Partida Rol por web

 Jürgen mira pasmado a Matty.

¡¿Reirnos de nosotros mismos?! Este tipo ha perdido el juicio, segurmente gracias a la coca.

Mira alrededor, pensativo, buscando una escapatoria para tan atípica situación. Tras el silencio que deja el enfermero tras de sí, solo puede pensar en lo mal que aún se encuentra  y en lo áspera que era la situación.

Jürgen mira a su alrededor, estudiando la habitación, con la mente aun borrosa empieza a recordar porqué estaba allí, con aquellos personajes que tanto odiaba, pero ninguno le repelía tanto como el payaso de Matty Matt.

-Dejemos las bromas para otra ocasión, ¿de acuerdo? Es más, si mantuvieras un rato la boca cerrada, todos te lo agradeceríamos.- Dice inclinandose hacia Matty y señalandolo con el dedo.

Estaba demasiado cansado para discutir con nadie, aún.

-Ojalá todo esto terminase pronto.

 - ¿La boca cerrada? ¿para que? ¿para vernos las caras de amargados? ¡¡¡no señor, no señor!!! ya que tenemos aquí a un payaso, ¡hay que aprovecharlo!- Amistosamente intentó tirar de la mejilla a Matty, ya que estaba sentado justo a su izquierda.

- ¿No os dais cuenta de que estamos siendo victimas de una mente excesivamente maravillosa? igual estamos participando en algún reality show de los que tanto os gustan a vosotros, o es una venganza por esas personas que no entienden nuestra manera de ver la vida jiji, me encanta vivir situaciones límite, son como una lluvia de ideas mezcladas son sudor, sangre y lágrimas..- En esos momentos me quedé pensativo, acababa de dar con los ingredientes perfectos para elaborar una receta artística

- ¿Que os parecería ahora esa idea? una caótica mezcla de fluidos sobre un lienzo, ¡exquisito!, en cuanto salga de aquí me voy a dedicar a plasmar en la pared todas las ideas que estoy teniendo, sois mejor fuente de inspiración que las fulanas con las que estuve la otra noche- Acto seguido me tapé la boca como indicativo de que podía herir los sentimientos de alguien.

- Ops, lo siento hermosa, no te lo tomes a mal, no iba por ti- Dije dándole un guiño a Alexandra

Accedí a regañadientes a tomar la pastilla. La verdad es que recapacitando nada malo podría ocurrir en una clínica como esa.

Nada malo excepto estar con la grosera compañía de aquellos tipos perniciosos y extravagantes. Seguramente poseían algun tipo de complejo o trastorno cogntivo mal pronosticado en su juventud ¡seguro!, pues sus necias palabras se equiparaban a comentarios casi misóginos y escatológicos, soeces.  Menudo panorama.

un crítico de cine que rozaba aspectos inmorales, un cómico excéntrico con pretensiones dañinas, y un jodido purista de la escena (según su modo de ver) que trabajaba con fluidos... y de John... bueno.. .mejor no hablemos.

¿Qué hacemos aquí? -pregunté. ¿Cuando vendrá el maldito médico? Espero que me ayude a recordar, odio este sitio...

Unos pasos rápidos en el pasillo os llaman la atención. Parece que hay más de una persona.

Un tintineo metálico y dos vueltas de una llave. La puerta se abre.

El enfermero entra primero, echa un vistazo a la habitación y a vosotros, y después deja entrar al doctor.

No dice nada, sale fuera de la habitación y cierra la puerta. No se oyen pasos, se queda al otro lado.

El doctor parece serio, pensativo. Lleva una carpeta con él. No viste bata.

- Gracias, Jonas - murmura mientras el enfermero sale de la habitación. Tiene un ligero acento extranjero.

Cruza la habitación y se sienta en la silla vacía, ojeando los papeles de su carpeta con aire ausente. Saca un bolígrafo y os mira uno por uno entrecerrando los ojos. Se ajusta sus gafas y se aclara la voz.

