Partida Rol por web

Sus ojos se fijaron en el filo de la navaja reluciente que sujetaba en una mano. Su mirada azul y gélida la analizaba con más autoridad de lo que la propia navaja poseía por naturaleza. La última caricia de su hoja la hizo temblar por dentro.
Nadine escuchó conmovida la historia de su secuestrador, y finalmente ahogó unas últimas lágrimas, experimentando la sensación interior de ser la víctima de otra víctima.

Por supuesto la desgracia personal del chico no cambiaba el hecho de que era peligroso y la había tratado con agresividad. Cualquier cosa podía ocurrirle estando con él, dijese lo que dijese no se fiaría de la palabra de un asesino.

Te odio. - pensó indignada y dolida.

Pasaron apenas unos minutos desde que Martin comenzó su relato hasta que terminó y se acercó a Nadine para quitarle de la boca el calcetín que le había introducido a la fuerza. Permaneció atada de pies y manos quieta, pero sin perder de vista a Martin.

El chico se alejó y regresó del baño con un vaso de agua, se lo ofreció amablemente y Nadine bebió un largo trago hasta que su boca se llenó del todo con rabia. Nada hacía presagiar que la joven tuviese el atrevimiento de escupírle el agua en la cara.

- No me importa tu vida, yo solo quiero regresar al salón con los demás. - lo miró nuevamente desafiante. ¿Qué pensaba hacer con ella, por qué la retenía?.

Intentó levantarse quedándose a la misma altura que el criminal. - ¿Me he equivocado contigo, no eres un asesino por convicción? - ella pensaba que si lo era, pero quizás no fuese así. - ¿Qué hiciste para que te condenasen? - su voz se suavizó. Todos tenían opción a elegir, por más dolorosa que hubiese sido la vida de alguien, solo un ataque en defensa propia justificaba el homicidio, y aún así abría igualmente un debate moral.

El chorro de agua expulsado de la boca de la chica impactó de pleno en el rostro de Martin-Buena puntería Nadine-dijo sonriendo mientras se pasaba el mismo calcetín que aún conservaba en la mano por la cara, retirando el agua que aún circulaba por su rostro, para luego tirarlo a un lado con violencia haciendolo resvalar por el suelo-Uhhh chica..he de reconocer que tienes agallas, eres mucho más dura de lo que creía-respondió manteniendo la sonrisa.

-Ya sé que no te importa mi vida, no te la cuento ni para darte pena, ni para que "te apiades de mi torturada alma" ni para que nos hagamos amigos del alma. Simplemente intento hacerte entender de que no todos los asesinos nacen siéndolo ni todos matan por placer. Hay situaciones en la vida que te dejan dos opciones, o vives o matas Nadine ¿si tuvieras que decidirte por una, cuál elegirías? tu misma me dijiste hace unos minutos que por instinto de conservación podrías llegar a matar ¿me equivoco?-dijo interrogante-te contaré el resto de la historia, quizás te parezca un poco ñoña pero como ves tiene de todo-la miró con fijeza.

-Nuestro protagonista conoció a una chica, si si como lo oyes una criminal como él, su padre la violaba a diario y terminó escapando de casa. Su destino hizo que coincidiesen y surgió la chispa que se suele decir, se querían, se amaban, precioso ¿verdad? Bien, la chica siempre llevaba un pequeño revólver del 22 en sus robos aunque nunca lo usaba, sólo como amenaza, de hecho nunca había disparado. El chico reusaba llevarla, ya sabes que le gustan más las armas de filo-Martin mostró una suave sonrisa-en fin sigo, una noche atracaron una farmacia, estaban sin dinero y necesitaban efectivo rápido y era un objetivo fácil, pero tuvieron la mala suerte de que un policía de paisano estaba en un 24 horas justo al lado-tragó saliva y siguió hablando-nuestra parejita se percató de la cagada y echó a correr, pero el poli disparó y dió en la pierna en la chica, el chico se la llevó casi al hombro, pero el poli les alcanzó dándoles el alto, era absurdo huir, no podían escapar así que se dieron la vuelta despacio como él les ordenó.-se detuvo un momento y bebió lo que le restaba de agua.

-El poli les miró victorioso y sin mediar palabra disparó al pecho de la chica cayendo desplomada, el chico quedó congelado mirando como la chica moría desangrada-Martin aún mantenía el vaso en la mano, vacio, los dedos empezaron a tornarse blancos-"No os voy a detener, basura" dijo el poli "os voy a matar como a perros que es lo que os merecéis" si, Nadine, ese supuesto defensor de la ley, estaba ejecutando a dos personas que ni le habían apuntado con un arma. Si, por supuesto eran delincuentes pero no se merecían eso. La furia devoró al chico, vió que el revolver estaba a su lado, se tiró al suelo y disparó al policía cayendo éste redondo al suelo, perdiendo su pistola. El chico ciego de ira descerrajó las otras cinco balas sobre el poli mientras gritaba de rabía, el resto te lo puedes imaginar-la tensión aumentaba en la habitación y Martin taladró con la mirada a Nadine.

