Partida Rol por web

Las palabras de la joven me empezaban a molestar, no porque no supiera que me mentía, sino porque lo sabía pero no sabía por que, mi intuición me decía que la detuviera, que la expusiera pero la realidad era otra, un molesto sentimiento se apodero de mi mientras me subía la capucha y me sumergía en mis pensamientos.

- Mas te vale...- musite mientras me giraba, poco mas que una leve silueta se pudo apreciar de mi mirada mientras me dirigía hacía las sombras.

Ni un instante demore para saltar a la acción, donde aquellos que habían suplicado por ayuda ahora la obtendrían, tal vez quería hacer oídos sordos de sus ruegos pero el sentimiento que Daya implanto en mi, No...que me hizo recordar lo que sentí, exploto, saltando de una vez por todas hacía la refriega.

De un rápido movimiento, fui directamente a la primera sombra que mas cerca se encontraba de mí, buscando intentar propinarle un golpe con toda la rabia contenida que tenía en mi pecho.

Con un veloz movimiento, impulsado por el propio peso de mi espada, me detuve frente a la sombra y di un par de veloces cortes capaces de partirla por la mitad.

Toda aquella frustración sería liberada en el barbarico acto de la lucha, mientras que Chell podría si así lo quería apoyarme, observaría toda la práctica que había ganado desde la ultima vez que había peleado.

Suspiré frustrada.

No tenía un buen sabor de boca con la situación con la que nos encontrábamos.

Le mostré una mirada fulminante a Nigredo a forma de advertencia y terminé de desenfundar el rifle. Viendo que Soma al final pensaba como yo, opté por cubrirle las espaldas y focalizar el daño en la misma sombra; así caería antes.

"¿Por qué siempre acabamos con tortas?" Maldecí para mi.

Aunque las palabras de Soma me ayudaron parcialmente a calmarme, no estaba tranquila, pero parecía no temblarme el pulso y podría disparar.

Me agradaba la idea de que atacasen civiles casi tanto como que la chica que tenía a mis espaldas se colase en el edificio por que sí, también había que decir que no es que tuviera mucha confianza en ella.

"¿Estaría con Ambición? o al contrario ¿podría ser una aliada macabra?"

Hinqué la rodilla al suelo para tener más estabilidad y disparé sin más preámbulo. 

Todas las sombras se dispusieron a conectarse a los civiles heridos mediante una protuberancia de que salía de sus antebrazos, a todas luces cumplía la misma función que la conexión cervical. Sin embargo el disparo de Chell y la posterior carga de Soma impidieron que la primera de las sombras cumpliera con aquel cometido, el resto infectaron a sus víctimas y luego se dipusieron a encarar a los agentes de Elysium.

-Alicia- Contaminación de cybercerebros detectada, puedo impedir la infección mediante una conexión directa.

Pero no podían salvarlos a todos, no sin arriesgar mucho en el proceso, sin embargo era una decisión importante, tanto Chell como Soma sabían cómo acabarían aquellos heridos si ambición ganaba control total. Andronio hubiese sido de mucha ayuda en aquella situación, pero se encontraba en la azotea del edificio.

Al ver que Soma cargaba hecho una furia contra las sombras y que Chell se giraba e hincaba la rodilla para asistirle, el camino estaba totalmente despejado para Nigredo. Entró con paraguas incluído en el portal y selló la puerta tras de sí para que los agentes no la siguieran, mientras entraba en el ascensor siguió tarareando claramente feliz y satisfecha.

-El rey milenario, buscandolo está,

busca un corazón, dime donde está,

¿tienes tú ese corazón?

comprobemoslo...

La puerta del ascensor se cerró y dejaron de escuchar su voz, en cualquier caso, tenían otros problemas entre manos, una sombra no era peligrosa dadas las habilidades de combate de ambos, siete podrían ser mortales.

"Mierda... Vaya día..."

Di un último vistazo al portal, viendo como Nigredo se iba ante mis ojos, luego volvía mirar fijamente a las sombras.

