Partida Rol por web

Activo mi protección contra el mal y saco mi espada

En estos momentos se oye una voz suave pero amenazadora:

- Los que estéis en la cabana, salid con los brazos en alto y no intentéis nada. Y los que estéis fuera, alzad los brazos y esperad unos minutos.

Los aliados de los héroes que estan fuera de la cabana sueltan una expresión de sorpresa.

- ¿Como? - dice uno de ellos. - ¿Estamos realmente en peligro?

- (Yo pienso subir los brazos, pero sin soltar mi arma. Quien sabe quien nos amenaza, pero no siento miedo.). - Susurra uno de los PnJ.

¿I vosotros, qué váis a hacer?

Aunque aun no es visible, una fuerza os amenaza, ya es evidente. Pero invisible, lo sigue siendo...

Hay que reaccionar...

No pienso rendirme solo porque me lo pida una voz. Da la cara si eres hombre.- intento provocarle.

Daeron, haz una tirada de 1d20, súmale 4 y compáralo con tu puntuación de sabiduría. Si te sale igual o menor, ves la forma de romper la ilusión. En caso contrario, si te sale mayor, sucede que surgida aparentemente de la nada sale una bola de fuego disparada hacia ti.

Para esquivar esta bola de fuego (si en su caso se te dispara) haz tirada 1d20, súmale 3 y compáralo con tu destreza. Si sale igual o menor, la esquivas; si sale mayor, te da y te resta 2 puntos de golpe. En ambos casos, la ilusión de invisibilidad continua. (Si ya se ha roto la ilusión de invisibilidad por la primera tirada no hagas la tirada por la bola de fuego, puesto que la bola de fuego misma no se dispara.).

Adelante, valiente!!

Kiyra cogio su recién adquirida varita y posicionándose a un lado de Loard.
Concentrándose en descubrir de donde provenía la voz, para lanzarlé una mortífera bola de fuego.
Fire! Exclamó cuando desencadenó el poder de su varita.

Kyra, hagamos lo siguiente.

Tira 1d20, suma 3 al resultado y compáralo con tu puntuación de destreza. Si te sale igual o inferior el resultado, has acertado al enemigo, lo has herido y desaparece la ilusión de invisibilidad. Si te sale mayor, tu bola de fuego falla y atraviesa el aire sin alcanzar a nadie.

Recuerda que la varita de fuego tiene 3 usos, tanto si acierta como si falla... Ahora, tu varita sólo 2.

Daeron, haz la tirada de destreza para ver si te alcanza la bola de fuego que te lanza tu invisible enemigo.

Tras esto, se te ocurre una idea que, si aplica bien, sin duda disipará esta dichosa invisibilidad... pero necesitaréis la ayuda de los tres PJ...

Observo de donde sale la bola de fuego disparada hacia Daeron y cargo con mi espada.

LdAkira, tira 1d20, suma 2 al resultado y compáralo con tu destreza. Si sacas igual o inferior, logras herir a tu enemigo y se rompe la invisibilidad; si no, él te alcanza a ti sin que le veas y pierdes 2pG.

Daeron, tu logras esquivar la bola de fuego, aunque por poco.

LdAkira, tu logras herir a alguien encubierto por el hechizo de invisibilidad, el hechizo se rompe y entonces se hacen presentes un enano barbudo, un poco lesionado por tu golpe y ¡¡un dragon de tamaño mediano!!

El enano se rasca la barbilla y un hilillo de sangre que cae por ella, y dice:

- Estúpidos aventureros!! Me habéis herido y ahora lo váis a pagar!! Mi señor me pagará bien por mi triumfo!!

Sin duda entre todos venceríais sin problemas al enano, pero al dragon será bastante más complicado...

Quiin dice en voz baja:

- Sin duda es mejor que huyamos. No creo que podamos vencer al dragón. Conozco una buena ruta por el bosque. Sólo seguidme.

¿Qué vais a hacer? ¿Quizá hablarle al enano?

El tiempo nunca se para...

Master, necesito que me des de baja como miembro vip de la partida. Mientras no lo hagas, el único perfil con el que puedo postear es con el de comunidad umbria, no con el de Loard (mi jugador de la partida)

Gracias.

Un dragón es demasiado para unos aventureros novatos. Sigo al enano.

- Mejor huyamos compañeros... Y alucharemos otro día.
 

¿Estáis de acuerdo con Daeron en que hay que huir? Supongo que sí...

Creo que es mejor que huyamos. Guardemos fuerzas y puntos de vida para nuestra misión.

Huyamos! Ta nos vengaremos otro día! Exclamó la ladrona carmesí.
Siguiendo al resto de sus compañeros en dirección al tupido bosque.