Partida Rol por web

La voz de Wash suena en los altavoces de improviso, cobresaltando a la mayoría:

-Capitán. Tenemos visitas.-

Una vez dado el aviso Wash no quita ojo de los recién llegados... salvo que se aparten de su campo visual a través de los cristales.

-Fresca como una rosa, gracias. Le respondo a Simon. -Se necesita mucho más que una entrada brusca en un planeta para tumbarnos a mí y a Serenity.

Oigo los anuncios por el comunicador y me pongo un poco tensa. "El capitán sabrá que hacer, él siempre lo sabe."

Espero la llegada de la gente en la bodega, pero me mantengo lejos de la puerta.

Zoe no puede evitar un suspiro de agobio. Al parecer no va a tener su merecido descanso y no le va a quedar más remedio que darse por descansada. Se estira y flexiona los músculos sin levantarse del asiento.

- "Usted dirá capitán, estoy a su entera disposición."

Sabe que eso significará probablemente que tenga que ir a por su armadura y su arma.

Algo mareada por el viaje, me reconpongo como puedo de la reentrada y doy gracias a dios de que todo haya ido bien al llegar al planeta pense que esas naves de vigilancia ibana pillarnos menos mal que tenemos un buen piloto ducho en las tacticas de un buen contrabandista salgo de mi camarote donde estaba descansando y me dirijo cuando oigo por el intercomunicador de la nave las indicaciones del capitan y me dirijo hacia donde el a indicado todavia un poco palida tras pasar por el tocador. Es hora de saber un poco mas de que hacemos en esta planeta y lo que tenemos que hacer aqui la situacion actiual exige que seamos eficientes asi que manos a la obra.

-¿Esperas problemas Mal?¿Saco la artilleria?

Mientras Jayne se dirige rapidamente hacia su camarote a recoger sus preciadas herramientas.

Zoe deberias cuidar un poco mas tus palabras.En el pasado ya tuve algun problemilla con Wash por sus celos.

Cuando digo esto se nota la ironia en las palabras,pero no desperdicia la ocasion de mirar para ver si han tenido algun efecto en Inara.

Zoe,Jayne y yo vamos a bajar para ver que quieren y si son nuestro contacto.Si no lo son veremos lo que quieren.Tal vez sea su rancho y no les guste que hayamos aterrizado aqui...asi que si al pastor no le importa me gustaria nos acompañase.

El resto quedaros aqui alerta por si ocurre algun percance.

Zoe torció el labio superior como gesto de desagrado demostrando sin tener que decir nada más que había ciertas cosas con las que no se debía bromear y menos cuando estaba tan cansada y acumulando malhumor. Esperaba no tener la oportunidad de descargarlo con alguien pero si se ponían a tiro y le daban una excusa alguien iba a tener que cavar tumbas en esta luna.

- "Con su permiso, señor, voy a por 'mi equipo'." - Sin esperar la respuesta se levantó y fue a su camarote con pasos pesados pero no demasiado lentos.

Zoe empujó la escotilla y deseo tener barras laterales para dejarse caer deslizando hasta el fondo de la habitación. Fue bajando los escalones de varios en varios y saltó en el último tramo dejándose atraer por la gravedad amortiguando la caída flexionando las rodillas con la facilidad que daba la costumbre de un gesto rutinario.

En un momento se quitó la ropa que sin duda tendría impregnado el perfume de los canes y de su propia transpiración que tanto elogiaba Hoban y la lanzó a una esquina para recogerla luego y limpiarla. Aspiró profundamente el olor del ambiente que le recordaba a la intimidad con su esposo, a sus manías al despertarse y a las peleas lanzándose prendas de vestir cuando uno de los dos decía una tontería.

Buscó su armadura, y la tiró sobre la cama. Abrió el cajón del lavamanos y sacó el grifo. Abrió el agua y se echó agua por la cara y por todo el busto. Limpió sus sobacos con profusión y volvió a salpicarse la cara buscando despertarse. Cerró el grifo y guardó los cajones, sacó una toalla y se secó por encima.

Cogió su camisola mullida de lana, puso encima la armadura y la ajustó con fuerza. Luego se cubrió con la blusa ligera y el chaleco de cuero. Cogió el guardapolvos, que luego se echaría al hombro para subir, sin ponerlo hasta llegar a la bodega.

Ajustó la cartuchera a lo largo del pantalón y se puso las botas gruesas de cuero con un par de saltitos. Antes de salir revisó el trabuco, lo cargó y dejó listo y lo metió en la funda, asegurándolo bien. Cogió el guardapolvos y volvió en dirección al comedor, con calma y parsimonia.

Hemos llegado...

Con su pelo perfectamente recogido, el Pastor Book marca la página actual de un pequeño librito (el "Jing Chai Sa Gwa") y abandona su estancia para unirse al resto de la tripulación. La "petición" del capitán aún resuena en su cabeza.

