Partida Rol por web

Olaf taja y taja, tosiendo, una vez ve que Brunhild rechaza la espada. -Por Odin, que carácter, a sudar pues...

Las llamas os rodean ya por completo, avanzando hacia vosotros alimentadas por la vieja estructura de madera de lo que un día fué el Templo de Odín. El aire es irrespirable, apenas podéis ver debido al humo, y el sofocante calor comienza a llegar a vuestro cuerpo traspasando vuestras vestiduras.

Por fin, con un terrible crujido, las hachas que golpean la madera desde el exterior han conseguido abrir un hueco lo bastante grande como para que podáis arrastraros por él. Por desgracia, solo hay sitio para que pase una persona de cada vez...

En el tejado, mientras tanto, los afanes de la Godi y Olaf el Tirillas han conseguido abrir un agujero en el entramado de madera y paja. Lamentablemente, el fuego avanza con determinación hacia su posición.

ALTO, DETENEOS...!!! - grita el Jarl con autoridad - Es suficiente, podríais herirles...

THORBJORN, HIJA MÍA, DEBÉIS SALIR DE AHÍ... - llama, esta vez dirigiéndose a los que están en el interior - VA A DERRUMBARSE...

En efecto, la estructura del techo parece muy dañada. Los que golpean la pared retroceden unos pasos, temerosos.

VAMOS, RÁPIDO, SALID digo a Olaf que no creo que aguante mucho mas

A traves del hueco ofrezco mi mano para evitar posibles atascos en el agujero realizado.

Vamos coger la mano y salid de ahi, eso es un infierno y no se cuanto durará en pie.

Previendo la acción de Torn, Kirk le dirije con determinación hacia el hueco colocándose a su espalda -ni lo menciones Torn, vas a ser la primera en salir si no quieres que tu padre se nos meriende!!-

Por desgracia, cuando llega el turno de Kirk, se queda atascado -maldición!!!, estoy atascado!!

Olaf y Brunhild dejan un momento de mover las armas, al ver que el agujero del techo es ya suficiente como para pasar. De pronto una lengua de llamas se extiende con mucha rapidez por el resto de la pared que colindaba con la sala del templo, y lame ansiosa el techo de la habitación... en pocos segundos llegará hasta ellos. En el suelo, junto a la ahora ardiente pared, el cadáver de Gunnar es una silueta negra alargada, ya se recorta contra las llamas, que le acarician con deseo.

Maldiciendo, Brunhild mira hacia abajo a su padre... el destino cruel ha decretado que los bravos vikingos y vikingas no pudieran rescatarle con vida, pero tampoco que puedan hacerle el funeral que se merece. No obstante, una vez que la vida ha abandonado el cuerpo, no es más que un traje vacío, y los vivos son los que importan. Quedan apenas unos instantes para que empiecen a quemarse. Gunnar queda atrás, envuelto en una manta a modo de mortaja. Silenciosamente se despide de él.

Adios Gunnar Thrallsson, has sido un padre para mí, más allá de mi desconocido origen de esclava... te veneraré siempre.... perdóname que te deje aqui... este fuego te llevará al más allá, pero yo debo vivir todavía un poco más... permaneceré en tu nombre para vengarte.

Adelante Olaf, yo te ayudo a trepar, y luego me das la mano desde arriba.

Ottar canina de un lado para otro nervisos sin saber realmente muy bienqnue hacer. Después de ensanchar todo lo posible el agujero haciendo palanca, ahora se veía inútil mientras las llamas amenazaban a los que aun estaban dentro. No conocía la razón que había impulsado a algunos a quedarse dentro pudiendo abandonar el templo a la vez que él mismo, pero pensaba realmente que había que ser muy necio para querdarse.

Maldita sea, sacar a  esa gente de ahí ya...

Donde hay un jarl, o su hija, no manda vikingo que se precie ¿eh cuervo? ¿yo primero? pues yo primero. Olaf comienza la ascensión procurando ayudarse de Brunhild. Antes grita: -Procurad salvar los libroooos!!!

Sabiendo que no puedo pararme a discutir, lanzo una mirada dura y penetrante a Kirk Ya hablaremos luego. antes de deslizarme como una lagartija por el agujero. Al salir, me doy la vuelta e intento agarrar a Kirk para sacarlo de ahí Rápido, lanzad agua al agujero, rápido, rápido. grito mientras intento agarrar a Kirk y tirar.

Si tas esperando por mi, toy buscando cubos de agua

Viendo que Olaf se hace el cuervo un lio, y que no avanza ni p'alante ni p'atrás, Brunhild se hace cargo, y de manera osada y valiente, se prepara para hacer una exhibición de estilo trepador...

Permíteme, compañero...

Hay que meter el pie entre los leños... empieza,

y...

¡Flupp!

Milagrosamente, y gracias a que Olaf de nuevo hace presa en su gran culo, sosteniéndola, no se zambulle de cabeza en las llamas... sus manos hacen varios giros en el aire hasta que por fin se agarra a la viga y se impulsa.

De pronto, desde fuera, se ve emerger una curiosa figura brotando de la paja del tejado cual boletus entre pinaza...
una cabeza practicamente pelada como resultado del fuego de la salamandra, negra en unas partes y con una capa de suciedad, sudor, lágrimas, polvo y paja...
realmente es difícil reconocer a la Godi de la aldea...

Logra pasar una pierna a horcajadas sobre la viga, y se vuelve de nuevo hacia dentro...

¡Venga Olaf! ¡agárrame la lanza!

¿A QUÉ ESPERÁIS?, AYUDADLES A BAJAR... - ordena perentoriamente Guntar cuando lo que queda de la Godi hace su aparición en el tejado, casi envuelta ya por las llamas.

Sin embargo, la hija de Gunnar no baja inmediatamente, sino que volviéndose sobre si misma grita algo hacia el interior del agujero por el que acaba de salir, tendiendo su lanza hacia abajo mientras se mantiene en precario equilibrio sobre una de las vigas a las que aún no ha alcanzado el fuego.

Mientras, Tornbjorg sale con una habilidad impropia de su tamaño por el ajustado hueco de la pared. Cuando Kirk se dispone a seguirla, sin embargo, queda atascado debido a las prisas. Su torso sobresale, con el rostro encendido por el esfuerzo sobrehumano que sin embargo no es suficiente, y tiende las manos hacia delante buscando ayuda. Baraka y Tornbjorg tratan de ayudarle.

Las llamas alcanzan ya Olaf y Kirk, empezando a quemar su piel.

¡Por Odín, Thor y Freyr...!
¡Por todos los Ases, los Vanir y los Landvaettir...!

Brunhild Gunnarsdottir maldice en arameo mientras estiraja de los brazos de Olaf, intentando extirparlo de las tripas del templo derrotado...

¡Vamos! más vale que atines esta vez, si es que quieres volver a menear ese culito delante de tus admiradores...

Olaf, con el fuego lamiendo sus carnes, coronando de llamas su cabeza, haciendo pasto de su barba, definitivamente rizada y morena, se empeña como un insecto en un tarro. Manotéa en busca de la lanza que le tienden, intenta encontrar apoyos en la pared, ya ennegrecida. Esfuerza la vista, ojos inyectados en sangre, lacrimosos, en salir de la trampa en que se ha metido.

Si muero... mmmh, si morimos... ¿eh cuervo?

Se afana, se rompe las uñas en el intento, nada, todavía nada...