Partida Rol por web

Grito. Primero porque me asusto con lo de que esté en el agua. Luego grito del susto cuando veo que Hache se hunde y no sale. Y luego sigo gritando no sé porqué, quizás por el miedo, quizás por inercia.

Todo pasa demasiado rápido para mí que la simple idea de correr para coger el autobús me parece apresurarse innecesariamente. Todos están golpeando al bicho y yo estoy como paralizada.

Por fin reacciono cuando veo que Hache es incapaz de separarse de esa cosa o la cosa de él. Busco con la mano esa cosa puntiaguda que me llevé de la sala-taller que encontramos antes y, sujetándola con fuerza, intento incrustarla en la cabeza de esta cosa asquerosa, aprovechando que está ocupada comiendose la cota de malla de Hache.

Que Carmen grite me hace gritar, que Hache grite me hace gritar, que Erik se motive tanto me hace gritar pero que ese bicho tenga entre sus fauces a mi gordito hace que me centre y me lance hacia el como si no hubiera un mañana. Si muero moriré por un amigo como Mi Layo en aquel tiroteo, oh espera que el no murió.

Nota mental: Quedar con Mi Layo si sobrevivo de esta.

-¡¡AAAAHHHHHHHHHHHH!!- grito mientras acompaño a Carmen a golpear al enemigo. Cuando estoy bien cerquita empiezo a golpearle una y otra vez con el soplete. A estas alturas ¿para qué usar la llama? Estamos en el agua...

Consigo liberarme del ciempiés y paro a respirar un momento antes de seguir atacando. Pero entonces sucede algo tan loco como que el bicho se engancha solo en la armadura de Hache, que parece que no le duele nada aunque tiene cara de estar flipándolo muchísimo.

Carmen está atacando al bicho por un lado de Hache, Anayansi por el otro. Pienso que se necesita una solución creativa en este momento (es lo que dice papá cuando uno de sus negocios está a punto de irse al traste perdiendo una millonada, lo que normalmente suele acabar sucediendo), para poder hacerle daño pero sin endiñar un espadazo a ninguna de las dos vecinas. Así que de nuevo confiando en mi entrenamiento, trato de saltar sobre el "lomo" del ciempiés y atravesarle con la espada, ¡y rajarle de arriba a abajo!

Igualito igualito, que en la guerra de las galaxias. Como odio tener razón

Únicamente veo burbujas. Únicamente noto tirones.

Me centro en dos cosas: no perder la espada y tratar de respirar si el bicho me lo permite en una de sus sacudidas. Mejor centrarme en esas cosas que dejar vagar la cabeza y entrar en modo pánico. Tengo una RCP por ahogamiento bastante reciente...

Milagrosamente parece que me ha soltado, pero para volvernos a atacar y ahora...AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGHHHHHHH

- ¡¡QUITADMELO!! ¡¡QUITÁDMELO!!!

Empiezo a clavar donde pueda

Erik es capaz de saltar al lomo asqueroso de ese ser* y clava la espada de nuevo en aquella criatura, con las dos manos, como si la estuviera hundiendo en mantequilla hasta la empuñadura. El monstruo cae destrozado sobre el lecho y vuelve a hundirse de nuevo todo lo que sobresalía del espadón por el otro lado de su cuerpo. 

Erik, exhausto sale del agua mientras Carmen y Anayansi terminan de ayudar a Hache de desengancharse de las mandíbulas. 

Los dos ciempieses gigantes flotan nauseabundos sobre el agua. Sus restos llenos de patas yéndose hacia el fondo junto al resto de la basura cuando Anayansi descubre algo y Carmen rápidamente lo ve también: 

- Esos bidones... ¡son de gasolina! Este soplete ya era bastante guay pero si tiramos gasolina encima de algo... uf.. ¡va a ser un forz de yulai! 

- Pues cojamos un par. Todos esos bichos salen de esa otra entrada, que es la que estaba más cerca de la entrada y fue tapiada... Creo que estamos a punto de dar con el nido de todos estos monstruos... 

No puedo apartar la mirada de los monstruos mientras estos poco a poco se van hundiendo en el canal. Parece que de esta también vamos a salir vivos.

De todas maneras, quiero estar aquí abajo el tiempo mínimo imprescindible.

- Pues vamos a ello chicos, prendamos fuego al nido y revisemos el resto del dung...del tunel. Yo no sé vosotros pero tengo unas ganas locas de salir de aquí y pedir unas pizzas. Hoy no toca dieta

No tengo muy claro si mis esfuerzos y los de Anayansi consiguen algo. Aparentemente es Erik, una vez más, quien acaba matando a esta cosa, lo cual, por otra parte, tiene bastante sentido.