Acto seguido me acerqué prudentemente y volví a disparar a la misma sombra; así podía quitársela de encima a Soma y podíamos centrarnos en las demás y en los civiles.

-Andronio, vuelve.- Rogué porque fuese rápido.

-Esto no pinta nada bien... ¿qué vamos a hacer?

Nos superaban en número y no tardaría en ser aún más.

Observando la precaria situación en la que nos encotnrabamos, no teníamos demasiado tiempo para pensar, pronto acabamos con una de las sombras pero las otras dos se me abalanzaron en un instante, por otro lado, Chell también fue atacada por la última de ellas.

- Como si tuviéramos tiempo para conectarnos - pensé mientras observaba al civil a mis pies mientras esquivaba como bien podía los ataques de las sombras - Maldita sea - espete, los civiles estaban demasiado lejos de mí y ahora tenía a dos enemigos confrontandome, tenía que dejarle la labor a Chell si tenía tiempo, al menos podía distraer a las sombras con mi mera presencia, pero debía darles algo por lo que centrarse en mi.

Apreté con fuerza el mango de mi espada y me prepare para algo diferente a lo usual, Con un veloz movimiento de la misma, dí un amplío tajo horizontal que abarcaría a ambas sombras a mi alcance, ejecutando así un golpe múltiple sobre las sombras, maximizando el daño que podría hacer sobre ellas.

- ¡VAMOS! - grite a pleno pulmón mientras encaraba a las criaturas, no teníamos tiempo que perder y si de mí dependía, tomaría todo de mí para acabar con mis enemigos, esperaba que Chell por su parte pudiera aguantar contra la sombra que ahora le enfrentaba, no tenía manera de atraérla mas que exponiendo una innecesaria cantidad de esfuerzo en mis acciones.

Las sombras demostraban ser cada vez mas fuertes y tener mas recursos, ya no eran similares a zombies, sino a cazadores cada vez mas organizados y capaces de multiplicarse usando a sus víctimas, sus garras eran mas grandes y afiladas y sus cuerpos ya no parecían tan frágiles como los de las que Soma enfrentó en Nova Legatum. Y lo que era ahora un problema aún mayor, Chell y Soma estaban solos a la hora de enfrentar a 6 a la vez. La situación era mas que peligrosa.

Los primeros zarpazos alcanzaron su objetivo en el cuerpo de Soma, afortunadamente las partes duras de las protecciones se llevaban lo peor de los tajos, siendo mas dolorosos los golpes que propinaban que los cortes.

Mientras tanto la infección de los civiles se completó e instantáneamente se alzaron como nuevas sombras, dos de ellas se avalanzaron sobre Soma dejando al neotemplario en refriega contra cuatro de esas criaturas, mientras que la tercera corrió para atacar a Chell sin éxito.

La situación se complicaba, debían reducir su numero o experimentarían la literalidad del dicho: "muerte por mil cortes". Andronio ya estaba preparado para asistir.

No tenía muy claro qué hacer, las sombras nos superaban en número; al menos Andronio podía asistirnos.

Estaba intranquila, dos sombras atacándome, y aún más para Soma. Era una situación delicada; empezaban a caerme gotas de sudor por la frente, notaba el traqueteo de mis prótesis temblando de nervios.

Respiré hondo, intentando calmarme, pensar; el rifle no me servía para mucho en una situación como esa; así pues, tenía que sosegarme y actuar rápida.

Solté el rifle, dejándolo colgando de mi, y cogí ávidamente la pistola de mi cintura, y preparé el único disparo aturdidor que tenía para situaciones peliagudas, y ésta era una de ellas.

"Por favor... acierta". Fue lo único que cruzó mi mente, deseaba tener suerte.

-Alicia, tenemos una situación bastante complicada, nos superan en número, la chica gótica ha sido muy sospechosa y encima las sombras se pueden multiplicar de forma ¿forzosa? .- Se notaba el miedo en mi voz incluso por la intranet.- ¿Se podría revertir todavía?.-Miré a Andronio.- ¿No podrías enviarnos refuerzos o algo?

Acto seguido me dirigí a Soma.

