Partida Rol por web

Espiral Descendente

0. Echoes of the past.

Cargando editor
12/04/2016, 13:49
Narrador

Los números se suceden lentamente mientras el ascensor continúa su lenta e imperturbable marcha. Huele profusamente a jazmín, una fragancia extraña para un cubículo tan anodino como reducido. La imagen de Hollie te devuelve la mirada desde el espejo, revelando un cuarteto de figuras conocidas de espaldas al reflejo de la superficie lisa e impoluta del cristal. Allí están todos: Samuel, tu padre, con el pelo alborotado y su vieja guitarra al hombro, desenfundada; Steve, alto y fornido, con su bajo metido en una funda con el logotipo del grupo; y Joe, tan apuesto y magnético como siempre, con un cigarrillo detrás de su oreja. Todos permanecen en silencio y apenas se mueven, en un ambiente de cordial armonía y fraternidad.

Pero hay algo que no encaja. La Hollie del espejo parece triste y una ola de melancolía te invade de repente, amenazando con quebrar la concordia de la escena. Una estampa que refleja a la perfección el pequeño mundo idílico en el que la protegida de los Paranoid Robots está sumida. Una imagen que captura en un instante el devenir de tu vida.

Y mientras tanto los números se suceden. El diez da paso al once, y éste al doce.

Una campanilla suena de pronto, rompiendo la quietud y el silencio. El ascensor se detiene y las puertas de metal se retiran lentamente, revelando un pasillo inquietantemente extenso con infinidad de puertas. Reparas en que ya no hay números en el marcador.

Las luces menguan poco a poco. Primero las del cubículo del ascensor y luego las del pasillo. Nadie se mueve. Nadie dice nada. El color abandona los rostros de Samuel, Steve y Joe, sustituidos lentamente por sombras y tonos grises que se desvanecen en un abrir y cerrar de ojos.

Hollie se ha quedado sola.

¿O tal vez no?

Porque en mitad del pasillo se alza de espaldas a ti la silueta de una mujer. Un escalofrío te recorre la espalda, instalándose en la columna sacra. Tu respiración comienza a acelerarse y caes en la cuenta de que con cada exhalación una pequeña cantidad de humo blanquecino abandona tus pulmones, instalándose en espejo. Hace mucho frío.

Impelida por una fuerza desconocida, das la espalda al reflejo de Hollie y avanzas lentamente hacia la figura del pasillo a oscuras. Tus pasos se amortiguan en la alfombra y la mujer parece que no ha reparado en tu presencia.

Cuando estás a apenas tres pasos de distancia la figura se da la vuelta, rotando sin despegar los pies del suelo 180 grados. Una desazón te invade de repente al contemplar el rostro de la mujer. La reconoces al instante. Es Sarah Steiner. Y está llorando. 

Cargando editor
12/04/2016, 13:52
Narrador

22 de Octubre, Habitación 1214, Hotel Marriott de la Copley Plaza.

Despiertas empapada en sudor. Estás hiperventilando y los recuerdos de la pesadilla aún se agolpan en tu mente, sacándote casi instantáneamente del sopor.

El reloj de la habitación marca las 4.05. Reconoces el contorno familiar de la cama de la habitación. Frente a ti distingues la enorme pantalla plana del televisor, apagado. A la derecha reposa tu maleta, abierta y con varias prendas desperdigadas caóticamente en la superficie de madera y en las sillas. Tal y como la dejaste antes de salir por la noche con resto de la banda a los ensayos. La sansonite de Joe también está ahí, pero no hay ni rastro de él a tu lado. Las sábanas aún están calientes y la puerta del baño está abierta.

Las oscuridad de la habitación se ve interrumpida por los haces lumínicos que se filtran por el cristal de la ventana del balcón. El frío comienza a invadir palatinamente la sala y una suave brisa mece la tela de las cortinas al son del viento. Alguien ha dejado la puerta de cristal abierta, exponiendo el interior de la sala a las inclemencias del invierno de la costa este. 