Cuando termina de hacerlo y se aparta Anayansi y yo intentamos desenganchar esa cosa asquerosa de la cota de malla de Hache . Está pringoso. Aunque parece un insecto y no algo viscoso como una serpiente o una rana, lo cierto es que está resbaladizo, probablemente del agua en el que estaba sumergido. Encima chorrea una especie de sangre o de líquido horrendo que le sale por el agujero que Eric le ha hecho y que nos está pringando enteras. Pero da igual porque prefiero pringarme de esta cosa asquerosa que seguir viendo la cara descompuesta de Hache mirándolo fijamente a esos ojos o globos oculares o lo que sean

Cuándo conseguimos desengancharlo, vemos unos bidones flotando y nos queda claro que se trata de gasolina. Pero cuando dicen de cogerlos, los miro un poco asombrada

-¿Estamos seguros que queremos llevar gasolina con nosotros? ¿me lo estáis diciendo en serio? ¿gasolina de verdad? ¿gasolina? ¿soy la única a la que le preocupa que salgamos todos explotando por los aires?-

Pero sí, aparentemente soy la única a la que le preocupa nuestra seguridad porque su plan consiste en coger estos peligrosos bidones de gasolina y colarnos por el agujero del que salen los bichos porque puede estar la madre de los bichos.

"Claro, claro, de una lógica aplastante" pienso utilizando una ironía que no suelo utilizar, pero es que ya empiezo a estar un poco más nerviosa de lo habitual y últimamente lo habitual es mucho así que un poco más nerviosa es un montón.

Desde luego yo no me voy a quedar aquí sola, si todos quieren meterse por ese agujero cargados de bidones de gasolina pues oye, a ver, que en otras peores nos hemos visto.

¡Tanto para los héroes! Hemos conseguido acabar con estos bichejos más fácilmente de lo que me esperaba pero hay más, muchos más. Estoy segura. Por lo que hay que actuar rápido y la idea de la gasolina babooom me ha encantado.

Ayudo a Carmen a sacar a Hache de la boca del bicho. De paso miro a ver si puedo coger un recuerdo de esta, quizá un colmillo que se haya quedado en la cota de malla, una escama de su piel o una pata. Un recuerdo vamos. He decidido que voy a empezar a coger recuerdos de mis aventuras para luego enseñarselos a los niños y hacer más gráficas las historias. Así seguro que impresiono a los niños, sobretodo a Kirilian.

-¡Venga Hache! Luego le contaré a Blanca como dijiste cuando creías que ibas a morir: "Decidle a Blanca que la quiero". SE VA A EMOCIONAR. Ya lo verás.- yo como siempre tan oportuna.

No sé si podré cargar con un bidón yo sola por lo que pruebo y si no puedo desisto y si me ayudan, pues bien.

-¿Habrá que colocarlos estratégicamente no? Erik tu que eres soldado especial de enfantería- hago un juego de palabras sin que se de cuenta o eso creo. -.¿Dónde podemos colocarlos?
 

Después de tener éxito con la operación 'Rodeo del cimepiés' me da un subidón de adrenalina y al bajar del bicho, lleno de sangre insectil tengo que desahogarme:

- ¡Uooooooo! ¡Dios! ¡Siiiiiiii! ¡Voy a tope, joder!

Luego ya me relajo un poco y me doy cuenta de que hay tres personas más en el río. Pero parecen estar bien, y discutiendo algo. Alguien* dice que pongamos los bidones en la puerta que estaba tapada porque ahí hay aún más bichos, pero me parece que es una forma muy tonta de malgastarlos.

- Pero oie, ¿qué hacemos? ¿Los ponemos en la barricada esa y luego entramos a pincho con las espadas, o tiramos la barricada y luego petamos a los bichos de dentro con la gasofa o petamos la pared con las cosas mágicas? No me ha quedado muy clara la idea. Perdonad si no estaba muy atento a lo que decíais, es que estaba un poco ocupado salvándoos el culo a espadazos...

Sea lo que sea, yo me engancho la espada al cinturón e intento coger los dos bidones**.

Yo "primer", por eso de que llevo un farol y tengo que llevar luz a las cucarachas impías

Pues lo mismo, pero con cucarachas

- Espera Carmen!

Los efectos de la luz de Carmen funciona igual aunque entrase la segunda. Y los bidones (y los que los llevamos) no deberíamos estar entre el lanzallamas y un posible "objetivo"... por el "boooom", más que nada (aunque la gasolina simplemente arde, no?).

