Partida Rol por web

Bueno, al final nos llevamos cinco conjuntos. Dijo el campesino Barlove. La señorita no lo necesita.

Y sacaron cada uno de ellos la cantidad solicitada de dinero.

Sois honrado mercader y esa es una virtud extraña en alguien que vive de aprovechar el margen de los artículos que compra.

Me interesa saber qué hacen estas plantas que decís. El Jojojopo y el Verdurak. Estoy seguro de que estarán en perfectas condiciones de uso, tal como las prendas que acabamos de adquirir. Como ves tenemos dinero y si son interesantes no dudaremos en adquirir algunas dosis.

-Ambas sirven para lo mismo señor, curan congelaciones algo que por desgracia es habitual que os pase en el Glaciar Eterno.

Sidoc estaba interesado en las hierbas, así que le preguntó un poco sobre ellas. En qué entornos se encontraban, cómo aplicarlas, mejores épocas del año para recolectarlas, así como muchos más detalles. Era un forofo de las hierbas. Pero era un simple comerciante. Tal vez ni siquiera supiese más que cualquiera. 

Logen agradeció al elfo que negociase por todos ellos. Él mismo sabía que de haber tenido que hablar él cara a cara le hubieran pedido una fortuna por el mismo equipo. Enseguida adelantó el dinero con unas palabras de agradecimiento.

Antes de partir la caravana el hombre de los bosques buscó al capataz de la caravana, intentando convencerle de sus virtudes para conseguir pasaje gratis o al menos una sustancial rebaja.
Por experiencia propia sabía que en un ejército las profesiones más valiosas eran las de herrero y médico, y justo debajo de ellas la de cocinero. Un buen cocinero era de las posesiones más valiosas en un grupo de hombres armados en marcha. Era bastante difícil encontrar buenos cocineros, y a él no se le daba nada mal. Si conseguía convencer al capataz, su bolsillo se o agradecería.

Durante el viaje se dedicó a explorar el terrero circundante cuando hacían cualquier mínima parada, y aunque el camino estaba prácticamente quemado ya, una pizca de satisfacción y orgullo afloraban a su rostro cada vez que encontraba algo útil.

El mago intentaba averiguar de su pasado, cosa que Logen intentaba evitar recordar. Pero antes o después tendría que confiar su espalda a aquella gente, con lo que seguía la corriente a Sidoc. - ¿Dedicarme a las armas? ¿Yo? – Llegó a comentarle dedicándole una de sus mejores sonrisas de cara desfigurada. – Más bien de profesión jardinero. Jardín que veo jardín que me meto.- comenta con una risa, mientras muestra unas hierbas que acababa de recoger.

Una noche, cuando todo el grupo estaba reunido al calor del fuego, les comentó lo que estaba averiguando. – He estado forrajeando algo por el camino.- comenta enseñando unas hierbas.- Aloe, pathur, cusamar y marku… Poco más hay por estas tierras y nada que nos ayude en caso de congelación. – Se encoge de hombros. – En la nieve será más difícil encontrar algo, pero lo poco que haya nos será más útil. – y surrurando y mirando sus espaldas, les comenta.- No me fio de los semielfos, no he visto nada sospechoso pero… se comportan raros

pues eso jefe, intento conseguir trabajo de cocinero para la caravana (cocinar +47)

por lo perder de vista la caravana, orientación no tengo (que habilidad seria?) pero tengo un +49 en seguir rastro por si acaso, y seguir una caravana debe ser fácil

luego intento hacer un visiones con los elfos, ya sea dandoles la mano, si cocino será más fácil, o buscando cualquier exucsa para tocarles. a ellos y a su equipo.

El jefe de la caravana te responde -Lo siento señor pero nos vamos a alimentar de raciones de viaje y, en caso de necesidad, ya tenemos cocinero.

-El Jojojopo suele encontrarse en las montañas heladas del Glaciar Eterno, mientras que el Veldurak se suele encontrar en las costas del Océano Profundo. El Jojojopo como puede ver es una hoja, debe aplicarse en la parte congelada una vez que esté hecha una pasta. El Veldurak es un alga y al igual que el Jojojopo debe aplicarse hecho una pasta en la zona congelada.

Cita:

me cogí 2 rangos de adolescencia, más luego uno adicional (que son 2 por ser everyman) pagando normal. en otal 4 rangos, más un bonificador de +20 en exteriores por el talento de outdoorman (hombre de exteriores?)

Vale entonces pongamos que te has podido separar un poco más de la caravana, apúntate otras 2 dosis de Aloe y 2 más de Pathur.

Hablo con Logen en estos términos. Vaya, así que tienes algunas hierbas interesantes. ¿Conoces su valor? ¿Sabes para qué sirven las que has recolectado? Tenemos que ir lo mejor preparado posible y también para el combate. Y eso puede significar hierbas que corten hemorragias u otros males.

-Es un buen descuento, gracias Galand. Pero después de pagar la caravana, sólo me quedan 1mo,1mp, 6mb y 7mc. Es decir, me faltan 2mp,2mb y 1mc aún con el descuento. Ya que no voy a necesitar mis anteriores botas pero poco más tengo con que poder comerciar.

Za Harvaya medita qué hacer. Su túnica es de calidad, pero tiene un valor sentimental mayor que el monetario.

-Tengo algunas hierbas de curación que he adquirido anteriormente, pensaba que nos podían venir bien para esta tarea, dice dirigiéndose a todos. -Si no me queda más remedio, tendré que venderlas para aguantar el frío. Pero si alguien me presta 2 monedas de plata, 2 de bronce y una moneda de cobre, le devolveré el préstamo y algo más en cuanto me sea posible.