-¿Qué hacemos? No podemos dejar a las sombras sueltas por ahí, pero no creo que ésto sea nada fácil...- Buscaba alguna palabra de apoyo en mi compañero, algo que me ayudase a tener fuerzas para no salir corriendo.- Tengo un paralizador más, una granada, nos podría dar tiempo, pero están demasiado cerca, nos afectaría también.

Me mordí el labio, más ansiosa que de costumbre.

-Andronio, apoya a Soma contra las sombras. - Prefería que le ayudase a él, tenía más problemas que yo.

Mi concentración estaba al limite, no solo tenía que ocuparme de las sombras con las que peleaba sino de las que venían en su ayuda, no pintaba nada bien, los cortes aunque no tan efectivos, seguían siendo dolorosos, por otro lado apenas y tuve tiempo para denotar una leve mirada sobre Chell, su situación parecía peor que la mía a pesar de las circunstancias, no obstante, no fue sino el miedo en mi compañera lo que me hizo reaccionar.

- ¡Tenemos que acabar con ellas aquí y ahora! - grite con furor mientras apretaba nuevamente el mango de mi espada para propinar un nuevo barrido a todas aquellas sombras, las que combatía y las que apenas habían llegado.

Tras agitar con toda mi fuerza el mandoble, pasando por cada una de las sombras, espetando consigo un grito de esfuerzo, le dedique rápidamente una mirada a Chell, sabía mejor que nadie cual era nuestra situación pero debía seguir adelante.

- ¡No te preocupes por mí! - grite - ¡Tratare de llamar su atención, tu preocúpate de ti! - Unas palabras cuando menos egoístas pero, ¿realmente lo eran?, en mi cabeza solo podía asegurarme de poder dañar a las sombras mientras las mantenía ocupadas, Chell era mejor de apoyo, en el peor de los casos tendría que tomar el aliento para poder recuperarme.

- ¡Chell!, ¡No temas, yo puedo curarnos mientras estemos vivos, pero no puedo sanar a los muertos! - especifique como si aquello hiciera falta; No, solo hacía falta mirar a aquellas personas, los muertos no podían ser sanados, aunque no sabía si podían revertirles lo que les habían hecho, en cualquier caso, Chell debía tener presente que mientras respiraramos, podía tratarnos.

- ¡Valor, yo seré tu vanguardia, tu sé mi respaldo! - espete - ¡No importa que, Lucharé! - concluí mientras dedicaba mi atención a las sombras, era cierto que tenía que distraerlas, así podía ganar tiempo para Chell, pero sabía que si se extendía demasiado la lucha, ni mi don me salvaría de la muerte.

Otra sombra cayó ante los barridos de Soma, mientras que el resto estaban cláramente heridas. Sin embargo las heridas o el dolor no parecían ser impedimento alguno para aquellas criaturas creadas para matar. Soma logró esquivar mas golpes, pero la lluvia de los mismos era similar a la que caía ahora del cielo: incesante e intensa. Soma pudo notar como una de las garras encontró un punto débil de la armadura, un punto de unión entre dos placas por el que las garras entraron hasta el fondo como puñales, dejando una herida grave en el costado.

Otra de las sombras solo tuvo que dar un paso lateral para atacar al avasallado templario por el flanco, uno de sus golpes logró conectar con su brazo. La vista de Soma comenzó a nublarse y el dolor empezaba a ser insoportable, todo apuntaba a que iba a morir allí.

Chell tambien fue objeto de los incesantes zarpazos, alcanzandole uno en el costado en plena refriega, las cosas no pintaban bien para ninguno de los dos. Mientras que en el edificio en cuestión, una de las ventanas estalló y se escuchó primero un estruendo, luego sonidos propios de una batalla en el interior, alrededor del piso 10.

-Alicia- Los refuerzos están en camino, aguantad.

Refuerzos que probablemente no llegaran a tiempo, solo había un aliado conocido cerca: Lamda 01.

-¡Aah!- Grité ansiosa.-¡Oh dios mio! ¡Vamos a morir aquí!- El pánico se apoderaba de mi y el golpe que me había llevado no ayudaba a mis temores.- Tengo miedo... Soma, mi traje tiene un pequeño soporte vital, por si caigo aquí... Confío en que puedas con ellas.

