Partida Rol por web

Jessica miró a su chico con la misma expresión y mientras el hablaba ella gritaba. Se asustó repentinamente por esos aullidos desgarradores y subió los pies al asiento abrázandose a las rodillas. 

- ¿A donde vas?! ¡Ivan!. - Dijo haciendo amago de agarrarle la muñeca cuando se levantó pero él ya estaba dirigiendose hacia la puerta habiéndosele escapado. Él se ocupó de gritar que regresaran mientras ella se dedicaba a mirar por la ventanilla por si veía algo.

- ¡Cierra la puerta!, que llamen cuando vayan entrar. ¡Somos tontos o que?!, ¿Van hacer picnic ahora?!. Vaya mierda de vacaciones, de autobus, de todo joder!. - Decía nerviosa.

Tranquila, muchacha. Los lobos sólo atacan a presas fáciles y solitarias. Deben estar terriblemente famélicos para atreverse a atacar a un hombre, así que imagina si son varios. Lo máximo que he visto en mi pueblo son gallinas muertas, aunque hace diez lustros algún bebé descuidado de alguna mala madre también fue atacado.

Sin levantarme del asiento, le grito a Iván ¡Chico, si no los ves mejor cierra la puerta! Sólo por prevención. Si huelen la comida de aquí dentro, puede que tengamos alguna visita inesperada. Me está entrando un frío del carajo.

Jessica... ¿Puedo llamarte así, no? Podrías apuntar con la linterna al bosque; puede que así los que están por ahí fuera vean el haz de luz y puedan volver al autobús.

Las palabras del hombre la habían hecho callar y parecer mas tranquila, pero al menos no seguía gritando palabras mal sonantes debido al terror que comenzaba a apoderarse de ella, estaba muy nerviosa y tenía que exponerlo de algún modo. Con orgullo suprimió las ganas que tenía de sollozar y haciendo caso al hombre, cogió una linterna y enfocó hacia fuera haciendo algunos movimientos circulares para los que estuviesen de "picnic" regresasen.

-¡Ahhhh! Grita Victor mientras Iván lo fuerza a entrar dentro del bus ¿Pero y si vienen?

Una vez tengo al rubio dentro del bus y la puerta cerrada, vuelvo donde Jessica para calmarla, aunque Julián ya ha hecho casi todo lo que había que hacer. - Tranquila cariño. Ningún animal entrará aquí con la puerta cerrada, y seguro que al escuchar mis gritos y los aullidos el resto de gente volverá y nos verán gracias a nuestras linternas. Sigamos alumbrando, ¿vale? - mientras intento calmar a Jessica desvío la mirada fugazmente hacia Julián, y si nuestros ojos se cruzan le sonrío asintiendo casi imperceptiblemente, como dando las gracias.

Contesto a la pregunta del rubio. - Pues si vienen los demás les abrimos. Y si vienen los lobos, pues no abrimos. Por cierto, yo soy Iván. ¿Cómo te llamas tú? No quiero tener que estar toda la noche llamándote "el rubio".

-Me llamo Victor,Victor Derella Dice el chico algo sonrojado -Y vosotros?

Le respondo mi nombre sécamente -Julián- con el ceño fruncido y apenas sin mirarle, con ganas de echar una cabezada. Es tarde, y mis pensamientos están en un cementerio rodeado de gente... A ver si consigo dormir ya, joder. Vaya mierda de noche.

Jessica se aferró a Ivan cuando éste se acercó. lEl aparentaba normalidad para que nadie mas temiera por lo que podía sentirse algo mas segura. Le preguntó al rubio por su nombre llegando el momento de las presentaciones.

- Yo Jessica.

- Mierda, la única linterna se la ha llevado el conductor. - miro a mi alrededor y veo a Jessica intentando alumbrar con su móvil. Buena idea, aunque si están lejos no serán capaces de verlo. Miro mi reloj y cronometro 20 min. Me acerco a la parte delantera del autobús, giro la llave de contacto y enciendo las luces largas. Me giro y vuelvo a hablar - Dejaremos las luces encendidas 20 minutos. Eso es tiempo suficiente para que vuelvan de donde quiera que estén, y más si vienen corriendo, que es lo que yo haría si escuchara esos jodidos aullidos. Si pasado ese tiempo no han vuelto, las cortamos. - me sitúo al lado de Jessica y miro al exterior en busca de los demás. - Si tenéis relojes, medid 20 minutos, por si se me olvida o se me jode el reloj.

Poco a poco y bajo la atenta mirada de la Luna,tres sombras se acercan hacia el autobús,pesada y lentamente. Cuando son captadas por la atenta mirada de Jessica que miraba por la ventana. Son una Marta y una Gloria cansadas cargando a un Curro casi desfallecido

A los tres el sonido ronroneante del autobus los reconforta,parece como una mascota dándole la bienvenida a sus dueños.

- Oh, ¡joder! ¡¡Veo el autobús!! Gloria...¡el autobús!... Sólo un poco más Curro... Unos pasos más...

