Partida Rol por web

Eryn Lasgalen, El bosque de de las Hojas Verdes

Cap. 1: Un autentico festin

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13/11/2015, 00:46
Director

Turno 100

Al salir de la tienda, Tulak tuvo claro como dedicar su tiempo libre. Estaba algo escamado con la frase tantas veces repetida desde su llegada al campamento. Buscaría a alguien como él, otros extranjeros. Seguramente ellos también habrían sido invitados por el mariscal a la cena, y quería conocerlos antes, por si pudiera obtener alguna otra información.

Deambulo por el asentamiento. Soldados jugaban, dormían o montaban guardia por todos lados. Otros comenzaban a preparar los pebeteros para la noche,  aquí y allá los soldados pulían sus armas, o aceitaban sus armaduras para prevenir el oxido.

El montaraz no dudo en preguntar a muchos de los soldados, por otra gente extranjera que llevase poco tiempo allí,  como él, y aunque muchos se encogían de hombros sin hacerle demasiado caso, algunos lo contestaron amablemente. Le conducían a la herrería, lugar donde supuestamente un enano ejercía las labores de forja desde que partieran de Minas Tirith, algo mas de un mes antes. No supo de ningún otro extranjero, por lo que se dispuso a seguir las instrucciones para encontrarla.

Aunque casi se pierde entre el mar de tiendas y el ir y venir de los combatientes, finalmente dio con la herrería. Era una gran tienda de lona blanquecina, gris por el paso del tiempo y la roña acumulada en el camino. Fuera había un buen fuego que alimentaba y mantenía muchas brasas listas para ser usadas. Dentro un banco de trabajo de madera y un yunque, se veían rodeados por armas y piedras de afilar. En ese momento no había nadie trabajando, excepto la persona que buscaba, o eso creía. Un enano limpiaba alunas armas sobre el banco de trabajo, estaba de espaldas a la puerta de entrada, aunque parecía que si que se había percatado de la llegada del medioenano.

 

 

Notas de juego

►Anota el próximo turno como “Turno 0001” Comenzamos el capitulo 1
►Si vas a hablar con el, cosa que supongo, marca a Kolli

► Resolución del próximo turno: Lunes 16-11-15

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13/11/2015, 00:48
Director

Turno 100

Kolli volvió a la fragua. Era una gran tienda de lona blanquecina, gris por el paso del tiempo y la roña acumulada en el camino. Fuera había un buen fuego que alimentaba y mantenía muchas brasas listas para ser usadas. Dentro un banco de trabajo de madera y un yunque, se veían rodeados por armas y piedras de afilar. Era lo que al enano le gustaba. Ahora estaba solo, aunque no era raro ver allí a algún ayudante o a algún soldado que iba a dejar sus armas para revisarlas.

Kolli se acerco al banco de trabajo y cogió sus armas y armadura. Se dispuso a limpiarlas. Solía usar un aceite, similar al que se usaban en las lámparas, para frotar con un trapo las armas. Luego las secaba con otro y las pulía con una gamuza hasta dejarlas bien lustrosas. Con la armadura no era tan fácil. La cota de malla debía ser limpiada con un cepillo de cerdas blandas para evitar que gotas de aceite se quedaran en sus miles de anillas. Era un trabajo tan tedioso como necesario. De esa manera evitaba el oxido que el agua o el sudor podían provocar. El enano era escrupuloso en su trabajo, más aun cuando eran sus propias pertenencias.

Se encontraba ensimismado, cuando se percato de que alguien lo observaba desde la puerta

 

Notas de juego

~~►Anota el próximo turno como “Turno 101
►El que está en la puerta es Tulak, márcale como destinatario.
► Comenzamos el capitulo 1

► Resolución del próximo turno: Lunes 16-11-15

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13/11/2015, 00:50
Director

Turno 100

El beornida salió del campamento, y lo hizo por el mismo sitio por el que entro, no solo porque ya conocía el camino, sino también porque allí estaban sus armas y no quería salir desprotegido.

El animista tenía una clara intención, que solía hacer cuando disponía de algún tiempo. Algo que casi amaba, era buscar hierbas útiles. Dependiendo del lugar donde estaba, buscaba esta o aquella planta para rellenar su bolsa. Nunca se sabía cuándo podrían serle útiles. Buscaba una planta en particular, llamada Arlan.

La planta de Arlan era pequeña, sin flores en esa época del año, aunque en primavera salían una preciosas flores azuladas de rayas negras. Crecía generalmente en la montaña, pero también en zonas sombrías del bosque. No media más de tres palmos y se caracterizaba por tener en la base del tallo dos grandes hojas blancas. Eran estas las que le interesaban, pues podían ser molidas y usadas como cataplasma. Curaba algunas conmociones leves y era usada por mucha gente.

Haelembor tuvo que alejarse mucho del campamento, hasta un pequeño grupo de arboles solitarios para encontrar una sola de esas plantas, pero allí estaba, bien resguardada del sol, bajo las copas de media docena de arboles bajos. Estaba satisfecho de su hallazgo. Recogió las preciadas hojas y las guardo. Miro al cielo, pronto llovería y el dia llegaba a su fin, era la hora de volver. Había pasado más de una hora desde que abandonara el campamento, y volvió a el. De nuevo se vio obligado a dejar las armas, y de nuevo con resignación, obedeció. Se encamino hacia la tienda del mariscal aunque aun tenía tiempo, pues la cena será servida al menos una hora tras la puesta del sol.