-¿Y bien?-preguntó enfadado-En esa historia ¿quién es el asesino? ¿quien?-Subía el tono de su voz-el supuesto defensor de la ley, que se toma la justicia por su mano? ¿o el chaval que ve peligrar su vida?-Se iba acercando cada vez más a la cara de Nadine-¿Crees que el policia pudo elegir eh? ¿y el chaval pudo elegir?-estaban frente a frente e iba a realizar otra pregunta cuando el vaso cedió por la presión rompiéndose en varios trozos y cayendo al suelo, haciendo parar en seco a Martin mirando su mano. Se había hecho un pequeño corte en el dedo y cerró los ojos por un instante-Ahora vengo-dijo escueto dirigiéndose al baño de nuevo, dejando a Nadine sola.

No supo con que valor hizo aquello. En todo momento lo estaba desafiando. - Ya me he enfrentado a la muerte antes de verte. Dicen que los suicidios son para los cobardes, pues yo no conozco a mucha gente que tome la decisión de morir por su propia voluntad. Todos quieren vivir ¿No es así? - sostuvo la mirada de Martin dejando su pregunta en el aire.

- En tiempos pasados a un guerrero o a un gladiador se le reconocía el valor de su lucha. ¿Por qué a los suicidas no se les considera tan valientes como a ellos?. Tu no eres más poderoso que la muerte, solo eres un humano con una navaja. Puedes llamarla para que venga a por mi y quizás ella te desobedezca. - dijo en tono mordaz. - Ya nos conocemos, y la última vez me dejó aquí. - ella también se sinceró.

Tras hacerlo Martin continuó su historia. Dos opciones, o vives o matas. Una pregunta que ya había respondido la hizo reflexionar mientras escuchaba al criminal, como llegó a la cárcel. - Mataría en defensa propia, solo en un caso extremo. No me sentiría menos asesina por el hecho de hacerlo de ese modo en lugar de por placer. Mi opinión es que los que arrebatan vidas a sangre fría no se arrepienten de nada. Son psicópatas. - expresó su pensamiento en tono despectivo. - Estoy a favor de la pena de muerte para los asesinos sin alma. Alguien que llame a la muerte para que se lleve a la fuerza a otra persona no merece vivir. - concluyó.
 
Martin siguió contándole su vida. Hubo una chica especial, su amor por ella, la defensa de su propia vida ante las circunstancias adversas que le había tocado vivir ese día, lo había obligado a matar a un policía. La tensión en su voz se reflejaba en su rostro y gestos, fue más evidente cuando el vaso que sujetaba en la mano se rompió en pedazos, dejándole un corte de sangre.

Nadine lo miró compasiva, Martin estaba cerca de ella, se le aceleró el pulso pero no se movió de su lugar. - Lo siento, puede que te haya juzgado mal. - en el fondo tenía sus dudas, pero sabía que seguir llevándole la contraria al criminal era peligroso. Se sentó de nuevo en el sillón y esperó a que regresase del baño.

A Martin le sorprendía que Nadine se envalentonara tanto con él, aún sabiendo en la comprometida situación en la que se encontraba seguía desafiándolo-Ya me he enfrentado a la muerte antes de verte. Dicen que los suicidios son para los cobardes, pues yo no conozco a mucha gente que tome la decisión de morir por su propia voluntad. Todos quieren vivir ¿No es así? - En tiempos pasados a un guerrero o a un gladiador se le reconocía el valor de su lucha. ¿Por qué a los suicidas no se les considera tan valientes como a ellos?. --yo no pienso que sea de cobardes, al contrario, hay que tener mucho valor para decidir quitarse la propia vida, pensar que no hay nada por lo que vivir y tomar esa decisión. Los cobardes son aquellos que amenazan con hacerlo, sólo lo hacen para llamar la atención. Quien realmente quiere suicidarse no avisa, simplemente, lo hace.-dijo aseverando sus palabras.

Tu no eres más poderoso que la muerte, solo eres un humano con una navaja. Puedes llamarla para que venga a por mi y quizás ella te desobedezca. - dijo en tono mordaz. - Ya nos conocemos, y la última vez me dejó aquí. -Martin la miró desconcertado-¿Piensas que te voy a matar? Al contrario..si, te he retenido contra tu voluntad, pero es para salvarte la vida de esos locos, aunque lo creas irónico-dijo taciturno, él precisamente no estaba resultando ser un ejemplo del raciocinio-¿Crees que por tener esto en mis manos soy poderoso?- sacó su navaja y la abrió mostrándole el filo mientras volvía a mirarlo-No, no me siento poderoso Nadine..-y con un movimiento seco lanzó la navaja a sus pies quedándose clavada con un ruido seco y contundente.

