Partida Rol por web

-Zasca con el conejito -comentó a la respuesta del peluche a Naxael- madre mía -se rascó la cabeza ce nuevo y escuchó lo que decía la chica que se presentó como Charlotte. Todos parecían saber qué eran lo que querían hacer, y demás- pues yo no tengo ni idea de eso, ¿son clases como en el WoW? -preguntó haciendo referencia a uno de los mmorpg más famosos.

Cuando escuchó a Shiro ofrecerse para ayudar con el idioma, Jareth no dudó en contestar- Yo me apunto a esas clases de idiomas -comenzó a decir cuando entró una mujer por la puerta del aula.

Casi se cae de la silla.

Al verla entrar, Jareth no pudo evitar quedarse embobado ante la exuberancia de la chica que acababa de entrar, y encima en sujetador/bikini, lo que hizo que tardara un poco en poder ordenar sus pensamientos, pues en texas, donde él venía, esas cosas se veían más bien "poco", por así decirlo.

Al ver como patea a Naxael no pudo evitar quedarse flipado, ¿que tipo de profesora era? En su instituto pasaba eso y había una guerra mediática para acabar con ese profesor.

¿Profesora de Combate? ¿Viejo? Atontado y escuchando lo que decía, miró a todos lados mientras si dudaba en ponerse en pie o no- ¿Qué tipo de combate nos va a enseñar? ¿Y a donde vamos?

En cuanto el conejo empieza a hablar, a Audrey se le caen las cartas de las manos, tirando parte del castillo y se apresura a ponerlas en su regazo sin apartar los ojos del bicho. Por suerte, todos están demasiado pendientes del impertinente conejo como para darse cuenta de su nerviosismo. Empieza a recoger las cartas caídas despacio, tratando de concentrarse en esa tarea. 

- Sí, se puede decir que son algo parecido - contesta a la pregunta de Jareth -. Supongo que aún es pronto para escoger pero, ¿no sabías que existían? Bueno, no tardaremos en aprenderlas, así que yo no me preocuparía al respecto. 

Entonces, por suerte o desgracia, entra la profesora. Se apresura a darle a baraja a Shiro. Es entonces cuando se fija en cómo va vestida y trata de centrar todos sus esfuerzos en parecer que todo está bien. ¡Pero no lo está! ¿Esa persona va a ser la que va a estar a cargo de la situación? Escandalizada, ve cómo tira a Naxael al suelo. Se apresura a mirarle con cara de "¿estás bien?" pero sin atreverse a pronunciarla en alto. La "profesora" estaba hablando y no le parecía buena idea interrumpir. Le daba la sensación de que podían saltar chispas, y no metafóricas. 

Y entonces menciona la palabra combatir. Audrey siente cómo se le va el poco color que le quedaba en la cara. No esperaba tener que enfrentarse a eso el primer día. 

-¿oraciones asiáticas?- se interesó- ¡splendido! deben de ser complicadas- dijo encantada con la perspectiva de tener a una chica que supiese recitar oraciones asiáticas, entonces, proveniente de la primera fila se alzó una vocecilla increpante-...- giró la cabeza hacia la vocecilla que increpaba a Naxael, abriendo los ojos desmesuradamente al encontrarse con aquel muñequito de trapo parloteando de forma tan ácida.

Pobre, seguro que está así porque solo ha preguntado por ella...¡tengo que preguntarle su nombre después!, se dijo a sí misma con toda la intención de empezar su  nueva vida de la mejor forma posible con la mayor cantidad de gente posible.

Durante un rato estuvo en silencio, sin saber si ir a entablar conversación con el conejito parlante y su dueña para arreglar el incidente con Naxael o ir a hablar con Naxael para quitarle hierro al asunto...afortunadamente no había tomado una decisión cuando entró una exuberante mujer tatuada que no conocía el pudor ni la amabilidad.

...¡cielos! Debe ser terrible no encontrar un sujetador de su talla, se dijo mientras giraba sobre su pupitre para deslizarse al otro lado y tomar asiento, sintiéndose profundamente afortunada de no tener esa complicación que para muchas mujeres era una lucha eterna contra los fabricantes de ropa interior que solo se interesaban por las copas de menor tamaño provocando ese tipo de visiones. aunque siendo justa esa situación no parecía incomodar a Shura.