 

 

Notas de juego

►Anota el próximo turno como “Turno 101”. Comenzamos el capitulo 1
► Márcate solo a ti en tus post hasta nuevo aviso
►Consigues 1 dosis de Hojas de Arlan (recupera de 1-6 puntos de vida). Si se evita que las hojas se sequen, pueden durar hasta un mes antes de que pierdan su efecto. Añádelo tu mismo al equipo, dejando registrada la entrada
► Estas de vuelta en el campamento, aun tienes una hora libre

► Resolución del próximo turno: Lunes 16-11-15

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13/11/2015, 00:52
Director

Turno 100

 

Los dos hombres se marcharon de la tienda del mariscal. El hombre estaba atareado, lógico para una persona con su cargo. Los soldados que hacían guardia en el exterior, cerraron la cortina detrás de Freagulf, que salió el último. Una vez fuera, volvieron a la posada a la que fueron a buscarles. No tenían nada que hacer hasta la cena, o al menos nada que realmente les apeteciese, los últimos días habían sido duros y habían perdido demasiado. Ahora solo querían evadir sus pensamientos frente a una buena jarra de cerveza.

Rememoraron algunas historias, recordaron a Yves, brindaron por él, y continuaron buscando entre sus pertenencias alguna pista sobre el lugar donde se podría hallar la madre de Temudyin.

Lo que quedaba de la tarde, pasó rápidamente, y la hora de la cena se aproximaba. En invierno se cenaba mucho antes, pues se hacía poco después del anochecer.  Se enteraron por el propio posadero, que el mariscal cenaba cuando ya lo habían hecho todos sus hombres. Apenas faltaba una hora para su cita.

 

Notas de juego

►Anotad el próximo turno como “Turno 101
►Comenzamos el capitulo 1

► Resolución del próximo turno:  Lunes 16-11-15

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13/11/2015, 00:53
Director

Turno 100
 

Erik disfrutaba de una dura y sencilla vida como soldado de Anglarond. Tenia días de entrenamiento e instrucción, otros de guardia y algún que otro de descanso. Era lo habitual, aunque en tiempos de paz se podía decir que el estado general de los ejércitos era de cierto abandono. Pero no para Erik, no para los miembros de cierta facción de aquel ejercito.

Los Karak-Kuldar, los enanos recios. Un  antiguo batallón de soldados de elite que el mismísimo Gimli, Rey de Anglarond, se permitió la licencia de volver a instaurar según los antiguos escritos y leyes. Habían caído en el olvido por parte de los reinos enanos, pero volvían a resurgir. Erik no era el soldado que mas sobresalía, no era el más fuerte, pero tenía una capacidad innata para resistir el dolor, herida tras herida se recuperaba para retomar la lucha.

Poco a poco fue ganándose una fama entres sus compañeros. Innumerables veces habían salido de maniobras siendo Erik el que más había resistido, tanto cargando con todo el equipo que gustaba de llevar, como aguantando días sin comer o beber como si nada le afectara., pero siempre fumando de su pipa, como aquel que deja pasar el tiempo sin nada mejor que hacer.
A la vuelta de una de esas maniobras, sus capitanes fueron llamados a un consejo. Ell propio rey asistió para tratar algunos temas importantes. No tardaron en llegar noticias a los soldados, rumores de guerra.

Al este, un ejército de orientales estaba tomando rhovannion por la fuerza, algunos pueblos habían caído ya cerca del mar de Rhûn. El regente de Gondor, Eldarion, que aun no había sido ungido como rey, había pedido al reino enano ayuda para guardar las fronteras y luchar contra aquel enemigo. La guerra llamaba de nuevo a los naugrim, y en particular los Karak-Kuldar. Se sentían dichosos.

Los rumores seguían en aumento, y la moral del ejército aumentaba en contra de la razón. Muchos pueblos odiaban la guerra, mientras los enanos la adoraban. Llego el dia en que hicieron presentarse a todas las tropas ante el general de los enanos, fue este el que les hablo de lo que ocurría y de las mediadas a tomar. El grueso del ejercito sería enviado a las Ered Lithui, las montañas de ceniza, al norte de Mordor, donde lucharían contra un frente que por allí avanzaba.

Todo estaba dispuesto para partir en una semana, y cuando estaban a punto de hacerlo, Erik fue llamado por uno de sus capitanes. Tenían otros planes para el…

El ejercito partió sin él, la desesperación se apodero de Erik, deseaba luchar, tenía tanta sed de lucha como los otros. Esa desesperación fue desapareciendo poco a poco según le contaban su nueva misión. Debía presentarse ante el Mariscal Faelginor, que mandaba las tropas gondorianas que se enfrentarían a dos ejércitos de orientale que avanzaban mas al norte. Debía ponerse a su servicio y servir a su lado. Sería el representante de los enanos. Lo seria ante el representante del rey de los hombres, del monarca del reino unificado, del hijo del mismísimo Piedra de Elfo. Era un honor.