- Tienen ustedes buen aspecto hoy. Si les parece bien, hoy empezaré la ronda por mi derecha, por el señor Stuart

Stuart ladeó su cabeza cuando vio que la actriz no correspondió a su búsqueda de apoyo emocinal. Decepcionado, se quedó mirando tristemente a la puerta, a la espera de que entrara el doctor o quien fuera en la sala. Callado, miró a Van Der Kolk cuando entró y apenas podía reprimir una explosión de preguntas hacia su persona. Quería  saber muchas cosas. Cuando el doctor empezó por él, no pudo menos que dar un suspiro de satisfacción, sus dudas podrían resolverse.

-Me parece bien, señor. Tengo muchas lagunas en mi cabeza y me siento fatal. No recuerdo ni que hago aquí ni como llegué. ¿Hice algo chungo?

John miraba fijamente al médico esperando respuestas, cuando de repente cayó en algo de lo que Kolk dijo. "Hoy empezaremos por Stuart".

¿Llevamos más tiempo aquí? ¿mucho? ¿por qué no lo recuerdo?

El doctor suspira y se vuelve a ajustar sus gafas. Parece extrañado.

- Haremos una cosa. Conteste a las preguntas de la ronda y ahora volveremos a ese tema.

Van Der Kolk pasa un par de páginas y se prepara para escribir. Mira de reojo con la vista por encima de las gafas hacia la puerta. El doctor empieza a leer una serie de preguntas.

- Diga su nombre y a qué se dedica en una frase sencilla.

- ¿Ha soñado algo recientemente? ¿Lo recuerda?

- Enumere tres cosas que le apetezca hacer

- ¿Comprende el motivo de por qué está aquí?

- ¿Le sienta bien la medicación? ¿Se siente tranquilo o adormilado?

Desde que te has tomado la pastilla, te sientes cada vez más despierto y atento. Parece que tu cabeza vuelve a funcionar bien poco a poco.

Desde que te has tomado la pastilla, te sientes cada vez más despierto y atento. Parece que tu cabeza vuelve a funcionar bien poco a poco.

El médico ignoraba las preguntas de John pero tenía las suyas propias. Puede que fueran útiles para la terapia, pero a su modo de ver eran una pérdida de tiempo. No ve como responder a unas cuestiones que parecían primero de carrera de psicología le ayudarían a curarse, si es que tenía algo de lo que curarse. Sin embargo, decidió portarse bien, aunque solo fuera para hacer ver que no era tan cretino como la mayoría de los que lo acompañaban en esta simpar terapia.

Me llamo John Stuart, mi profesión está catalogada como guionista pero yo sé que soy un creador, un maestro, alguien que da vida, y aunque algunos la consideren ficticia, yo creo que tiene mérito.

La primera era fácil, pero ahora debía hablar de su sueño de la noche anterior. No le apetecía recordarlo, así que cuando habló evitó mirar al odioso Victor, para olvidar la humillación de ese día.

Soñé en como la Academia de los Oscars se vendió dando un premio que me pertenecía a otra persona, solo por el hecho de crear controversia y parecer que los Oscars apoyan lo "nuevo" aunque sea basura que ni su creador entiende. Eso es todo, un mal sueño, pero no creo que sea tan grave.

Pasó a la siguiente pregunta, esta vez con voz más fuerte y con un claro sentimiento de enfado.

¿Tres cosas que quiero? Quiero saber qué pinto aquí, quiero salir de aquí, y quiero...

Sin pensar ni siquiera en ello, la tercera cosa que quería, de forma totalmente sincera, salió de su boca sin pretenderlo.

... mescalina

Avergonzado por haber dicho algo que no quería, cambió de tema y respondió rápido a las otras 2 preguntas de ese estúpido cuestionario rápido más típico de una revista de adolescentes puestas hasta arriba de estrógenos, que de una terapia seria.

El motivo de por qué estoy aquí, dice... pues como le dije antes no tengo ni idea, ni siquiera sé qué es este sitio. Y su pastillita me ha avivado un poco, pero eso no tiene por qué ser bueno, igual que calmantes, hay estimulantes, pero ambos son cosas artificiales que mandan una bomba directa al corazón.

osea que somos yonkis... ¿confirmado? -pensaba yo...

