Partida Rol por web

¿Pero qué cojones de toro ha pasado? Digo con los ojos desencajados. Miro a Victor y le espeto ¿Ves lo que pasa por buscar a la abuelita en el bosque, eh, Caperucita? ¡Que te come el l...! Me acuerdo de lo que le dije antes a Jessica sobre los lobos, y rectifico a tiempo para evitar que la chica de ciudad se ponga nerviosa. ¡... el hombre del saco! Si llego a nombrar otra vez la palabra "lobo", esta chica se tira por la ventana.

Voy a cerrar la puerta (si no lo han hecho ya). Señores, relajense. Ya estamos todos aquí, así que comprobemos esa herida y luego a descansar. Vaya hostia se debe haber metido el conductor. No es normal que esté así. ¿Qué le ha pasado? Pregunto sin dirigirme a nadie en concreto. Es para darles una colleja a todos por no hacerme caso y quedarse aquí. Ya les dije que no se podía salir al bosque sin conocerlo de noche; pero nada, ellos "erre que erre" con el temita. Esta gente de ciudad se piensan que los bosques tendrán acera y farolas. ¡Mierda de pijos! No se puede dormir a gusto hoy, no.

Trago saliva al ver el estado de la pierna del conductor. Sin decir nada me levanto y voy en busca de la chica de los tatuajes. La cojo por los hombros y le miro directamente a los ojos. - Explícame qué mierda ha pasado. Hemos oído un aullido, pero ¡joder! ¡En El Hombre y la Tierra los lobos no parecían tan peligrosos! - digo intentando no gritar sin llegar a conseguirlo.

Julián se dirige a mí como regañándome. - ¿Y a mí que coño me dices? ¡Me cago en dios! - grito y le pego un puñetazo de rabia a uno de los asientos.

Cuadno el chico me coge por los hombros , mi reacción es darle un manotazo y echarme hacia atrás a una velocidad increible,asustada. No me esperaba que nadie me tocara y después de lo que ha pasado, mis nervios están a flor de piel como para que me den sustos.

- ¿un lobo? ¡¡¿El hombre y la tierra?!! Tú no tienes ni puta idea de lo que hay ahí afuera... no tienes ni idea... - le digo esto mirando por la ventana con cierta pizca de obsesión y alarma. Como buscando algo. Y con la mirada algo ida. Minutos atrás era yo la que empujaba a reaccionar a Gloria y ahora que estamos dentro del autobús el mundo se me cae encima.

- Una bestia... enorme... garras... saltó y se lo llevo en la boca... Carlos.. joder por todos los dioses, Carlos... - entonces de repente me acuerdo de Curro cuando me viene a la cabeza toda la escena ocurrida en el bosque. Voy hacia la parte de atrás del autobús para ver como está sin hacer mucho caso a la gente que se había quedado dentro. Cuando paso por el lado de Victor no puedo evitar mirarle muy mal, pero no le digo ni una palabra. Ni siquiera ha sido capaz de contestarme antes...

- ¿ninguno sabe nada de medicina? - Le pongo la mano en la frente a Curro y miro su pierna. - Tiene que haber un botiquin en el autobús para emergencias.

Curro escuchaba las voces de sus compañeros como si estuviesen bajados del autobús. Estaba entre las consciencia y el desvanecimiento. Había perdido mucha sangre, lo sabía.. y en su fuero interno se sentía decaer y perder la vida poco a poco. Sin embargo, al ver a la chica de los tatuajes sonrió, su mano era cálida y suave, le debía la vida .. ojalá pudiese agradecérselo algún día. Apenas podía hablar, pero lo intentó.

- Ga....gaso...gasolina..poca..atrás.. - concluyó. Cerró los ojos agotado, no estaba para mantener una charla.

Jessica se levantó del asiento para ver como estaba el conductor, cuando vio su estado, cuando vio toda esa sangre y el tono de la piel de la pierna se llevó ambas manos a la boca y abrió los ojos de par en par.

- Por todos... los... santos. - Dijo con una voz entre cortada. Escuchaba como peleaban, como su novio intentaba averiguar que coño había sido eso que había dejado al conductor como estaba. 

Entonces la chica de los tatuajes explicó rápidamente y absolutamente asustada que algo enorme con garras lo hizo y que además se llevó al otro chico al bosque, ¿un monstruo?... eso no era posible, no era verdad.

