Partida Rol por web

En base a las herramientas que dispones, el tiempo y el estado de la barca, crees que no podrías arreglarla en menos de dos semanas. Ahora mismo no sería segura en caso de encontrar aguas que no sean tranquilas o alguna situación imprevista.

— Respecto al enano es mejor no dar demasiadas explicaciones, cuanto menos se sepa, mejor, que sean ellos mismos los que hagan sus propias conjeturas, al fin y al cabo solo se trata de un engaño, ¿no es así? — Le digo a Daebeg mientras nos alejamos entre la gente. — Cuanto más distorsionada y enigmática llegue la información al enemigo más confusión le causara, o al menos eso espero. 

Avanzo hacia un grupo de elfos que se encuentra cerca — Perdonadme amigos — llamo su atención mientras llego junto a ellos — estoy buscando un lugar donde poder dar algo de descanso al cuerpo, llenar el estomago y refrescarme con un buen hidromiel, pues peligroso y duro viaje tenemos por delante — hago una pausa, mientras estudio sus reacciones y vuelvo a hablar — ¿conocéis de algún sitio donde poder ir? — los miro uno por uno y continuo lanzando el anzuelo antes de que puedan responder — Además necesito que sea un lugar de paso, donde suelan acudir exploradores y extranjeros a descansar o distraerse, pues busco información sobre los caminos, peligroso es viajar por estas tierras en estos días aciagos, el camino a Doriath esta lleno de peligros, necesito hablar con alguien que conozca la situación real ahí fuera o al menos con alguien que maneje rumores y noticias.

Mientras mis compañeros van exponiendo ideas yo escucho pacientemente sin interrumpir. Mesándome la barba asiento o deniego con la cabeza las cosas que me gustan o las que no.

-"Creo amigos, que la idea de ir a Eglarest está descartada por razones obvias. Lo de lanzar bulos lo veo una buena idea, que crean que vamos a un sitio cuando en realidad vamos para otro. Pero creo que para que salga bien deberíamos hacer lo que me comentó Daebeg. Deberíamos contratar o pedir ayuda a un grupo de estas gentes para que simularan que somos nosotros. Me explico: ahora podemor ir a lanzar el bulo a los cuatro vientos y decir que partimos hacia Doriath mañana a mediodía, cosa que harán los señuelos. Nosotros partiremos esta noche ocultos en las sombras hacia nuestro verdadero destino, sea en la balsa sea a pie. ¿Qué os parece? Cuando se den cuenta del plan, nosotros ya estaremos a muchas leguas de aquí. Les será muy difícil encontrar nuestro rastro. Pensaoslo, mientras iré a preguntar por ahí por ese 'gusano' y ver si podemos contar con ayuda."

Deambulo un poco y charlo con la gente que me encuentro. Voy soltando el bulo de que vamos hacia Doriath y que necesitamos provisiones, mapas, monturas, etc. También busco al elfo que parecía capitanear a esta gente y le pregunto por lo de 'gusano', haber qué me puede decir. También le digo la posibilidad de que algunos de sus más fieles hombres nos presten ayuda con un plan que tenemos en mente. Si me responde afirmativamente, los emplazo a medianoche en donde Annienor está arreglando la balsa.

...Pero si preguntan, mejor tener una explicación que no tenerla, primo. Y lo más parecida a la verdad: que lo llevamos bajo palabra para que nos guíe en las cavernas. O al menos a mi me ayudaría, pues no se decir mentira. Y, siempre me lo han dicho, mi pensamiento es fácil de leer. Daebeg contestó ya mientras se alejaban.

Daebeg asistió la la conversación en silencio, dejándose llevar por el arrullo cercano del mar, y por los cantos de las gaviotas, y por el aroma del salitre.

Los Falathrim miraron perplejos a los dos elfos. 

Sería difícil responderos- Dijo uno de ellos. Hace meses que nadie va tan al norte, los últimos mensajeros que fueron tan al norte no volvieron. Los orientales dominan la floresta y cuentan que habitan en Neldoreth, a millares.

Ambos elfos se encogieron de hombros.

Si pensáis en ir a Menegroth, quizás debierais olvidarlo... Si queréis vivir para contarlo.

