Partida Rol por web

Si el trío Z eran de peli mala, aquella escena era la hostia en patinete. Era como si la hubiera guionizado un loco sádico. Qué tipo de animal se deleita con una presa de ése modo antes de comerlo, ¿sin ansia ni nada? Al puto cuerno. A la pobre Thalassa le habían jugado una mala pasada los nervios. Quizás era muy arqueológa, pero poco subacuática.

El Pestes habría apretado culo como nunca para salvarlo, y Mako consiguió sobreponerse para entrar por el hueco que había encontrado. Al menos, quedaban cuatro y los dos del submarino.

Una vez cruzaron la cúpula rara, notó como ya no hacía falta el aire. Mejor. Así más para luego. Lo siguió llevando a cuestas, no le molestaba. 

-¿Enemigo, eh?-miró al Pestes, viéndolo ligeramente afectado por lo de Thalassa. Quizá le gustaba la mujer-O, podemos asegurarnos de volver nosotros en el submarino, y no quedarnos todos atrapados aquí, ¿no crees?-señaló la botella de aire del ario-Desde luego, no te queda suficiente aire para volver ni dos minutos. Con la mía y la de Mako, podríamos hacer quizás tres cuartos del trayecto. Pero la subida debe ser más lenta aún de como hemos bajado. Si nos aseguramos de volver con un submarino funcional, saldremos de ésta sin que se nos coma ningún bicho del Pleistoceno-memorizó el lugar. Sabía al menos de un agujero de entrada. Iba a memorizarse el camino de vuelta hasta ése puto agujero desde los edificios que se veían al fondo-Así que como te vea con la mínima intención de inutilizar el submarino, te rompo la crisma. Por ahora, es prioridad. No nos servirá nada encontrar lo que sea que encontremos si no podemos volver con vida luego-lo desafió con la mirada, preguntándose realmente si el hombre sabía lo que se hacía. Pero ella sí.

Vio que Mako se había sentado. Seguramente en shock por lo de Thalassa. Pobrecita, en realidad, era muy normal. Fue hacia ella y le frotó los hombros mientras la joven sollozaba.

-Eh, Mako-se agachó para que la mirase a los ojos-Eh, mírame. ¿Te lo prometí, no? Os he traído dentro de la cúpula. Te he llevado de la mano. No te preocupes, saldremos de ésta, confía en mí. Al fin y al cabo, aún estamos bien, ¿no?-le pasó un brazo por el hombro de modo un poco brusco (porque ella en general era brusca)-Deja de llorar, te necesito centrada, Mako-la sujetó porque parecía algo ida. Luego Pestes hizo una buena observación.

Luego asintió a su observación.

-Con el submarino. Si lo que dijo es verdad y tiene memoria eidética, habrá memorizado al ver cómo los demás comandaban el submarino. No se tú, pero yo submarinos no sé llevar. Si él los ha visto conducir, él sabrá llevarnos de vuelta. Quiero a ése chico a un metro de distancia de mi ya. Hay que ir a buscarle-señalizó mientras empezaba a andar hacia un lado y dejaba el equipo a un lado distraíamente, que cayó detrás de una columna tumbada. Luego pudo coger de nuevo a Mako y le hizo una seña con la cabeza a Pestes.

-Echemos un vistazo, a ver si está dentro. ¿Entras tú primero o yo? No me fío una mierda de ésos tipos, para mí que van armados. Si se han llevado al chiquitín, fijo que es porque quieren usarlo. Es la puta enciclopedia con patas. Y ahora nuestro objetivo-Miró a Mako, la asiática no estaba en condiciones-Entramos con sigilo por si siguen dentro. Si no, cogemos todo lo que nos vaya a servir y vamos tras ellos. ¿Te convence? Aquí necesitamos soldados-le dijo mirándole muy seriamente. No estaba por hostias. Y menos en una cúpula rara, a más de 60m bajo superfície, con un pescadito mastodóntico esperándoles a que salieran para devorarlos.

El alemán no parecía muy convincente a la hora de acatar órdenes de un bizcochito de chocolate, sin embargo, debía de mostrar su hombría. Él era un hombre con demasiadas experiencias a sus espaldas, por lo que asaltar un submarino no le costaba el menor trabajo o... ¿sí?

