Partida Rol por web

Tarde del 6 de Abril de 1938.

Hace un par de semanas, recibiste la noticia de que tu mejor amigo de la Universidad, el profesor Jack Stevenson , una eminencia en el campo de la Antropología al igual que tú. Había desaparecido en un pueblecito de Massachusets, no muy lejos de Boston: Desmond.

Allí, en la calle principal y más transitada de Desmond, encontraron el coche de Jack. Según la Policía alguien podía haberlo robado y el ladrón al ver que la policía lo había encontrado, tuvo que abandonarlo.

La policía ha buscado durante casi dos semanas a Jack en el pueblo, en los pueblos cercanos y en el espeso bosque que linda con el pueblecito de Desmond sin resultado y finalmente según te comunicaron hace un par de días, han abandonado la búsqueda.

Jack Stevenson era el mejor amigo que tenías, sabes de sobra que no tenía ningún enemigo y que no tomaba drogas ni alcohol y tampoco se metía en problemas. Era un gran aficionado al senderismo y tienes la sospecha de que es en el espesísimo bosque a las afueras de Desmond donde se encuentra y donde hay que buscar.

Se lo dijiste a la Policía pero hicieron caso omiso de tus sospechas y finalmente has decidido buscar por tu cuenta, pero no puedes hacerlo sólo y has pedido ayuda a tus amigos más cercanos. Les mandaste un telegrama a unos y a otros los llamaste por teléfono, citando en tu casa esta noche para pedirles su ayuda.

El Doctor Edgar Price, el agente John Eric Hicks, el historiador Louis Leroy y el arqueólogo Nelson Mcgregor. Ambos llegarán a tu casa de un momento a otro.

Mientras piensas en todo esto pones la mesa y terminas la cena: Una sopa de calabacín de primero, un estofado de segundo con guisantes y zanahorias hervidas y de postre una mousse de chocolate.

Llegáis en varios taxis hasta la dirección indicada. La casa de Duncan Castle se alza majestuosa y muy hermosa, una casa que se os antoja enorme de estilo victoriano provoca envidia a más de uno. Tras pagar a los taxistas y dejarles el cambio os reunís los cuatro en el patio delantero de la casa, junto a la puerta principal. Por debajo de la puerta se filtra un olor exquisito: La cena.

Había venido convocado por Duncan, anciano y amigo de la familia, algo que en John (hombre dado a las tradiciones) siempre había provocado un gran respeto la mera presencia del anciano. Recordaba los cuentos que le contaba en las vagas ocasiones en las que se había encontrado con él en su niñez, historias de lugares lejanos, otros tiempos, otras culturas... En gran parte, eran esas historias el resumen de los recuerdos de Hicks hacia Duncan.

Ahora, el "Joven Lord", como le gustaba llamarle en su infancia, se encontraba allí, a las puertas de la casa del anciano, a la espera de una cena no desprovista de intriga y charla. Al parecer, había otros tres caballeros más reunidos a su lado, de modo que sacó un cigarro mientras hacía una inclinación de cabeza hacia ellos, mientras su sobrero (muy de moda en esa época), le ocultaba el rostro ahora iluminado al encender el cigarrillo.

- Buenas noches caballeros, espero que haya sido un buen viaje... Va a ser una noche prometedora. Podéis llamarme John. - Dijo levantando la vista de nuevo.

Conoces a John Eric Hicks, uno de tus invitados de:

Había venido convocado por Duncan, anciano y amigo de la familia, algo que en John (hombre dado a las tradiciones) siempre había provocado un gran respeto la mera presencia del anciano. Recordaba los cuentos que le contaba en las vagas ocasiones en las que se había encontrado con él en su niñez, historias de lugares lejanos, otros tiempos, otras culturas... En gran parte, eran esas historias el resumen de los recuerdos de Hicks hacia Duncan.

Edgar, miro el reloj, -Exquisita puntualidad, me gusta además parece que no soy el único invitado. Edgar recordó la invitación que había recibido varios días de atras de su antiguo colega Duncan, hacía muchos pero muchos años que no tenía noticias suyas, aún recordaba con melancolia aquella epoca en otros países y sentados a la luz de una hoguera, cada uno con sus problemas y pasiones, pero con un mismo objetivo, el mayor conocimiento por lo oculto.-Tiempos pasados siempre serán mejores. La invitación era escueta y solo le citaba en su casa un día determinado a una hora determinada, esto le intrigó y de inmediato respondió que aceptaba con gusto el volver a ver a ese antiguo amigo.

Edgar bajo del taxi, con gesto cansado, y se encamino hacía la puerta, caminaba con los hombros hacía delante como si cargara con el peso del mundo y solo el sencillo bastón le ayudara a resistirlo, su cara tenía más arrugas de las propias para su edad y parecía un hombre mayor. Vestía una gabardina gastada de color beig, pantalon gris y zapatos negros, sombrero de paño marron, de aspecto bastante viejo. Para culminar su aspecto de hombre mayor, llevaba un pipa en la boca que no estaba encendida y que movía de un lado a otro de la boca.

