Partida Rol por web

El sol os golpea con rabiosa fuerza. Imitando los pasos de Shoren, observáis detenidamente los restos del carro y el panorama es cuanto menos desolador. Toda la carga ha desaparecido pero quizá quede algo de valor entre los escombros.

No hay rastro de agua, los elfos deben habérsela llevado.

 A lo lejos observas unas siluetas, no sabes si es un espejismo provocado por el calor, si tu mente te juega una mala pasada o realmente alguien se acerca.

 Tu poder de Conocer la Localización ha funcionado a la perfección y tienes una visión clara: os encontráis a varias millas al suroeste de Urik, relativamente cerca.

Cuando usas tu Sentido de la Dirección también detectas que lejos en dirección suroeste probablemente hay un embalse o un oasis, un lugar con gran cantidad de agua. Un poco más lejos debe haber otra ciudad.

La caravana se había convertido en escombros humeantes y chamuscados, ya nada debía quedar. Dejé de prestarle atención por lo que mirando el horizonte ví unas siluetas. Nos habrían visto ellos a nosotros? Esconderse debía ser lo más inteligente, pero no había muchos sitios donde elegir. Así que qué más daba.

Compañeros, viene alguien. Señalo hacia la dirección donde he visto las figuras.

Preparaos, pueden ser carroñeros. Quizá alguien vio el fuego y busca restos que saquear. Quizá deberíamos marcharnos de una vez. No creo que sean amigables. Pero si queréis arriesgaros, preparaos.

La joven mira alrededor sin ver nada aún.

- Estamos en mitad de la nada, habría que arriesgarse a ver qué se acerca, aunque si lo hace a pie será algún tipo de criatura. ¿Son muchas figuras las que se acercan? En todo caso... alejémonos y escondámonos para verlos mejor cuando examinen los restos y ya discutimos si hay que asaltarlos o no.

Comenta a los demás ajustándose las dos espadas largas que pudo quedarse.

Nada queda de lo que hubiera sido en su momento nuestro "cobertor" de sol y ahora este nos abraza igual que a las piedras sin misericordia alguna. Uno del grupo ve movimientos más adelantes y trato de situarme en algún lugar más propicio para poder saber más de las personas que parece se acercan a nosotros, quizás como bien dijeron, sean nuestra única salvación, otra más y en un mismo día.

Algo se acerca y por mi experiencia eso solo puede traer problemas, y aun no se en quien puedo confiar de esta gente que me acompaña, ni quien es buen luchador en caso de necesidad. Mejor ser precavidos por el momento.

- Alejemonos un poco y agachemonos. Normalmente los encuentros en el desierto no suelen ser amigables, aunque a veces te puedes llevar sorpresas.

Y dicho esto me alejo hacia una zona donde pueda tumbarme y observar lo que pasa sin que me detecten.

Está bien, mejor alejarse y observar.

Dije mientras seguía al enano. Cuando estimamos que estábamos a una distancia prudencial, nos tumbamos y observamos.

Siguió a los demás en retirada, y se colocó el último: no iba a ver quiénes eran los del nuevo encuentro, eso se lo dejaba a sus compañeros. Prefería por mucho ser el último objetivo...

 Chicos estamos a varias millas al suroeste de Urik y en el camino hay un oasis o algo por el estilo. Deberíamos empezar a movernos... el sol no perdona.

Khossur señala en dirección a Urik mientras niega con la cabeza...

Buscaremos la mejor forma de protegernos del sol y avanzar* pero no debemos perder el tiempo.

 Shoren ahí no hay nadie, es un espejismo. El sol nos ha empezado a afectar...

Movamosnos, si os tumbáis el sol os deshidratara más rápido... Se por donde ir.

Khossur no es ve las criaturas que señala Shoren. Cree que sus compañeros han empezado a ser victimas del mal del desierto y eso le preocupa.

*Desando que entraran en razón el clérigo empezó a avanzar buscando en todo momento la sombra en su camino.

Thais mira a uno y otro dudando.

- ¿Se acerca algo o no?

Dice mirando a lo lejos.

Arthor otea el horizonte buscando a las figuras que se acercan a los restos de la caravana.

Es demasiado pronto para que nos afecte el calor del sol, ¿o quizas no? preocupado empieza a envelverse la cabeza y la cra con tela para protegerse del sol y perder menos humedad.

Con la ropa improvisó una capucha incómoda, pero efectiva. Le cubriría la cabeza, su mejor arma para sobrevivir. Volvió a mirar al horizonte a ver si las figuras estaban o no allí. Pues parecía que nadie las podía ver.

Escucho ambos argumentos y dudo un momento. - Si es qeu viene alguien, todavía tenemos que estar seguros que es una ayuda y no otra cosa. Por otro lado, ocultarnos de ellos no creo que sea lo mejor, si algunos de nosotros pudimos verlos, lo mismo podría pasar con ellos y no creo que sean tan tontos que si no nos ven más, piensen que hemos "desaparecido". Creo que prefiero ir por el camino seguro hacia el Oasis. - Poniendo en calro mi postura y siguiendo los pasos del clérigo que parece saber por donde ir y hasta por donde pisar. Imito su acción de taparme la cabeza con lo que encuentre por ahí (si no encuentro nada, no me tapo).