Los tres, la pobre Mako agarrada a la cintura de la guía, avanzasteis hacia el submarino. Al llegar, comprobasteis que las puertas estaban abiertas y... no había ningún rastro de vida en él... ¿Se habrían desintegrado?

Memorizo el camino con detalle y la situación del agujero.

Memorizo el punto donde he dejado el equipo de buceo. Lo he dejado caer aposta detrás de una columna para que quede escondido, y tener un último recurso en caso de desesperación total para tener el equipo de buceo cerca del agujero. Pero escondido por si otros huyen y no se lo encuentren.

Escondido quedará ;) 

Heinrich se encontraba realmente molesto por toda esta situación, no solo porque había un lagarto-tiburón-gigante merodeando la cúpula, no porque un ser inferior le estuviera mangoneando y amenazando, no porque además de ese ser inferior era del sexo inferior. Sino porque no le gustaba absolutamente nada la falta de personal en el submarino.

-Creo que aquí hay un problema de planificación profundo. Podemos decir que mi bomba está averiada. Pero el hecho de que con las vuestras no seáis capaces de volver a la superficie, ya es un claro signo de que no estaban diseñadas para la inmersión, exploración breve en busca del fruto y volver a la superficie. ¿Acaso sirvió de algo que fuéramos a nado en vez del submarino?. Bueno, supongo que para que uno fuera devorado por la bestia...

Krüger se acarició la barbilla por unos instantes antes de continuar hablando; es cierto que toda la situación era realmente extraña y más teniendo en cuenta que el Submarino ni siquiera sirvió de fuente de luz, pues les había adelantado con una maniobra peligrosa -para los buzos-.

-Y tal y como parece, aquí no hay nadie. Por lo que supongo que han secuestrado al alelado para usarlo como guía por las ruinas, y he de suponer que debido a su condición de imbécil de manual, los estará ayudando con una sonrisa de oreja a oreja... siempre y cuando no le hayan robado el sitio en el submarino o hayan dicho que Star Trek es basura o algo así...

Sin embargo, la historiadora no se podía quedar quita y su curiosidad... le llevó a tocar unos botones del submarino. Casualmente, no era el modo automático...

Ante ustedes tres, se colocó el holograma de una joven:

-A.Z.T, soy Aeryn, cuando escuches esto, espero que estén dentro de ese agua asquerosa -no parecía muy contenta-. Los jodidos indígenas han venido a la Amazonas a por el otro fruto del Edén... ¿Me oyes? Quiero que encuentres la segunda pieza en perfecto estado y me la traigas ... ¿oíste? ¡Ah!, por cierto... Atrapa a Esperanza... es una rebelde. Mandaré un equipo para que te auxilie, seguro que esos inútiles están detrás de la pieza porque la hijita del profesor les habrá ayudado. No le vueles la cabeza... ya se lo haré yo cuando esté aquí junto con su amiguita.

Y..., por cierto, se me olvidaba. La nueva recluta no sabe que trabaja para nosotros. Trátala con amabilidad , ''como tú sabes'', su nombre es...

Y sin querer, la japonesa apagó la conexión.

Te diste cuenta que esta chica es la misma que viste al principio, la que contactó contigo... ¿Se refería a ti?

-¡Maldita sea Shin-Chan, deja de tocar botones!. Por una vez que veo a una aria en este viaje plagado de negros, chinos, comida de peces y retrasados sociales, vas y me cortas el rollo. Así uno no puede concentrarse.

Heinrich estaba realmente molesto por la actuación de la Japonesa, bastante extraña por apagar justo antes de revelar el nombre de aquella nueva recluta, pero pese a todo y sea como sea; la gente con un par de neuronas bien conectadas podría unir los puntos y así saber quien es la traidora del grupo. Por desgracia Klaus no tenía ni la más absoluta idea porque era alguien guiado por impulsos, por lingotes de oro, y por gente aria.

-Lo que dijo esa mujer, solo nos deja una cosa en la mente, y creo poder hablar por todos al decir que la pregunta que nos ha dejado en nuestras cabezas es la misma, y esa pregunta es: ¿Estará soltera?.

Eh..., Vaya..., Mierda... ¡yo solo quería subir el volumen! -dijo mientras empezaba a tocar botones de nuevo al azar para ver si la grabación empezaba a funcionar de nuevo.

