Partida Rol por web

T7

Mut (35MM, S.A., 60PV): sigue apuntando

Nienna (*35MM, S.A, 32PV): habla

Axe (*10MM, S.A.*, 50PV): habla

Musgoverde (10MM, S.A., 42PV): sigue apuntando.

E1 Sargan (5MM CE, -2/50PV, -1xAs At.2): Inconsciente. "2 turnos muerto"

E2 Gariac (5MM Cu, 35PV): Retrocede

E3 Amadar (0MM CE, 35PV): Apunta a axe

Posadero, aparece en escena.

(Encapuchado del interior)

- No me habéis entendido y no acepto órdenes de un enanito... o lo que seas... - dice burlón refiriéndose al hobbit, por el cual no parece sentirse amedrentado.

El hombre sigue retrocediendo, con el bastón en alto, hasta que su trasero da con el marco de la ventana abierta.

- No he dicho que nos rindamos, he dicho que nos vamos. Jamás dejaremos que nos apresen. Si queréis lucha, será lucha hasta la muerte. - Amenazó

- ¿Verdad Amadar? - Quiso saber si tenía el apoyo de su compañero.

...

(Encapuchado del exterior)

Parece que también habla con alguien de la ventana del piso de arriba, seguramente con Musgoverde, no lo entendéis todo, pero parece que le está poniendo al corriente de la situación.

Y no tardó en obtener respuesta por su parte - Aquí estoy, preparado para lo que haga falta - En su mano llevaba otro de esos pequeños objetos metálicos.

...

(Posadero)

Mientras la situación sigue tensa y no se sabe que va a acontecer; puerta de la cocina se abre y se asoma el posadero - ¡Cielos! - Exclama, y agachado se mueve hasta los pies de Nienna, donde está el muchacho para ver cómo se encuentra.

Sigue sin escucharse armas, parece haber una tregua en el piso de abajo.

Te responde - Quienes somos no es de vuestra incumbencia... Veníamos a por el chaval, pero nuestro jefe ha caído en combate, así que nos vamos como vinimos, podéis quedároslo. Nos retiramos.

Ahora habla en dirección al interior del salón, en el piso de abajo- Aquí estoy, preparado para lo que haga falta - En su mano llevaba otro de esos pequeños objetos metálicos. 

Por sus palabras deduces que la situación es tensa.

La situación distaba todavía de ser relajada y carecer de peligro. Aquellos hombres desconfiaban casi por naturaleza de todos y no se andaban tampoco con remilgos cuando se trataba de seguir un plan de acción. Solo el verse en minoría, había logrado que se echaran atrás, pero no por cobardía, sino por simple pragmatismo.

-No es necesario luchar hasta la muerte. Solo necesitamos aclarar las cosas antes de matarnos entre nosotros. Axe, baja el arma. Yo también lo haré... y vosotros. Y cuando estén en el suelo, podremos hablar tranquilamente, antes de...

No me dio tiempo a terminar de hablar porque en ese momento, entró el posadero, que debía haberse quedado fuera en lugar de entrar a curiosear. No obstante, procuré no hacer movimientos bruscos.

-No se preocupe, solo estamos teniendo una charla amistosa, ¿verdad? -pregunté, mirando fijamente al encapuchado mientras dejaba mi arma en el suelo, tal y como había dicho.

-Mi nombre es Nienna y yo fui quien me encontré a este muchacho y lo traje aquí para cuidar de él. Lo que haya hecho o dejado de hacer no me interesa. Solo me ocupé de él, primero sola y después con ayuda de los que aquí ves y también el posadero. Gracias a nosotros está aún con vida. No tendría sentido dejar que muriese ahora, porque si desconocemos vuestras intenciones, eso es lo que pensamos. Así que una vez más... ¿por qué no nos decís que hacéis aquí y por qué motivo queréis llevároslo incluso matando, de ser necesario?

Intenté hablar calmadamente, pero no las tenía todas conmigo y además, estaba cada vez más harta de tanta desconfianza. Si no empezaba a dar muestras de un poco de raciocinio, la conversación terminaría en cuestión de segundos y el muchacho, seguiría conmigo.