- Propongo que primero vaya Anayansi, puede usar el lanzallamas si prevee peligro y a los bichos no les va a gustar, segunda Carmen y según entremos hace el truco de la luz, y tercero y cuarto, Erik y yo cargando los bidones...por no ponerlos accidentalmente en la linea "de ataque" del lanzallamas, no? Sabemos que en principio, por detrás no tendría que venir nadie...

Una vez que acabo el monólogo me quedo pensativo...realmente creo que podría haber dicho otro orden totalmente distinto y también se podría justificar perfectamente.

- Y por eso nunca sabía donde poner los arqueros en el warcraft...

Espero que nadie haya oído esto último

-¡Y un cojón yo primera! Que me coman a mi ¿no?- contesto a la propuesta de Hache.
Intento dar un orden mejor, una propuesta más efectiva pero soy consciente de que soy de vital importancia, la heroína del grupo, la líder natural. -Venga va voy yo pero si se hace una película de esto y el guionista se lleva algún premio exijo mención especial ¿ok?- pues eso que al final me vengo arriba y decido ir la primera. Total si salen bichos pasaran de mi gracias a mi capa huelemal.
Lanzallamas preparado.

Miró nuestro grupito de aventureros con escepticismo.

-A mí sigue sin parecerme buena idea entrar ahí que conste - les digo a ellos -Después de lo que acabamos de ver no sabemos cómo será lo de ahí dentro, pero seguro que peor. Nos ha costado mucho librarnos de esto ¿Porque queréis pasar ahí?-*

Nunca he sido una persona que tenga ansia de aventuras, no soy el arrojadizo Eric, ni soy la inconsciente Anayansi, ni soy el soñador Hache. Soy una persona que sabe que detrás de los mitos de un ser fantástico, se escondía una mentira para tapar algo tan desagradable que no querían que la gente normal lo conociera. Con ese conocimiento he sobrevivido, ese conocimiento me ha dado de comer y me ha mantenido a salvo hasta ahora.

"Los héroes griegos ganaban las luchas contra los monstruos de diez cabezas, pero es que nosotros no somos héroes griegos"

Pero mientras yo dudo, Hache propone que Anayansi vaya la primera. Entiendo porqué lo propone pero, en este caso, la lógica debería imponerse sobre el instituto supervivencia

-No sé si es muy buena idea...- digo en voz alta -... que ella sea la primera. Allí estará todo oscuro. ¿Porqué no me dejáis que vaya yo antes?- propongo convencida

- Si tú entras primera, yo voy detrás de tí. Carmen, yo, Anayansi y Erik. ¿Qué os parece? Una espada para que proteja a cada una de las damas. Lo siento Carmen, creo que te ha tocado la inútil - digo sonriendo aunque no puedo evitar que finalmente se torne en un gesto de resignación - A mí tampoco me apetece entrar, pero para esto hemos venido y cuanto antes acabemos, antes saldremos, ¿no?

Carmen tiene toda la razón del mundo, pero al final es una "misión" que hemos aceptado. Únicamente tenemos dos opciones, o darnos la vuelta e irnos o acabar de inspeccionar los túneles. Para lo primero lo que tendríamos que haber hecho es no aceptarla (¿en que momento me plantee que era buena idea venir?)

- Vencha chicos! Estamos armados y somos peligrosos! Y que narices! No nos ha ido tan mal hasta ahora, no?

Eso es...total, al único que se le ha quedado enganchado el bicho a la cota de malla es a mí! Anímalos! Venga!

...mmmm...

...joder...

esos putos ojos...y las mandíbulas...y el ruido que hacía...y esa expresión de "como me libere de aquí m e he quedado con tu cara y lo último que vas a ver en tu vida va a ser la mía mientras te separo la cabeza del tronco..."

Noto que me empiezo a poner pálido. Casi era mejor simplemente haber continuado y no tratar de animar a nadie. Mierda.

-Tranquilo Hache, si van a morderte eso significa que estás rico.- ¿qué parte de esto tiene que tranquilizar al chico? Pongo mi mano sobre su espalda y me dispongo a seguirles. Carmen es mi superheroina favorita.

Llevaba los pantalones y la camisa hechos un cromo, arrugados, empapados y con tropezones de tierra de arrastrarme entre las rocas. Debajo peor, moratones en las piernas por los resbalones y agujetas de tanto caminar. Lo que mas necesitaba en ese momento era un baño, un buen plato de Okonomiyaki y meterme en la cama, pero sentía curiosidad por aquello que tenía que decir Samuel. Si no entendí mal el viejo Darkhum fue su maestro y amigo, aunque ahora estaban distanciados.