-¡Naxael!- se incorporó de golpe apenas había apoyado el culo en la silla al ver como Shura derribaba al estudiante de un empujón con la pierna aunque no fue corriendo hacia él, principalmente porque seguramente heriría su orgullo y, por otra parte, la misma profesora seguía hablando  como si no ocurriese nada. Agarró su mochila colgándosela del hombro puesto que la misma profesora había solucionado su dilema al decir que cambiarían de aula (aunque eso implicase combate algo que Giulietta jamás se había molestado en aprender), acercándose hacia la salida pero deteniéndose junto a Naxael.

-¿Estás bien?- Miró sobre su hombro un instante, comprobando si el resto también se había empezado a movilizar.

Acababa de sentarme en la silla cuando un pie femenino me tiro de ella, sonreí, ya que no me esperaba menos, al menos me había servido para comprobar que no sería la vida aburrida de instituto, que llevaba antes.

El hecho de oír lo de pelear no era algo que me agradase, si teníamos que entrenarnos, espero que no fuera con nosotros, pero pelear contra un demonio de primeras me parecía mucho así que me imagino que sería entre nosotros para poder controlarlo, aunque no sé qué punto de cordura tenia esta profesora

Cuando Giulietta se acercó, me puse algo nervioso, de cerca parada a mi lado era maravillosa jamás vi una joven tan bella, me incorpore sonriendo y dije:

- Si tranquila Giulietta, no debí sentarme ahí me está bien empleado, pero me sirvió para comprobar que sí que a ser diferente, y espero divertido, vamos tirando-digo mirando esos maravillosos ojos.

-si vamos a pelear por parejas y nos dejan elegir, si fueras mi pareja no seas muy dura conmigo ya ves que no soy un musculitos-rio y espero que ande ella para caminar a su par

Finalmente, su profesora había llegado y así podrían comenzar con su apredizaje. Charlotte asiente ante las palabras del chico de las cartas y le dice - Yo también - para luego buscar su asiento.

Ver cómo la profesora derriba a Naxael hace que ella se cuestione un poco - ¿De verdad era necesario? - dice en voz baja, pero bueno, ella no era nadie para cuestionar a una profesora.

Mientras la profesora habla, le genera unas cuantas dudas. Por su discurso se preguntaba si era su primera experiencia enseñando o si ya tenía conocimientos al respecto pero sin hacer público nada de eso, dice - Profesora, disculpe. ¿Serán entrenamientos netamente físicos? - su interés no era ese, aunque era buena en ello. Con eso, comienza a alistar sus cosas para desplazarse al aula donde debía ser la primera clase.

Éxtasis, admiración, entusiasmo, un ídolo. 
Eso y algunas divagaciones mas, fue lo que como un relámpago alumbro los ojos de Yaimee. Sonriente observaba fascinada la entrada y despliegue de la maestra.
Con el rabillo del ojo no paso desapercibida la cara de sus compañeros hacia la profesora. 
Pero quien es su completa razón no podría admirar a ese arquetipo de exorcista!
Directa
Franca
Sin pretensiones, y además el prospecto de entrenamiento. Ósea que ni en la gloria 
Se rasco un poco la barbilla contrariada sin comprender al resto  y esa manía humana de buenacillos, con sonrisas forzadas, comportamiento estrictamente regulado según costumbres y como marca la sociedad.
-En fin, andando se quita el frío y esta habitación ya quedaba estrecha.
Se incorpora regalando un guiño en dirección de  los niña de los conejos, recordando la voz de ultratumba de los peluches. 
-Espectacular.  
Acomoda la cincha del tubo de mapas y la mochilita, esperando el momento de salir del agujero al que llamarían “aula 7”

Shura se rasca la cabeza una vez mas y cuando se asegura que todos estabais siguiéndola entonces abandona la clase y os lleva a la siguiente. Por mas que pasabais por el pasillo de piedra, mas podíais fijaros en que todo el pasillo era prácticamente igual en todos sus tramos, lo único que cambiaba como mucho era la placa de la clase. Sora continuaba jugando con sus peluches mientras se movía, el peluche que había hablado se coloco en su hombro, con su sonrisa diabólica vigilando a todos los nuevos. Mientras tanto, Kai continuaba con su baraja en la mano y sonriendo, había caído bien, con eso se contentaba.