De no ser por su fama, nunca hubiera sido elegido. Multitud de heridas y deformaciones surcaban el cuerpo del enano, incluso dentro de los naugrim podía considerársele realmente feo. De no ser por esa fama mencionada, nunca se hubiera enviado al príncipe de las aberraciones para servir al mariscal. Pero por suerte su barba y su yelmo ocultaban la fealdad de su rostro.
Erik se puso en marcha la mañana siguiente, cargado con sus armas y un pesado petate en el que llevaba todo lo que se podía necesitar, si el periodo a tener en cuenta se contaba por meses. Dejo la ciudad de las cavernas centelleantes para dirigirse a la capital de Gondor y del mundo entero, Minas Tirirh. Allí conoció al mariscal, un hombre sabio, entrenado en el arte de la guerra, amigo de los buenos caldos, pero con poca experiencia en batalla debido a su juventud.

El mariscal, una vez le fue contada la historia del enano que lo acompañaría, se intereso por lo referente a los naugirm. Hacía que Erik, por feo que fuese, lo acompañase a cualquier reunión que tuviese, confiaba en su criterio para tomar sus decisiones. El enano no era muy ducho en las artes guerreras, pero con su fama por encima de él,  lograba hacerse escuchar.

Al poco tiempo, Faelingor y todo su ejercito, mas de quinientos hombres, parito al este. Erik lo acompaño como guardia y consejero del mariscal.

Tras apenas un mes de largas jornadas y cortos descansos llegaron a Burh Waldlaes, un pueblo de Etheod que vivían al oeste de rhovanion. Los etheod no eran si no rohirrim que habían logrado tierras al este del bosque negro, como lo hiciesen sus más lejanos antepasados antes que ellos, y habían tomado el nombre de estos. Aquel pueblo, una maravilla engarzada entre los acantilados del Talath Harroch, iba a ser tomado por los orientales, pero Gondor llego justo a tiempo para acabar con aquella locura. Los ejércitos orientales habían sido derrotados en una cruenta batalla en la que Erik apenas tuvo oportunidad de lucirse ante los hombres, pero que aun así, acabo con la vida de varios sagath.

Dos días después Erik fue instado a asistir a una cena que el mariscal daría. En ella, según tenia entendido, se revelaría una nueva misión. Erik, dichoso, deseaba combatir en lugar de permaneces junto al mariscal. Estaba convencido de que lo enviarían junto a sus compañeros para luchar junto a sus compañeros, mas al sur…

Una tarde aburrida mas, pues sus días consistían en guardar la tienda del mariscal aunque estuviese en el centro del campamento, fue llamado por Faelnigor, quedaba poco para la cena, y quería tener unas palabras con él. Acudió al llamamamiento.

 

Notas de juego

►Anota el próximo turno como “Turno 101”. Comenzamos el capitulo 1, que a la vez te sirve de intro.
► Márcate solo a ti como destinatario en tus post hasta nuevo aviso
► Estas junto al mariscal, recuerda que tienes una cierta confianza con el.

► Resolución del próximo turno: Lunes 16-11-15

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13/11/2015, 00:56
Faelginor (Mariscal de Gondor)

Turno 101

- Tengo una misión para ti maese Erik - dijo el mariscal intentando tener un protocolo que se habia convertido en  confianza. - He de entregar un mensaje en Tir Anduin.
Erik estaba extrañado, pues para esas tareas habia mensajero a caballo que lo entregarían veloces.
- Pero no solo es un mensaje - prosiguió como si le hablase a un amigo - Es algo que ha de ser protegido, y nadie debe sospechar que está en manos de Gondor
El guerrero enano no sabía de que podía tratarse, y necesitaba de algunas explicaciones.
- He convocado a algunos extranjeros, que es justo lo que busco,por que nada los une con Gondor - se explicaba - Necesito que los acompañes y te asegures de que es entregado aquello que se os ha sido confiado.
Frost escuchaba ansioso, aquella oportunidad le brindaba la opción de salir fuera, valerse pos i mismo y demostrar que no era una niñera, si no un autentico guerrero.
- ¿Aceptaras mi proposición?

 

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13/11/2015, 10:02
Erik Frost

Turno 101

Todavía fatigado y dolorido por los golpes de la refriega de Burh Waldlaes dos días antes,Erik acudió presto a la llamada de su nuevo señor.

Los enanos no son un pueblo dado a relacionarse con otras razas fácilmente, y menos aun a acatar ordenes que no vengan de sus propios señores enanos, ya que son una raza orgullosa, y no se consideran por debajo de ninguna otra de la tierra media.
Sin embargo al Enano le había caído en gracia el joven Mariscal de Gondor.

Faelginor lo había tratado con respeto desde el primer día, casi como a un igual, aun cuando por rango no le correspondía. No parecían importarle sus malformaciones ni sus terribles secuelas, y en mas de una ocasión le pidió consejo, y demostró confiar en su criterio.
Erik, no estaba acostumbrado a este trato por parte de un superior. Aun entre los enanos, cada gramo de respeto se lo había labrado a costa de una tenacidad implacable, sudor, y sangre en el campo de batalla.
Por todo ello, aceptaba de buen grado servir al inexperto señor de Gondor.