¿Cómo se vuelve a poner desde el principio?, El nombre maldito cacharro... -exclamó mientras golpeaba el panel de datos con la mano abierta para después añadir casi en tono de súplica- Vamos..., Solo ha sido un golpecito de nada..., Sé bueno y empieza a funcionar de nuevo...

Después se volvió a sus compañeros con el ceño fruncido. Nada..., Esto no va..., creo que tocado en los mismos sitios pero no consigo hacerlo funcionar de nuevo..., Maldita sea si lo se podría haberme estado con el dedo quietecito metido dentro de la nariz...

En ese momento escucho las palabras del alemán y su gesto se torció aún más.

Tío..., Uno de nuestros compañeros acaba de morir podrías tener un poco de respeto y guardarte tus estúpidos comentarios para otro momento ¿no crees?, Ya es bastante extraño lo que está pasando y tendremos que trabajar juntos si queremos salir de esta, ¿Vale?..., y tú con tu actitud no ayudas nada..., así que tienes dos opciones, nos ayudas o te vas a tu rollo..., Pero deja de joder...,¿Quieres?

Después dirigió su mirada hacia la guía y su gesto se suavizó un poco.

Gracias por lo de antes..., Si no hubiera sido por ti ahora no estaría aquí..., ¿Qué piensas del tipo del submarino?, Seguramente el mensaje era para él y esos tres que nos esperaban en el puerto..., Aunque según este mensaje el traidor podría ser cualquiera de nosotros..., En fin..., Me temo que de momento vamos a tener que colaborar..., Más a gusto con unos que con otros...

Heinrich apenas prestaba atención a sus compañeras, a fin de cuentas, según él, eran inferiores en dos sentidos; estaban muy lejos para que el Alemán se preocupara lo más mínimo por sus opiniones, su seguridad, o su vida. Pues lo único que realmente importaba era el premio, y tener lo que sea que estén buscando, es su misión, no ser el niñero -que cuidar niñitos es cosa de mujeres- de esas dos.

-Tal y como era de esperar, esos oídos sub-desarrollados o ese cerebro de roedor que tienes no te han permitido escuchar lo obvio. El Traidor no es un "Él" pues los hombres tenemos honor y dignidad, sino un "Ella", y a no ser que la traidora fuera la Comida-para-peces, solo queda que una de vosotras dos lo sea.

Heinrich las señaló con su dedo inquisidor, saltando de la mujer negra a la amarilla. Pues ese grupo era como un colorido helado de tres sabores en donde la nata no se fiaba y vejaba al chocolate y a la vainilla mientras estas dos eran culpadas de ser la traidora.

-Por otro lado, ¿Creéis que estará soltera?. Tiene pinta de ser una mujer fuerte y decidida, como a mi me gustan. Una lástima que haga lo que está haciendo... pero no os preocupéis, cuando nos topemos con ella, si es que nos encontramos, yo mismo me encargaré de llevarla a donde se merece... ¡A la Cocina, como buena mujer!.

Sin embargo, Akanni no estaba por la labor de cuidar a un hombre. Así pues, lo liberó. 

-Puedes escapar o no, puedes retroceder o no... Hagas lo que hagas tendrás su consecuencia.

El hombre corpulento no se iba a detener porque alguien que le pedía''ayuda'' para recuperar a sus amigos -enemigos para él-, el tenía un trabajo y un objetivo; por lo que aumentó el ritmo hasta llegar a la puerta del templo. 

Y allí se encontraba, en lo alto de aquella cumbre, emulando al Templo de Atenas...

-¿Vienes o vas a huir? 

Podía leer el desagrado en la cara de Pestes. Se aguantó la risa porque la situación no era divertida, pero estaba segura de que no le estaba gustando que le hablara así. Pero es que a los Pestes hay que hablarles así. Sin más. Aun así, que el submarino estuviera vacío no le gustaba nada de nada. Entró a echar un vistazo, dejando a Mako sentada en la entrada.

