Partida Rol por web

CORRED, CORRED!!

No sé qué hacen yendo hacia la otra habitación Brunhild, Olaf yTornbjorg pero como la curiosidad mató al gato, no pienso quedarme a investigar...me piro, vampiro

Maldición, Torn!! pero qué haces insensata, se nos cae el techo encima!!!

Kirk, con un gesto de contrariedad y verdadero enfado, da media vuelta para seguir a Torn -es mi obligación protegerla, ya tendremos tiempo de discutir... aunque sea en el Valhalla-

Ante las señales del inminente derrumbe, Unn, Ottar, Lörky y Hakum siguen con premura los llamados de la prudencia, saliendo del Templo como alma que lleva el diablo, seguidos de cerca por Brunilda, que se ha entretenido en vaciar uno de los cubos que llevaba entre manos.

El valiente y leal Kirk, tentado a huir, retrocede sin embargo cuando se da cuenta de que la princesa avanza locamente al interior de las habitaciones, y regresa lamentándose por la peligrosa osadía de Thornborj, no sin antes tomar la precaución de dar un pequeño rodeo por la derecha ante las peligrosas condiciones que presenta el techo.

Olaf el Tirillas se queda prudentemente bajo el marco de la puerta, mientras la Godí escoge ese momento para recitar una épica llamada a Odín, permaneciendo inmóvil ante la mancillada estatua de éste.

Sin más aviso, el techo se desploma sobre la gran hoguera en que se han transformado los bancos en llamas, y algunos de los restos alcanzan a la Sacerdotisa que se encuentra justo en su trayectoria, orando devotamente.
 

Inmersa en tus oraciones, apenas eres consciente de que el tejado entero parece derrumbarse a tu alrededor. Tu armadura, y el hechizo de protección, te han salvado esta vez, pero eres consciente de tu debilidad y de lo cerca que has estado de morir por segunda vez en apenas un minuto.

Desde la puerta contemplas lo que parecen ser las habitaciones de Brunhild. No hay nada que parezca llamar en exceso tu atención, una estantería que contiene diversos volúmenes (sería realmente extraño si no fuera esto un Templo) y un camastro sencillo.

Haberte situado bajo el quicio de la puerta se ha confirmado como una gran idea, ya que te ha salvado de los escombros que han alcanzado a la Godi, aunque aparentemente no la hayan herido. La princesa Thonborj se te ha adelantado, y te da la espalda mientras mira hacia el interior del siguiente cuarto.

Lo que parece la estancia de Gunnar es de una tremenda sencillez. Tan solo un camastro, y lo que en principio te parece un desordenado montón de ropa apilado en un rincón.

Pronto te das cuenta de que no es sino un cuerpo, enroscado sobre si mismo, que permanece inmóvil en el suelo.

En ese momento un estruendo llega a tus oídos. Una parte del techo ha caído, quién sabe con qué consecuencias, y podría seguir. Te das cuenta de que debes actuar con rapidez.

Sin pararme a ver si sigue con vida o no, recojo el cuerpo y me lo echo al hombro para, intentar encontrar una vía de escape. Sin saber si valdrá o no, coloco el escudo sobre nuestras cabezas.

Ante la caida del techo, me quedo atónito. No puede ser.

Inmediatamente busco una zona, ventana o similar, por la parte de atras para poder sacar de las llamas a Tornbjorg que se ha quedado encerrada entre las llamas

Los cascotes caen alrededor de la Godi, sin tocarla apenas, excepto unos pedruscos que parecen rebotar en ella, aunque podrían facilmente haberle roto algún hueso, o peor.

Brunhild, arrebatada en su invocación al mismísimo Odín para pedirle su ayuda, parece no haberse dado cuenta, y finalmente sus brazos caen, inclinando la cabeza ante la indiferencia del Dios...

Vaya, parece que no era tan grave como yo pensaba... creí por un momento que el edificio entero se caía sobre nuestras cabezas.... perdóname Padre, no era necesario que te llamara...

Tras mirar a su alrededor y ver cómo está la cosa, grita a sus compañeros:

Esperadnos fuera, no tiene sentido que nos arriesguemos todos... sacaremos a Gunnar o moriremos, pero es inútil que caigamos todos por un sólo hombre...

Y acto seguido, core detrás de Tornbjorg a las estancias interiores de templo de Odín... o lo que queda de él.