Musgoverde se mantuvo sin perder ojo al tipo, atento por si movía el brazo con intención de lanzar el objeto metálico al interior. No sabía de qué se trataba aquel objeto, pero algo le hacía sospechar que no podía ser nada bueno. El animista mantuvo el silencio, por lo menos sabía que abajo sus compañeros habían eliminado al cabecilla de aquella incursión, logrando la retirada del grupo atacante.

El animista se mantuvo a la espera de cómo se desarrollaban los acontecimientos.

Dialogar en aquel momento es algo que no entraba en mis planes, pero Nienna parece querer hacerlo y ante esa tesitura habrá que apoyarla. Axe puede que baje sus armas, pero yo seguiré apuntando, esas cosas raras que llevan que se lanzan son peligrosas. Sigo apuntando hasta que ellos bajen las armas o las tiren al suelo. Si no lo hacen la situación acabará con un disparo de mi arco corto y el ataque de mis compañeros.

- Haced caso a Nienna, tirad las armas y podremos dialogar. No lo hagáis y seguramente os reunáis con vuestros ancestros antes de tiempo.

Los hobbits estamos acostumbrados a que no nos tengan en cuenta en situaciones de combate, algo normal por nuestro pequeño tamaño y aspecto bonachón, pero en este caso han topado con un hobbit que ha recorrido de Norte a Sur la Tierra Media y que ha visto más de un combate.

No me fío en absoluto, y más tras habernos amenazado tan claramente. La compañera quiere hablar, pero Mut no baja su arma... Creo que ambos opinamos lo mismo. 

Bajo un poco mi martillo de guerra en señal de buena voluntad, pero no lo suelto hasta que ellos no dejen sus armas. Estamos en superioridad numérica, no veo claro lo de rendirnos a ellos y dialogar. Son ellos quienes atacaron. 

Hasta que no dejen clara su postura, mi martillo seguirá en mis manos.

-Armas, fuera - digo, resumiendo todo mi pensamiento lo más posible. Mi enfado no me dejaba ir con mucha retórica.

T8

Mut (35MM, S.A., 60PV): sigue apuntando

Nienna (*35MM, S.A, 32PV): habla

Axe (*10MM, S.A.*, 50PV): habla

Musgoverde (10MM, S.A., 42PV): sigue apuntando.

E1 Sargan (5MM CE, -3/50PV, -1xAs At.2): Inconsciente. "3 turnos muerto"

E2 Gariac (5MM Cu, 35PV): Retrocede

E3 Amadar (0MM CE, 35PV): Apunta a Axe

Posadero, aparece en escena.

El posadero, agachado sobre el cuerpo del muchacho, toma sus manos y comienza a tirar de él, llevándoselo poco a poco hacia la zona de la cocina y su habitación. Quizá pensando en que si se complicaban las cosas no pillara al muchacho de por medio.

Aceptó daros algún tipo de explicación, pero en ningún momento dieron muestras de bajar sus armas - Está bien - Dijo en encapuchado que aún estaba dentro - Es sencillo. Nuestro jefe quería secuestrar al chico y ahogarlo en el río, sin testigos. Pero eso ya no va a ocurrir y además nuestro jefe ha muerto. A nosotros ya nos da igual el chaval, simplemente nos largamos, nos iremos bien lejos y no nos volveréis a ver.

Dicho lo cual el hombre seguía moviéndose, despacio, pero sin detenerse. Ahora se coló por la ventana, así que ya los dos asaltantes estaban en la parte de fuera. Ahora es el otro el que os habla - Habéis matado a nuestro jefe, podéis daros por satisfechos, muchos lo han intentado sin lograrlo. Si no queréis morir, la cosa se queda así.

Intuyes que la situación está tensa abajo. Los asaltantes parecen estar realizando una retirada ordenada. Con el silencio de la noche y sin ruidos de lucha, escuchas lo que dicen. 

Uno que estaba dentro sale por la ventana, porta un bastón a modo de arma y su posición es defensiva. A tus compañeros no los oyes desde aquí, pero según responde te puedes hacer una idea de las preguntas - Es sencillo. Nuestro jefe quería secuestrar al chico y ahogarlo en el río, sin testigos. Pero eso ya no va a ocurrir y además nuestro jefe ha muerto. A nosotros ya nos da igual el chaval, simplemente nos largamos, nos iremos bien lejos y no nos volveréis a ver.