Edgar escucho las puertas de los taxis y se giro para observar quien serían sus acompañantes en esta misteriosa velada, se levanto el sombrero como gesto de saludo.

Buenas noches caballeros, es un placer conocer a los amigos de Duncan. Llamarme Edgar por favor.

Como siempre que visitaba a Duncan, iba vestido de forma informal, aunque en rara ocasión vestía de otra manera, llevaba mis pantalones de color camel y una camisa un poco más clara con una americana del mismo color que los pantalones y como siempre, mi inseparable sombrero de paja y mi pañuelo egipcio rodeando mi cuello.

Al bajarme del taxi me dirigí al patio interior de la casa portando la americana en el brazo y el sombrero en la mano, no sin antes admirar como siempre la increíble casa de Duncan… -¡aahhh! Cuanta historia te inunda cuando llegas a esta casa, que suerte tiene de vivir aquí- …pensé mientras se me escapaba un suspiro.

Al llegar al patio vi que había más invitados, alguna cara me parecía familiar, pero era tan malo reconociendo a la gente por su rostro que no me moleste en averiguarlo. Los salude uno por uno con un fuerte apretón de manos y una sonrisa mientras me presentaba… -Buenas noches caballeros, soy Nelson McGregor, es un placer conocerles-

Al momento, el olor de la cena inundo el patio… -Parece que Duncan nos embaucará esta noche por el estomago y no con sus palabras- …dije con tono chistoso soltando una ligera risa al final en un intento de romper el hielo.

 Al bajar del taxi tome una gran bocanada de aire y pude notar como el delicioso aroma de la cena con la que Duncan nos iba a agasajar inunda mi olfato. Miro a mi alrededor al notar que, siendo el último en llegar, me encuentro en compañía de otros caballeros Conociendo a Duncan y sus reuniones, posiblemente serían compañeros de las ciencias humanistas. Sostenía mi vieja pipa de maíz en la mano izquierda, mientras la boquilla descansaba en mis labios.  Unas virutas de humo abandonaron mi boca mientras mis ojos se detienen en cada uno de los presentes a medida que se presentaban.

Cavaliers -digo con un marcado acento francés en mi idioma natal con inclinando levemente la cabeza en respeto- Soy Louis Leroy, pero podéis llamarme simplemente Luois.

Mi pipa se apagó, el tabaco que en ella había se había terminado. El fresco aire nocturno sacudió  mi sobretodo negro a medida que vaciaba la pipa en un costado. Debajo se podía notar levemente un simple traje negro, muy gastado después de muchos años de uso.

Entramos? -pregunto a medida que me acerco a la puerta y me acomodo mis anteojos.

Llamáis a la puerta y no pasan ni dos minutos antes de que se abra la puerta despacio y en el dintel aparezca Duncan Castle con gesto preocupado.

La enjuta figura del profesor aparece en la puerta tras oir el timbre y haciéndose a un lado invita a pasar a sus invitados, echando en falta a uno de ellos.

- Buenas noches caballeros, gracias por acudir esta noche, por favor pasad y tomad asiento mientras esperamos a nuestro último invitado- les dice mientras uno tras otro entran en la casa. Duncan se había vestido para la ocasión, había preparado aquella cena minuciosamente, como solo alguien de manía perfeccionista como él podía hacer. Les guió por la casa hasta que tomaron asiento en el salón. Del mueble bar, escogió una de las botellas y les ofreció un trago de whiskey a sus invitados para aligerar la espera.

- Me algro de hayáis podido venir, hacía mucho que no teníamos la oportunidad de reunirnos- Dice a la par que va sirviendo en los vasos.

Tras saludar a su viejo amigo, Hicks se sentó como le había indicado Duncan, mientras se preguntaba la causa del retraso que achacaba el último invitado. Seguramente una urgencia de última hora, dudaba de que la causa fuera algo fuera de lo normal.

- El trabajo y los quehaceres diarios a veces impiden que la familia o los amigos se reúnan a menudo. Pero mientras esperamos al último invitado, sugiero charlar de algún tema que tengáis a bien aprobar.

¿ Quién es el último invitado ?

Edgar saluda de manera efusiva y cariñosa a su viejo amigo tras tanto tiempo sin verlo. Ve como los demás le saludan con muestras de basante aprecio,-parece que todo el mundo le aprecia, se lo ha ganado.

Tras los saludos abrazos, reencuentros y demás, el anfitrión les guia hasta el salón donde les indican con gesto amable que tomen asiento y les ofrece un poco de wishky. Edgar acepta gustoso los dos ofrecimientos, el viaje le ha dejado seco los labios y un buen wishky no es algo que desaproveche, y el sillón es de aquellos que hacen sentir bien, a sus cada vez más castigados huesos.