Cargando editor
13/04/2016, 04:42
Hollie Rose

Una noche más acompañada por los nervios previos al show, allí estaba perfectamente vestida y reluciente con aquel toque desenfadado e incluso rebelde, capaz de helar la sangre al pasar. Detrás mío se encontraba mi soporte interior, los tres mosqueteros, aquellos hombres que forman parte de mi vida como si se tratara de un puzzle completo, en donde la imagen de una familia surge al unir cada pieza con sumo cuidado.

Los amaba tanto como mi propia existencia, tanto como la música y un poco más que a mi misma.

Sin embargo, el ascensor continúa con su curso...

Sonrío ante la imagen que me devuelve el espejo hasta que todo se vuelve oscuro, tétrico y perturbador. ¿Dónde estoy? ¿Papá? ¿Joe? Muchas preguntas ante una revisión intensiva del entorno. Era la incertidumbre y el sosiego de lo desconocido lo que me impulsaba a plantearlas, por mero instinto de supervivencia o simplemente la misma necesidad de no saber donde estás. 

Hasta que la realidad golpea mi rostro, una imagen y la cercanía del pasado convertido en una bella mujer... Si, aquella que me dio la vida y luego me abandonó. Ahora son sus lágrimas las que me sorprenden al punto de preocuparme... ¿Debería hacerlo? ¿Por qué?

Ahora es silencio... Oscuridad y un extraño despertar...

22 de Octubre, Habitación 1214, Hotel Marriott de la Copley Plaza.

-¿Mamá? - pregunto un tanto extrañada, al abrir mis ojos de repente mientras siento como el corazón me latía con fuerza. Mi cuerpo estaba bañado en sudor, como una clara señal de que no ha sido muy grato el sueño y debería quejarme con Morfeo ante el destierro de su idílico mundo para ser arrastrada a la peor de mis pesadillas. 

Como instinto natural reviso la habitación con la mirada al envolver mi cuerpo con la sábana, podía apreciar en ella cuando hizo contacto con mi piel, el calor de una batalla sostenida por una victoria y eternamente furiosa de tan sólo recordarla. Sólo que mi noble soldado no se encontraba allí pero si su maleta. -¿Joe? -  pregunto entre susurros, extraño me resultaba la idea de creer que se había retirado de la habitación. 

Ahora voy recorriendo descalza el lugar, momento idóneo para descubrir el gélido ambiente de la madrugada. Cierro la ventana titiritando por el frío mientras intento recordar si había quedado abierta. - Tanto calor no hacía... Somos una explosión cuando estamos juntos pero dudo que sea para tanto. - medito en silencio, era algo más a tener en cuenta dentro de las rarezas que me planteaba la situación. 

Y como única opción, ingreso al baño saboreando la ilusión de encontrar a Joe allí. Por ello, con una sonrisa en mis labios abro un poco más la puerta mientras una señal de esperanza, acariciaba mi rostro dulcemente.

Notas de juego

Felicitaciones máster, escribes increíble. :D

Cargando editor
15/04/2016, 20:02
Narrador

La puerta se desliza lentamente hacia atrás al entrar con contracto con tus dedos. El baño de la suite es lujoso: ducha de hidromasajes y, al fondo, un gran jazcuzzi, todo ello rematado con un gran espejo junto a un lavabo doble. Nada más entrar en la estancia reparas en que las baldosas del suelo, de un material oscuro y a su vez reflectante, están terriblemente frías al tacto de tus pies. No accionas la luz, pues no es necesario: Joe tampoco está ahí dentro.

Sólo la Hollie del espejo te devuelve la sonrisa con las que habías entrado. 

Escuchas entonces un ruido seco en el interior de la habitación, procedente del balcón, seguido casi de inmediato por unas pisadas firmes que rompen la quietud de la escena.

¿Hollie? —susurra una voz masculina desde la habitación principal. Es Joe—. ¿Estás despierta, nena?  