Siguieron trabajando en sus asuntos, sin haceros más caso.

No encontraste al elfo que capitanea a estas gentes, al preguntar te dice que está escondiendo una embarcación que ha llegado de la Isla de Balar por orden de Cirdan. Sin embargo, tus preguntas atraen la atención de un elfo con aspecto demacrado. Está mutilado, le falta un ojo y su piel parece de un tono ceraceo y similar al cuero. Sinceramente, parece haber pasado una experiencia complicada, aunque su porte, su altura y la claridad de su voz lo denotan como un Alto Elfo.

Hacéis preguntas curiosas, Maese Naugrim. Su único ojo miraba con el brillo del acero. Conoces la respuesta a tu pregunta, solo recordad la Dagor Bragollach...

-Bien sé lo que ocurrió con Brithombar y Eglarest, Saelh, y he visto los sucios pies que hoy hollan las costas -replicó Annienor. -Desde luego, viajar por el Belegaer nos libraría de miradas indiscretas por un largo tramo, pero no está exento de problemas. Seguramente lo he propuesto porque allí me siento más seguro -añadió encogiéndose de hombros.
-No, remontar el Sirion en barca... Reparar esta me llevará unas dos semanas. No parece viable.
Sacudió la cabeza, poco conforme. -Hagamos como decís; señuelos, rumores y discreción. Pero dudo que el enemigo se engañe. Es hábil, además de fuerte. De otra manera, no habríamos llegado a donde nos vemos... -concluyó pesaroso.

-"Hola a tí también. Veo que la vida ha sido bastante dura para tí. Supongo que eres un Noldor, ¿no? Lo digo por tu acento y por tu forma de hablar. Grandes batallas habrás presenciado... yo en cambio no había nacido todavía cuándo se produjo la Batalla de la Llama Súbita, a la que haces referencia. Algo he leído sobre ella... ¿quieres decir que 'gusano' se refiere al padre de los dragones, Glaurung? ¿Qué me puedes contar sobre estos rumores? Y, ¿quién sois vos?"

No sabía muy bien si fiarme de este elfo cochambroso, pero si me podía dar información valiosa bien se merecía mi tiempo.

Al escuchar sus palabras se me encoge el corazón. Mi hogar invadido por millares de enemigos, mis parientes acechados como animales, el hermoso bosque de hayas donde nací, donde nació la mismísima Luthien la bella, mi hogar, donde crecí y viví observando a los animales y escuchando a los pájaros, dediqué mi vida a defender sus fronteras de enemigos y peligros, y ahora es mancillado por orientales y traidores, y el mal campa a sus anchas sin ninguna resistencia. Siento una rabia incontrolable crecer en mi interior y un deseo irrefrenable de abandonar esta nuestra misión y viajar directamente a Neldoreth a morir luchando por mi hogar. Me cuesta controlarme y recuperar la sobriedad, al fin lo consigo. — Gracias amigo, pero hablas de mi hogar, no tengo más remedio que acudir en ayuda de mis parientes, solo de pensar que están escondidos y siendo acechados y hostigados es motivo suficiente para desear enfrentarme a todo peligro que encuentre en mi camino — digo en tono firme mirando a los elfos — Partiré lo antes posible — siento remordimiento pues realmente siento que debería dirijirme hacia allí, aunque en el fondo de mi corazón se que la única oportunidad para todos esta en cumplir con éxito nuestra misión — Una cosa más amigos, ¿que sabéis de ese tal Gusano?, creéis que hablar con él pueda serme de ayuda, desde que he llegado aquí oigo susurrar su nombre en cada esquina, ¿que podéis decirme? — miro a Daebeg con complicidad deseando que nuestro plan halla calado y el rumor de que nos dirijimos a Doriath se extienda rápidamente.