Tras escuchar en riguroso silencio la exposición del Mariscal, Erik le respondió, permitiéndose ciertas libertades. Su Sangre bullía ante la perspectiva de entrar de nuevo en acción.

- Mi Señor, bien sabe que no necesita pedirme algo así, cumpliré su mandato con gusto, y aunque mi mente esta ahora con mi gente que lucha al sur, a la sombra de las Ered Lithui, nada me gustaría mas que poder servirle en tan enigmático encargo -

Al enano le hervía la sangre , todavía guardaba en su retina las imágenes de la ultima contienda, y la adrenalina volvía a fluir por sus venas, sin embargo y aunque por norma no cuestionaba ninguna orden, el halo de misterio que rodeaba la palabras del Mariscal, le impulso a preguntarle veladamente por el susodicho encargo.

- Mi señor, si me permite la indiscreción ¿Algo mas que deba saber sobre ese "importante" mensaje? -

Confío en que la complicidad que nos une te permita leer la preocupación que esconde mi pregunta buen amigo, y que tu confianza se traduzca en información de valor para mi.

EL enano prosiguió antes de permitir que Faelginor respondiese.

- ¿Mi señor , se quedará usted aquí en Burh Waldlaes? Sabe que me siento mas seguro, si estoy cerca para poder protegerlo, si me permite la osadía -

Tir Anduin...no se mucho sobre los asentamientos de los hombres a este lado de rio Grande, tal vez debería pedirle guía y algo de consejo.

EL enano se negaría a admitir su desconocimiento ante cualquier otro, pero su buena relación con Faelginor le animo a componer una ultima cuestión, las incógnitas acudían a su cabeza en tropel.

- ¿Me puede hablar un poco sobre Tir Anduin y las gentes a quien debo entregar el mensaje? distancia, trayecto... y mas importante aun, ¿son de confianza aquellos que me acompañaran en mi tarea? -

Notas de juego

Sigo de Guardia, así que intento en lo posible tener un ojo (y un oído puestos en lo que sucede al exterior de la tienda)
Con el resto de mis sentidos, intento evaluar el estado de animo del Mariscal, leer en sus gestos, algo que me de mas información: Preocupación, miedo, nerviosismo...

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13/11/2015, 12:06
Temudyin

Turno 101

Tenían bastante tiempo hasta la hora de la cena que era cuando tenían su próxima cita con el mariscal. Temudyin supuso que lo que iba a pedirles debía ser importante y que además no sería a ellos solos, pues si no, se lo hubiese pedido en ese momento.

Volvieron a la taberna que tan bien conocían, pues si algo era bueno, para que cambiar. Allí volvieron a brindar por Ives y el pueblo de Fréagulf e intentaron pasar el tiempo curioseando en las pertenencias de su hermano. Como llevaban bastante tiempo y la taberna no estaba muy llena el posadero, quien ya no recelaba del raro aspecto del bosquimano, se les acercó dándoles conversación. De él supieron que el mariscal cenaba cuando ya lo habían hecho todos sus hombres. Siguieron hablando relajadamente mientras dejaban pasar el tiempo entre jarra y jarra.

A falta de poco más de una hora para la cita, a Temudyin se le ocurrió que quizás aquel amable y charlatán posadero, le pudiese brindar alguna ayuda más. Sacando la bolsita de hierbas, le preguntó su conocimiento sobre las mismas, o si quizás él conociese a alguien que supiese decirles que tipo de hierbas eran y cual pudiese ser su procedencia.

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13/11/2015, 22:29
Haelembor
Sólo para el director

Turno 101

Recojo con cuidado las hojas de la planta, teniendo cuidado de no dañar a la planta en si, de manera que podrá regenerarse y crecer de nuevo.
Susurro una plegaria a Yavanna en mi idioma materno para agradecerle sus dones y solicitar su permiso para hacer uso de ellos.

-देवा, माझे महिला देणे फळ मला आपल्या बागेत हे जाणतो की, उदात्त प्राणी बरे मदत करण्यासाठी आपल्या भेटवस्तू एक वापरू देते धन्यवाद.*

Satisfecho, guardo con cuidado las hojas en mi bolsa de hierbas y me encamino hacia el campamento, cuando llego a la sombra de las empalizadas no puedo evitar torcer el gesto, entro sin pensarmelo mucho, por la misma puerta que lo habia hecho hacia unas horas y me dirijo a laa cercanias de la tienda del mariscal, busco un lugar algo apartado de la aglomeración y la actividad y me quedo de pie, observando el cielo, olfateando y escuchando al viento, que hablan de oscuridad y lluvia.

Notas de juego

*Oh señora dadora de frutos, gracias por permitirme hacer uso de uno de tus dones para ayudar a sanar a las criaturas nobles que moran en vuestro jardin.

He metido la dosis de hierba en el equipo, echale un ojo a ver si lo he hecho bien o prefieres que sea de otra manera.

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14/11/2015, 02:15
Tülak

Turno 0001

Tras mucho deambular, y demasiado tener que preguntar a la marabunta de soldados que me voy encontrando, finalmente tengo un objetivo, asi que, disipando poco a poco el malhumor que me había entrado al principio de la tarde, me dirijo hacia donde me indican que está la herrería del contingente: - Un enano. Bien, la estirpe de Dúrin suele ser menos habladora que la mayoría de estos humanos ruidosos. Agradeceré un poco conversaciones yendo al grano...