El final del pasillo, parecía increíble que aquel pasillo tuviera final, acababa en una puerta de hierro. Sacándose la llave de entre los pechos, abrió la puerta y pudisteis ver la sala de entrenamiento. Era un enorme tatami de tierra, casi se podría hacer un torneo en varios equipos a la vez en su interior. El “aula” era igual de grande que la mitad de un campo de fútbol. Increíble que hubiera algo así de grande debajo de la True Cross, por supuesto estaba techado, no podíais ver el cielo. En una esquina habían varias jaulas de varios tamaños, todas vaciás en este momento. A su lado una hilera de armas variadas, desde espadas de madera hasta pistolas automáticas con munición no letal. Shuru bosteza con pereza y se coloca delante de vosotros. -Me imagino que lo primero que esperabais al llegar no era esto, se siente. Comienza a decir la profesora. -Los que no llevéis armas encima tenéis esa esquina para vosotros sólitos. No matareis a nadie con eso y tampoco os lo podéis llevar a casa pero os servirá para familiarizaros con lo que queréis ser. Carraspea un poco. -Que tampoco os lo han dicho, cuando vea al viejo me lo cargare de verdad.....Coged lo que mas os guste, ya os lo explicaran mas tarde. Una por cabeza. Shura se aleja hacia el centro del tatami y deja una especie de papel en el suelo. -Aquí tenéis a vuestro adversario.

Como por arte de magia, el papel comenzó a expulsar un humo blanco que recubrió el tamaño de una figura que no tardo en emerger del humo. Que podríais esperar de una profesora que pasaba de todo? Una bestia enorme con cuernos afilados, expulsando fuego por las fauces y mate solo con la mirada? Error. De entre la niebla salio un simple espantapájaros con una cara bastante graciosa.

-Si no se rie ganais vosotros. Buena suerte. Shura se sienta cansada mirando la reaccion de los alumnos.

Aburrido era la palabra adecuada, si eso era lo que me trasmitía el pasillo, pero cuando se abrió la puerta, eso sí que me gusto, celdas, espacio, y armas aun que cual debería usar, era una buena pregunta estaba por preguntar a la profesora cuando dijo lo de que cogiéramos la que más nos gustase así que me dirigí como hipnotizado hacia una de esas armas de fuego con munición no letal, la cogí la contemple, la mire y clave mi vista en el espantapájaros, sonreí y dije:

- no sé si te reirás o no, pero si lo haces seguro que me divertiré-levante el arma la sentía cómoda como si fuera una extensión de mí mismo y apreté el gatillo.

El proyectil salió del arma e impacto en el espantapájaros el cual no se río, pensé que fallaría pero no fue el caso cosa que me hizo sonreír me sentía grande sosteniendo esa arma.

Distraído por todo lo ocurrido, Jareth cogió de nuevo su cartera que contenía varios cuadernos y bolis, y tras ello siguió a la clase, pensando en todo lo que podría ocurrir. Ese pasillo eterno era algo fasciannte, ¿y no se caía la Academia encima? No, sería como en el metro y todo eso, aunque echaba de menos un poco del sol, tampoco es que fuera un lugar espeluznante y nada cómodo.

Cuando abrió la otra puerta y se vio el interior, el joven rubio soltó un silbido de admiración ante tal espacio- Me gustan las instalaciones de la Academia -dijo con una sonrisa mientras miraba ese enorme espacio que había dentro. Entonces escuchó lo de armas y comenzó a reírse- ¿De verdad queréis que empuñe un arma? Pues más vale que corráis u os escondáis, aviso -dijo, tras lo que continuó al ver a ese bicho y escuchar la última directriz de esa exuberante profesora- El que se va a reír soy yo, ya verás.

Se dirigió hacia una de las estanterías de armas y buscó un arma parecida a la que usaba su padre, un revolver del .45, pero no estaba seguro de cual era de todos esos, así que cogio la que más se le parecía mientras Naxael hacía su demostración.

-Muy bien, se te da genial -comentó- ¡CUIDADO! ¡ATENCIÓN! ¡VIENE UN NOVATO! -avisó gritando a sus compañeros para que no se pusieran en los 180º que tenía delante, mientras guiñaba un ojo y apuntaba hacia ese espantapájaros. Apretó el gatillo y disparó, y por el ruido no pudo evitar cerrar los ojos- ¿Le he dado? ¿Se ha reído? -preguntó a sus compañeros.

-¡No bromees!- le dijo a  Naxael empezando a caminar- es más fácil que me haga daño yo sin querer a que te haga daño a ti- rió con una risilla nerviosa demasiado débil como para reverberar en el corredor de piedra.

Durante el camino se dedicó a mirar a su alrededor, si bien todo parecía parte de un fondo repetitivo de algún tipo de serie que se usaba para ahorrar dinero, tanto Sora como Kai parecían tranquilos.

