Partida Rol por web

En lo profundo del bosque

El viaje - Escena de juego

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11/08/2021, 16:40
Director

Año del señor de 145...

Eras un joven aprendiz de herrero que vivía en la ciudad de Caspe a mediados del siglo XV de la era cristiana. Desde que tenías memoria, toda tu vida la habías pasado trabajando al servicio de tu maestro Jonás Molinero (que así se apellidaba en honor al oficio que tenía su padre), que contaba con unos cincuenta años de edad. Por tu parte jamás habías salido de los alrededores de tu ciudad, hasta hacía unos pocos días.

Acompañas a Jonás y a una caravana de comerciantes que se dirigían a Zaragoza (tres carretas, doce animales y unos diez hombres), donde unos asuntos de negocios ocupaban a tu maestro. Te sentías emocionado de poder viajar y ver algo de mundo aunque fuera por un corto espacio de tiempo. Llevábais varios días de marcha cuando la caravana tomó un sendero que discurría por unas empedradas colinas. El camino se hacía más estrecho, y los carromatos y los caballos se vieron pronto obligados a colocarse en fila de a uno.

Estábais en pleno mes de marzo y soplaba un frío viento, aunque por lo menos se había detenido la lluvia de las pasadas
jornadas y que amenazaba con convertir el camino en un paso impracticable. A vuestra diestra, las cumbres de una sierra todavía retenían algo de nieve en sus cimas, mientras que a la izquierda el valle estába cubierto de un frondoso y oscuro bosque.

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11/08/2021, 16:42
Jonás Molinero

Francisco, apuesto a que nunca has visto estas montañas... -te decía tu maestro, señalando con el dedo a las cumbres a vuestra diestra-. Si este negocio sale bien, habremos de viajar mucho más, pero también nuestro patrimonio se verá aumentado... ¿Sigues con ese martillo tuyo? -te preguntó para charlar animadamente, pues estaba convencido del éxito de sus planes de negocio-.

Notas de juego

Comenzamos. Recordarte que habrá partes que narraré y la acción avanzará de una manera concreta, al ser esta historia un librojuego en sí.

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11/08/2021, 17:06
Francisco Sánchez de Avellaneda

Francisco estaba disfrutando mucho del viaje, para el suponía toda una aventura, nunca había estado tan lejos de casa y estaba descubriendo un mundo mucho más grande, bonito y colorido de lo que había esperado. Todo era nuevo para el, nuevos paisajes, olores, caminos, un enorme mundo por descubrir. Pasaba las horas alelado, observando todo lo que le iba rodeando en el paisaje cambiante de aquel viaje por aquellos caminos. Tardo unos instantes en contestar a su maestro, el tiempo que le llevó salir de su abstracción con aquellos novedosos pasajes por los que transcurría su viaje.-No maestro, es la primera vez que veo montañas tan altas, había oído hablar de ellas, pero me sorprende su hermosura y altura, quedando aun restos del invierno en ellas.-Luego aparto la mirada de las montañas para fijarla un momento en su querido maestro y muy serio le contestó.- Si, desde luego que llevo encima mi martillo, pocas veces me he separado de el desde que hace ya unos años me lo confiaste. Y siempre puede venir bien para hacer cualquier reparación que fuese necesaria, como con las carretas o cualquier otro menester. Llevarlo me hace sentir un poco más útil, aunque se que aun no es mucho en lo que pueda ayudar, faltándome aun mucho por aprender de usted. Espero que sus planes salgan bien y su futuro sea próspero y feliz.-Y en verdad que lo esperaba, pues era un buen maestro que siempre le había tratado muy bien. 

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11/08/2021, 17:41
Jonás Molinero

Se cumplirán, ya lo verás, y algún día tú llegarás a ser un auténtico maes... ¿¡eh!? -la respuesta de Jonás se vio interrumpida por un alarido que procedía de la vanguardia de la comitiva, mientras pasábais ese angosto trecho rocoso-. Por un momento os quedásteis desconcertados para después comprender que os estaban atacando.

–¡Salteadores! –gritó alguien. Tu maestro, entonces, sacó un hacha del interior de un fardo del carromato junto al que caminábais.

