Partida Rol por web

El gemido estridente perforo los oidos del viejo senador de una forma mas dolorosa que la persistente alarma.
-¡Walex! -apenas pudo contener un grito-. Es el, reconoceria su voz en el estrepito de un astillero.

No necesito que Yensal dijera nada, al oir a Sean se apresuro a recuperar el uniforme en mejor estado y se lo tendio, mirando con ansiedad al final del pasillo.
-Date prisa -urgio-, o ire yo mismo a sacarle de ahi.

Yensal se disponía a obedecer las órdenes de Sean, pero Valorum fué mucho más rápido y recogió el uniforme sin perder un segundo Vaya, si que le tiene aprecio.

Cuando Valorum le entregó el uniforme, se dirigió a Sean y se lo dió - Espero que sepas lo que haces

Sean se despoja rápidamente de sus ropas y se enfunda el uniforme gris del guardia. Le queda casi perfecto y aunque no pasaría una inspección militar, en especial por el agujero de bláster que tiene en un costado, le permitiría acercarse lo suficiente a otro imperial como para cogerlo por sorpresa.

Vuelve a comprobar los alrededores para evitar nefastas sorpresas: no se aprecia ninguna fuente de luz más allá de la intersección y el pasillo transversal parece despejado. Recuperando su vara de luz para poder ver algo y con la confianza que le da tener un camuflaje el caza-recompensas pasa el cruce y sube los pocos escalones que le separan de la sección de celdas en la que debería estar Walex.

La puerta de la celda debe estar abierta ya que cuando Sean se sitúa frente a ella parece escrutar su interior a la luz de la vara.

Cuando Sean llega a la celda en la que debería estar Walex, la vara de luz ilumina el tenebroso interior de una celda que se encuentra abierta. Dentro, desplomado sobre una litera junto a la pared, está Walex Blissex. Bajo la tenue luz parece inconsciente y muestras evidentes señales de maltrato. Desde su posición Sean no ve a nadie más.

El grito, si había sido de Blissex, habáa sucedido muy poco tiempo antes como para que quien se lo arrancase hubiese salido sin que lo hubieran visto. Eso dejaba la posibilidad de que sus torturadores estuvieran en la celda aùn, y si estaban usando el droide, sería muy dificil detectarlo con la alarma sonando.

Pero el tenía cierta ventaja, su disfraz, llevaba una de las pistolas en su pistolera, y la otra en su espalda. De haber alguien dentro estaría fuera de su rango de visión, con lo cual quedaría a sus espaldas cuando entrara. Lo que iba a hacer era un acto de fé, de confianza en si mismo. La vara de luz pasó a la mano de la pistolera, y esa mano quedó sobre la culata de la pistola enfundada. Con la otra mano puso la pistola extra al frente cubriéndola lo mejor posible y tapando con la posición del brazo la quemadura del blaster.

Hizo un nuevo recorrido de la linterna, y avanzó con paso decidido hacia Blissex - Levantate escoria rebelde, es hora de morir - Dijo mientras su visión periférica buscaba movimiento a sus espaldas, y esperaba la orden que lo hiciera girarse.

En cuanto Sean entre en la celda escucha el inconfundible zumbido de los droides en movimiento. En la pequeña celda, el ruido suena muy alto, superando el sonido de la alarma. Detrás de él, un pequeño droide esférico de brillo negruzco surge de la oscuridad. Ataviado con numerosos apéndices de múltiples y delicados instrumentos avanza un poco y luego se detiene a esperar órdenes. Aparentemente la pequeña pantomima del caza-recompensas ha funcionado y la máquina se ha tragado el anzuelo. No hay nadie más en el lugar.

Tras titubear sólo un segundo Sean pasa la vara de luz a la mano de la pistolera, y la apoya sobre la culata de la pistola enfundada. Con la mano libre apunta con otro bláster hacia el frente, colocando el brazo de forma que oculta el agujero que el uniforme tiene en el costado.

- Levántate escoria rebelde, es hora de morir -

Por un momento estuvo tentado de ordenarle algo al droide, pero lo cierto era que esas pequeñas bestezuelas sólo servían para torturar. Si bien era evidente que había seguido su programación indicada, nada impedía que mas adelante atacara a sus compañeros. Con parsimonia, sin hacer movimientos bruscos, desenfundó las armas sin dejar de mirar al droide y sin apuntarle. Y luego en un movimiento veloz apuntó ambos blasters al cuerpo esférico y disparó. Dudaba que la pequeña carcaza aguantara dos impactos a esa distancia. Cuando la explosión dejó de resonar en sus oidos se asomó al pasillo y llamó a sus compañeros con un gesto.