El elfo te miro con seriedad:

Mi nombre es Yavanwë de Gondolin, de la Casa de la Fuente, escudero de Ecthelion, Guardian de las Puertas. Un rastro de orgullo, de poder, majestuosidad, se destiló en él. Por un momento, por un mero instante, no parecía el desecho roto y quebrado que era, y en su rostro se dibujaba el poder de los primeros nacidos. Pero fue solo un instante. Luché junto a mi señor en las puertas de Gondolin y allí fui hecho cautivo por las hordas del enemigo oscuro y forzado a trabajar en las minas de las montañas que bordeaban mi amada ciudad. Hace poco, con la ayuda de otros prisioneros, logramos cruzar las Crissaegrim y escondernos en Amon Rudh, la colina donde dicen que Turambar fue traicionado.

Hizo una pausa.

Mis compañeros, aunque bastante quebrantados sus cuerpos, decidieron fortificar aquella colina abandonada y hacer frente allí al enemigo para ayudar a otros refugiados. Trago saliva. Sin embargo, decidieron mandarme al sur, a hablar con el Gran Rey, para contarle de nuestra misión y necesidad.

Te miraba con tristeza, compadeciéndose de si mismo.

Ese gusano del que hablas, es uno de los dragones menores, vástago de Glaurung... de nombre Smaug. Dijo en tono sombrío. Se ha aposentado en el Teiglin y cruza el cielo, en busca de refugiados y poblados, llevando la muerte bajo sus alas.

-"Un honor conocerte Yavanwë si es verdad quién dices ser. Hasta mis oídos llegaron los relatos de la gran lucha que tuvo lugar entre tu príncipe y el capitán de los ejércitos de Angband, en la cuál ambos perecieron. Triste fue la noticia de la caída de Gondolin la Bella. Muy pocos lograron escapar. Siento mucho tu sino y lo que te tocó sufrir. Pero lograste escapar y armar una resistencia en un antiguo enclave enano. Tienes mucho valor y arrojo."

La verdad que este elfo le había impresionado, pero también sabía que el enemigo no dejaba escapar a nadie a menos que quisiera hacerlo...

-"Malas nuevas lo de ese lagarto llamado Smaug. Los dragones suelen ser astutos y muy peligrosos. Más les valdría a tus compañeros salir de Amon Rudh si quieren seguir viviendo. Pero dime, ¿cómo lograste escapar de las minas? Tiene que ser una historia digna de relatarse."

El elfo te miró con suspicacia.

En las minas, descubrimos unas cavernas naturales. Se encogió de hombros. En un momento dado, pudimos comunicar con un pasaje que salía al exterior, pasamos días vagando hasta ubicarnos y conseguimos llegar allí.

Se encogió de hombros, como diciendo "no hay mucho más". Una elfa, apareció para recoger al demacrado antiguo guerrero.

Recordad esto, si veis la colina desnuda, donde crece el Seregon... allí encontraréis ayuda...

-"Lo recordaré y gracias por la información. Que la fuerza de los Valar te acompañe siempre, amigo."

Me alejo hacia donde está Annienor, no sin antes difundir un poco más los rumores. La verdad que me ha sorprendido encontrarme con este elfo noldor.

Esperamos tener éxito donde otros fracasaron, dijo Daebeg solamente. Puso una mano en el hombro de Ehödil, para que se sintiera confortado, y apretó, antes de soltarle. Por favor, si se os ocurre alguna manera de ayudarnos, hacedlo. Son nuestros parientes quienes sufren la esclavitud.

Uno de ellos levantó la mirada con gesto preocupado.

Si estáis tan decididos, solo podemos desearos suerte. Retomó su trabajo- Sobre el gusano... Es Smaug, uno de los gusanos de Morgoth, vástago de Glaurung. Se ha aposentado en Nan Elmoth, o eso dicen algunos...

Los elfos parecían dispuestos a ignoraros de forma concienzuda.

— Gracias amigos —  digo con terror en los ojos al escuchar lo que ha dicho el elfo acerca de Gusano. — Bien, Daebeg, deberíamos regresar haber como van con los preparativos — Me giro y camino en dirección a donde estaba el resto de compañeros. 

A Daebeg se le pusieron los pelos de punta al escuchar quién era el "Gusano". Nan Elmoth ¿No estaba eso muy lejos de su camino? Pero cómo saber el alcance del poder de esa incógnita llamada Smaug. Gracias, dijo a los falatrim. Sin decir más, siguió a Ehödil.