Partida Rol por web

John, asombrado de por qué Matt no se duerme como los demás, escupe sus pastillas en su mano y se la guarda en un bolsillo*. Se gira hacia el humorista y habla con voz muy baja.

¿A ti no te han dado calmantes o es que tampoco te tragas tus pirulas?

Más tarde Matty hace bromas... empieza a poner la funda de almohada sobre Victor como si fuera a matarlo y luego se ríe el solo.

¿Seguro que no te escribían tus chistes? Ahora que no nos oye nadie puedes confesarlo, porque tú no tienes mucha gracia natural que digamos. Ni mucha inteligencia.

Cuando Matt se dispone a intentar abrir la ventana, John no le ayuda. No porque él no quiera escaparse en el fondo, pero estaban allí por algo... y Stuart tenía la curiosidad del creador de historias... quería llegar al fondo. 

Aunque si dejo que este tío se vaya, me quitaría un grano en el culo bien gordo. Pensándolo bien, que se joda, si él se quiere ir es porque aquí no está a gusto... y la idea de que lo esté pasando mal es demasiado poética como para dejarla correr.

Fuera hay un patio soleado, con mucho verde. Parece idílico.

Hay una fuente de piedra en el medio con agua cristalina.

A lo lejos ves unos columpios, donde parece haber un hombre desnudo columpiándose.

En los arbustos cercanos a la ventana, una figura parece moverse ocultándose. Una mano con guante blanco sale hacia ariba entre los arbustos y simula coger una escalerilla. Luego sale la otra, y con golpes secos, el mimo comienza a "escalar" fuera del arbusto. Finge sorpresa al verte y te hace señas para que salgas.

La luz del exterior te da en la cara, y el calor en tu piel te hace sentir bien e inspirado.

La ventana está fija y parece no poder abrirse por ningun lado.

El mimo se deja caer de la escalerilla invisible y se zambulle en el arbusto.

Matt manipula la ventana y observa el exterior.

John intenta guardarse las pastillas, pero la bata no tiene bolsillos. Se acerca al armario y está cerrado con llave. Finalmente ves los cajones de la mesilla de noche y piensas que puede ser un sitio.

Se escuchan pasos en el pasillo... y una voz que tararea una canción. Es "I want to break free" de Queen.

Zzzzzzzzzz, Zzzzzzzzzz, Zzzzzzzzzzzzzzzz

 - Quiero mi rotulador!, quiero mi rotulador!!, quierrrro... mi... roblubla....dor... Zzzzzzzzzz - dije finalmente hasta caer preso de las cadenas de morfeo.

Frustrado por la ventana, respolo levemente. Me vuelvo hacia John... parece estar disfrutando de esto. Y eso me jode. Vuelvo a susurrarle.

- Aquí pasa algo muy raro. Ahí fuera hay un mimo, un hombre desnudo columpiándose y un canguro. ¿Qué coño es esto?

Me giro hacia Alexandra... le echo una mirada lasciva, recorriendo todo su cuerpo...

- Está buena, la tía... pero su hermana estaba mejor. Además, estaba loca... esas tienen mucho más morbo... Oye, ¿te importa que me tome tu pastilla? Necesito un colocón de los buenos... cuanto antes. Mira a estos capullos... Me dan una envidia nada sana.

Es entonces cuando escucho los pasos en el pasillo. Vuelvo a sentarme en mi silla y me hago el dormido, guiñándole un ojo a John antes de hacerlo.

John pone cara de querer matar a Matt cuando sigue con sus insultos a Alexandra.

Será mamón, por mucho que quiera ocultarlo se le nota a la legua, pero nunca la tendrá... así que se tendrá que acostumbrar, o mejor, suicidarse.

Cuando oye voces, ve buena la idea de Matt de hacerse el dormido. Aunque antes de ir a su cama a tumbarse, le desliza las pastillas a Matt, para que se las tome.

Ahí te atragantes... bufón

Sonrío a John con picardía y deslizo las pastillas en mi boca... por favor, que estas coloquen... Antes de hacerme el dormido, echo otra mirada significativa a Alexandra, y le susurro a John.