Tras sortear una cuantas tiendas de aspecto desaliñado, acabo dando con una especie de plaza, en el mar de tiendas, donde se localiza la herreria. Aunque es tarde y las fraguas descansan, aunque se mantienen los rescoldos, el hijo de Mahal se encuentra poniendo a punto algunas de las armas que allí se apilan, quiza de las usadas en la batalla de ayer. Acercándome con paso decido, carraspeo, aunque parece que el enano ya se ha percatado de mi presencia, y digo, con cierta poca confianza en mi mismo, utilizando una vieja fórmula, en la lengua de los enanos:

* La roca te proteja, hijo de Mahal!! *, tras lo que continúo ya en oestrón, tambien con acento del norte, aunque menos que el de la lengua de los Grandes Salones de los Enanos, andaba buscando extranjeros en este ejercito, y hacia ti me han guiado... Mi nombre es "Tuläk", Umli de Forodwaith. Puedo preguntar el tuyo?? Te invitaría a un trago, pero no se si estás aun trabajando, no donde podría hacerlo. Me gustaría hacerte unas preguntas que me escaman desde que he llegado aquí a alistarme..., acabo dejando la frase en el aire, mientras me echo para atrás la capucha de mi capuz, dejando que mi largo pelo del color de fuego campe libre a la brisa que sopla del oeste en el campamento, y espero a que el enano se gire.

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14/11/2015, 13:55
Faelginor (Mariscal de Gondor)

Turno 101

 

El enano había servido bien al mariscal, y lo había hecho siempre a su lado, aconsejándolo y protegiéndolo. Entre ellos había una cierta confianza que permitía a ambos hablarse de una manera mas coloquial que la que usaban muchos de los subordinados de Faelginor.

- Me alegro, amigo, de que realmente confíes en mi de esa manera. - dijo con una sonrisa en la cara - Se que deseas luchar junto a los tuyos, nuestro siguiente paso es reforzar el frente donde luchan tus compañeros, pero necesito a alguien que lleve a cabo esta tarea, y confío en ti. - Y en verdad era así.

- Sobre el mensaje, me temo que es de índole personal, y tan solo atañe a la persona a la que va dirigido - le contesto al enano, que parecía contrariado con tato enigma - Yo quedare aquí, preparando nuestra partida al sureste - le indico - Se que recelas de mi seguridad, pero estare bien, mi guardia personal también se esmera en sus funciones - Como cualquier otra persona relevante dentro de los ejércitos, contaba con una guardia especializada.

- Ni yo mismo conozco bien a los que te acompañaran. Son viajeros, extranjeros que han llegado a nuestro campamento. - explico - Bueno, menos el enano que trabaja en la herrería y del que supo hace poco, pero también es un desconocido para mi - decía mientras observaba la cara del enano. - Tir Anduin es un importante pueblo que se halla en la orilla del Anduin, es un centro importante para el comercio y allí hay un destacamento gondoriano que mi propio hijo dirige, para el es el mensaje. - le conto por encima algo de la misión - pero mas tarde, cuando los conozcas a todos, os contare mas detalles de lo que quiero de vosotros.

- Confio en ti para que entreges el mensaje y lleves cierto objeto hasta allí. El resto te ayudara, te servirán de protección y de soporte en el camino - la cara del mariscal no mostraba ninguna preocupación, aunque cierto era que pocas veces se le podía adivinar el estado de animo mirándolo al rostro. Era inexpresivo y sobre todo no gustaba de mostrar la preocupación o la desesperación, alguien de su condición no podía permitirse aquello.

- La cena será pronto, voy a asearme y nos veremos en una hora aquí mismo - insto al enano a que lo dejase, a que saliese - Ve a prepararte, pues mañana al alba partiras

 

 

Notas de juego

Haz una tirada de percepción oculta (1d100 mas bonificación de percepción)

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14/11/2015, 15:29
Posadero

Turno 101

 

El posadero estaba atareado, pero como buen hombre de negocios, trataba de complacer a todos sus clientes. Además le gustaba hablar mucho y nunca rechazaba una buena charla

- Lo siento amigos, a mi me sacais del laurel, el perejil y otras especias y me perdería - dijo encogiéndose de hombros. - tal vez Ercis, la bibliotecaria, sepa algo o de alguien. Seguro que tiene algún libro que hable de ellas, o que conozca algún curandero. Dicen que es una mujer extraña y que en realidad es una bruja, pero yo no me lo creo - Hablaba rápido y sin respirar.

- ¡Voy! - grito a un cliente - Enseguida vuelvo - y se marcho sin dejar lugar a replicas

Volvió al poco rato para retirar las jarras vacias.

- Para la cena tenemos n guiso de cordero con patatas, ¿Les traigo mas cerveza? - informo de manera automata

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14/11/2015, 15:55
Director

Turno 101

El beornida buscaba un lugar apartado en el que esperarla hora de la cita. No muy lejos de la tienda del mariscal, tras una de las tiendas usadas como almacen, había varias mesas y bancos de madera, ahora vacios, donde los soldados pasaban el rato. Alli se sento mirando el cielo. Cada vez estaba mas oscuro y las nubes grises comenzaban a agolparse, esa noche llovería.