El doctor anota la primera respuesta de John en sus hojas. Cuando empieza a contar el sueño, para de escribir y le mira. Se ajusta las gafas. Espera en silencio escuchando toda la explicación, pero es evidente su nerviosismo. Empieza a mover la rodilla como si fuera un tick.

- Todo eso es... sorprendente. Le agradezco su sinceridad - admite mirando al resto, especialmente a Victor

- Esta mañana les veo más... despiertos de lo habitual por así decirlo. Si no le importa, señor Stuart, me interesa cerrar la ronda diaria antes de... pasar a sus dudas.

Pasa una hoja y mira a Jürgen.

- Es el siguiente. Son las mismas preguntas. Se las leeré de nuevo.

- Diga su nombre y a qué se dedica en una frase sencilla.

- ¿Ha soñado algo recientemente? ¿Lo recuerda?

- Enumere tres cosas que le apetezca hacer

- ¿Comprende el motivo de por qué está aquí?

- ¿Le sienta bien la medicación? ¿Se siente tranquilo o adormilado?

Inconscientemente, casi por hábito, comienzo a imitar la gestualidad del Doctor. Me cruzo de piernas igual que él, y mi rodilla tiembla de la misma forma. Mi garganta y todo mi aparato fonador se prepara para que mi voz suene idéntica a la suya. Sin embargo, no digo una palabra... sólo observo.

Desde que te has tomado la pastilla, te sientes cada vez más despierto y atento. Parece que tu cabeza vuelve a funcionar bien poco a poco.

Desde que te has tomado la pastilla, te sientes cada vez más despierto y atento. Parece que tu cabeza vuelve a funcionar bien poco a poco.

Desde que te has tomado la pastilla, te sientes cada vez más despierto y atento. Parece que tu cabeza vuelve a funcionar bien poco a poco.

 No pude evitar reir ante el gesto emulativo de picarón de Matty, esa sensación en combinación con el dolor que sentía el señor Stuart por su gran derrota en los Oscar hacía que cada minuto que pasase en esa sala, me sintiera más vivo ¿o igual era cosa de la pastilla? quien sabe...

No pude evitar dirigirle una mirada al "prometedor guionista", quería que el me encontrase también con su mirada, para que en el momento del cruce, encoger los hombros como diciéndole "Se siente, el Óscar no fue para ti". Realmente un día de estos me dedicaré a no abrir la boca y dedicarme única y enteramente a la comunicación no verbal... ¡Anda, pero si puedo hacerlo ahora¡ que curioso, mi expresión sin emitir ningún sonidos, ¡que el cuerpo hable! ¡esa será la clave!

Cualquiera que dirigiera su atención a Victor, se daría cuenta de que parece que ha perdido más de un tornillo, ya que mientras hace su debate interior, exteriormente parece que está sufriendo pequeñas convulsiones

No se qué hicieron esas píldoras, pero algunos de los compañeros que ahora tenía expresaban sus pequeñas manías interiores.

Aun no entiendo la presencia de este médico... -pensé. ¿Esto va de drogas o de psiquiatría? Cuantas preguntas, tantos formularios, ¡malditos burócratas! Me sentía bien físicamente... aunque parecía estar adormilándome.... mientras tanto, trataba de recordar cosas...

Maldito provocador hijoputa... Victor.

Ese nombre se le clavaba aunque solo fuera al pensar en él, que ya se sentía mal de por sí, como para aguantar las provocaciones. Su mención a la mescalina le hacía creer que estaba aquí por eso y que quizá no era tan mala idea intentar ver de qué iba esto. Pero soportar al fotógrafo era difícil, quería destruir al guionista, no sabía bien por qué, aunque desde luego era lo que parecía. Si John no hablaba, la rata creería que podía abusar de él.

Victor, estamos en un sitio serio, no busques la provocación, sé que es difícil ser un director de fotografía, ¿a quién mierda le importa el Oscar a la mejor fotografía, por ejemplo? Es algo secundario, pero no me tengas envidia, no es sano. Comportémonos como civilizados.

Hijo de puta...