El otro, al que permaneces apuntando también aporta en dirección a tus compañeros que están en el interior - Habéis matado a nuestro jefe, podéis daros por satisfechos, muchos lo han intentado sin lograrlo. Si no queréis morir, la cosa se queda así.

Mis compañeros eran demasiado agresivos, pero tampoco estaba mal mostrar desconfianza ante quienes habían estado a punto de matarnos. Así, mientras el posadero se llevaba al muchacho, la situación pareció ir relajándose. No contaba con que dejasen las armas, pero sí con que al menos, no las empuñasen, sobre todo después de haber dicho que estaban dispuestos a marcharse.

Y la explicación era en parte más sencilla de lo que parecía. Muerto su jefe, no tenían ninguna obligación para con él ni tampoco tenían por qué acabar con el muchacho.

-Eso me parece muy bien, es lo más sensato -dije, en cuanto explicaron que estaban dispuestos a irse puesto que allí no había ya nada para ellos.

Pero no estaba todo dicho.

-No iremos a buscaros, si es eso lo que temes, pues no tenemos interés alguno que luchar con vosotros, pero seguimos sin saber por qué la muerte del muchacho era tan necesaria. ¿Qué es lo que hacía de él alguien tan especial como para desear su muerte y obligaros a matar e incluso a morir por ello? Y no digáis que desconocíais los motivos porque no me parecéis gente que haga las cosas solo porque alguien se lo ordene.

Parece que Nienna quiere dejarlos marchar, por una parte la entiendo pero por otra es dejar con vida a unos individuos que te la tienen jurada y puede que quieran venganza. Parece querer sacarles información lo cual en parte no es mala idea, aunque hay diversas formas de procurar obtenerla y una es capturar a alguno con vida. Aunque puede que Musgoverde haya tenido algo más de suerte y tenga más información.

- Si queréis marcharos tirad las armas y podréis salir de aquí, pero dejadlas para evitar que en vuestra huida lastiméis a alguien. Si lo hacéis por nuestra parte no habrá ninguna represalia. Aunque antes de iros, contestad las preguntas de nuestra compañera.

De las armas podríamos sacar algo de información sin duda, sobre todo de aquella rara que el que estaba afuera había utilizado. Es otra forma de obtener información.

No parecía una mala situación. Dejar las cosas como estaban. Aunque evidentemente el animista no se fiaba de las palabras de aquellos hombres. Lo más seguro es que se retiraran ahora que se veían superados y volvieran más tarde con refuerzos. Él poco podía hacer desde allí, no era un guerrero, así que tomó la única salida posible.

-¡Pues largo! - Les gritó, animándoles a poner tierra en polvorosa. -El brazo se me está cansando de tensar la cuerda y seguro que termina escapándose la flecha si no os dais brío.

Apenas dijo eso y salió corriendo por la puerta de la habitación para reunirse con sus compañeros. No tenían tiempo que perder, en cuanto los extraños se fueran deberían tomar el camino contrario con el muchacho a cuestas y además temía que intentaran continuar la lucha, lo que podía llevar a alguno a estar malherido.

Me mantengo en silencio, sin mover ni un ápice el martillo. 

Su jefe quería secuestrar al chico y ahogarlo en el río... eso no tenía mucho sentido. Para acabar con él, la forma más efectiva hubiera sido matarlo en donde lo encontrasen con las armas que tuviesen... ¿por qué llevarlo al río? Cargar con él y arriesgarse a ser sorprendidos, como así sucedió... Los misterios iban aumentando.

-¿Por qué tenía que morir en el río? ¿Por qué no matarle aquí mismo? ¡Si lo sabéis, decidlo! Y sí, con armas no saldréis de aquí. Dejadlas, y podréis marchar.

Parecían dispuestos a hablar, y si no tenían nada que perder por ello, mejor aprovecharse de eso. Quizás nos sorprendan aún más con las respuestas.

T9

Mut (35MM, S.A., 60PV): sigue apuntando

Nienna (*35MM, S.A, 32PV): habla

Axe (*10MM, S.A.*, 50PV): habla

Musgoverde (10MM, S.A., 42PV): sigue apuntando.

E1 Sargan (5MM CE, -4/50PV, -1xAs): Inconsciente. "4 turnos muerto"

E2 Gariac (5MM Cu, 35PV): Van a escapar

E3 Amadar (0MM CE, 35PV): van a escapar

Posadero, aparece en escena.