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14/11/2015, 17:10
Erik Frost

Turno 101

La serena sonrisa de su patrón, provocó que Erik se tranquilizase bastante.
No en vano, en el tiempo que habían compartido, Faelginor se había convertido en lo mas parecido a un amigo que pudiese recordar, al menos entre los que no eran de su raza. Por su puesto no llegaba a confiar en el tanto como en su compañero de armas Nain, o en su tio Dwalin, o su abuelo Barbablanca...pero claro, ellos eran familia, y no existía comparación posible
En muchas ocasiones, sus conversaciones con el mariscal habían empezado en un tono extraña y exageradamente cortes para lo que solía ser su relación.
La razón era que cuando hablaban delante de otros soldados, Erik, no podía tomarse libertades con su mariscal, y este, tampoco podía permitírselo aun siendo su consejero personal, pues podría minar su autoridad, y sentar un precedente peligroso. por esta razón siempre empezaban con un matiz cortes, que enseguida cuando se encontraban a solas, empezaba a derivar en un tono mucho mas distendido.

Después de deslizar alguna mirada furtiva hacia puerta de la tienda por si algún guardia podía oírlos, continuo:

_Dejalo en mis curtidas manos amigo mio. La verdad, ya me estaba cansando de perseguir tu espigado culo de pies-largos por cada rincón de este condenado erial-

Observo con recelo la reacción del mariscal, y al ver que este empezaba a esbozar una sonrisa, prorrumpió en una sonora carcajada tan profunda y gutural como solo los enanos podrían proferir.

-JOJOJOJOJO...-

Erik deseaba acercarse mas a las montañas de ceniza, toda su atención estaba puesta en las minas de metales que allí explotaban los hombres del este y sus pérfidas compañías. Pero ese era su secreto, uno que todavía no estaba dispuesto a desvelar, ni siquiera a su apreciado compañero de Gondor.
De modo que acepto el encargo con la esperanza de despacharlo con celeridad y poder regresar para marchar con el resto del ejercito enano hacia el sur.

Por otra parte, le agrado conocer que habría un enano entre aquellos que lo acompañarían en su misión.
Sin embargo, seguía sin gustarle el misterio que rodeaba el encargo, y su mente insistía en buscar respuestas, a cada cual mas inverosímil...

-En una hora pues. Aquí me tendrás, escudo en mano y alerta para aplastar cualquier mosca que se deslice sin permiso en tus aposentos.-
Profirió otra carcajada este menos escandalosa que la anterior, y se dispuso a abandonar la tienda, no sin antes realizar una pequeña panorámica del interior de la misma. Principalmente buscaba armas, o alguna posible salida aparte de la principal...

Mientras me preparo, tal vez tenga un rato para disfrutar de un poco del extraordinario Tabaco que eses esquivos medianos cultivan en su tierra...La Comarca creo que la llamaban...

Este placentero pensamiento acudió a la mente del enano mientras dejaba la tienda, y le ayudo a alejar sus otras preocupaciones por unos instantes.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción oculta

Tirada: 1d100

Resultado: 15(+20)=35

Notas de juego

Hago la tirada aplicando 20 porque doy por hecho que llevo el Yelmo, ya que estaba de guardia y no dije nada de que me lo quitaba.

*Nota: No se si en este viaje consumí alguna de las raciones, o de momento todo corre por cuenta del ejercito...supongo que me avisaras de estas cosas (?)

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15/11/2015, 21:18
Haelembor
Sólo para el director

Turno 101

Observo el cielo, cada vez mas oscuro y cubierto por nubes cargadas de lluvia, no e que me preocupe en exceso la lluvia, pues es pretencioso esperar que llueva y no mojarse, pero resulta incomodo si has de viajar y puede ocasionar pequeños problemas de salud si no se previenen.

Repaso en mi mente las opciones que tengo por delante.

-El alcalde de Esgaroth, uno de los destiantarios de las cartas que porto, está muerto, seguramente ya será noticia conocida en su ciudad, o al menos el jinete que actue de mensajero estará en camino, no tiene sentido desandar lo andado, el destino ha querido que se diese asi y no merece la pena darle mas vueltas.
El segundo destinatario, el rey Aldarion está al sur, librando batallas, asi que no hay más que pensar, tengo que ir al sur y parece que el mariscal está dispuesto a ayudarme a llegar hasta él, pero habré de hacerle un favor, portar otro mensaje, no parece un precio demasiado elevado...
Cuadno haya solucionado la parte del rey, podré regresar a Esgaroth y acabar la misión del Waildbair y poder explorar el bosque a mi antojo.
Lejano parece el dia en que pueda hacerlo, pero no debo pensar demasiado en el futuro, tengo un objetivo y en él usare mis energias.