-...- miró a otro lado por decencia cuando Shura se sacó la llave, frotándose la mejilla con una mano. Cuando entró en aquel recinto (pues la palabra aula se quedaba pequeña) tardó un instante en recordar dónde estaba y para qué había ido a parar ahí.- Pero...- titubeó tras el mini discurso de la exorcista. Ella no había ido allí para disparar o pegarse contra nada, ella había ido allí a proteger a otros aunque, si era sincera, aquel espantapájaros no parecía ser una amenaza especialmente grave. Aun así se dirigió hacia las armas y fue a coger un arma contundente, alejándose antes de tomarla.

Incluso aunque sean de entrenamiento seguro que pesan más que yo. Se dijo con desánimo, optando por una pistola cuya superficie pulida no le dio ninguna confianza.

-Uooh- dijo por lo bajito con sincera admiración al disparar Naxael, sosteniendo el arma entre las manos como si se hubiese olvidado que estaba ahí.

Tomó el arma y apuntó como lo había visto hacer en las películas y en las series... pero al disparar el retroceso mismo del arma hizo que los brazos saliesen disparados hacia arriba y se le escapase una exclamación ahogada por la sorpresa mientras de fondo escuchaba la risilla del espantapájaros.

-Ña...che disastro- miró el arma como si la hubiese traicionado y la devolvió a su lugar con las orejas enrojecidas por la sensación de vergüenza por el fracaso, obligándose a sonreír  sintiendo cómo le ardían las orejas-Menos mal que no estábais ninguno delante-se pasó una mano por la nuca, alborotándose la cabellera marfílea al realizar el gesto.

Así no voy a llegar muy lejos.

El muñeco empezó a reírse divertido, o al menos como podía ya que seguía siendo un espantapajaros. Los brazos se alargaron de una forma exagerada como si fueran de pura goma. Antes de que pudieran darse cuenta, Jareth y Giulietta , se llevaron un suave bofetón que era mas una caricia del guante del muñeco. Al tocarse la mejilla tenían tinta negra en ella.

Charlotte siguió a la profesora, aunque se preguntaba por qué ella había evitado su pregunta. Al llegar a esa nueva aula, no pudo evitar impresionarse. Realmente era un complejo bastante grande.

Al ver al espantapájaros, Charlotte desconfió de él. ¿Y si era una fachada? Aunque se tranquilizó un poco al ver lo que hizo a los compañeros que fallaron. Con paso lento, observó todas y cada una de las armas que allí había y vio cómo todos habían optado por armas de fuego, a pesar de esto, ella gustaba de las armas arcaicas.

Vio un sencillo arco de entrenamiento y optó por tomarlo como su arma. Respiró profundo y al fijar su blanco, disparó, aunque no sabía si podría dar en el blanco.

El muñeco no para de reirse, casi por las caras manchadas como por la flecha que paso cerca de su cuerpo pero no llego a clavarse en ninguna parte. Volviendo a alargar los brazos, los dos se acercaron a Charlotte y la golpearon muy suavemente en ambas mejillas, manchandolas de tinta. El muñeco volvio a ponerse bien y esperar el siguiente alumno.

-Venga chicos. Escuchais decir a Shura. -Vais a permitir que se descojone de vosotros? Si os fijabais en la profesora, estaba medio tumbada en una silla mirando el resultado. No parecia muy concentrada en la demostracion de combate. -Que os he traido al mas facilito que teniamos por hay tirado. Acercaos, no creo que muerda.

Una amplia sonrisa se dibuja en sus labios. Una sonrisa campechana, alegre, básicamente una expresión de placer y tranquilidad.
Y eso fue con la sola vista de lo que seria el salón de entrenamiento. Luego vino el examinar las armas de entrenamiento 
Todavía con la cincha al hombro observa jovial como los demás intentaban atacar el espantapájaros.
-¿Una invocación?  Murmura para si gratamente sorprendida.
Literalmente parecía haberse trasformado en otra persona.
Animaba con gestos a sus compañeros cuando estos tomaron su lugar tratando de atinarle al espantapájaros.
-Vamos, tu puedes. Les alentaba, y reía después afablemente cuando el blanco les devolvió una suave cachetada manchando sus mejillas.
Sin lugar a dudas parecía mas relajada. Ojeo un poco las armas dispuestas, debatiendo si usar la suya propia; al final prefirió usar una de las espadas de bamboo de entrenamiento.
Sin quitarse el tubo de mapas que todavía colgaba de su espalda.