- ¡¿Tu te drogas o que?! - Gritó a la chica de los tatuajes. - ¡No existen los monstruos!, ha sido un lobo, será grande, pero es un lobo! ¿Me vas a decir que es un huargo gigantes?! - Maldita moda de juego de tronos... - ¡Vamonos de aquí!, ¿Alguien mas sabe conducir este trasto?!. Joder, todo es culpa de Victor. Es él quien ha provocado una muerte y el estado del conductor!. - Gritó señalando al chico rubio con los ojos vidriosos por la histeria.

Al escuchar las distintas reacciones ante las palabras de Marta, me giro un poco en mi asiento y totalmente exhausta añado,

-Marta dice la verdad, era una bestia enorme con ojos amarillos... nos persiguió durante mucho rato, a Curro le mordió la pierna... Se llevó al otro chico y casi nos mata a nosotras...-

Resumido y saliendo en palabras de mis labios, todo aquello parecía una novela de ficción, pero era la cruda realidad. Cierro mis ojos húmedos por las lágrimas que quieren volver a brotar y apoyo la cabeza en el cristal, dejando que mi mente vuele y me lleve lejos de aquel sitio.

- Joder, lo pensé, tenía que haber insistido, que no hacía falta ir a buscarlo. Me cago en mi puta madre. - pienso mientras escucho el absurdo relato. Replico a Gloria cuando dice algo que me enciende por dentro. - ¿Mucho rato? ¿Que os persiguió mucho rato? ¡Pero si no hace ni media hora que os habéis ido! ¡Y el puto lobo lo hemos escuchado ahora mismo! - termino por gritar - Mira, no sé que cojones ha pasado, y parece que vosotros tampoco. Pero ese tío - señalo al conductor - tiene la pierna hecha una mierda, y el autobús no sirve, y... - giro la cabeza hacia el conductor cuando lo oigo hablar. Me acerco a él y me arrodillo cerca de su cara.

- Ey autobusero. ¿Poca gasolina atrás? Nos has dicho hace un rato que el depósito se había roto y no teníamos gasolina. ¿Hay gasolina? ¿Dónde está? Venga, intenta decírmelo.

Miro con cara de pocos amigos a la chica que no se peina cuando me grita y no deja de decir gilipolleces. Mi mirada casi la atraviesa. Después de casi cargarme a lo que quiera que fuera eso del bbosque no me daría ninguna pena pegarle un par de hostias, que se ve que no le han dado cuando era pequeña, a la mimada ésta.

- Callate la boca si no sabes de que hablas. Y deja de decir gilipolleces... Huargos... - le digo muy seria a la chica. Mi intención no es intimidarla pero estoy dew muy mala leche y aun asustada y nerviosa, no debería tontear.

Vuelvo a mirar a Curro. Ha intentado decir alguna cosa.

- Curro...Curro... ¿me oyes? Repite lo que has dicho, anda... - le digo suavizando mucho mi tono y calmándome un poco.

Jessica no se dejaba intimidar por la mirada de la tatuada, ella también se la devolvía y estaba segura que ambas sentían esa adrenalina que las impulsaba a saltar una sobre la otra y comenzar a tirarse de los pelos pero no era la ocasión.

- Las gilipolleces lo has dicho tú con lo de monstruos... - lo que hacen los estupefacientes... - Ya de por sí si hay lobos por aquí es suficiente y es lo que habréis visto, el miedo os hace ver mas de lo que es real . -Jessica era una chica realista, no podía creer que había monstruosidades de ese tipo.

Jessica se quedó sentada viendo como trataban de comunicarse con el hombre, no llegó a oir mucho, solo algo sobre gasolina, se quedó extrañada por las palabras de su novio, ¿Había gasolina?. De vez en cuando se giraba hacia el exterior para tratar de ver algo.

- Te aseguro que tú no me vas a decir qué es loq ue he visto y lo que no... y si quieres salir a comprobarlo tú misma, adelante, te animo a que lo ahgas - le digo con una sonrisa casi irónica.

- Gloria, ni puto caso. Nosotras sabemos lo que hemos visto. Si hubiera sido un lobo, Carlos estaría con nosotros... Y Curro no tendría así la pierna, eso no lo hace un lobo cualquiera... - no me apetecía volver a tener en la mente la escena de aquella cosa saltando encima del chico y llevandoselo en la boca, el cahrco de sangre, los ruidos... asi que sacudí la cabeza y lo olvidé.

Vuelvo a poner toda la atención en Curro para ver si es capaz de decirnos algo más. Aunque ha perdido el conocimiento, parece ser.