Cargando editor
16/04/2016, 05:14
Hollie Rose

El silencio reinaba dentro de la habitación, sin embargo no es precisamente eso lo que me inquieta, sino el frío que me otorgaba el suelo del baño. Era precioso a simple vista, sólo que jamás había podido apreciar aquel tacto gélido en mis extremidades, gracias a ello, acelero la búsqueda para evitar congelarme más de lo que ya estaba.

Un halo de oscuridad palpable ante mis ojos, me separa de lo que esperaba encontrar y lo que en verdad había allí, a simple vista Joe no estaba, lo cual me sorprende y en parte siento una leve sensación de temor por el recuerdo de la pesadilla y la ausencia de mi novio. Por desgracia se incrementa al escuchar unos pasos desde la ventana que había cerrado, hasta que una voz resuena en la habitación y mi corazón deja de palpitar con fuerza, aliviada al reconocerlo. 

- ¿Joe? - pregunto acercándome, luego de contemplar su precioso rostro prosigo con la respuesta. - Si amor, me desperté y comencé a buscarte dentro de la habitación. ¿Qué hacías? Sin ti muero de frío en la cama. - susurro al cobijarme entre sus brazos, se notaba a través del tacto como mi cuerpo tiritaba del frío. 

Cargando editor
19/04/2016, 16:42
Joe White

Joe te recibe con un abrazo cariñoso. Sientes el calor de su torso al arroparte entre sus brazos. Te besa con ternura en la coronilla poco después y separa a continuación su rostro para contemplarte fijamente con sus ojos color avellana. Hasta despeinado y con expresión somnolienta es terriblemente apuesto y cautivador. Notas también un fuerte aroma a tabaco impregnado en su fina camiseta de tirantes.

Estaba echándome un piti en la terraza, Holls —dice con ese tono burlón suyo tan característico. Las revistas del corazón le tratan como el rebelde del grupo, con un punto canalla y peligroso. Aunque gran parte de ello no es más que una pose, una fachada publicitaria para atraer a las fans, lo cierto es que Joe tiene un fuerte magnetismo salvaje y animal—. No podía pegar ojo y salí a tomar un poco de aire. Espero no haberte despertado.

Se separa entonces de ti y se acerca hacia la mesilla de noche, junto a la cama. Toma entre sus dedos un par de pitillos de cartón. Se lleva raudo uno a los labios, misterioso, y no tarda en ofrecerte otro. 

Cargando editor
19/04/2016, 17:48
Hollie Rose

Recibo aquel cálido abrazo sonriendo tras dar un suspiro, en parte sentía un alivio enorme al saber que allí estaba conmigo esfumando cada una de mis pesadillas. La presencia de Joe en mi vida resultó ser un aluvión de cambios, algunos radicales y otros no tanto, amar a alguien que comparte el mismo amor por la música es sin dudas un regalo divino pero también, era un afluente propicio para caer en los oscuros senderos de las adicciones. 

Estaba acostumbrada a ello porque yo era igual y al margen de que mi padre no quería una vida así para mi, terminé optando por seguir su mismo camino. Claro está, Joe contribuía a ello. - Todo bien, fue una sensación rara el despertar y no encontrarte entre mis brazos. Sólo eso. -  respondo dedicándole una dulce mirada, luego dejo caer la sábana al suelo y me coloco una de sus camisetas para estar más cómoda. 

- No pasa nada, me despertó soñar con mi madre no tú. -  confieso negando con la cabeza, deseaba olvidar aquel mal trago. Por esa razón acepto uno de sus pitillos y me acuesto en la cama para disfrutarlo. - Cálida sensación Joe. Ven. -  tironeo de su camiseta para que se acueste a mi lado, no sólo compartíamos un sentimiento en común, era mucha más que eso.

Cargando editor
22/04/2016, 00:03
Joe White

Joe se recuesta a tu lado en el lecho, incapaz de resistirse a los encantos de la protegida de los Paranoid Robots. El batería comienza a acercar su rostro hacia el de Hollie, aproximándose lentamente hacia ti y devorándote con la mirada a medida que avanza inexorable hacia su destino. Vuestros labios se encuentran en un beso cálido y apasionado que, aunque tan sólo dura unos instantes, enseguida te hace olvidar el frío y la congoja de la pesadilla.