Francisco, ¡quédate junto al carromato! -te ordenó-. ¡Voy a ver qué pasa! Entonces salió corriendo hacia adelante, adelantándose a los carros y las bestias, como para averiguar más sobre lo que pasaba.

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11/08/2021, 17:41
Director

Y mientras se alejaba viste a un grupo de unos diez o doce hombres descender la ladera derecha, y otros tantos (pero en meno número) ascender la ladera izquierda, hacia vuestro camino. Antes de darte cuenta, los hombres de la caravana estaban luchando a tu alrededor contra los asaltantes, un grupo de bandidos, de los cuales trataban de defenderse.

De pronto, un hombre cayó con un grito junto a ti, alcanzado por la espada de uno de los salteadores, que iba montado a caballo. El animal relinchó y el salteador se fijó en ti, al tiempo que espoleaba su caballo. Sin pensarlo dos veces echaste a correr hacia atrás, tratando de alejarte de ese tipo, saliéndote del camino. Enseguida te aproximaste al barranco que había a la izquierda de la senda, y después oíste los cascos del caballo justo detrás de ti... ¡cabalgaba hacia tí! Instintivamente te lanzaste al suelo mientras el animal pasaba a tu lado con estrépito.

Notas de juego

Con tu siguiente intervención, acompaña una "prueba", es decir, una tirada, para tratar de evitar o esquivar el impacto del caballo.

En base al reglamento, has de lanzar 1d6 (mínimo) y luego otros dos d6 si es posible, es decir, si la prueba está relacionada con tu papel o si hay algo que te ayude (en este juego, añadir dados a una prueba o tirada ha de ser "razonado" al Director por el propio Jugador). A veces se puede razonar un añadido de dados muy fácilmente (por ejemplo, "si mi PJ posee un hacha, pues para atacar añado un d6 por el propio arma); pero otras veces es practicamente imposible. En cualquier caso, siempre se puede lanzar con 1d6.

La dificultad de la prueba es 4 (normal). En el caso de fallar, perderás un contador de estado.

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11/08/2021, 18:42
Francisco Sánchez de Avellaneda

De repente, en un instante todo cambio. Un grito nos alerto de que algo malo estaba pasando, nos estaban atacando, Jonás saco su hacha y fue a defendernos. Me quede junto a nuestro carro, como mi maestro me indicó, pero el combate vino a buscarme, y yo siendo joven e inexperto solo supe huir. Tan rápido como pude, dejando atrás el camino, con la esperanza de que me dejase tranquilo, pero el ruido de los cascos del caballo, me alertaron de que el jinete no tenía intención de dejarme marchar. Trato de no ir en línea recta, sino con bruscos cambios de dirección, y cuando los cascos estaban cerca se tiró al suelo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Francisco es un joven fuerte y sano, en forma y acostumbrado a correr por los campos tras sus presas. Esa afición por la caza y los paseos tal vez le pueda ayudar a tener otro d6.

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12/08/2021, 10:08
Director

En un alarde de agilidad propias de tu juventud, te saliste del camino para no ir en linea recta, y te aproximaste al barranco que había a la izquierda de la senda. Oiste los cascos del caballo justo detrás de ti e instintivamente te lanzaste al suelo mientras el animal pasaba a tu lado con estrépito ¡casi te lleva por delante!

Por desgracia para ti, llevabas demasiado impulso, y te diste cuenta horrorizado que te ahora te precipitabas por el borde pedregoso del barranco. Trataste de agarrarte a alguna hierba, pero se te escurrían entre las manos y tus pies resbalaban en las piedras que se deslizan bajo ellos. Tu cuerpo cayó hacia atrás, y caíste rodando cada vez a más velocidad.

En un momento dado te golpeaste un lado de la cabeza y todo se vuelvió negro.

* * *

Te despiertaste con el sabor de la sangre y la tierra en tu boca.

Lentamente te incorporaste del suelo. Era ahora de noche, y estabas aterido de frío. También te duele la cabeza. ¿Cuántas horas habías estado sin conocimiento? Te palpaste la palpitante sien derecha y viste una mancha de sangre seca en la palma
de tu mano. Alzaste después la mirada al cielo nocturno. La luna estaba llena y eso te permitía ver hasta cierto punto en la noche. ¿Dónde estabas? No muy lejos de allí había un bosque, pues ya se veía su linde.