El capitán tiene la extraña costumbre de considerarme un miembro más de la tripulación, lo que a veces me produce un agradable sentimiento de camaradería... pero tampoco estaría de más que recordara que estoy aquí en condición de pasajero, no de tripulante.

En fin, qué se le va a hacer. Molleras más duras se han partido.

Corredizas por los pasillos, Zoe con cara de preocupación... Sin dejar de sonreír, el pastor observa al capitán, listo para la acción.

No tengo inconveniente en acompañarle a donde quiera, capitán.

Antes de bajar, el pastor echa una miradita por una de las ventanillas de la nave.

Hum, estos hombre no parecen muy amables. Ni muy creyentes, si me permite la apreciación.

-Si quieren problemas los tendran, Vera es muy convincente ante los Huen Dahn, si no son sa Gwa se comportaran.  Ansio con ganas ver mi dinero.

Mientras espera seguir a Mal hacia fuera, preparado por si hubiera problemas llevando el equipo basico.

Bueno creo que lo averiguaremos en breve.Estad alerta como he dicho mientras estamos fuera y vigilar el estado de los perros.Tambien podeis hacer una lista de lo que necesitais cada uno y lo que necesita la nave.Si conseguimos cobrar y un trabajo tratare de conseguir lo que pueda de las listas.

Dicho esto Mal que ya llevaba su arma se dirige a la salida donde espera la llegada de Zoe y Jayne.

Mientras camina le comenta al pastor.

Que opina del recibimiento que tendremos?.Piensa que tal vez solo esten protegiendo el rancho?.

Wash desde su cabina comienza con la rutina "de espera", esto es, comprobar que todo está listo por si hay que salir pitando, y comprobar que al salir el grupo alguien cierre las puertas de la nave.
Sabe que no es necesario que lo haga, ya que la chica cuida de la nave como si fuera su hija, pero así y todo la costumbre es más fuerte, abre el comunicador y dice:
-Kaylee, ya sabes lo que nos toca, comprueba que todo esté a punto para partidas inmediatas, que nunca se sabe-

Zoe sigue su camino por la nave, le gustaría decirle algo a su marido por si las cosas se ponen feas pero sabe que eso trae mala suerte y además no tiene suficiente tiempo ni palabras para todo lo que tiene que decirle, y no es nada que el no sepa ya. Sumergida en sus pensamientos no tarda en llegar a la bodega y de ahí a la compuerta de salida son un par de pasos nada más. Echa el último vistazo a los perros que parecen nerviosos, es como si supieran que están en tierra y están deseosos por salir de la cárcel de metal en que se ha convertido la bodega para ellos. Les da un silbido y unas palabras de ánimo para intentar calmarlos, no está la situación para preocuparse porque puedan hacerse daño en un ataque de ansiedad. Les echa algo de comer, eso les mantendrá un tiempo ocupados y además pueden permitirse una última comida.

Después, por fin, se reúne con el capitán, el pastor y Jayne que va cargado como el viene de un mercado de armas y ha aprovechado bien todos los saldos. Zoe saluda con un gesto al capitán indicándole que está lista y dispuesta y acaba de ponerse el guardapolvos. Se dirige a los mandos de apertura y espera sus órdenes.

Abro la compuerta una vez nos hemos reunido todos y camino despacio y sin gestos amenazantes hacia los hombres que hemos visto desde la nave.

El reverendo se unió a la expedición de investigación. Iba desarmado, sin armadura ni ganas de pelea. Esperaba que todo pudiera solucionarse con un poco de amable conversación y que estos tipos fueran razon...

Bah, ¿A quién trataba de engañar? Se iban a liar a tiros. Seguro.

El hombre del parche en el ojo avanza hacia vosotros y descabalga.

Soy Joseph Sarafina, dueño de este rancho ¿Traéis los perros?, pregunta.

Zoe se quedó atrás, como de costumbre, vigilando a los jinetes en posición defensiva (es decir con el cuerpo de perfil hacia ellos y la mano derecha que es la alejada reposando sobre la culata de su trabuco y oculta por el guardapolvos.

Sus ojos se mantenían fijos en los jinetes cuidando los detalles, sobretodo mirando que hacía con las manos o con la mirada que solía ser la forma de determinar si iba a actuar de forma agresiva o si estaban nerviosos.

Las compuertas abiertas invitan a River a acercarse.
Demasiado tiempo en el espacio aburre a cualquiera y no evita acercarse, cautelosa, a la conversacion de los que salen... ¿que van a hacer con los pobres perros?

Jayne andaba intranquilo por dentro, aunque la entrada del dueño del rancho invitaba a que el negocio acabaria bien, por sus andadurias sabia que nada sale como esta previsto, así que seguia atento a los rancheros y los alrededores.

Vigilo a River mientras se acerca a la compuerta y me mantengo en silencio esperando a ver que sucede.