Joe se retira al tiempo que con mano derecha acaricia tu semblante. Una media sonrisa asoma entonces en sus labios. Hollie reconoce enseguida que esa sonrisa esconde algo. Es el tipo de expresión que Hollie utilizaría para enmascarar sus verdaderos sentimientos, una coraza para que nadie llegue hasta ellos. Pero... ¿el qué está escondiendo Joe?

El batería niega con la cabeza, aún con esa maldita sonrisa en su hermoso rostro. Te rodea con el brazo, facilitándote que te acurruques sobre él. Y entonces, inmersos el uno en el otro, Joe rompe el silencio.

Tu madre… —La sonrisa se ha esfumado y su voz está impregnada de preocupación. Joe toma aire y mira fijamente a la pantalla vacía del televisor, evitando el contacto ocular contigo—. Steve me contó la historia, pero hay algo que todavía no termina de encajarme. ¿Por qué abandonaría una madre a su hija? ¿Cómo puede hacer nadie algo así? —eleva la voz, indignado—. Es que no soy capaz de entenderlo, Holls.

¿Está desviando tu atención? ¿O es que acaso era eso lo que le preocupaba?

Cargando editor
25/04/2016, 04:28
Hollie Rose

Ya en la cama disfruto de su compañía y correspondo aquel beso de una forma intensa, pasional y cariñosa. Sólo que algo noto en su mirada, lo conocía lo suficiente como para darme cuenta de ello. Comprendía que mi relación con Joe era del tipo efusiva, en donde la química hacía explosiones al estar juntos y rara vez tratábamos temas muy relevantes o insidiosos.

Lo único que al romper el silencio, le dedico una mirada tras dar un ligero suspiro, como diciendo: ¿Por qué hablar de ello?, sin embargo, gracias al amor que siento por él, lo hago. - No es demasiado rebuscado pensar el porqué lo hizo. Ya sabes que ella era una modelo muy famosa y al quedar embarazada pudo creer que su profesión moría conmigo a su lado. Tonterías desde ya... No tiene instinto maternal pero bueno... No la juzgaré por ello. - respondo dando a entender que poco me importaba, en parte sí pero existía un lugar dentro de mi interior que odiaba a esa mujer y no le perdonaba en absoluto su abandono. 

Igualmente algo no me cerraba en su actitud y luego de corresponder a su beso creo necesario indagar. - ¿Qué sucede Joe? Puedes contármelo... Vamos, algo sucede. - lo conocía y él sabía como era. 

Cargando editor
28/04/2016, 17:42
Joe White

Joe desvía la mirada y te devuelve una sonrisa pícara.

No es nada —te susurra al tiempo que tantea bajo las sábanas hasta encontrar tu mano y entrelaza sus dedos con los tuyos. Vuelve entonces a buscar el contacto con tus labios, está vez en un beso algo torpe aunque sin duda apasionado.

Una maniobra clásica, más propia del Joe visceral que conoces. Sientes el roce de las yemas de sus dedos, aún fríos por su escapada al balcón, recorriéndote lentamente la espalda, erizándote el cabello de la nunca en una descarga electrizante sumamente placentera. Es uno de tus puntos débiles y Joe lo sabe.  

Cargando editor
28/04/2016, 17:43
Narrador

De repente una voz masculina entona un fuerte grito en la habitación de al lado y Joe para de golpe, sobresaltado. Las paredes amortiguan el sonido pero otra voz, esta vez la de una mujer, parece replicarle algo airada al hombre. Los gritos se suceden en una acalorada discusión. Captáis retazos de la misma: “No”, “Por favor, Sam”, “Te he dicho que no”,  “Tienes que ayudarme”…  Es muy tarde para que nadie se ponga a gritar de esa manera.  

Entonces caes en la cuenta de que tu padre reservó la suite vecina a la vuestra. ¿Qué está pasando? 