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16/11/2015, 10:55
Kolli Gyrdrson

Turno 101

Kolli se esforzaba una y otra vez en la mecánica tarea de revisar su valiosa cota de malla. Cepillar, lubricar, secar y volver a cepillar, repitiendo el proceso una vez tras otra hasta que el deseo del enano quedara medianamente satisfecho. Era su pertenencia más valiosa, no sólo por la protección que le ofrecía, más importante aún en tiempos de guerra, sino porque le recordaba quién era y que era el honor. El escudo de su clan se encontraba en ella y sólo necesitaba verlo para que toda la historia de su familia volviese a su cabeza. Algún día volvería… Se recordaba. Algún día volvería a ser alguien y desterraría la vergüenza que le acompañaba por aquellas extrañas tierras de los edain.

Mientras tanto debía seguir creciendo, mejorando su arte y convirtiéndose en mejor enano. Los edain no sabían ni lo que era una fragua, mucho menos eran capaces de crear algo valioso o bello, pero Kolli se merecía aquel destino. Era su prueba. Alguien entró en su reino. Kolli ni siquiera se molestó en levantar la cabeza de la mesa de trabajo.

Está cerrado. – Gruño con voz ronca. La poca fama que tenía el enano era su mal genio y su habilidad para que cualquier persona se sintiera incómoda en su presencia.

Pero no pudo evitar que le asaltara la curiosidad, y quizá algo de melancolía al escuchar alguien hablando su lengua natal después de tanto tiempo. Levantó la cabeza para observar en la entrada a un medio enano y por primera vez no sabía si se encontraba aliviado o decepcionado. Desde su precipitada salida de los salones de las Cavernas Resplandecientes no había cruzado su camino con ningún hermano enano y no sabía cómo reaccionaría. Finalmente, sorprendiéndose a si mismo ante un gesto de amabilidad tan poco propio de él, dejó por un momento el trabajo que estaba realizando y se dirigió al extraño.

Mi nombre es Kolli – Dijo sin añadir nada más – Intento convertir en armas estos juguetes que me traen los niños humanos.- Dijo más bufando que hablando.- No creo que pueda serte de mucha ayuda umli, llevo poco en el campamento y no creo que me quede mucho. – Finalizó manteniendo la mirada de Tulak.

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16/11/2015, 13:47
Tülak

Turno 101

Allí, plantado en el umbral, no puedo evitar sonreir ante el comentario del enano sobre las armas de los humanos, aunque intento que no se note, fingiendo un carraspeo:

- Sí, de todos es sabido que Mahal no compartió su arte con los Edain!!, dando un par de pasos hacia dentro, y ofreciendo mi brazo para saludar al enano, dando un buen apreton a su antebrazo, le digo: - Encantado entonces, Kolli!!

Con una ligera sombra de decepción en la cara, pienso durante unos instantes mi siguiente pregunta y digo:

- Vaya!! Según tengo entendido, el Mariscal de este ejercito, busca gente "como nosotros", y esperaba que tu, que llevas mas tiempo aquí que yo, supieses algo... Entonces, no te han invitado a una cena con él, esta noche...??, acabo preguntándole, mientras clavo mis azules ojos en los suyos.

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16/11/2015, 17:08
Kolli Gyrdrson

Turno 101

Kolli devolvió algo sorprendido el amistoso saludo del umli. - Si "como nosotros" te refieres a desconocidos prescindibles entonce sí. - Responde sombrío el enano. - El mariscal tiene algún plan y utilizar a gente como nosotros puede aportarle una gran ventaja en caso de tener éxito y nada que perder en caso de que todo salga mal. Es lo único que saqué en claro de la audiencia que tuve con él. Hasta la cena no explicará su Gran Plan... No confío en él pero que diablos, estoy aburrido de sacarle filo a estos pinchos.- Dice señalando alguna espada del taller.

Notas de juego

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16/11/2015, 17:50
Director

Resolución Turno 101

 

El tiempo pasó demasiado rápido. El viento frio llegaba con ráfagas violentas que sacudían los estandartes que había en el campamento. Pendones con el emblema del árbol blanco que ondeaban salvajes. El aire ululaba entre los vientos que sostenían las tiendas, golpeaban las lonas y levantaban briznas de hierba mojada.

El campamento estaba a las afueras de Burh Wadlaes, al norte de la ciudad, si bien otro más pequeño se levantaba al este. Sobre los acantilados de la ciudad, que se había edificado entre cañones, era donde se encontraba el principal asentamiento. El Tallach Harroch dividía en dos gran parte de rhovannion, dejando claramente diferenciadas dos llanuras a distinta altura, unidas por las calles de la ciudad, grandes rampas naturales que se elevaban entre edificios e innumerables escaleras talladas en la roca. De ese modo, arriba y abajo, la presencia militar estaba presente.

El campamento estaba en calma, los soldados recibían su sustento en las grandes tiendas montadas al efecto. Largas mesas, cuencos y vasos de madera y una comida decente. Hoy el olor a guiso de carne con patatas invadía todo. Los soldados pasaban con su plato, les servían un buen tazón de guiso y les daban un mendrugo de pan. Los cubiertos debían llevárselos, aunque casi todos contaban con un cuchillo y una cuchara entre sus efectos personales. Unos ataviados con la armadura y armas, y otros solo con las ropas que vestían debajo, comían rápido para ir dejando sitio a los que venían detrás.

Poco a poco el bullicio en el campamento fue subiendo de tono, la cena había llegado a su fin, y con ella, la hora en que el mariscal ofrecería su cena.