-Sabes Duncan, que si por algo me he caracterizado es por lo directo que soy, y espero no molestar a estos agradables compañeros de velada, pero cual es el motivo de la reunión? No es que me disguste, más bien todo lo contrario, el venir a verte, pero cuanto menos me sorprende ya que hacía años que no tenía noticias tuyas y por las palabras del señor Hicks también hace tiempo que no se veían. Y quien es el último invitado? Otro viejo amigo?.

Edgar va realizadando cada pregunta de manera pausada, mientras saborea la excelente copa que tiene en sus manos, y dando tiempo de sobra para que responda o para que intervenga alguno de los contertulios.

Saludé a Duncan con un apretón de manos reforzado con un cariñoso apretón de hombro con el brazo libre, aunque era habitual vernos alguna vez que otra a la semana por los pasillos de la universidad, hacía tiempo que no lo visitaba a su casa.

Cogí, agradeciéndolo con un gesto de la cabeza, aquel vaso de whisky oscuro, conociendo el exquisito paladar de Duncan, seguramente sería un bourbon de calidad. Luego me di una pequeña por el salón mientras esperábamos al último invitado, había cosas muy interesantes en aquel salón.

Al escuchar a John, no pude más que asentir con la cabeza, mostrando mi acuerdo con el comenzar de su intervención y al acabar Edgar su pequeño interrogatorio, dije con seguridad… -Mucho me temo, que nuestro querido amigo Duncan, nos tendrá intrigados casi toda la velada, siempre se ha caracterizado por envolverlo todo en un halo de misterio-

Me faltaba Hicks!!!!!!! Pero ha posteao detras de mi como si ya estuviera alli!!

 Saludo a Duncan con una leve sonrisa y un buen apretón de manos, y luego acepté el vaso de Whisky y me acomodé en uno de los asientos. Revolví el contenido con un leve movimiento de mi mano, haciendo que la bebida girara lentamente mezclándose con el hielo, y tomando una menor temperatura que lo hiciera más agradable a mi paladar. Nunca había sido fanático del whisky, asique procedí a tomarlo lentamente, en pequeños sorbos.

Es verdad mon ami, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos frente a frente, y este interesante encuentro es una amena sorpresa, pero seguramente no la única que nos has deparado para esta noche. -hice una pausa y tomé un sorbo. La bebida pasó por mi garganta causando una leve sensación de calor. Con un esfuerzo evité realizar cualquier tipo de gesto que denotara mi dificultad de beberla.- Tal vez Monsieur Edgard tendrá la amabilidad de querer ser paciente, y esperar a que cada secreto se devele en el momento adecuado.

Tras servir a todos, Duncan sonríe, pero justo en ese momento alguien llama a la puerta, asi que el profesor se disculpa mientras se dirige a la puerta. Pasados unos minutos regresa junto a sus invitados, con gesto un poco contrariado.

- Perdonad amigos mios, parece que nuestro último invitado no va a poder asistir asi que podemos comenzar.- Dice - Disfrutemos de la cena que el misterio de esta reunión erá desvelado.- termina antes de salir hacia la cocina, y regresar al poco con una sopera. En silencio sirvió a cada uno de los presentes una sabrosa sopa de calabacín y una vez servidos, de nuevo se dirigió a la cocina y dejó en el centro de la mesa un estofado de carne con guisantes y zanahoria.

- Espero que os guste el menú que he preparado para esta velada- Dice tomando asiento junto a ellos tras dejar algo de agua y una botella de un exquisito vino en la mesa.

Edgar observo la vuelta de Duncan y su gesto contrariado, -Creo que parte de la sorpresa que nos tenía preparada, se le ha esfumado con esta ausencia, además creo que le ha molestado, prefiero no hacer ningún comentario y disfrutar de la cena.

Edgar saboreó la exquisita cena y compartió con los otros invitados diferentes conversaciones, todas ellas intrascendentes. Con mirada preocupada y sin que se notase demasiado, miraba a su viejo amigo, que mantenía un silencio absoluto, algo muy raro en él.

Un manjar lo que nos ha ofrecido en la noche de hoy, Duncan, la cena ha sido exquisita y el caldo. Saborea un poco de la copa a medio llenar que tiene enfrente. Exquisito, sabe usted como honrar a sus invitados. Propongo pués que celebromos un brindis por nuestro, amigo Duncan, por que celebremos más cenas con gente tan interesante. Edgar se levanta y alza la copa, esperando ver la reacción de Duncan.

La cena transcurrió de forma tranquila, todos conversamos y nos conocimos un poco mas mientras disfrutábamos de los manjares que Duncan nos había preparado. Casi al final de la cena, Edgar propuso un brindis, al cual le acompañe con gusto cogiendo mi copa y levantándome con él… -Por Duncan y su fantástica cena- …dije con una sonrisa a la espera del resto de comensales para chocar nuestras copas.