No te preocupes. Toma.

Pero ya sabes, espero que me lo devuelvas porque nunca había tenido menos.

Y sonrío sardónico.

Recuerdo a mi tío cuando prestaba a los pobres idiotas que le aceptaban las condiciones de usura que imponía y cambio ligeramente el tono de voz, algo más cascada.

No habrá problemas mientras me lo devuelvas

Y le entrego el dinero.

-Mi gratitud, Galand, dice Za Harvaya y hace una pequeña reverencia. A continuación entrega su dinero al mercader, y al líder de la caravana por el pasaje.

Se queda observando la bolsa de dinero, donde sólo quedan un par de monedas de estaño suficientes para un almuerzo. Poco más. El erudito se prueba la ropa de invierno para asegurarse de la talla, y luego la guarda para cuando sea necesario. No le queda nada de monedas, va a dejar atrás toda su vida, está a punto de partir hacia un terreno peligroso y desconocido, donde tendrá que enfrentarse a demonios o algo peor en un intento desesperado de salvar el mundo en compañía de un grupo variopinto de personas de dudosa capacidad y moralidad... Y sin embargo se encuentra relajado y tranquilo. Ilusionado.

-Galand, me he anotado la deuda que tengo, así como un interés de una décima parte. Espero que te parezca justo. Y que yo viva para poder devolverte lo prestado, y tú vivas para poder recibirlo, añade sonriente.

-¿Qué? ¿Partimos ya?

Irinade compra un conjunto al ver que quizás sea realmente importante.

Logen mira divertido al elfo.- ¿De qué me serviría nombrar las hierbas que recojo si no se su utilidad? - responde con cierta ironía.- Pero aprecio tu ayuda, y siempre es grato encontrar a alguien con conocimientos en los regalos que nos da Gaia.

Tras una ligera pausa continua.- Esto es lo que he encontrado en los lindes del camino. Esta tierra está bastante quemada por todas las caravanas que como nosotros, pasan por aquí. Lamento no haber podido encontrar algo de más valor, pero me ha sido imposible alejarme mucho de la ruta. Quizás más adelante, según nos vayamos adentrando en la salvaje tierra antes del Glaciar Eterno. Podeis confiar en mi, desde pequeño fui educado en el arte de la herboristeria y el conocimiento druida. Los espíritus de los bosques me conocen y respetan.

Me llamo Barlove, recuerda.

Dice al erudito llevándoselo un momento a parte.

Además, esos intereses son abusivos. Créeme, sé lo que digo. Dentro de un tiempo vamos a tener que confiar uno la vida en el otro y prefiero no tener problemas de dinero. Bastará con que lo devuelvas.

Mis disculpas Logen. Cada uno en sus cosas y los Dioses metiendose en todas.

Era una frase hecha, frase popular dicha bastante y que quería decir que cada uno debería dedicarse a aquello que le es propio y no interferir en los otros.

Y le viene una idea a la cabeza.

¿No te fías de los semi elfos? Cuentame qué has notado.

Galand había bajado la voz y miraba con desconfianza a todos lados. Su paranoia parecía haberse activado.

Irinade habla con Sidoc, sobre temas comunes, evitando preguntas indiscretas, no dándole más información. Sin faltarle el respeto pero con cierto recelo hacía el mago.

Conforme pasan los días va sintiendo más apego hacia todos, especialmente con Za Harvaya y Barlove, sin despreciar a los demás.

Za había tenido algún problema para pagar el equipo invernal. Sidoc le iba a ofrecer algo, pero Galand se adelantó, lo que le resultó curioso. Bajo su apariencia, había alguien noble, que se preocupaba de aclarar que no quería cobrarle intereses. Ni siquiera la paladina había mostrado tanta generosidad. Sin embargo, Za seguiría teniendo poco dinero hasta que pudieran ganar algo más adelante. 

Za, si necesitas algo de dinero, no es que tenga mucho, pero no me importará compartir lo que tengo con un paisano. Por cierto, traigo raciones de viaje. Se conservan bien y más con el frío. Si necesitas comer, sólo tienes que coger lo que necesites. Igualmente, quien necesite, está a disposición de quien tenga hambre. 

Sidoc tomó nota de las propiedades de cada una de las hierbas para las congelaciones, explicadas por el comerciante. Tomó unas breves notas y las guardó en su estuche de pergaminos, una vez se marchó, pero antes le agradeció su clase magistral: 

Gracias, buen hombre. Ha sido un placer escucharle. Siento predilección por la flora medicinal. 

Lo que no le dijo es que su afición comenzó cuando robaba sustancias estimulantes de la botica de su maestro. Así como cuando encontró algún que otro remedio para las resacas, el sueño por trasnochar y ciertos picores de entrepierna tras alternar con mujerzuelas. Sí, sus conocimientos sobre hierbas no eran enormes, pero le habían sido útiles. 

Durante el viaje no se sorprendió de la frialdad cortés de la paladina para con él. No esperaba mucho más, pero le resultaba divertido al principio hasta... que se dio cuenta que su aparente calma era (o parecía) cierta falta de salero. Uff, paladina o monja, poca diferencia había. Sin embargo, aunque le semejara sosa, era de fiar y debía saber manejar un arma. Poco a poco acabó acostumbrándose a la callada y hermosa mujer. 

Logen buscaba hierbas por el camino. Como Irinade no daba mucho juego, empezó a acompañarle. Intentaba ayudarle, pero se notaba que no tenía ni idea. Chico de ciudad, sin duda. Sin embargo, quizá podría echarle una mano con la identificación de las propiedades de sus hallazgos.