Poco a poco ibas recordando lo sucedido. Estabas en el fondo del barranco. Caíste desde arriba, ¡sí! hasta llegar aquí. Te pareció un milagro que no te hubieras matado y de manera inconsciente te llevaste a los labios la pequeña cruz que colgaba de tu cuello mientras musitabas una plegaria silenciosa, ¿Y tu martillo? ¡Ah sí! Estaba aún contigo, menos mal.

Después te pusiste en pie comprobando que sólo habías sufrido algunas contusiones y rasguños, y que por lo menos te podías mover sin problemas. Tus ropas parecían sucias y desgarradas. Volviste la vista arriba mientras te preguntaste que habría sido de tu maestro y del resto de la caravana. Comprendiste que, hubieran sobrevivido o no, a ti te debían haber dado por muerto (o quedado atrás en el camino en caso de continuar...).

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12/08/2021, 14:21
Francisco Sánchez de Avellaneda

Tras recuperarse un poco de la gran caída, y dar gracias a Dios por seguir vivo, y casi ileso. Francisco se pregunta que hacer, de noche y sin rastro de su maestro, en un lugar desconocido. Las sombras que la luna dibuja en la noche se le hacen amenazantes, como si alguno de los bandidos acechase desde ellas, al joven dolorido aprendiz. Su primera idea es volver al camino, para ver que haya podido ser de su querido maestro, pero en la oscuridad de la noche, a pesar de la luna llena, y teniendo en cuenta el gran golpe que ha sufrido en la cabeza, no le parece que vaya a ser nada fácil. Pero es lo primero que intentará, ver si había algún camino o sendero que podría llevarle a lo alto del barranco, para buscar a su maestro.

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12/08/2021, 16:07
Director

Echaste un vistazo alrededor mientras te abrazabas con los brazos y te frotabas para entrar en calor, aunque sin demasiado éxito. Y poco a poco la duda empezabaa apoderarse de ti. Estabas sólo, perdido y aparte de tus ropas, no tenías nada más (excepto tu martillo y honda). Tu primera idea era la de volver alcamino cuanto antes, o llegar a algún pueblo o ciudad; de lo contrario tus posibilidades de sobrevivir parecían escasas.

No había veredas cerca que subieran hasta el camino (al menos era imposible advertirlas en plena noche). Por eso intentaste ascender de nuevo por el barranco, aunque descubriste enseguida que era imposible. Estaba demasiado empinado, y las últimas lluvias lo han hecho resbaladizo, peligroso e impracticable. Además, estaba demasiado oscuro. Si volvieras a caer, puede que no tuvieras tanta suerte de nuevo.

Por ello, diste la vuelta y miraste al bosque, mientras comenzabas a tiritar involuntariamente por el frío. Parecía que su extensión era infinita, y que en su interior solo había oscuridad. No parecía darte la bienvenida, estaba claro. Sin embargo viste algo extraño en el cielo, hacia el interior del bosque. Un hilillo de humo se alzaba desde él. ¿Una hoguera de campamento? Puede que en el bosque hubiera algún campamento y ese humo procediera de su hoguera.

Notas de juego

Toca elegir:

Puedes penetrar en el bosque en busca de ayuda.
Puedas quedarte donde estás y esperar a que amanezca.
Puedes caminar por el fondo del barranco dirigiéndote en la dirección que llevaba la caravana. Puede que en algún momento sea más fácil el ascender y volver al camino. 

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12/08/2021, 17:00
Francisco Sánchez de Avellaneda

Tras mucho pensar y algunos peligrosos intentos de subir por el barranco, que le dejaron bien claro que aquella no era una posibilidad, o al menos no lo era de noche, si quería evitar romperse la cabeza. Francisco se sentó un momento en una roca, para recuperarse de su último intento de escalada. Y se fijo en que salía algo de humo del bosque cercano. Hacía mucho frío y se estaba quedando helado, aunque el bosque era como una gran amenaza, también era una oportunidad, seguro que bajo los árboles, la temperatura era un poco más agradable. Y además podía encontrarse con los cazadores o leñadores cuyo humo estaba viendo, aunque también podía tratarse de ladrones y maleantes que se escondieran allí de la justicia. 