La determinación de Soma por arreglar la situación ayudaba a que mis piernas no salieran corriendo, pero el dolor no me agradaba y cada vez veía mejor la idea de retirarnos, o al menos, buscar algún punto débil, una manera de salir victoriosos.

Respiré hondo varias veces, intentando calmarme; aunque la leve herida me escocía en el alma,

"Céntrate, tienes un momento para dar un pepinazo. Respira y cálmate." Me dije a mi misma.

Preparé la hipercarga de la pistola y disparé dos tiros a la sombra que me había atacado, rezando porque fuese efectivo, o al menos, me diera tiempo a pensar cómo resolver todo ésto.

-Andronio, apoyar a Soma significa que si hay sombras, no dejes de atacar, y si terminas con las suyas, yo necesito ayuda.- Suspiré, a veces la tecnología no ayudaba como debería.

Las heridas se comenzaban a apilar en mi cuerpo, pronto la sangre broto de él, incapaz de hacer nada mas que blandir mi espada para defenderme de los ataques de las sombras que por ahora se veían interminables, el apoyo no llegaría a tiempo y la voz de chell me preocupaba, su tono de angustia y miedo calaba con fuerza en los oídos ajenos pero allí estaba yo, rodeado y sin ninguna esperanza mayor que atraer a todas las sombras a mí.

Solté la diestra del mango de mi espada y me la lleve al costado buscando una atisbo de esperanza mientras buscaba cerrar mis heridas con el don que me fue otorgado.

- No temas - dije calmado a mi compañera - No vaciles, no morirás aquí - mantuve el tono mientras tomaba nuevamente la espada con ambas manos - No mientras yo respire y tenga la fuerza para blandir mi espada para proteger a mis amigos - espete mientras apretaba con todas mis fuerzas el mango de mi espada y perpetraba un nuevo barrido sobre las sombras restantes acompañada de un fulgurante grito de esfuerzo.

-  ¡MORID! - grite ejecutando a dos de las sombras a mi alrededor, luego observe a la restante y con impotencia por no haberla partido en dos le dedique unas desafiantes palabras - ¿Eso es todo? - espete sabiendo que apenas y podía mantenerme, que mi compañera estaba en peligro y de que mi fortuna no había sido la mas bendecida, aún así, me mantuve estoico ante el miedo y trate de demostrarlo para mi compañera.

- No te rindas...Nunca...- le reproche a la joven, no como sermón, sino todo lo contrario, siempre que tuviera fuerza debía continuar avanzando.

- Si quieres cumplir tus metas, no puedes caer aquí, ¿Entendido? - continué mientras le dedicaba una última mirada a la sombra restante, acabaría con ella lo mas rápido que pudiera para ayudar a Chell en cualquier caso, aún tenía el apoyo de su robot, tal vez hiciera algo productivo ahora que la situación lo requería.

- Por fin empiezo a sentir curiosidad por mi mismo, no pienso morir aquí - pensé mientras distinguía un futuro a mi alcance, uno que con el esfuerzo que había conseguido y la motivación que sentía, me ayudaría a continuar.

La perseverancia de Soma dió sus frutos, otro gigantesco corte horizontal fue suficiente para cortar por la mitad a dos sombras mas y dejar a la tercera gravemente herida. Dado que esta última era el único enemigo frente a Soma, Andronio lo seleccionó como objetivo y la remató, dando un respiro muy necesitado por el neotemplario.

No se podía decir lo mismo de Chell, la sombras seguían cebandose con ella a base de zarpazos y golpes, llevandola a una situación crítica. Momento en el cual pudo llegar a la mente de la ingeniera las imágenes grabadas de su hermana moribunda en las calles de los suburbios, una experiencia que estaban a punto de compartir y que no hacía sino resaltar la resiliencia de Claire.

Mirar a la muerte a los ojos y no perder la razón era algo que no muchos podían hacer. Y aquellas "sombras" lejos de ser las personas que eran, ahora eran sus heraldos.

