero yo no debo...NO PUEDO...DEJAROS PASAR.

A medida que dice esta última frase su cuerpo se va erizando y las cabezas hermanas se miran en señal de complicidad. Después se abalanza con furia hacia vosotros.

Thelarion invoca otra vez su arma espiritual al lado de la bestia y ataca...

De nuevo un enfrentamiento con una criatura no natural. Cambiaformas, centauros, animales de múltiples cabezas... parecía la seña de identidad de la diosa, aunque Kaelyn todavía no tenía claro el porqué.

Lo que estaba claro es que fuese quien fuese mezclaba con habilidad ilusiones y criaturas reales, y eso no era una buena noticia.

Pero este no era el momento de pensar en esas cosas. Aprovechando que ahora está un poco más alejada, la druida invoca el poder de los elementos y una esfera de llamas aparece tras el cancerbero.

Tara maldijo al ver que su respuesta no había sido la correcta y ahora tenían que luchar contra aquella gran criatura, se maldecía mentalmente por su error, pero también estaba preocupada, temiendo que algunos de sus compañeros cayesen en combate por su culpa.

-Abriros, intentemos rodearlo y que no nos pueda atacar a todos a la vez -gritó Tara

Tara estuvo dudando, podía disparar desde esa distancia, la criatura era lo suficientemente grande como para que sus flechas acertasen sin darles a sus compañeros, pero eso dejaba a Erik solo delante, Ptolomeo usaría su magia desde las almenas, Kaelyn se quedaría atrás usando sus poderes, la parte de distancia estaba cubierta, pero se necesitaban más en cuerpo a cuerpo. Así que decidida sacó ambas espadas y avanzó hacia su enemigo, a la espera de que se pusiera a su alcance o intentando ayudar a Erik en su ataque

Maldita fuera su suerte. En esta ocasión no habían sido capaces de dilucidar la respuesta al acertrijo en cuestión y ahora tendrían que enfrentarse a esa bestia. Pero para él ya funcionaba, luchar era algo que se le daba muchísimo mejor que pensar en adivinanzas.

 -¡Tara tiene razón, rodeémoslo! ¡Que no pueda centrarse sólo en uno!

Tara había dado con la clave para acabar con una criatura semejante: dividir su atención. Si las tres cabezas se ocupaban en tres objetivos distintos, no podrían coordinarse correctamente. Y eso sería su perdición.

Con el espadón en la mano, Erik avanzó hacia la enorme bestia, con la intención de darle un buen tajazo en la pata.

El mago se preparó para el combate y rápidamente corrió a una posición segura esperando a que sus compañeros lo adelantaran al cuerpo a cuerpo. De sus ropajes sacó una especie de varita ennegrecida por su extremo y con unas palabras élficas evocó un haz de chisporroteante energía azul  que fue lanzado hacia el cancerbero, formando un constante arco de relámpago entre el y el monstruo.

- Ita in istari!!

Mantuvo la presión del poder del rayo cegador sobre el cancerbero para incrementar los daños sufridos por el conjuro.

El mago gnomo decide no esperar desde la seguridad que le otorgaban las defensas del castillo, desciende por el muro de piedra por la cuerda y desata el poder de sus artes arcanas proyectando un virote que forma un arco voltaico con el propio monstruo, la piel hecha cenizas del cancerbero lo hacen aullar de dolor mientras el arco sigue proyectado. Después Kaelyn utiliza sus conocimientos invocando, una vez más, el poder de los elementos creando una especie de esfera en llamas que la bestia trata de esquivar fracasando en el intento, el fuego quema parte de su cola y sus patas.

Con fuerzas renovadas el guerrero carga con su gran espadón, que más que un arma es similar a una enorme plancha de metal forjado. En un instante alcanza a la bestia que trata con una pata desviar el arma cuando esta se clava profundamente atravesando tendones y llegando hasta el hueso del cancerbero que ahora sangra profusamente.

Esto no detiene al Cancerbero ataca con una furia desmedida, se acerca cargando a Tara con sus tres cabezas rugiendo babeantes, lanza sendos mordiscos a la exploradora y a Erik, las dentelladas se clavan en vuestra piel desgarrando parte de vuestros tejidos.

Después Tara ataca con sus dos espadas a la bestia, con unas piruetas hace un elegante giro en el aire hasta dar un tajo con una de ellas en el cuello de la cabeza derecha. Por último Thelarion no se queda quieto e invoca con sus artes arcanas un arma vibrante que ataca en el costado de la bestia, esta penetra quedándose clavada en su lomo y brillando a plena luz del día.

Parece que este combate a armado bastante revuelo en el castillo y se empiezan a escuchar sonidos de armaduras y armas tintineando al otro lado de las paredes del patio...

