Partida Rol por web

La luz refleja en miles de gotitas de agua, no sé que es loq ue está pasando, sólo que tengo miedo y que algo no va bien. Me agacho sobra la hierba del suelo, que también está algo mojada y me arrastro ahogando un pequeño grito. Sea lo que sea lo que haya ahí, no debe saber donde estoy...

Toda lo sigilosa que puedo intento ir hacia donde creo que está la carretera. Me da miedo llamar a gritos a alguien.

Llevábamos corriendo unos minutos que para mí parecieron eternos, cuando el muchacho por fin decidió parar. Agradecida al cielo por unos instantes de reposo, comienzo a tomar grandes bocanadas del preciado oxígeno del aire, mirando en todas direcciones para intentar ver si la criatura está escondida por ahí entre la maleza. 

Se escucha de repente un feroz y atronador rugido, el cual no puede provenir de otro lugar salvo de la boca de aquella aterradora criatura, seguido por un golpe. Mis ojos se abren completamente y mi cara roja, por el esfuerzo de la carrera pierde instantáneamente todo el color -Q..qué... qué....ha.. sido eso- digo en un susurro apenas audible.

A pesar de estar agotada, física y mentalmente, no estoy dispuesta a morir y he recuperado el suficiente aliento como para seguir corriendo un poco más. -Intentemos llegar rápido al autobús, olvidémonos de ellos, si no han conseguido escapar, estarán muertos... y yo no quiero ser la siguiente- le digo al chico, asustada, mientras las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos.

Curro gritó de dolor y de miedo. Aquella criatura lo había apresado con sus dientes, le estaba mordiendo la pierna, zarandeándolo de un lado a otro, en el aire, con una fuerza inusual y brutal. El dolor era insoportable, las lágrimas del conductor corrían por sus mejillas humedeciendo su cana barba. No pensaba en nada, ni en la muerte, ni en su suerte, ni en nada.. sólo quería que aquél monstruo le soltase y dejara de hacerle daño. Con la pierna que tenía libre pataleaba, por si acertaba a golpear al animal, pero sin demasiada convicción, estaba demasiado concentrado en el dolor.

- ¡Ahhh! - el grito sonó desgarrando el silencio de la noche, llevaba consigo toda el sufrimiento que estaba padeciendo Curro.

Oigo el grito del conductor y mis remordimientos empiezan a aflorar... ¿qué hago buscando el camino a la carretera? ¡¡No le puedo dejar ahí solo!!

Busco una rama grande por el suelo o cualquier cosa que me sirva para defenderme y busco el haz de luz que aun debe verse en el suelo, cerca de donde habrá caído Curro.

- Gloria tenemos que ayudar al pobre hombre, pero tienes que ser valiente y tener fe, vamos..

 Mientras le sinchaba el brazo pero muy poco esperando que recapacite..

 - Mira si te pasara a ti, no dudaria en ir ayudarte, pues si quieres ve tu, yo me quedo con ellos.

En mi cabeza se debatían las dos opciones, volver con Carlos y quizás morir para salvar a Curro y a Martha o Seguir sola y quizás morir si me atrapa la bestia a mí sola por la maleza... mis lágrimas caen como si de un río se tratase, fuera hacia dónde fuera las posibilidades de salir con vida de aquella situación eran escasas. Observo al muchacho a los ojos, pero su resolución es firme al respecto. Asiento con la cabeza, y decido dejar que me guíe. Esta vez será más difícil, las piernas me tiemblan como si en lugar de huesos tuviera gelatina, pero debo intentarlo, no quiero morir y menos sola y perdida en aquel lugar.

Sigo la pequeña luz que aún parece que hace la linterna caída en el suelo, a gatas, no sé si simplemente por el miedo o por supervivencia. Está oscuro y no puedo distinguir más que lo que tengo a un palmo de mi nariz. Huele raro, y las manos y las piernas me tiemblan.

Consigo tocar con la mano lo que parece una rama bastante gruesa y la agarro con fuerza. Espero no equivocarme de dirección...

Sigo a gatas unos metros hasta que distingo unas sombras delante de mi.

- ¿Curro? - susurro muy muy bajito, apenas impreceptible por el pánico - ¿Curro, estás por ahí?

Marta, sola en aquel lugar de vida exuberante puede oler e incluso palpar el miedo. Su moral no deja que el grito de Curro pase desapercibido, atrapa una rama caída que parecía rota y corre hacia el haz de luz.
Cuando llega ve la escena, aquella bestia iluminado por la linterna tenía el pelaje negro y los ojos de color amarillo intenso, parecía un lobo pero 5 veces más grande de lo normal.
En aquel cepo que tenia por dentadura colgaba un inerte Curro, de su pierna bajaba la sangre que, a regueros, mancha su cuerpo y se mezcla con las lagrimas y el sudor del hombre maduro.

Estaba laxo y era zarandeado de un lado a otro hasta que la bestial o dejo caer, no por falta de hambre si no de interés, había aparecido su próxima presa, presa a la que enseñaba aquellos colmillos llenos de sarro y gruñía con toda la potencia que su laringe le permitía.

Cuando aquella bestia soltó a Curro, el dolor se detuvo por un momento y respiró algo aliviado. Pero aquello fue fugaz, enseguida sintió el golpe contra el suelo y su maltrecha pierna le dolía horrores, la tenía destrozada y perdía sangre. El animal se giró y Curro siguió con la mirada la de la bestia, que dirigía su atención hacia... Marta, aquella era Marta, pertrechada con un palo de considerables dimensiones, había venido a ayudarle, pero poco tenía que hacer ante tal bicho.

Curro clavó la vista en los ojos de la chica, estaba asustada, pero eso no había impedido que viniese a ayudarlo, no podía dejar que le pasase nada. No le quedaba demasiada fuerza, pero la joven se había arriesgado por él, algo a lo que no estaba acostumbrado. Así que tanteó el suelo y agarró la primera piedra gorda que encontró y la arrojó contra el animal.

- ¡Ven a por mi! - le gritó al animal tras lanzarle el pedrusco - ¡Escapa de aquí Marta! - rebuscaba otra piedra para lanzar.

Estaba laxo y era zarandeado de un lado a otro

No, tienes que esperar a un post de Marta y en mi proximo post os introducire en la escena

Marta,falta tu post ^^

Levanto la rama grande que me acabo de encontrar sobre mi cabeza cuando veo a la bestia girarse y mirarmes a los ojos. ¿qué coño es eso? No puede ser verdad...

- Curro, ¡¡levanta!! Vamos!! - Le grito a curro. - ¡¡ NECESITAMOS AYUDA!! ¡¡AQUIII!!!

Me preparo para echarme a un lado o golpear si esa cosa se avalanza sobre mi mientras intento despertar a Curro que parece desmayado.

Los gritos de la mujer no llegaron hasta la consciencia de Curro pero ella tenia problemas mayores. Un hilo de baba maloliente caía de aquellas fauces que se abrían y cerraban ansiosas de carne tierna. Como si fuera a cámara lenta Marta pudo ver como el lobo contraía sus cuádriceps mientras se erguía un poco,a partir de eso,todo el tiempo comenzó a fluir de forma frenética; de un salto aquella bestia titánica rebaso a Curro,tapo a Selene por unos instantes y cayó sobre Marta intentando asestarle una dentellada.