Finalmente trato de entrar en el bosque y dirigirse hacia la zona en la que había visto el humo. Iría con cuidado de no llamar mucho la atención, hasta asegurarse de que podía tratarse de gente de bien, no quería echarse de lleno en las manos de otros malhechores. Asustado, magullado y con mucho frío, se interno en el bosque, temeroso de lo que allí podría encontrarse. Su bonita aventura, se estaba convirtiendo en una terrible pesadilla, de la que no sabía si podría salir. Al menos, de momento estaba bien, y tenía su honda y su martillo, cuyo mango agarraba con fuerza para tranquilizarse. 

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13/08/2021, 10:38
Director

Aterido de frío, te internaste en el denso bosque. No era el mejor destino en plena noche, pero tal vez sí cuando habías perdido la caravana en la que viajabas. Dentro del mismo, el viento se calmaba, pero se oían infinidad de ruidos extraños que no sabías identificar: el crujir de los árboles, el ruido de tus pisadas, el murmullo del viento al pasar entre las ramas y las criaturas nocturnas que aquí viven, alimañas, principalmente. Sintiéndote extraño y fuera de lugar avanzaste por el desigual terreno, teniendo cuidado de no tropezar en la oscuridad. Murmurabas por lo bajo una oración y rogaste a Dios que se apiadara de ti cuando, tras caminar en línea recta un buen trecho, empezaste a temer que te hubieras desviado de tu dirección; o peor aun, que lo que te pareció el humo de una hoguera fuera sólo producto de tu imaginación.

 

Notas de juego

Haz una tirada, referente a descubrir, ver, observar. Y lo mismo que antes: lanza 1d6 y añade hasta dos d6 más de manera razonada (según tu oficio/si se te da bien, y según haya algo que te ayude). La dificultad es 4.

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13/08/2021, 13:50
Francisco Sánchez de Avellaneda

Aunque en un principio le había parecido la mejor opción, hacia ya un rato que internarse en el bosque, no le parecía tan buena idea a Francisco. Continuaba helado, a pesar de no parar de moverse, y si bien el viento no le molestaba, la visibilidad era aun peor de lo que había pensado, a pesar de la luna llena, poca era la luz que llegaba hasta el suelo del bosque. Los ruidos de la noche, en un lugar tan salvaje y solitario, tan solo le hacían imaginar animales enormes escondidos y preparados para saltar sobre el en cualquier momento. Apretaba tanto el martillo que le dolía la mano, estaba cansado y en tensión, asustado y tal vez perdido. Ya que no había encontrado el campamento del que debía de salir el humo, era muy difícil mantener una dirección en el bosque, así que tal vez se había ido hacia otro lugar, o tal vez no había dicho campamento. Trato de escudriñar el entorno y escuchar cualquier ruido que le indicase la presencia de otros seres humanos. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Francisco como cazador aficionado, tal vez podría usar otro d6 para descubrir, ver, observar, ya que es algo a lo que está habituado, para descubrir a sus presas.

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13/08/2021, 16:03
Director

Escuchaste un ruido entonces, mientras escudriñabas el entorno negro por la noche. Era un rumor constante, y entonces notaste la silueta de un río o arroyo escondida entre los siguientes troncos. Allí delante había agua, estaba claro, pues el vaivén del caudal se imponía al resto de sonidos nocturnos.

Tras internarte entre los árboles llegaste a la orilla del arroyo, cuyas aguas corrían negras y espumosas. No parecía demasiado ancho ni demasiado profundo, pero sus aguas discurrían rápidas. Observaste a la luz de la luna que cerca de tu posición había un pequeño salto de agua, donde el río se estrechaba (como una especie de vado) y la corriente estaba salpicada de grandes piedras que a cualquiera, tal vez, le podrían servir como apoyo para cruzarlo. Echaste un vistazo a tu espalda, decidiendo que volver atrás ya no era una opción.

Notas de juego

Bueno, no te lo he comentado, pero supongo que lo habrás notad: las tiradas de varios D6 implican tomar el mayor resultado para compararlo con la dificultad, por supuesto.