No han pasado más que unos segundos desde que Sean se ha introducido en la celda cuando se escuchan dos disparos de bláster seguidos de una pequeña explosión. Las luces de las descargas de energía que salen de la celda producen juegos de luces y sombras multicolores en el pasillo. Acto seguido, el caza-recompensas se asoma por la puerta y hace señales a los demás para que se acerquen.

Cuando lo hacen pueden ver que, desplomado sobre una litera junto a la pared, está Walex Blissex. Bajo la tenue luz de las varas de luz parece inconsciente y muestra evidentes señales de maltrato. Junto a los pies de Sean yacen los restos aun chisporroteantes de un droide interrogador.

Con el mismo sigilo con el que llegó a la celda, fue hasta la intersección, revisando que no hubiera nadie, e hizo señas a sus compañeros para que se acercaran. - Walex está en la celda y necesita cuidados médicos. Yo me quedaré en la puerta a cuidar que no os molesten.

Observe la escena en completo silencio, con el arma en mi mano y tanteando, habia algo que no me gustaba algo que faltaba, que fallaba... Cada vez perdiamos ams y mas tiempo y pasearnos sin rumbo no era lo mas............................................... R2!!! Eso es lo que me falta por eso estoy desorientada, el tiene el zocalo de mapas, todo lo necesario.

Me gire hacia el ingeniero y lo aparte un segundo - R2 el tiene mapas de estas naves, no seran esactos pero... si lo encontramos podrmeos salir, no creoq ue lo hayan...- si para mi desguazar era como decir matado... El era el unico que sabia lo importante que era ese droide par ami, mas que mi vida incluso.

Mike sabe que lo que Sasha está diciendo respecto a los planos puede no ser cierto, las unidades R2 no vienen de serie con los planos de las naves de la flota imperial, salvo que ella misma haya conseguido unos planos de un Destructor Clase Victoria. Y esos planos no se reparten en los quioscos de la alianza.

Altis se coló en la celda con una rapidez que no parecía propia de su edad. Al pasar junto al cazarrecompensas le puso una mano en el hombro en señal de agradecimiento, y se acuclilló junto a la -ya sabía cuán incómoda- litera.
Maltrecho, desmadejado... pero vivo. Alabado sea el Ser Supremo.

-Walex, ya ha pasado. Estás entre amigos -musitó, tal vez más para sí que para el hombre inconsciente. Era un negado en primeros auxilios y poco podía hacer, así que optó por esperar a que alguno de sus compañeros le reanimara.

El ingeniero se giró hacia Sasha frunciendo ligeramente el ceño.

- Me temo que no, no creo que tu unidad R2 tenga los mapas que necesitamos, no son fáciles de conseguir y no es habitual que sean cargados en las unidades R2. Ni si quiera aunque estuviera con nosotros podríamos descargar los planos, sin energía dependemos de la mecánica y la intuición.

Mike había decidido hace tiempo ser el promotor de la habilidosa piloto, sentía en cierto modo que estaba en aquel lío por su culpa y era con una de las pocas personas con las que se mostraba más paciente. Sin embargo no tenían tiempo para hablar sobre aquello, parecía que habían encontrado a Wallex, pero por las palabras del caza recompensas su estado no debía ser bueno, debían apresurarse a ayudarle, el problema era que en donde se encontraban difícilmente consiguieran los instrumentos necesarios.

Mike hablaba en voz baja y queda con Sasha mientras negaba con la cabeza, justo cuando Sean reconoce a Wallex y su precario estado. Debe actuar rápido, de manera que el ingeniero decide seguir los pasos del senador, sin embargo no logra ver bien, no hay suficiente luz para precisar el estado del eminente diseñador del destructor mismo en que se encuentran. Sin miramiento alguno posa la mano en el hombro del senador y tomando la linterna de este se dirige a él.

- Valorum trae más luz, necesito ver bien que le han hecho esos desgraciados. Y mira a ver si encuentras algo de agua.

Sin esperar respuesta Mike se vuelve y acuclilla cerca del cuerpo de Wallex, con cuidado observa al anciano y su estado acercando la luz a su rostro y torso.

Mike examina a Walex y observa que el ingeniero no está herido, sólo conmocionado. Recupera parcialmente la consciencia y, mientras emite algunos gemidos, observa los rostros que se ciernen sobre él con la mirada perdida. Finalmente encuentra una cara lo suficientemente conocida como para saber que está entre amigos. Sonríe a medias y con una voz muy débil murmura:

- Preguntas técnicas... sobre Destructores Estelares... no tiene sentido... la nave debe haber sido atacada... nuestra oportunidad de escapar..." - El esfuerzo debilita al anciano, y cae en un estado de semiinconsciencia.