CAnsada, agotada mejor dicho, aún saco fuerzas no sé de donde para terminar de cargar a Curro los poco metros que quedan hasta lo que parece ser la sombra del autobús. Después de casi un par de tropiezos y alguna que otra parada en el caino estamos llegando. Miro a Gloria, sonriente, y con casi lágrimas en los ojos. No puedo creer lo que nos ha pasado... ¿cuánto tiempo llevamos ahí dentro, en el bosque? Parecen siglos...

- ¡¡¡Chicos!!! Eiii, venid a ayudarnos!! - les grito a los que aprece que aún están dentro del autobús. Que envidia que me dan... Hacienod un poco de fuerza me recoloco a Curro mejor en el hombro, que se me empieza a dormir un poco. Suspiro profundamente, el aire del camino es diferente al que se respiraba hace unos momentos.

Caminamos bastante, pareció eterno el paseo pero nos vimos recompensados al ver la silueta del autobús. Curro pesaba demasiado para mi frágil cuerpo, pero sólo faltaban unos metros para llegar al tan ansiado refugio.

Hacía rato que iba llorando en silencio, el estrés de lo acontecido, la bestia, el chico desaparecido, la herida del conductor, su peso... Todo había hecho que me sintiera derrotada. Pero al observar nuestra salvación a lo lejos, levanto mi mirada hacia Marta. -Lo logramos- digo en un susurro intentando convencerme a mí misma de que era algo real.

¡¡¡Chicos!!! Eiii, venid a ayudarnos!!

Mientras seguimos avanzando muy despacio, espero que alguien venga a ayudarnos con Curro, -Ojalá haya un médico en el autobús, lo va a necesitar-, pienso mientras miro de reojo el pálido rostro del hombre.

Estaba derrotado, desfallecido y desmoralizado. Aquellas chicas estaban dando todo por él, intentaba poner de su parte, pero apenas podía mantenerse consciente. Empezó a pensar que sería mejor que lo dejasen allí, que se salvaran y lo dejaran atrás, ellas no se merecían sufrir por su culpa. Entonces la sombra del autobús se dibujó bajo el manto de estrellas. Marta y Gloria comenzaron a pedir ayuda, puede que todavía hubiese esperanza para él.

- Gracias - dijo con un hilo de voz, casi agotando su energía

La puerta del autobús se abrió y un chaval rubio corrió a través de ella. Victor se acercaba aprisa y relevo a Gloria de su tarea.
-Que ha pasado? Por Dios esta lleno de sangre! Dijo mientras cargaba al pesado hombre en sus hombros

No podía creer lo que veían mis ojos. Cuadno Victor se acercó a sustituir a Marta, que parecía desfallecer, le miro alucinada. Y no puedo evitar que mi cara se desencaje completamente.

- Pero tú...¡¡¿de dónde coño sales?!! Llevamos horas buscadote!!

Jessica se quedó mirando por la ventanilla hasta que escuchó algunas voces y unas sombras iban tomando forma de dos de las chicas que estaban en el auto y llevaban a un hombre que parecía estar mas al borde de la muerte que otra cosa.

- ¿Pero que coño?!- Dijo sorprendida y se giró hacia el rubio.

- Oye tú!, ya puedes ir bajando y ayudarles, por tu estupidez has provocado una desgracia!- Gritó ya nerviosa y enfadada. ¿Que le habia podido pasar al hombre?, ¿Porque ibamos con un imbecil en el autobus?... demasiadas preguntas sin respuestas...

El grito de Jessica me sobresalta. - Ya era hora joder. Por fin han vuelto. - pienso justo antes de darme cuenta de lo que en realidad pasa. Salgo todo lo rápido que puedo detrás de Víctor, y lo ayudo a agarrar al conductor. - Me cago en la puta 60 millones de veces.

- ¡Corred al autobús! ¡Hablamos dentro! ¡Corre! - le digo a Víctor mientras intento moverme rápido cargando al conductor. Una vez dentro del autobús vuelvo a gritar - ¡Cerrad la puerta! Vamos a ponerlo aquí. - refiriéndome a los asientos del final del autobús. Entre Víctor y yo lo tumbamos todo lo extendido que pueda estar. - ¿Ninguno de vosotros es médico, verdad? - digo mientras busco la manta que dejé en mi asiento. Si puedo recordar bien mi adiestramiento, en una herida con sangre se debe presionar la herida con ropa. - ¿Pero qué herida con sangre? ¿Tiene acaso una herida con sangre? Ya no sé ni lo que digo.

Examino al conductor para ver si veo lo que le pasa, usando la luz de mi móvil o el de Jessica para ver. Si realmente tiene una herida con sangre, la presiono con la manta. - ¿Qué cojones ha pasado aquí?

Veis que Curro tiene un torniquete en la pierna y mucha sangre coagulada. La pierna esta fria al tacto y azulada.

Al vernos y escuchar la llamada de Marta, salieron dos jóvenes del autobús a ayudarnos. Con facilidad trasportaron el cuerpo de Curro hacia el interior.

Entro tranquilamente y me siento en el primer asiento libre que veo, estoy demasiado agotada física y mentalmente. -Ojalá que puedan hacer algo por él- pienso observando como se llevan el cuerpo a la parte trasera. 

Víctor está en el autobús, quizás lo estuvo todo este tiempo, cuando me recupere un poco lo encararé para saber qué ocurrió, de momento necesito descansar un poco.