Partida Rol por web

Jun se había tumbado a descansar un rato sobre la arena y de pronto estabas solo.

Parecía que sin darse cuenta la noche había caído. A lo mejor será volver con los demás pensó y se encaminó hacia el pueblo.

Llego corriendo al avión y con todas mis fuerzas destrozo la radio del avión.

Llegas a la playa. Hay arena. Y agua. En el mar.

Me pongo a mirar otra vez entre los restos del avión. Por si se nos hubiera escapado algo.

Hay una radio bien rota. Las maleticas. Una red de pesca improvisada marca Kim Urban Fashion.

En la playa estás.

Necesitábamos urgentemente botiquines y provisiones, pero sólo había tres sitios que se me ocurrían donde encontrarlos: en el pueblo, el edificio de Oasis y el puerto. Posiblemente alguien ya habría mirado todas las casas del pueblo, así que no quería perder tiempo allí. El edificio de Oasis estaba cerrado, por lo que tampoco era una buena idea, por lo tanto sólo me quedaba una opción.
Los puertos solían tener muchos almacenes y puede que este fuera pequeño, pero tal vez pudiera encontrar algo, así que eché a correr tan rápido como pude hacia el otro lado de la playa. Mientras corría miré el agua del mar, acordándome de algo que solía hacer mi abuela. Sin embargo, no tenía tiempo para dar la vuelta, así que cogí la PDA y mandé un rápido mensaje.

El puerto es muy muy pequeño, al igual que el pueblo. Allí encuentras pocas cosas de utilidad, aparte de cuerdas, algunas tablas de madera, flotadores naranjas... Cosas típicas de un puerto, nada que pueda servir para curar a nadie. Aunque si que encuentras unas latas de conservas de pescado, aunque olían un poco fuerte.

También encuentras una carta.

Los peces aquí son una maravilla, al igual que las aguas cristalinas. Tienen tan buenas condiciones para crecer que si no los pescas en exceso a los dos o tres días ya deberías tener más. Aunque si os topáis con Yona y con Kim seguramemte ya sabréis esto. Os dejo esto para cuando lleguéis aquí, por si acaso. Contámos con vosotros equipo Oasis.

También quiero que contéis conmigo para lo que haga falta, sé que Nozomi puede encargarse de las mismas cosas que yo y que dentro de esas puertas de hierro todo lo que pase es confidencial, pero después de tantos años trabajando aquí y viendo como ibáis y veníais, tantos obreros entrando y saliendo y yo aquí, vigilándo que no entrara nadie... Me da mucha curiosidad ¡y sabéis que soy fiel a la causa!

- Jefe de Seguridad Rick.

Leí la carta sorprendida, me pregunté qué tendría que ver Nozomi con todo aquello. ¿Tendría algo que ver con el edificio de investigación? Tal vez por eso la ametralladora no la había escaneado. Y lo que la carta decía sobre un sitio secreto y unas puertas de hierro tenía que ser el mismo sitio. ¿Cual era la causa? ¿Y Yona y Kim? ¿Eran sólo unas isleñas?

- Aaah, no entiendo nada, ¿qué está ocurriendo?

Me guardé la carta dentro de la ropa y busqué un balde o algo para llevar agua y algún saco para poder llevar las latas de comida. Después, también cogí unas cuerdas por si nos pudieran servir para algo. Quería investigar bien el puerto pero tendría que ser al dí siguiente, ahora tenía prisa.

Me guardé la comida, cogí un cubo y una cuerda y me dirigí de vuelta hacia el pueblo. De camino, cerca del pueblo, cogí agua de mar para llevarles al resto. Era agua con sal y seguro que sería de utilidad. Confiaba en la sabiduría de mi abuela.

Cojo gasolina del avión estrellado y me la llevo para el pueblo.

Jun intentaba no mostrar nerviosismo. Al fin y al cabo era el único que sabía de la existencia del arma... ¿No? Joder, eso espero. Los pasos cada vez se hacían más rápidos... Joder. El viejo con una pistola... Eso son muy malas noticias... Seguía andando... Ya no andaba, ahora corría, corría hacia la playa, hacia el resto del avión. En cuanto llegará se iba a lanzar a buscarla...

Al llegar a la playa, corres hacía el avión y allí rebuscas entre todos los asientos. Debajo de uno logras encontrar una pistola con 3 balas, no son muchas, pero puede servir. También te das cuenta que todo huele mucho a gasolina, decides revisar el tanque de combustible del avión y ha sido bastante vaciado.

El peso del arma en mi mano... ¿Me es familiar? ¿Solía llevar estas cosas? Espero que sepa usarla cuando el momento se de.

Me guardo el arma en la parte de atrás del pantalón. Es el mejor lugar para llevarla por ahora, la ato fuertemente con el cinturón y respiro aliviado. Por un momento me temí lo peor.

Me vuelvo al pueblo para informar del tema de la gasolina al grupo.

Llegáis a la playa, hay arena, las olas ondean. No sé que más decir, pero estáis solos.