-bueno mi turno, espero no fallar.
Con precisión extendió los brazos adelante haciendo un semi circulo, poniendo lo que seria la espada en lateral corrió veloz acortando la distancia , esquivando los brazos enemigos buscando pegarle al blanco.
Faltaba una de las chicas y Yaimee volvió presurosa a su puesto, esperando el turno de su compañera, devolviendo la espada de madera al tiempo que curiosa revisaba el resto de armamento de practica.
-Shura sensei umm..Shura..corrige por costumbre, desviando los ojos a la maestra… ¿si somos la clase numero 7, significa que seremos un posible equipo en el futuro?

Como contestación a su pregunta de si le había impactdo, el muñeco empezó a reírse y le dio un manotazo dejándolo con una de las mejillas manchada de una especie de tinta, trastabilló hacia atrás y cayó al suelo de culo riéndose- pues va a ser que he fallado, ¿no? -dijo entre risas viendo como hacía lo mismo con Giulietta y Charlotte- Vaya, al menos no soy el único que falla, ¿eh? -siguió con las risas mientras se apartaba de la zona de combate y observó como se las gastaba la chica pelirroja- Toooma, pues sí que es buena, ¿eh?

-¡Kya!- cerró los ojos con fuerza esperando un soberbio bofetón aleccionador por parte del espantapájaros de la risa aunque tal bofetón jamás apareció siendo el contacto mucho más suave de lo que imaginó en un principio. Al abrir los ojos no entendía qué había ocurrido y, al ver la cara manchada de Jareth se llevó una mano hasta la mejilla que había tocado el espantapájaros y, al retirar la mano, vio las yemas de los dedos manchadas.

-...¿tinta?- frotó los dedos aún perpleja mientras otros de sus compañeros se lanzaban a intentar golpear al muñeco... sin demasiado éxito algunos y otros, como la pelirroja de la espada de bambú, parecían no tener ninguna dificultad con ello- oooh, ¡ha sido genial!- aplaudió manchándose con cada palmada la mano limpia- Naxael y tú haréis una pareja estupenda ¿no creéis?- miró a Jareth y Charlotte que lucían la particular mancha del fracaso en sus mejillas-Él puede cubrir...-bajó el tono de voz al ver que Yaimee seguía a su aire, examinando las armas pero, ya que estaba hablando no iba a dejar la frase inconclusa- y ella se encarga de las distancias cortas. Yo mejor me quedo donde no moleste- asintió un par de veces con la cabeza.

Audrey se había quedado casi última. A su lado, solo quedaba Shiro y la chica extraña con el peluche perturbador. El combate no era su fuerte y era consciente de ello. El espantapájaros, lejos de parecerle divertido, le daba cierto repelús. Supuso que tendría que adaptarse, porque no le iba a quedar otra. Despacio, se acercó a las armas y escogió un arco corto. Según el profesor que le enseñó, ese era el adecuado por su fuerza. De momento, tendría que conformarse. Cogió uno de los carcaj y se lo colgó de la espalda. Se puso en posición y sacó su primera flecha. Esperaba no tener que repetir el tiro, pero era bueno ser precavida. Observó la punta, roma, no dañaría a nadie, ni aunque el espantajo que tenía delante estuviera hecho de mantequilla. Observó las plumas, algunas estaban despelujadas y mal cuidadas y notó que la flecha además era ligeramente más pesada de las que recordaba haber usado. Estaba pensada para no causar daño, evidentemente. Ese sitio servía bien a su propósito: entrenar. Y a ella eso le parecía bien. 

- Yo creo que voy a probar con el arco - dijo mientras se situaba a una distancia adecuada para la cobertura del arma. 

Se puso en posición, trató de imaginarse que estaba sola. Colocó la flecha, inclinó el arco, respiro hondo... El bicho le miró con esa sonrisa de desquiciado que hizo que ella temblara de pies a cabeza y... la flecha se deslizó de sus dedos centésimas antes de tiempo. Ni siquiera le rozó. Pasó por encima del hombro del espantapájaros y rebotó en la lejanía. Dejo escapar un suspiro de decepción. 

- Bueno, creo que habría sido más efectivo si le hubiera dado con él en la cabeza pero lo tenía que intentar - bromeó y se encogió de hombros. 

Tampoco podía esperar hacerlo tan bien como la chica de pelo rojo ni Naxael. Ambos dos habían destacado con creces. Por suerte, estaba claro que había más gente que, como ella, no se había planteado siquiera el tener un arma cerca en el primer cuarto de hora de clase. 

Escuchó a Giulietta y asintió despacio. 

- Y tú y yo supongo que recitaríamos los textos sagrados, ¿no? No parece un mal plan, aunque espero que pasen al menos unos cuantos meses para tener que verme en esa situación... - admitió