La mente de Curro iba y venía, se sentía debilitado y tenía la boca seca. Estaba cómodo en aquella posición, pero veía que la energía se le iba gastando y estaba seguro que moriría en aquel autobús. Sin embargo, los demás aún tenían una oportunidad, por eso dijo lo de la gasolina.. no les llevaría muy lejos, pero si lejos de aquel monstruo que casi los mata a todos. Escuchó como el resto discutía y gritaban.. pero apenas lograba entenderlos, no podía. Entonces, un par de ellos le prestaron atención.. y decidió gastar un poco mas de fuerzas en comunicarse:

- Debería haber unos pocos litros en la parte de atrás, no llegaréis muy lejos, pero si os alejaréis de ese monstruo - dijo entrecortando las palabras y con evidente esfuerzo - Necesito.. agua.. - Y cerró los ojos agotado, se dormía

- ¿alguien tiene agua? - Busco por el autobús alguna botellita para poder darle a Curro. - Dice que hay gasolina abajo, pero ¿no estaba estropeado el autobús? - Nosé si servirá de algo pero había que intentarlo y de paso buscar algo de agua y quizá un botiquin. 

Seguramente nadie querría salir del autobús, pero alguien tenía que ahcerlo. Yo era la primera que me cagaba encima solo de pensarlo. Busco en las paredes del autobús uno de esos martillos que hay de emergencia para ropmer los cristales e intento romper la vitrina para cogerlo. Saldré fuera si es necesario, pero antes tengo que coger algo por si acaso...

¡No! ¡Quieta ahí! le digo a Marta. Ya habéis pasado bastante y estáis en estado de shock. Quedaros con él, y vigilad, que Iván y yo iremos a por gasolina o cualquier cosa que pueda sernos de utilidad. Me dirijo a la salida del autobús, agarro del brazo a Iván sin forzarle y le susurro -Estas tipas están cagadas de miedo, y en su estado pueden ser más un estorbo que una ayuda. Debe haberse escapado algún tipo de orangután de algún zoo, pero lo mejor será que transmitamos calma. Tú, y yo, chaval. ¿No querrás que a tu novia le de un patatús, verdad? Vamos, Victor y el conductor no están para más, y lo último que quiero es tener una lucha de gallinas para montar espectáculo con todo este jaleo de por medio-. Le hago un gesto con la cabeza señalando el exterior. Démonos prisa, o por mis cojones de toro que la lío parda con estas tonterías. Para tonterías estoy yo, que día llevo.

Me dirijo fuera con Iván (si quiere acompañarme) a coger cualquier cosa detrás del autobús.

Jessica miró con ojos asesinos a Julian, se quería a llevar a su novio fuera y eso no lo iba a consentir.

- No no no, de eso nada, que vaya Victor que es quien la provocado todo esto. - Exigió levantandose de su asiento asustada por Ivan viendo que estaba siendo casi arrastrado hacia la salida y le tomó la mano. Lo sentía mucho pero Jessica tenía sus preferencias y ese era Ivan.

Victor escucha a todos los presentes sollozando de tanto en cuando,Curro esta grave,Jessica esta peleando con Marta. Pero el acabose fue cuando Jessica lo señalo para salir fuera del autobus. Los sollozos se convertieron en llantos y gemidos
-No fue...mi intención Dijo entre lagrimas

- ¿pero tú ahora por qué lloras? - le digo a Victor cuadno Marta le grita. - Por lo menos se coherente con lo que ha pasado y deja de llorar que asi no solucionamos nada. ¿por qué te metiste en el bosque? ¿qué viste? ¿cómo saliste de alli? - le voy haciendo preguntas a Victor mientras camino hacia él y me olvido del hacha que estaba intentando coger. Eso esperará a luego. Quería respuestas, y ya.

El tiempo corría y Curro necesitaba un médico. No podiamos seguir asi, sin hacer nada.

- Vamos, alguien tiene que bajar a buscar el botiquén, más agua y es gasolina de la que haló Curro. Si no bajais vosotros lo haré yo. Y no me detendrá nadie, ¡¡tenemos que salir de aquí!!

-Yo...escuche un ruido,me puse nervioso. Quería saber que era Victor sollozaba mientras Marta le hacia preguntas. Tras eso miro a los integrantes del autobus, parecía que todos,en el fondo,le guardaban resentimiento.

El conductor empezaba a no ser sentir la pierna y, aquello, le pareció que no podía ser bueno. Quizás fuese que el dolor se había amortiguado pero sospechaba que el torniquete estaba demasiado apretado, o llevaba demasiado tiempo puesto. Lo que necesitaba era cerrar las heridas, cauterizarlas.. lo que fuese necesario para que no sangrasen, pero en su mente empezó a formarse la idea de que si no hacían algo quizás no moriría, pero perdería la pierna.