- Mataría en defensa propia, solo en un caso extremo. No me sentiría menos asesina por el hecho de hacerlo de ese modo en lugar de por placer. Mi opinión es que los que arrebatan vidas a sangre fría no se arrepienten de nada. Son psicópatas.-los ojos de Martín se iluminaron levemente-¡ahí radica la diferencia! tan sencilla, pero tan importante a la vez entre un asesino y otro. Yo no me siento orgulloso de lo que hice, pero siento que hice lo correcto ¿el malnacido asesinó a esa chica a sangre fría y sin remordimiento alguno. Él es quien debería de estar en la cárcel y no yo, a él le habrían dado una medalla y yo ahora tengo perpetua. Y Nadine como tú has dicho, ese cabrón no merecía vivir..-dijo remarcando con odio esas palabras.

Tras curarse la herida, salió como una exhalación del baño y fué directamente hacia Nadine, sujetó los apoyabrazos del sillón con fuerza y lo giró violentamente para encararla ante él mirándola colérico y con el ceño fruncido-¿sabes? Es muy fácil juzgar a la gente sin haberse encontrado en situaciones tan extremas, quedan muy bien tus bonitas palabras de oh, no sería menos asesina por haber matado, si, es cierto, no lo serías, ¡pero seguirías viva! ¿sentirías pena? ¿remordimiento, o sentirías liberación? ¡Bien vamos a verlo!-dijo aumentando el tono.

Deshizo el nudo que apresaba sus manos, con habilidad y de un solo gesto. Se agachó, cogió la navaja que tenía a su lado clavada en el suelo y se la ofreció a Nadine-¡Vamos Nadine, soy un asesino, voy a matarte, defiéndete!-le espetó acercándose más y poniéndole la navaja en la mano-¡eres una mujer valiente y puedes hacerlo, vamos joder!- cogió la mano de Nadine y la apretó con decisión rodeando la empuñadura del arma, acercándose más a ella hasta que notó la presión de la punta de la navaja sobre el pecho.

-¡No tendrás otra oportunidad igual, si,
serás una asesina, pero habrás salvado la vida, volverás con el grupo, habrá un asesino menos y quizás salgas con vida de esto. Vamos clávalo, clávalo y serás libre!- casi ordenó con ira apenas contenida, la punta perforó ligeramente la piel y un hilillo de sangre comenzó va bajar por el pecho de Martin.

Si, ya hemos tenido bastante drama, toca cambiar de registro jeje

Mucho he durado sin llamar la atención, si me enfrento a él de manera hostil será peor, así que he tirado por ese perfil, a ver si cuela durante algún tiempo.

Cita:

Nadine escuchaba la voz de su atormentado secuestrador y añadió. -El miedo a sufrir mientras mueres no es comparable al sufrimiento en vida que te lleva a tomar una decisión como esa, enfrentando la nada, la no consciencia que hay detrás de la muerte. - suspiró. -Dejas de existir. Eso es lo que asusta pero alguien cansado de vivir prefiere la paz que la muerte puede proporcionarle. - la conversación hacía rato que giraba en torno a temas escabrosos, pero Nadine se sentía cómoda hablando de aquello con naturalidad.

Cita:

-La vida y la muerte forman parte de nosotros. No quiero morir en este motel, quiero llegar a casa, ver a mis padres y a mi amigo Johny, a él le debo la vida. - seguía sin creer del todo lo que Martin le decía.

Cita:

El odio imprimido en su voz era evidente. -Creo que la justicia tomada por tu mano es aceptable. No que un juez dictamine la pena que le corresponde a un asesino. La vida de un asesino debería quedar en manos de la persona cuya pérdida sea irreversible. Pero supongo que no todos están dispuestos a matar "ojo por ojo" asi que los fiscales y los jueces se reparten la responsabilidad de impartir justicia. - entendía que la democracia y la civilización moderna funcionaba así.

Cita:

-Seguiría viva pero viviría atormentada. - respondió nerviosa. Martin perdió la calma y gritó furioso poniendo sobre la mano de Nadine la navaja. Acercó el filo a su pecho y apretó contra él, a pesar de la fuerza que la chica ejercía retirando la mano. Esa lucha de fuerzas cedió y de un pequeño corte empezó a brotar un poco de sangre.

Cita:

La situación era extrema. Nadine se bloqueó y empezó a temblar. Sus ojos se empañaron por una triste y amarga impotencia. Luchaba porque la hoja no se hundiese un centímetro más en el pecho del criminal.
-Basta! No quiero hacerlo! - le gritó echándose a llorar. -Vine a esta habitación porque necesitaba un apoyo y me pides que te mate? Estás loco? - forcejeó con él hasta que se soltó y la navaja cayó al suelo. La miró en silencio mientras las lágrimas bañaban su rostro congestionado.
-Necesito que me ayudes, si de verdad quieres protegerme por qué haces esto? - no entendía como funcionaba la mente de un criminal.