Esa maldita bestia era resistente, pero le superaban con creces en número. Y viendo cómo se revolvía, estaba claro que le hacían daño. Mala suerte que a él le acertaron dos de las cabezas, pero peores heridas había sufrido. Gritando un improperio en orco, Erik volvió a la carga, dando otro espadazo a la ya herida pata del monstruo. Si conseguía hacerle caer, los demás lo tendrían más fácil para doblegarle.

Sólo después de golpear se dio cuenta de que el resto del castillo estaba siendo consciente de la batalla. Maldita sea, ¡con eso no había contado! Había que acabar rápido con el cancerbero. O de lo contrario se encontrarían con más enemigos de los que podían manejar.

Thelarion siguió utilizando su arma espiritual a pesar del ruido que escuchaba al otro lado del patio... lo primero era vencer a la bestia, no podían huir del combate, era demasiado tarde, y más ahora que algunos de sus compañeros estaban trabados en el cuerpo a cuerpo. 

Movió su arma espiritual para flanquear a la bestia con otro de sus compañeros que estaba luchando cuerpo a cuerpo con ella, para que así fuera más fácil golpearla entre ambos.

Tara intentó reprimir un gemido de dolor cuando siente los dientes de la bestia en su piel, mira a Erik que se ha llevado la peor parte pues dos de las cabezas lo han mordido a él

-Pronto tendremos compañía -informo a los demás al escuchar el sonido procedente del castillo

Tara intentaba no desanimarse, sabía perfectamente que eso podría suceder, pero aquella bestia por sí sola ya era bastante difícil de matar como para tener que lidiar también con otros enemigos más.

Sin perder tiempo volvió a mover rápidamente sus dos espadas dando tajos en aquella criatura esperando acabar con una de las cabezas antes de tener nuevos enemigos al que enfrentarnos

Manteniendo la concentración el gnomo se desplaza para tratar de dirigir su rayo estático sobre el cuello del cancerbero. Apenas puede mantener el poder arcano que brota de sus manos pero haciendo acopio de todas sus fuerzas grita mientras espera que su virote atraviese a la bestia antes de que los enemigos que los acechan los alcancen.

Como sus compañeros le han dado el espacio suficiente para seguir concentrándose la druida mueve la esfera de llamas para impactar de nuevo sobre el cancerbero.

El mago gnomo desata el poder de sus artes arcanas manteniendo el virote que forma un arco voltaico con el propio monstruo, después lo dirige al cuello de la bestia tratando de ejecutar a una de sus cabezas.

El Cancerbero por su parte carga atacando al pequeño mago viendo la amenaza que supone su poder, lanza sendos mordiscos a la exploradora y a Ptolomeo, Tara consigue interponer sus dos espadas desgarrando parte de su mandíbula pero la arremetida la arrastra varios metros empotrándose contra un muro del castillo. El mago no tiene tanta suerte y el mordisco lo alcanza de lleno levantándolo en el aire, después lo lanza envuelto en sus ropajes llenos ahora de sangre.

La tan cuidada túnica rubricada del mago se impregna ahora de sangre fresca, este cae al suelo inconsciente tapándose las heridas torpemente, pero el arco eléctrico que mantenía con el cancerbero se corta con la suficiente potencia que degolla la cabeza izquierda, la sangre debería brotar del cuello cercenado pero las quemaduras del rayo apenas la dejan salir, el monstruo se retuerce de dolor mientras las otras dos cabezas entran en una especie de frenesí.

Kaelyn hace que la esfera de fuego continúe abrasando a la bestia, el olor a carne quemada impregna el ambiente mientras los sonidos de armas y armaduras tintineando parecen cada vez más próximas. Erik tampoco se queda quieto y aprovecha que la bestia lo ha dejado para hundir de lleno su mandoble en el costado del cancerbero, tanto que la bestia se sacude quedando el arma clavada mientras aúlla entre sufrimientos.

Thelarion sigue manejando su arma espiritual pero no consigue acertar a la bestia que ahora se mueve erraticamente.

Todo esto no pasa desapercibido y aparecen de las estancias contiguas hombres humanoides que se arrastran al combate, sus miradas perdidas recuerdan a lo que una vez fueron seres humanos. Los soldados portan unas viejas armaduras de escamas, espadas y escudos. Sus facciones son las de auténtica gentuza; de semblante simiesco, embrutecidas y sin un gramo de cerebro. Sus cortas cotas de escamas dejan entrever una amplia barriga incapaz de mantenerse contenida dentro de la vestimenta. Parecen haber salido de un manicomio y vestidos a toda prisa.

Acompañando a esta tropa aparece una figura oscura envuelta en prendas de una calidad suprema combinando colores azul y oscuro. Este no para de dar órdenes al resto, parece ser su superior.

Tiene este aspecto.