- Es tu momento... es tu oportunidad... Puedes follártela y luego culpar a Victor... yo no diré nada.

Se me escapa una risilla y me hago el dormido.

Es un colocón suave, pero agradable. Te recuerda a la morfina. Todo empieza a darte igual y te quedas dormido.

Oyes las ya clásicas dos vueltas de llaves, pero muy silenciosas, como si alguien abriese con sumo cuidado. Entra tatareando Queen el enfermero Ross, también en un tono muy bajo. Mira a ambos lados del pasillo antes de pasar a la habitación. Lleva una bolsa con él. Echa un vistazo a todos por encima y parece convencido de que estáis dormidos.

- Otra vez a empezar... - comenta

Se acerca y va sacando de la bolsa bloques de plastelina de colores. Os va dejando un bloque en las manos a cada uno, y después saca pastillas de colores, como las primeras que tomasteis, y os la pone debajo de la lengua.

- Es irónico que os durmais aquí - Ross mira hacia la ventana y se queda esperando.

Por un momento, su voz te resulta vagamente familiar.

Poco a poco os despertais.

Tenéis un deja vu, como si esto os hubiera ocurrido ya hace... un rato. Saboreais algo delicioso en la boca, vuestra comida favorita. Vuestros sentidos van despertando y notais una pastilla en la boca, como la que os dió el enfermero Ross, y en pocos segundos volveis a estar despejados al 100%

Cuando el tacto vuelve a vosotros, notais todos algo en las manos. Sujetais un bloque de plastelina. El de Jürgen es negro, el de Matt amarillo, el de Victor rosa, el de John marrón y el de Alexandra azul.

Hay alguien en la habitación con una sonrisa.

- Os dije que os tenía algo especial reservado

El enfermero Ross se acerca a la ventana y mira afuera.

- Vamos a hacer un pequeño juego. Los que colaboreis, podréis salir al patio de fuera un rato - se vuelve hacia vosotros - Se trata de que hagais con la plastelina un objeto. Un objeto físico que os gustaría tener con vosotros ahora. Después saldremos con nuestras... "obras" a que nos de un poco el sol al parque. ¿Qué os parece?

La voz del enfermero Ross vuelve a ser la que recordabas de él, pero antes, cuando ha hablado solo, parecía diferente.

Toso y miro con extrañeza el bloque de... plastelina negra.

- ¿Es una broma?

Miro con odio alrededor mia, donde casualmente hay cuatro personas que despiertan en mí ese exacto sentimiento.

- Sé como acabará esto. Verás enfermero... no recuerdo tu nombre, así que serás "enfermero negro" Victor hará añicos su bloque, lo lanzará al aire, y segun caiga pondrá cara de interesante. Entonces dirá que es "arte" Luego meará encima de los trozos de plastelina, y entonces dirá que es una "obra maestra"

Matt seguramente haga un micrófono. Pero como es un negado en todo, lo hará más parecido a un pene que a un micrófono. Apuesto a que su humor es una válvula de escape que despertó en él a temprana edad... cuando su padrastro abusaba de él. Igual necesita abusos para que vuelva su chispa.

John pensará que sería lo más adecuado para hacer. Valorará los pros y contras, y después, como es incapaz de hacer NADA original, copiará el falo de Matt pensando que es varita mágica de plagiar guiones.

Alexandra hará un espejito, y luego se pondrá a sobreactuar... lloriqueando porque la plastelina no refleja su bello rostro operado.

Sopeso el bloque negro sobre mi mano.

- Y yo... yo no haré nada de nada, porque mi arte es destruir, no crear.

Tomo una gran bocanada de aire.

- Creí que al menos eso había quedado claro

¿Un mimo? -dije haciendo una mueca extrañada tras despertar. Ahora si que os han metido una bomba para el cuerpo...

Uh..eh? -estaba un poco cansada.

Al despertar vi un bloque de plastelina azul. ¿Pero que...?