Mientras en el edificio, en el piso diez seguían sucediendose los estruendos y sonidos de batalla, incluso caían algunos trozos de pared. La batalla parecía estar siendo brutal allí tambien.

La ansiedad empezaba a ser incontrolable, las heridas de las sombras dolían en exceso, sentía que iba a perder el control de mi misma, desfallecer allí mismo; notaba la sangre caer a borbotones, poco a poco de los cortes que el traje no había llegado a parar.

Respiración agitada, presa de la angustia, con la cabeza llena de pensamientos pesimistas y la idea de dejar a Claire sola, desconsolada. Todas estas emociones se volvían en mi contra, me costaba centrarme en la situación; si mis brazos y piernas no fuesen prostéticos, era posible que el terror que sentía en aquellos momentos no me hubiera dejado actuar.

Cerré brevemente los ojos intentando calmar mi mente.

Y, entre todo el revuelo de ideas y emociones, las palabras de Soma dieron un poco de luz a mi pesar y me hicieron sosegarme en cierta manera.

"¿Cómo voy a rendirme cuando alguien lo está dando todo?" Me insté a reflexionar.

Sonreí, más temerosa que alegre, reclamando el valor que tanto me hacía falta en aquellos momentos. Tenía que salir de allí, fuese como fuese, no estaba preparada para confrontaciones cuerpo a cuerpo; además, era algo que me ponía terriblemente nerviosa, no lo llevaba bien.

Así pues, activé el módulo de salto de mis piernas y brinqué por encima de las dos sombras, volando sobre sus cabezas, llegando lo más lejos que se me permitiese, para así, acercarme a Soma.

Aún con la sonrisa forzada en el rostro, de un hábil movimiento, mientras me daba la vuelta para estar cara a cara con las sombras, cogí mi granada Tesla y la disparé directamente hasta las sombras, rezando que así, tuviéramos tiempo de recomponernos antes de proseguir.

Después miré a Soma, las lágrimas empezaban a asomar en mis ojos.

-Podemos con ésto, ¿verdad?

Y, para rematar la situación, no solo nosotros estábamos en medio de una batalla; había otra librándose arriba, donde sospechaba que era el piso de nuestro doctor acompañado de Nigredo.

"Ésto va de mal en peor, cuando empezamos a controlar la situación ¡Sorpresa!"

-¿Qué vamos a hacer con eso?- Refiriéndome al edificio.

Este trabajo empezaba a no salir a cuento, estaba malherida, compungida; deseando volver a casa, abrazar a mi hermana, sentirme a salvo entre sus brazos y llorar. Llorar como cuando era una niña, llorar por todo aquello que sufrí en silencio, llorar por no pasar tanto tiempo como quisiera con Claire.

Pero, aún con todo el dolor, quería saber, tenía tantas preguntas, tantas incógnitas sin resolver; las sombras, los avatares, los dioses y Elysium...

No podíamos caer ahí, no tan pronto.

La situación que se tornaba cada vez mas catastrofica tomo un giro inesperado mientras mas combatiamos a las sombras, mas caían presas de nuestros golpes y disparos, pronto solo quedaban un par de ellas que avasallaban a Chell sin compasión alguna, no obstante aquella situación se torno de instante a otro, pues al observar como la joven daba un increíble salto hasta donde me encontraba, una proeza digna de cualquier gimnasta olímpico, no obstante, no era el momento para sorprenderse pues si bien lo que había hecho Chell fue algo increíble, pronto mi instinto de protegerla fue absorviendo a gran velocidad mi sorpresa.

Su sonrisa forzada no ocultaba las cristalinas gotas que se formaban en sus ojos, ineludibles ante lluvia pero claramente destacable en su semblante, me erguí levemente para recomponer la compostura y comencé a andar hacía mi siguiente objetivo, no sin antes detenerme para observar a la joven que tan valientemente se había mantenido en la refriega.

- Podemos - respondí a primera instancia tornando levemente la mirada para encontrarme con la suya y dedicarle una tenue pero amable sonrisa - Bien hecho - añadí de manera inmediata tras contemplar los esfuerzos en la joven, no solo físicos sino la carga psicológica que conllevaba soportar aquel dolor.