Gracias a tu tirada, adviertes que el agua está como embravecida. Golpea irregularmente a las piedras del vado, y ello te hace deducir que quizá que cruzarle sea más peligroso de lo que aparenta. Pero quién sabe. Asi que:

Puedes arriesgarte a atravesar el río por ese lugar (en tal caso, acompaña con tirada de Agilidad, equilibrio, etc. Dif. 5).
Puedes seguir el curso del río para buscar un mejor lugar por el que atravesarlo

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13/08/2021, 17:21
Francisco Sánchez de Avellaneda

Se estaba acercando a un curso de agua, en mitad de la noche. Y aunque solo se trataba de un arroyo, le pareció que el agua bajaba con mucha fuerza de las cercanas montañas, y además estaría helada. De noche, cansado y con frío, si caía al agua podría morir ahogado. Tras evaluar un rato sus posibilidades, decidió no arriesgarse, de momento. Mejor seguir el curso del río por si en algún momento había un lugar más fácil por donde cruzar a la otra orilla. A ver si amanecía y con la luz del sol, todo se vería de otra manera, y el bosque pasará de ser el lugar extraño que a ratos le aterraba, para convertirse en un lugar hermoso y menos amenazador.

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13/08/2021, 20:18
Director

Decidiste ser precavido y no aventurarte en el primer lugar para vadear el río... Por ello seguiste el curso del río durante un buen rato. En un momento dado descubriste una zona de densos matorrales que crecían en un tramo donde el río se estrechaba, y en el que las ramas de ambos lados casi se tocaban entre sí. Decidiste arriesgarte y agarrándote a las ramas, empezaste a internarte en el agua fría, la cual formaba remolinos en torno a tus piernas. La corriente era más fuerte de lo que habrías imaginado, pero te sujetaste con fuerza a pesar de que al hacerlo te causaste algunas heridas superficiales (de no demasiada importancia) en las palmas de tus manos.

En mitad del caudal te estiraste lo que puedes y lograste alcanzar las ramas del otro lado. Te sujetaste a ellas con todas tus fuerzas y poco a poco llegaste hasta la otra orilla. Y bajo el influjo de la luna te detuviste un segundo para descansar entre jadeos. Este último esfuerzo, junto con el frío del momento al haberte empapado y que te había dejado agotado, eras ahora incapaz de detener el castañeteo de tus dientes. Sin embargo te esforzaste en continuarla marcha.

Entonces la esperanza volvió a nacer en tu interior cuando a través de un claro en las copas de los árboles volviste a distinguir el jirón de humo. ¡Provenía de muy cerca! Aceleraste el paso y al poco llegaste a un pequeño claro en el bosque donde encontraste algo cuyo rastro temiste perder al seguir la orilla: una pequeña cabaña. El humo que viste surgía de
su chimenea.

Notas de juego

Otra cosa, si durante la narración quieres hacer tú algún tipo de tirada porque creas que puede ser importante, hazlas sin dudar :)

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14/08/2021, 07:58
Francisco Sánchez de Avellaneda

No sin grandes dificultades y enormes esfuerzos, Francisco logró pasar a la otra orilla en una zona estrecha del arrollo, donde había podido usar las ramas de los árboles para evitar ser arrastrado por la enérgica y helada corriente. Pasar le había dejado extenuado y helado, necesito un rato para poder volver a caminar, y evitar quedarse helado. Y de repente, ante sus ojos apareció una cabaña, seguro que desde ella salía el humo que le había dirigido hacia este lugar. Con la esperanza de encontrar a alguien que pudiese ayudarle. Aunque no tenía demasiadas opciones, decidió que sería mejor echar un vistazo primero, antes de una aproximación directa. El recuerdo del asalto de los ladrones, y el asesinato ante sus ojos, de varios mercaderes, le hacían desconfiar de los desconocidos. Y esta cabaña quien podía saber, como serían sus propietarios, y cales serían sus intenciones. Así que primero desde una distancia prudente, la observo y dio una vuelta a su alrededor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tira percepción, descubrir, escuchar, por si puede conseguir saber algo más de los posibles ocupantes u ocupante de la cabaña, o tener alguna pista de cuales pueden ser sus actividades.

Debido a que es una persona observadora y que sabe moverse con cuidado para cazar, solicito un dado extra para la acción.