Tras oir las explicaciones, comencé a hacer una figura. Estaba ensimismada. Tras tomar esa pastilla, me daba igual que "tratamiento" nos dieran esos médicos... la verdad es que solo pensaba en Carla.

Veamos...

Comencé a hacer una figura. Parecía una figura... humana.

Tenía entre mis labios el fuerte sabor del wasabi que acompañaba a un perrito caliente mmmmm, ¿porqué me había venido ese sabor a la boca? era tan delicioso... al poco descubrí que sentía de nuevo la pastilla bajo mi lengua ¿ahora se trataba de pastillas de sabores?¿o era todo un sueño?

Involuntariamente miré mi mano, ya que notaba que estaba sujetando algo. Se trataba de un bloque de plastilina rosa ¡me encantaba ese color! empecé a estrujarlo ¿era porque sentía odio? igual simplemente era porque me encantaba sentir el tacto por mis manos de esa masa pegajosa.

Escuché al doctor que nos prometía salir al exterior si hacíamos con el bloque un objeto que deseáramos. ¡Yo lo tenía decidido! empecé a darle forma a la plastilina para crear con bastantes detalles una cámara de fotos, mi preciada Nikon sin embargo escuché las divertidas palabras del crítico y pensé ¿por que no?

Con la cámara de fotos a medio terminar, alcé bruscamente el bloque de plastilina para estamparlo contra el techo, viéndolo acto seguido caer según las leyes de la gravedad, después miré a los de mi alrededor y me dispuse a bajarme los pantalones...

Stuart se levanta y descubre en sus manos un bloque de plastilina. Observa que todos tienen en sus manos plastilina de diferente color... la de Victor es rosa.

Por fin alguien te conoce, Victor, y tus rarezas sexuales. Creía que yo era el único que sabía que se la comías a Kauffman.

El fotógrafo empezó a bajarse los pantalones. Otra de sus imbecilidades. John miró al enfermero, para que le dijera algo. Y luego se puso a hacer su "tarea" con la plastilina. Empezó haciendo una pequeña bola y a continuación, con sus dos manos fue amasando algo alargado. Miraba a sus compañeros e hizo un gesto con la mano para que esperaran, no era lo que ellos pensaban. Luego empezó a doblar el trozo alargado y lo puso encima de la bola. Era un signo de interrogación.

Ya saben lo que quiero, respuestas, es lo único que deseo. Bueno, eso y que Victor deje de hacer esas cosas, aunque ya sé que eso es imposible.

Despierto con un sabor muy concreto en el fondo de la lengua... el regusto amargo de la cocaína goteando sobre una deliciosa espuma de caramelo... Delicioso. Sin embargo, no tardo en darme cuenta de que todo es furto del colocón... ¡De puta madre! Tanteo el bloque de plastelina amarilla, y escucho con desgana a los otros.

- Ah, Jürgen... Yogouren... Mi querido Danonino... Serías un podólogo excelente, una pena que te de por hacer de psiólogo amateur.

La idea de salir fuera me atrae. Me concentro en moldear la plastelina. Voy aplastándola, convirtiéndola en pequeñas láminas. Esas láminas las recorto con forma de hoja, y las voy pegando a un choricillo de masa. Al final, tras darle vueltas y aplicar uña, confecciono una elegante corona de laurel, muy al estilo romano, y me la pongo en la cabeza. Me levanto.

- Sauldad, ciudadanos de Roma, a vuestro nuevo Emperador, Cayo Matty Calígula Germánico Británico César Agripa Gonorrea On The Rocks.

Me coloco en pose imperial y tomo una de las sábanas de la cama, poníendomela como toga rápidamente. Me giro hacia el enfermero.

- ¿Está mi carro listo? Debo hacer mis sacrificios a Mercurio, para que me de sabiduría y me otorgue el don de la palabra.

El enfermero Ross se muerde el labio y levanta las manos.

- Creo que con un objeto bastará, señor Victor... no hace falta que sea una "obra de arte"... ya me entiende.

Se gira y mira a Jürgen con desaprobación.

- ¿No quiere pasear un rato por el exterior? Si no, saldré con los cuatro y usted se tendrá que quedar en la habitación.