Las amenazas no parecen surtir efecto, quizá no se fían, o quizá por astucia. 

El posadero consigue llevarse del todo al muchacho en dirección a la cocina.

Pero para algunos sigue habiendo dudas, a vuestras preguntas responden parcialmente - Para que pareciera que se levantó en medio de la noche. Para lo demás... preguntadle al chico, si es que algún día despierta.

Dicho lo cual y sin soltar las armas, ambos salen corriendo saliendo de vuestro campo de visión.

En ese momento escucháis alguien corriendo arriba, se trata de musgo verde que aparece en lo alto de la escalera. Puede observar a sus compañeros. Y a alguien muerto, uno de los encapuchados yace sobre una de las mesas grandes del salón. Los demás, parecen intactos.

La visión del cadáver y la sangre le paralizó en su descenso por las escaleras, pero sintió un tremendo alivio al ver que era uno de los extraños y que sus compañeros estaban bien. También el chico, así que Musgoverde respiró aliviado. Terminó de bajar el tramo de las escaleras que conducían al primer piso y se reencontró con sus compañeros. No tenía mucho sentido preguntar que había pasado, las cosas hablaban por si mismas. Ni tampoco preguntar por quiénes eran, sus compañeros sabrían lo mismo que él. Por lo que se limitó a lanzar una pregunta que más que resolver una duda parecía querer confirmar una sospecha.

-¿Venían por el muchacho?

Echaron a correr en cuanto pudieron, armas incluídas, y un ruido se oyó a nuestras espaldas. Me volví instintivamente, a sabiendas de que podría ser otro ataque, y me alivió enormemente el equivocarme y saber por fin que Musgoverde estaba también a salvo.

Miré de nuevo a la puerta, valorando si salir a correr tras ellos. No me pareció lo mejor, pues estaría en inferioridad numérica y además tendrían la ventaja de la oscuridad a su favor.

Bastardos afortunados -pensé-. Les ha salido bien la jugada.

Me volví de nuevo hacia Musgoverde, que había hecho una pregunta.

-Sí, amigo. Llegamos a tiempo de evitarlo, y uno de ellos pagó con creces la osadía. Los otros acaban de huir como ratas, pero antes tuvimos una tensa charla. Querían llevarse al chico y ahogarlo en el río. Por lo que dijeron, este desgraciado - señalé con el mango de mi martillo al cadáver- era su jefe, y el que sabía las razones de todo. ¿Cómo te fue a tí ahí arriba?

Lo primero que hago es cerrar las ventanas y la puerta de la posada y si hay cerrojo ponerlo para que no puedan entrar. Es mejor tomar precauciones. 

- Veamos qué tal está el chico, espero que no haya sufrido mucho al moverlo... - comento. - Nienna, échale un vistazo y si es necesario habrá que llamar a los sanadores. Axe, Musgo registrad al muerto. A ver si averiguamos algo, puede que tenga algo que nos diga quién era...

Ahora tenemos que asegurar la posada, y proteger al chico. La idea de moverlo a una habitación parece la mejor opción ya que no estará a la vista de todo el mundo. En una habitación estará más cómodo sin duda y podrá recuperarse mejor.

El asunto terminó igual que empezó, con ninguna o poca información y el muchacho en nuestro poder, y todavía inconsciente. No habíamos sacado nada en claro de aquella gente, más allá de que deseaban llevárselo por orden de su jefe, pero no me cabía duda de que sabrían perfectamente la razón para hacerlo, solo que no nos lo querían decir y eso... eso me molestaba.

Me puse en pie, guardando el arma y  mirando el cuerpo del jefe.

Asentí a Mutfast y me acerqué a comprobar cómo estaba el muchacho. Me parecía que seguía igual, ni mejor ni peor, pero sobre todo, que nosotros estábamos igual, sin saber las razones por las cuales había sucedido aquello.

Todo un misterio que a mí me irritaba sobremanera y que ignoraba si podríamos solucionarlo.

-Creo que está bien, pero supongo que no estaría de más llamar a un sanador para asegurarnos. También podríamos ir a ver al que se encarga de la seguridad de este lugar para entregarle a este hombre, una vez lo hayamos registrado. Seguramente, él podrá decirnos bastante más acerca de él, además de felicitarnos por haberlo quitado de en medio.