Cargando editor
01/05/2016, 23:45
Hollie Rose

No me convencía aquella respuesta, sin embargo,  el poder de sus besos logran que me olvide durante unos minutos de todo aquello amenizando mis dudas. Me dejo llevar por la calidez de su contacto,  tan visceral y propio de él pero algo corta todo el momento,  los gritos de mi padre y una voz femenina.  

Eso solo provoca en mi una acción inmediata,  salto de la cama y comienzo a vestirme. -¿Quién está con mi padre Joe? - pregunto con la camiseta a medio poner,  sin sostén debajo. Luego termino colocándome las bragas y la falda rápidamente. 

Hasta donde sabía no se había llevado a ninguna fan a la habitación, tampoco es que lo controlaba, ya era un tipo grande y sabía lo que hacia. Solo que al escuchar esa escena,  no me daba buena espina. - Voy a ver que sucede. - expreso un tanto seria al abrir la puerta y retirarme de allí. 

Cargando editor
13/05/2016, 13:01
Narrador

Joe se sobresalta ante el respingo que das al escuchar las protestas en la habitación de tu padre. Pero Hollie apenas tiene tiempo de reparar en la reacción de su amante, confidente y compañero pues enseguida reagrupa y se enfunda a sus ropas a toda velocidad.

Holls… —le escuchas decir ya al otro lado de la habitación. Sin embargo, Hollie está resuelta a averiguar qué es lo que está sucediendo en la suite vecina.

La muchacha atraviesa el pasillo apresurada, notando el cosquilleo que le provoca la gruesa moqueta del suelo en los pies a su paso. Las voces se incrementan de volumen a medida que te aproximas a la puerta de la habitación de tu padre.

¡Ha vuelto, Sam! —Dice la mujer a voz en grito—. ¡Es ella! Jamás podría olvidar su cara, la expresión de sus ojos. Sigue exactamente igual, Sam. Como aquella vez con mi herm…

De repente escuchas un estruendo, como si algo pesado se hubiera precipitado violentamente contra el suelo.

¡Basta ya! —responde furiosa la voz de tu padre—. No me importa lo más mínimo lo que creas haber visto, ni los recuerdos que te provoque. Nada en absoluto, ¿entiendes? Todavía no comprendo cómo te has atrevido a venir aquí buscando ayuda. ¡A mí! Lo siento pero no. Hace mucho tiempo que no quiero tener nada que ver contigo.

Hollie se para entonces frente a la puerta de la habitación. Está entre abierta, aunque desde tu posición resulta imposible echar un vistazo al interior de la sala sin abrirla ligeramente.

¡Por lo que más quieras, Sam! —replica la mujer con voz temblorosa, como si hubiera comenzado a sollozar—. ¡No tengo a nadie más a quién acudir! Una vez hubo algo entre nosotros. Todavía sigue habiéndolo. Por lo que una vez tuvimos, te lo suplico... ¡Ayúdame!

Cargando editor
15/05/2016, 01:30
Hollie Rose

Descalza transito por los pasillos del Hotel, siento como el frío me genera un cosquilleo propioceptivo y por momentos un escalofrío toma forma en todo mi cuerpo pero lo dejo pasar, la curiosidad y el mero hecho de escuchar a mi padre enfadado valía más que cualquier sensación. 

Y allí estaba, atenta a una conversación que poco comprendía. Estaba al tanto de que mi padre solía tener relaciones cortas con mujeres, al ser músico sucede a menudo que la fama te impulse a ese tipo de contactos con personas que mueren por tener una noche con su ídolo y se accede porque la misma situación te lleva a eso, al igual que con las drogas. 

El tema es que Sam había sentado cabeza desde que me tenía a mi, no era un sacerdote pero intentaba amenizar ese tipo de cosas porque siempre estaba a su lado. Las tenía pero no de una forma loca como en su juventud. Sin embargo, lo extraño de esta conversación era la desesperación de la mujer, lo que intentaba explicarle a mi padre y lo negado que estaba éste en siquiera hablar con ella. 