Luego continué - Un problema a la vez - concluí refiriéndome al edificio - ..de momento...- espete, expirando y calmando el dolor que tenía en el cuerpo para prepararme para un último asalto, luego inspire profundamente y clave los ojos en la sombra restante -...Es hora de poner fin a su miseria...- dije estoico, acto seguido me dispuse a ir rápidamente hacía la sombra.

Mis músculos ya estaban tensados y mis intenciones preparadas, un único tajo vertical seria mas que suficiente para acabar con la sombra que ahora estaba bajo los efectos de la granada que tan eficientemente Chell había lanzado, sin ira, sin rencor, solo con a compasión de acabar con el peso que se le había dado al tomar aquella apariencia.

Nada mas y nada menos, allí concluiría aquella batalla y con ello el sufrimiento en nuestros corazones, no obstante, aún sentía el pesar en mi ser pues sabía que nada había concluido, no de manera tan sencilla...

Tras la deflagración de la granada tesla de Chell, tan solo una de las dos sombra permanecía en pie con una rodilla hincada, cláramente aturdida. La segunda había salido despedida varios metros como un peso muerto.

La espada de Soma cayó sobre la última abominación como la guillotina sobre el cuello del condenado, proporcionando una muerte instantánea y un necesario respiro tras el arduo combate a ambos agentes de Elysium.

Un descanso que no llegó a tres segundos, que fue el tiempo que tardó en escucharse otro estruendo similar a un trueno proveniente del decimo piso, al levantar la vista, Soma y Chell pudieron ver como dos figuras atravesaban la pared del edificio y se precipitaban al vacío junto a un montón de escombros.

Podían reconocer a ambas figuras, incluso en el aire y precipitandose, luchaban a muerte, los titánicos golpes que se propinaban creaban ondas expansivas que incluso afectaban a la trayectoria de la lluvia. Una era Shiro, la otra era Nigredo con su paraguas.

Shiro se las apañó para separarse de la refriega aérea de una patada y caer de pié, rompiendo el cemento al final de sus extremidades. Mientras su ahora extremadamente extendida melena caía lentamente como un manto blanco suspendido de forma similar a la ingravidez.

A Nigredo le pareció bastar con abrir su paragüas y usarlo de paracíadas en el último momento, desafiando de esa manera tambien la leyes de la física y manteniendo en todo momento una pose elegante.

-Nigredo- Vaya vaya, la gatita deja de esconderse y por fin se muestra, me lo estas poniendo muy fácil, Curiosidad. El exílio del panteón no te ha sentado nada bien, donde una vez fuiste una diosa, ahora eres una bestia que se arrastra a cuatro patas. Como Compasión... tengo entendido.

De pronto miró a su alrededor y vió a Soma y a Chell en pie, mientras que als sombras estaban todas muertas. Alzó las cejas simulando cierta sorpresa.

-Nigredo- Esto si que es una sorpresa, sois realmente idiotas pero almenos sabeis luchar, quién lo iba a imaginar.

Tras su primer encuentro en Nova Legatum, era la primera vez que Chell volvía a ver a Carolina y tal y como habían sugerido las imágenes, ahora era mas grande, unos dos metros de alto y un cuerpo extremadamente atlético. Sus ojos brillaban en dorado y su cabello con luz blanca que iluminaba todo su alrededor. Era una visión hermosa e intimidante a partes iguales.

-Shiro- ¿De verdad crees que puedes vencerme con una de tus marionetas en este mundo?.

Trató de intimidar a Nigredo con una expresión en su rostro desconocida para los humanos que ahora las observaban.

-Nigredo- Jajaja... pues claro que si, no venía expresamente a por ti, sabes esconderte bien, eso te lo concedo, pero ya que has tenido la amabilidad de mostrarte, me quedaré contigo tambien.

-Shiro- Ven a por mi pues...

Desafió ignorando por completo a los agentes de Elysium. Aquella batalla entre dioses les quedaba grande.