-¿Problema de planificación? Creo que hay un problema grave de ocultación de la verdad y manipulación-dijo mientras hablaba en voz alta, mirando el submarino por dentro. Se ahorró aclararle al zoquete que un equipo de buceo se compone de una botella de aire, una grifería y un regulador. No de ninguna bomba. Quizás si le intentaba proporcionar la información el cerebro de mosquito explotaría. Pero tenía razón, parecían puro cebo. Su cerebro funcionaba, independientemente del tamaño. Éso era importante-Aunque me pese, creo que tienes razón. Busquemos al enano-añadió. Entonces se sobresaltó cuando escuchó algo raro. Al girarse, vio aquél holograma.

-Hostia puta...-dijo, mirando atónita la pava del holograma. Aquella hija de puta tenía que ser. Pero Mako desactivó el holograma. Corrió hacia ella-Mierda, Mako. ¡No toques nada!-resopló al ver que no sabía como reactivar el dichoso mensaje. Se quedó frustrada mirando al grupo. Especialmente a Pestes.

Miró a la asiática intentando reanudar el trasto, pero sin éxito. Aun así, cuando la vio enfrentarse a Pestes, levantó ambas cejas. ¿De dónde coño salía el espíritu de Xena la guerrera? Hacía dos minutos estaba catatónica.

Tras la sarta de tonterías, Trite cogió lo primero que tenía a mano y se lo lanzó por la cabeza*.

-Cuando hablas en voz alta haces que recuerde porqué quería que murieras el primero-lo miró con cansancio, como una madre que mira exhasperada a su hijo hiperactivo que no la deja descansar... salvo que no había rastro de afecto de ningún tipo, sólo hastío-Haces que baje el coficiente intelectual de todo el planeta con sólo oírte. Y por cierto, si queréis jugar a quién es quién para encontrar el traidor, yo iré a la mía a buscar el enano para salir de aquí-lo cierto es que obviamente le preocupaba aquello, pero no quería sucumbir a la paranoia colectiva. Se negaba. Aún tenía la adrenalina por sus venas de la muerte de Thalassa. Tenía que centrarse en lo importante

Luego miró a Mako, que parecía más tranquila después de desahogarse.

-El mensaje era para el trío Z, está claro. Pero no para todos, creo...-miró a ambos como si estuviera decidiéndose sobre algo. Lo que tenía claro es que si había traidores, se la soplaba. Ella primero quería al enano para asegurarse la vuelta a casa. Una vez solucionado eso, ya se encargaría de jugar a quién es el asesino-Venga. Movámonos. Tenemos un mapa, ¿lo recodáis?- Ella se lo había guardado en el sostén. Cosas que pasan. Se desabrochó el neopreno un poco y lo sacó sin mirar a Pestes-Ahórrate los comentarios-le advirtió antes de desdoblarlo, echando un último vistazo por si alrededor había algo de interés antes de emprender la marcha.

En los momentos que digo que miro alrededor, busco a ver si hay algo de interés. Tanto si son pistas, como si pueden ser objetos que me puedan servir para adentrarme en el templo.

Solo encuentras un par de huellas dirección al templo. Al parecer el submarino no tenía provisiones 'a grandes rasgos', solo un rollo de cinta aislante y una cuerda.

¿Hay alguna mochila o bandolera por ahí que pueda cargar conmigo? Para meterlo dentro y llevármelo.

¿Hay algún papel? Rollo indicaciones escritas, o las siglas de la organización por la que trabajo, ect.

Hay una especie de bolsa de plástico, pequeña, en la que pone A.K.T (tus siglas) en un papel. Al abrirla puedes encontrar un kit de supervivencia, así mismo como una nota al fondo , ''escueta'', en la que pone:

Querida Anfítrite:

La organización cuenta con tu apoyo para que recuperes el Fruto del Edén y me lo entregues personalmente a mí, Aeryn, tu jefa. Seguro que me reconocerás al decirte que soy la mujer que acudió al templo para reclutarte.

Nuestra organización dispondrá de un puesto de trabajo para ti. Deberás saber que no somos tu enemigo, todo lo contrario, empero si , por casualidad, decides atacarnos, me temo que tendremos represalias hacia tu persona.

Aquí obtendrás un kit de supervivencia, medicamentos y vendas, nunca se sabe lo que estos Atlántides eran capaces de tener en el templo. Akanni es la única persona con la que puedes hablar de esto y es de confianza. LAS OTRAS DOS... No. 