Yo era una persona impulsiva, poco me importaba lo que otro podía pensar y gracias a ello, entro de repente a la habitación con mi ceño fruncido buscando acribillar a la mujer con la mirada. ¿Cómo se atrevía a molestar a mi padre? ¿Quién era ella? ¿Qué hacía aquí? 

Muchas preguntas y quería una respuesta ya. - ¿Qué sucede papá? - afirmo en un tono molesto, no por él sino por la situación en si. No era mi deber meterme pero considerando como soy, esto no debería sorprender a nadie. 

Cargando editor
17/05/2016, 22:43
Narrador

La puerta de la habitación se abre lentamente, revelando la figura de Hollie detrás del umbral. La discusión del interior cesa abruptamente en el momento en el que la muchacha lanza al aire la pregunta. Pero no esto lo que más impacta a Hollie, no.

Porque en mitad de la habitación, frente a Samuel Rose, se yergue una mujer alta de figura estilizada, remarcada por una blusa de diseño y una falda ajustada a la altura de las rodillas. Una melena rubia le llega hasta los hombros y cuando su rostro se vuelve hacia el de la protegida de los Paranoid Robots, un escalofrío recorre el cuerpo de Hollie.

Pues quien la observa con sus fríos ojos azules y una expresión de visible sorpresa no es otra que la mismísima Sarah Steiner. 

Cargando editor
17/05/2016, 22:43
Samuel Rose

Todos parecen quedarse congelados con la intromisión de Hollie en la suite de Samuel. Sin embargo, tras la sorpresa inicial, es su padre el primero en tomar la iniciativa.

Hollie —te dice severo. Lleva una camiseta negra con el logotipo del grupo y los mismos vaqueros que en el ensayo de esta noche. La ropa esta arrugada, como si se la hubiera puesto a toda prisa—. ¿Qué haces aquí? —añade estupefacto. 

Cargando editor
17/05/2016, 22:44
Sarah Steiner

La pregunta queda sin respuesta, pues enseguida es Sarah quien toma las riendas de la conversación.

Hollie… Así que también has venido —dice con la voz descompuesta—. Tienes que marcharte —de repente parece fuera de sí, dirigiéndote una mirada desquiciada—. Deja la gira y vuélvete a Londres cuanto antes.

No sabes muy bien cómo reaccionar ante el consejo de la persona que probablemente más odies en este mundo. Probablemente la única.

Sarah se vuelve entonces hacia Samuel.

Sam, tienes que meterla en el primer avión que salga mañana. No puede quedarse en esta ciudad, no con esa mujer campando a sus anchas. ¿Y sí la localiza? No quiero ni pensarlo…

Cargando editor
18/05/2016, 02:27
Hollie Rose

Estaba descalza con un jeans y una camiseta de Joe, el cabello un poco despeinado y una actitud preocupada que se podía notar a simple vista. Sólo que aquella primera impresión de mi persona, en nada se asemeja a la actual cuando ingreso a la habitación y contemplo la escena un tanto estupefacta. 

Atrás había quedado la pregunta sin responder ya que planeaba formular otras y cada una de ellas tenía un nombre: Sarah Steiner. No comprendía que hacía aquella mujer en la habitación de mi padre, es más ni siquiera quise imaginar que estaban juntos porque me tendrían que escuchar ya que pelos en la lengua jamás tuve y un carácter de los mil demonios estaba por florecer en cuestión de segundos, desde lo más profundo de mi ser. 

Ante el Hollie pronunciado por mi padre, sólo por automatismo giré para dedicarle una mirada. Su tono era severo pero ya me tenía muy acostumbrada a ello. -Creo que esa pregunta debería hacerla yo... ¿Qué hace ésta mujer aquí? - no dije Sarah, ni madre... Ella no significaba absolutamente nada para mi y la quería bien lejos, salvo un pequeño detalle, comienza a echarme de su vida como lo hizo cuando era una bebé. 