- Tenemos que explicar a Samuel lo que nos dijo, el peligro que corre Ondina. Seguro que el sabrá mas a falta de que despierte tu invitado Blanca y nos cuente bien que pasó. Les dije mientras John había ido en busca de Samuel para que viniera.

Aunque era peligroso encontrarnos en el Faro me relajaba, como si con ello el se fuera a comportar. Siempre podía intervenir Samuel y seguro que la presencia de los Infantes le hacía entrar en razón. A los niños parecía respetarles, incluso con aprecio.

Nada más entrar en la última cueva entienden que han llegado a la fuente del mal. Toda la pared está llena de insectos de distintos tamaños. Tres o cuatro criaturas de tamaño parecido a las que acaban de derrotar reptan por la cueva entre enormes huevos. Y en medio de todo ese horror de nido de monstruos, es inevitable fijarse en el ser que se yergue sobre todos ellos, encaramado al pilar de una cueva

Debe medir más de veinte metros y su cabeza es del tamaño de un ser humano. 

Nada más entrar, algunos ciempies salen corriendo, otros se esconden, los grandes permanecen quietos mirándoles... y la madre de todos ellos gira su cabeza y emite un horrible sonido. 

Samuel Kantor contempla arrodillado, casi penitente, el cuerpo inconsciente de Darkum Thornos tumbado en la cama del apartamento de Blanca en la tercera planta de la Torre de la Encrucijada. 

Solo las explicaciones de los enviados en la exitosa misión de rescate parecen sacarle de su pesar y llevarla a un estado aún más agitado. 

- ¿Ondina desaparecida?... Oh no... ¿Decís que Darkum dijo que estaba en peligro? Tal vez ha preferido recluirse ahora que se acerca la Coronación. Nunca ha estado de acuerdo en todo esto y... No, pero si Darkum dice que hay que encontrarla es que algo le ha pasado. Tal vez le ayudó a luchar contra el Kraken que decís que le atacó en la Iglesia y ahora ha ido a lamerse sus heridas... Sea como sea no sé qué pensar de todo esto... Darkum ha sido como un padre para mí. No sabéis lo duro que es verle así... Verle ser la sombra del héroe que una vez fue... Si no fuera por vosotros hubiera podido morir abandonado en ese acantilado... Un hombre que hizo tanto por el Reino hasta que... 

Un momento... no puede quedarse aquí... Alguien que directamente ha desafiado el Equilibrio de Antaño no puede estar en la Torre de la Encrucijada. Tenéis que llevarle al Castillo del Cisne, donde ya se está preparando la Ceremonia. Allí cuidarán de él y se ocuparán que no se meta en líos. Sigue siendo un miembro de la Casa Eireen. Al menos le deben eso. ¡Tienen que acogerle! ¿Entendéis? No admitáis otra respuesta que no sea la de que cuiden del antiguo Capitán de la Guardia del Cisne. Es una cuestión de deuda y de honor, da igual el hombre que ahora sea... 

​Si se despierta... si se despierta no le digáis que le vi. No sé si eso le daría más ira o vergüenza pero no... no creo que recordarme le convenga... 

Voy a buscar a Ondina mientras otros le lleváis al Castillo. Podéis... podéis acompañarme si queréis aunque temo estar algo sobrepasado por lo que está ocurriendo. 

Muy confiados estábamos cuando terminamos de cargarnos a los dos bichos y pensábamos que aquello era la madre del cordero. Pues 'mirá vos'. Afortunadamente no hemos entrado en trompa espadas en alto, porque habría sido una gilipollez...

Como cada vez que hemos entrado en una sala, espero a que Carmen haga el truco de la luz. Una vez que lo ha hecho (o no le ha salido) se me ocurre una idea. Destapo los dos bidones de gasolina que llevo en las manos y los lanzo lo más cerca de la madre que pueda (estoy muy fuerte, así que caen muy cerca), de manera que mientras vuelan por el aire se sale un poco de gasolina que moja a otros bichos. Saco el mechero del bolsillo*, un zippo guapísimo con dos tías en bolas dibujadas que me compré en San Diego durante la Junior World Cup Surf de hace dos años. Me encanta ese mechero, pero me encanta más vivir y mantener todas mis extremidades, así que lo enciendo y lo lanzo donde han caído los bidones.

Cojo mi espada con las dos manos y, ahora ya sí: go ahead, make my day, motherfuckers.