Un saludo, 

Aeryn.

- ¿Tienes una pistola? - le preguntó, mientras le decía aquello de las consecuencias. - No por mi. Por los extraterrestres, los dinosaurios y las cosas que aun no hemos visto. También me vale un fusil o una ametralladora ¿Eh? - dejó claro, ahora acariciandose las muñecas dolorido por la presión de las cuerdas. - Acción-Reacción. Tercera Ley de Newton. Se da en secundaria y como dije, tengo memoria eidética. - le recordó, bufando una sola vez. Ya se marchaba otra vez.

¿Las personas no podían esperarse y hablar un momento?

- Escucha... ¿Cómo te llamas? Después, has pensado que podríamos llegar a un trato. ¿No saldríamos todos beneficiados? - le preguntó, encogiendose de hombros y mirando de tanto en tanto como iban sus colegas. Compañeros de viaje. Conocidos. Lo que fueran. Lo que fueran y un sucio perro traidor, claro estaba.

- Teniendo en cuenta que tenemos objetivos comunes, me gustaría hablar de una posible asociación. - le dejó caer, mientras volvía la vista a ver como estaban sus conocidos, y él, seguía la marcha algo más lento, hasta que le llamó la atención.

Se giró, para descubrir aquel edificio. - Pero que demonios... Es un templo Dórico. Esto quiere decir que... ¿Los Atlantes tenían lazos comunes con los Protodóricos? - le preguntó al grandullón, mientras aceleraba el paso para alcanzarlo cuando escuchó su última amenaza en forma de pregunta velada.

 Escucha... ¿Cómo te llamas? Después, has pensado que podríamos llegar a un trato. ¿No saldríamos todos beneficiados?

 Aquel hombrecito hablaba demasiado, le recordaba al asno de aquella películas de un ogro verde en la que el animal no paraba de decir continuamente si tardaba mucho en llegar a su destino.

Se llevó la mano a la sien.

- Akanni. ¿Sueles hablar mucho? Y ... sí, si tengo armas. Una pistola y un cuchillo en el cinturón de mi cintura...

Pero que demonios... Es un templo Dórico. Esto quiere decir que... ¿Los Atlantes tenían lazos comunes con los Protodóricos?

-No te digo yo, esos hombrecitos eran más inteligente que tú y yo juntos... -rió aunque a decir verdad, estaba asombrado-.

 No tardaron en subir, con alguna dificultad, la cumbre. Akanni guió a su pequeño perrito y al llegar, la gran puerta del templo se mostró ante ellos.

Cinturón de cintura sonaba redundante. Pero quizás el conocía otros tipos de cinturones que no iban en la cintura. - Solo cuando estoy nervioso, tengo miedo o alguien se equivoca. - Lo peor de todo es que era totalmente sincero, y sonaba como tal. Ahora mismo las dos primeras cosas estaban en niveles críticos. La tercera se activaba solo de vez en cuando, con cosas como cinturón de cintura.

Llegó a subir arriba del todo. Y eso, aunque parece fácil de decir, para alguien como él que subía en ascensor a la primera planta porque se cansaba, era mucho decir. El miedo, el miedo le hacía subir con rapidez. - Eso lo dudo mucho. - le salió del alma. - Los logros sociales no estan subeditados a la inteligencia, si no a la empatía. - clarificó, mirándo a su alrededor.

- Reconozco este sitio. - volvió a girarse, levantando la mano para darle el alto y que se callara. - Reconozco este sitio del mapa. Según las referencias de otros templos de la misma época, lo más lógico para llegar al centro sería seguir la línea recta. - y levantó el dedo índice para que siguiera callado. - Pero. - hizo una pausa, y con aquel mismo índice señaló a su derecha. - Esa misma lógica empuja a pensar que una civilización así no dejaría las cosas en línea recta. Como en el Partenón de Atenas. - Y esta vez, se acercó al corredor, indicándole que aquel era el camino.

- Por aquí. - le señaló.

Caminásteis hacia P7 rumbo a la sala. Había un mosaico ,sin significado aparente o, al menos, tu no se lo encontrabas. Hacía falta una especialista en arte para ello.

Al llegar a la posible sala 7, no había puertas algunas, por lo que aquella sala se encontraba inaccesible.