¿Qué pasaría con su familia? Su mujer lo repudiaría por no poder trabajar y estar impedido. Si.. mejor morir que perder la pierna.

- No siento la pierna - dijo casi en un susurro - Debéis cerrarme la herida.. el torniquete ya no es útil

Ignorando las discusiones de los demás, ya cansada por todo aquello, me dirijo hacia afuera con el señor del sombrero. No me hace ninguna gracia tener que volver a salir, pero supongo que al lado del autobús no ocurrirá nada extraño, además la vida de aquel hombre estaba en juego y ninguno parecía realmente comprender la situación. Se habían atrevido a tratarnos como locas...

Al llegar a la puerta del autobús, me paro en seco, mis piernas comienzan a temblar y no puedo moverme. Las lágrimas comienzan a brotar nuevamente por mi rostro, esta vez sin contención ninguna.Mis extremidades acaban cediendo y caigo sentada en uno de los escalones, mientras sollozo con la mirada fija en ninguna parte.

Cuando Julián me pide que salgamos a por la gasolina, Jessica me coge del brazo, negándose. La cojo por los hombros, me la acerco y le miro a los ojos. - Ey, ey, ey. Sabes que he hecho cosas más peligrosas que esto. Sabes que estoy preparado para cosas así. - tampoco importaba mucho que estuviera diciendo la verdad o no - Vamos a salir, Julián y yo, vamos a arreglar como podamos el depósito, y nos vamos a largar de aquí. ¿De acuerdo? - le doy un beso en los labios y, esperando que quede tranquila, cojo nuestra botella de agua y se la tiendo a Jessica - Dale un poco de agua a este hombre, ¿vale? - me dirijo a los demás - ¿Nadie sabe una mierda de lo que hacer en estos casos? - señalando al conductor - ¿Nadie ve ni siquiera la serie esa del médico gilipollas? Me cago en la puta.

Miro a los cristales del autobús, buscando las ventanitas pequeñas que suelen tener en la parte alta de los cristales, y las abro un poco. Mientras hago esto, veo como una de las mujeres que traían al conductor hace amago de salir y se derrumba delante de la puerta. - Yo no sirvo para esto.

Me acerco a ella despacio. - Ey, tranquilízate. Llorando no vamos a conseguir nada. ¿Sabes lo que vamos a hacer? Te vas a calmar, te vas a levantar, y vas a mirar por los cristales por si viene el lobo o...o el bicho ese. Si ves venir algo, grita fuerte para que te oigamos y podamos volver adentro, ¿vale? - digo intentando poner un tono amable, algo complicado quizá porque estoy bastante cabreado. Si veo que se calma la ayudo a levantarse y la siento en un asiento que de a la ventana. Seguidamente voy a mi sitio, cojo mi mochila, y saco de ella esto:

Me dirijo a todos - A ver, el conductor dijo que el depósito tenía una fuga y que habíamos perdido toda la gasolina. Si podemos medio tapar la fuga y llenarlo con la gasolina de repuesto podremos salir de aquí. ¿A alguien se le ocurre como podemos tapar eso? ¿Alguien tiene cinta americana, o esparadrapo, o algo de eso? Quizá podamos llegar a taparlo por fuera y que aguante un tiempo. - pienso en el botiquín - Vale, en el botiquín habrá esparadrapo.

Alzo la pistola para que todos la vean - Soy militar de profesión. Sé usar esto, y sé lo que hay que hacer en estas situaciones. Así que esto es lo que vamos a hacer. Julián y yo bajaremos a buscar la gasolina y el botiquín. Yo llevaré la linterna, que por cierto, ¿donde está? - mientras pienso que seguro que se la han dejado fuera continúo - Julián, ayudándose de la luz de algún móvil, buscará la gasolina y el botiquín mientras yo le cubro. El resto de vosotros, quiero que estéis atentos a las ventanas por si vierais algo extraño. En cuanto veáis algo, gritad para que nos demos cuenta y volvamos. - hago una pausa para que lo asimilen - Una vez que tengamos la gasolina y el botiquín, volveremos a entrar, os daremos el botiquín para que atendáis al conductor como podáis, y cogeremos el esparadrapo. Volvemos a bajar, buscamos el agujero del depósito, lo tapamos, echamos gasolina y nos largamos de aquí. ¿Estáis todos de acuerdo?

- Qué fácil lo haces, Iván... - pienso cuando termino de hablar.