- Tú a mi no me dices lo que tengo que hacer, eres una estúpida y me abandonaste. ¿Ahora te preocupas por mi? Justo ahora cuando mi padre ya hizo todo... ¿Te gustó la fama, verdad? Lucir esos modelos de Victoria Secret's que te quedaban perfectos, espero que tu consciencia esté bien podrida y no puedas siquiera dormir por las noches. Te odio Sarah... Deja a mi padre en paz, déjanos... - termino diciendo en un tono tan borde como mi propia existencia, la estaba fulminando con la mirada y sin querer había sacado todo el carácter podrido que muy guardado lo tenía. -Tantos años sabiendo que ella es mi madre y ahora viene a echarme, mal camino...

Luego de haber soltado todo el odio guardado le dedico una mirada triste a mi padre, él me conocía y sabía perfectamente que detrás de toda la rudeza que podía aparentar por dentro me estaba rompiendo. - ¿Qué sucede Papá? Por favor... Dímelo... ¿Qué hace ella aquí? ¿Que quiere? ¿De qué habla? - pregunto en un tono tranquilo de forma continua, sin detenerme siquiera a mirarla, ahora la ignoraba completamente mientras buscaba explicaciones de mi padre. 

No podía evitar recordar en mi mente las palabras de mi madre... Era algo que me torturaba.

Cargando editor
23/05/2016, 16:39
Sarah Steiner

Sarah se vuelve hacia Hollie, sorprendida ante la vehemencia de sus palabras. Esperaba cierta aspereza por parte de su hija después de todos estos años de abandono, pero desde luego no el odio visceral que se desprende del modo en el que se dirige a ella.

Hollie… no puedes estar más equivocada, piensa… pero Sarah no es capaz de articular las palabras.

No está en posición de promover un cambio de actitud en su hija. Es demasiado tarde para ello. Sin embargo, el odio es una emoción muy fuerte. Definitivamente, puedo trabajar con el odio.

El semblante de la modelo cambia de pronto, abandonando su expresión de estupor y de dolor. Una sonrisa burlona se dibuja en sus labios y no tarda en dejar escapar una fuerte risotada cargada de desprecio.

Niña estúpida. ¿Te crees acaso que me importa? Ódiame, está bien. —Te contempla fijamente, clavando sus preciosos ojos claros en los tuyos…  te das cuenta entonces de que son casi del mismo color—. Desde que cumpliste los 18 ya no tengo ninguna obligación fiduciaria contigo ni con este monstruo al que llamas padre. Eso no quita que os quiera a ti y a tu padre fuera de ciudad.

Se vuelve entonces hacia Samuel.

Si no la sacas de la ciudad, Sam, os lo haré pagar caro a ti y al resto de la banda. Tengo contactos con la oficina del gobernador y puedo complicaros la gira lo que no está escrito —¿es un farol? ¿O es Sarah realmente tan influyente?—.  Y mientras estéis aquí, ni se te ocurra dejarla sola. Mi hermano… —se interrumpe de repente, dejando que el silencio pese sobre los presentes—… Ya conoces la historia.  

Cargando editor
23/05/2016, 16:40
Samuel Rose

Samuel Rose tuerce el gesto ante la respuesta de su hija, contrito por lo violento de la situación. Y no es para menos, pues el reencuentro entre Sarah y su hija no debería de producirse esa noche. Joder, si por Samuel fuera, no debería de producirse nunca. Y Hollie lo sabía.

Ya basta, Sarah —le dice tajante a la mujer—. Deja de decir gilipolleces y lárgate de aquí. No eres bienvenida. No deberías de haber aparecido en un primer lugar.

Los padres de Hollie se miran con dureza durante unos segundos que se hicieron eternos. Entonces Sarah recoge su bolso, se lo cuelga del hombro y se dirige hacia la puerta. Pasa al lado de Hollie sin contemplarla y, tras quedarse un instante parada bajo el umbral de la entrada de la suite de Sam, se marcha sin decir palabra.

A Hollie le parece distinguir lágrimas en el semblante de su madre... pero es difícil aseverarlo con todo lo que acaba de pasar.

Quedan Samuel y Hollie solos en la habitación, envueltos por un silencio interrumpido por el sonido de los tacones de Sarah al alejarse por el pasillo.