Haelembor supo que era el momento de volver a dirigirse a la tienda del mariscal. Tenía una cierta curiosidad por saber el alcance de ese trabajo que le habrían de proponer, su objetivo, dado que Agranil había fallecido, era la de entregarle el mensaje al mismísimo rey Eldarion, que luchaba al sur. Según creía, el mariscal podría ofrecerle información de alguna ruta segura a seguir, y también compañía para el viaje.

Así pues, encamino sus pasos hacia la tienda de Faelignor. Cuando llego se encontró con los mismos dos guardias que antes guardaban la tienda. Dos soldados de la guardia personal del mariscal. Los saludo y espero allí en la puerta, tal y como le indicaron.

Pronto apareció otro individuo, se trataba de un enano. Llevaba su yelmo puesto y vestía una capa con capucha puesta y una cota de malla. También iba fuertemente armado, cosa extraña dado que al propio beornida no le habían permitido llevar armas. Cuando llego saludo a los dos soldados de la puerta como si los conociese bien.

Casi de inmediato, aparecieron dos hombres. Uno parecía un jinete, ataviado con armadura de cuero y luciendo emblemas típicos de los etheod. A su lado, otro más inquietante, pues aunque también vestía armadura del mismo tipo, presentaba tatuajes y un extraño corte de pelo, más típico de un salvaje que de un jinete. Ambos también llevaban sus armas.

 

Notas de juego

►Anota el próximo turno como “Turno 102
►Marcate a ti mismo, a Freagulf, Temudyin  y a Erikfrost. NO marques a Tulak ni a Kolli
►Estais frente a la tienda del mariscal, aun no podeis entrar, podeis interactuar entre vosotros

► Resolución del próximo turno:  JUEVES 19-05-15

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16/11/2015, 17:53
Director

RESOLUCION TURNO 101

El tiempo pasó demasiado rápido. El viento frio llegaba con ráfagas violentas que sacudían los estandartes que había en el campamento. Pendones con el emblema del árbol blanco que ondeaban salvajes. El aire ululaba entre los vientos que sostenían las tiendas, golpeaban las lonas y levantaban briznas de hierba mojada.

El campamento estaba a las afueras de Burh Wadlaes, al norte de la ciudad, si bien otro más pequeño se levantaba al este. Sobre los acantilados de la ciudad, que se había edificado entre cañones, era donde se encontraba el principal asentamiento. El Tallach Harroch dividía en dos gran parte de rhovannion, dejando claramente diferenciadas dos llanuras a distinta altura, unidas por las calles de la ciudad, grandes rampas naturales que se elevaban entre edificios e innumerables escaleras talladas en la roca. De ese modo, arriba y abajo, la presencia militar estaba presente.

El campamento estaba en calma, los soldados recibían su sustento en las grandes tiendas montadas al efecto. Largas mesas, cuencos y vasos de madera y una comida decente. Hoy el olor a guiso de carne con patatas invadía todo. Los soldados pasaban con su plato, les servían un buen tazón de guiso y les daban un mendrugo de pan. Los cubiertos debían llevárselos, aunque casi todos contaban con un cuchillo y una cuchara entre sus efectos personales. Unos ataviados con la armadura y armas, y otros solo con las ropas que vestían debajo, comían rápido para ir dejando sitio a los que venían detrás.

Erikfrost de la tienda fijándose en todo lo que pudo. La tienda, sencilla aunque a la vez elegante, tenía una única entrada, la que estaba guardada por dos de los soldados de la guardia personal de Faelginor. El enano no observo nada inquietante, todo seguía como siempre. El enano era receloso, incluso cuando se encontraban en una tienda vigilada, rodeada por todo un ejército.

Erikfrost salió de la tienda, tal y como le habían ordenado, y se marcho hasta otra mas pequeña donde estaba su camastro. Compartia la tienda con otros cinco soldados de la guardia personal del mariscal, y ellos disponían de un sencillo jergón. Los demas soldados se debían conformar con un poco de paja en el suelo. Alli, reordeno sus pertenencias, metió todo en su petate e hizo inventario para dejarlo todo listo. Esto le llevo un buen rato.  Poco a poco el bullicio en el campamento fue subiendo de tono, la cena había llegado a su fin, y con ella, la hora en que el mariscal ofrecería su cena.

Allí ya había alguien esperando. Un hombre alto y corpulento que no desvió su mirada al llegar. El enano saludo a los dos soldados, eran compañeros con los que pasaba largos ratos.

Iba a dirigirse hacia el humano, que debía ser uno de esos beornidas de los que hablaban las historias, cuando aparecieron dos hombres. Uno parecía un jinete, ataviado con armadura de cuero y luciendo emblemas típicos de los etheod. A su lado, otro más inquietante, pues aunque también vestía armadura del mismo tipo, presentaba tatuajes y un extraño corte de pelo, más típico de un salvaje que de un jinete.

 

Notas de juego

►Anota el próximo turno como “Turno 102
►Marcate a ti mismo, a Freagulf, Temudyin  y a Haelimbor. NO marques a Tulak ni a Kolli
► Estais frente a la tienda del mariscal, aun no podeis entrar, podeis interactuar entre vosotros

► Resolución del próximo turno:  JUEVES 19-05-15