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14/08/2021, 11:10
Director

Desde una distancia prudencial, oteaste la cabaña que se presentaba ante tí. Era una cabaña robusta, está hecha de madera y adobe y tenía un pequeño huerto en su parte trasera (o eso te pareció). Gracias a tu interés antes de acercarte, viste a través de un pequeño ventanuco lateral que había luz de su interior, y en él la silueta de una sola persona, quien parecía estar sentada en algún asiento (pero te parció que no había nadie más, ni contingente armado ni bandidos refugiados en guarida).

No llegaste siquiera a preguntarte quién podía haber construido una cabaña aquí, en lo profundo del bosque; sólo sabías que te sentías como si te fueras a morir de frío, un frío que te recorría todo el cuerpo y que había sustituido al resto de los dolores que sufrías. Por ende, decidiste avanzar hasta la puerta de la cabaña. Instantes después, tras cruzar un suelo musgoso, golpeaste incesantemente la puerta de madera pidiendo que te abrieran. Al cabo de unos momentos una voz cascada te habló.

Notas de juego

Te percatas de que no hay nadie más en los alrededores.

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14/08/2021, 11:12
Anciana

¡Entra! ¡Entra! -dijo la voz de una anciana- la puerta está abierta.

Y así lo hiciste.

Empujaste la puerta de madera y, para tu sorpresa, ésta se abrió con facilidad. El interior de la cabaña era pequeño, con un techo bajo que te obligó agachar la cabeza. Un hedor como de corrupción llenó entonces tus fosas nasales, pero por lo menos se estaba caliente, ¡menuda sensación!

La cabaña tenia una chimenea donde sobre unas brasas reposaba una olla tapada, un jergón maloliente a un lado y una pequeña mesa repleta de hierbas, cuencos y pequeños frascos. Sentada en un viejo asiento de piel, a la luz de un candil, había una pequeña figura, vestida con los sucios harapos de lo que alguna vez fue un vestido. La figura se incorporó y pudiste ver ahora una anciana de rostro arrugado, ojos lechosos y un pelo gris salpicado de canas que te recordaba a un matorral. La frágil mujer, que estaba además machacando algún tipo de hierba en un mortero, te sonrió con una sonrisa amarillenta, pero en la que conservaba todos sus dientes a pesar de su avanzada edad.

Buenas noches, muchacho... ¿quien eres? Estás... ¡empapado! -la anciana dedujo que te habías empapado en el río-.

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14/08/2021, 13:51
Francisco Sánchez de Avellaneda

Francisco no tenia muchas opciones, sino entraba en la cabaña, el frío, el agotamiento y el hambre, podrían acabar con las pocas fuerzas que aun le quedaban. Le resulto muy extraño que una anciana viviese sola en aquel lugar, y no le gusto mucho el aspecto de la vieja mujer, ni el de su pobre vivienda, aun menos los terribles olores. Pero recibió de mil amores el calor del interior de la mísera cabaña.-Mi nombre es Francisco, señora, y no solo empapado, sino también helado y muerto de frío he hallado su morada. Podría ser tan amable de decirme con quien hablo, y si sería tan amable de dar acogida, por un rato a este desdichado joven, hasta que entre en calor. Muchas gracias señora.-Una parte de su mente, estaba en alerta, todo esto tenía un cierto parecido con un cuento que escucho de su querido maestro, donde una bruja tenía su casa en el bosque, lejos de os hombres, a los que tan solo se acercaba para cosas nada buenas ni cristianas. Pero de momento poco más que aceptar la hospitalidad de la anciana podía hacer.

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14/08/2021, 18:43
Anciana

La anciana escuchó tu petición de auxilio. La verdad es que la única manera de calentarte no era sino colocarte delante de aquella chimenea.

Mi nombre es Jimena. No te preocupes, estas a salvo. Eso si: si quieres descansar aquí, joven, no necesitas esa baratija, no creo en tales cosas... − te llevaste sin darte cuenta la mano al cuello, comprendiendo que la anciana se refería a tu cruz− Entrégamela y podrás pasar aquí la noche, al calor del fuego.

Notas de juego

21
Toca elegir:

Hacer caso a la anciana entregar tu cruz.
Negarte a entregárselo.