Partida Rol por web

Todos los veranos tocaba lo mismo... Viaje familiar. 

Se había convertido en una costumbre y, además, lo costeaba la familia de tu tía-de-no-sangre. Resultaba agradable cambiar un poco los aires. 

Y allí estabas. Con tu bañador negro y la bufanda atada en la cabeza por si te daba uno de esos "ataques de frío" que te pasaban a veces. Resultaba extraño, pero no habías hablado con nadie del tema todavía. Además, hacía poco que te pasaba y podía ser por un cambio hormonal de esos, ¿no? 

Bueno, todo sería aparentar un poco. Sonrisa agradable, buenas palabras... Nah, eso no era lo tuyo, preferías aislarte y que el tiempo pasara lo más rápido posible. 

Creías estar tranquilo, sin ningún problema, total, si no llamabas la atención nadie te prestaría atención... Pero en ese momento notaste una palmada en el hombro. 

-¡Ey primo!- tu primo Adam ya había llegado, ese tío que parecía haberse chutado cafeína y siempre mostraba una agradable sonrisa a todo el mundo. Resultaba gracioso veros juntos, parecíais dos polos opuestos rubios. 

-Cuánto has crecido, ¿no? ¡Ya casi estás como yo de alto! No como la canija de mi hermana. Já, ¡esa sí que no crecerá nunca!- hablaba con una amplia sonrisa y un tono animado, aunque podías ver que en sus ojos brillaba cierta curiosidad... y diversión. Eso sí, no conseguías ver a su hermana por ninguna parte. ¿Estaría escondida bajo alguna piedra? 

Estoy en la orilla de la playa, pensando si meterme o no al agua. Hace calor, como es normal en verano, y mi cuerpo e pide a gritos que me meta hasta el cuello. Pero no lo tengo claro. Uno de esos golpes de frío podría hacer que enfermara si me pillase en el agua.

Algo me golpea en el hombro y me giro a ver que es. Es una mano. Me giro mas y veo a mi primo Adam, o como su hermana solía llamarle, "Hamster con cafeína". 

Salgo de mi mundo de pensamientos para volver al mundo real. -Hola Adam- Le digo en tono serio, sin ganas de seguir hablando. Sin embargo, Adam seguía hablando. Mientras, le miro a los ojos con cara de "si, te estoy escuchando". Con Adam esa cara siempre funciona. Pero en mi cabeza pienso "¿Por que no se calla nunca?"

-Si, dentro de poco el enano serás tu- Le respondo disimulando mi falta de interés. -Hablando de tu hermana, ¿donde está? No la veo por aquí.

-Si eres tan tosco siempre nunca encontrarás novia, ¿sabes?- palabras burlonas acompañadas de una sonrisa... Sin duda la simpatía de Adam se hacía presente. 

-Mi hermana...- hizo rodar los ojos de forma divertida -está en una escuela especial. Creo que quería asegurarse de algo...- había formulado esta última frase con un brillo extraño en los ojos que no identificaste qué podía significar. Y de pronto su móvil empezó a sonar. Alzó el índice indicando que esperaras un momento y se alejó, no sin antes esbozar una enigmática sonrisa. 

Perfecto... Al fin te dejaría solo. Podrías perderte un poco por los alrededores, bañarte, ver tías en bikini... Pero... ¿por qué habría esbozado esa sonrisa Adam? ¿Estaría planeando algo?

Ignoré el comentario sarcástico de Adam, siempre era así, siempre tratando de picarme. Nunca lo había conseguido, y tengo pensado que eso siga así.

La noticia de que mi prima estaba en una escuela especial me sorprendió. Antes de poder preguntarle siquiera sonó su teléfono. Me hace una señal para que espere y le veo alejarse un poco, no sin llamarme la atención su comportamiento. 

Tengo curiosidad de saber de que va el tema de la llamada, pero por otro lado... Al fin vuelvo a estar solo. Miro a ambos lados de la playa, fijándome en la cantidad de tías que hay a cada lado. En uno, veo a una chica de protuberantes senos haciendo topless. Miro a Adam, que sigue con la llamada. "A pasear" Pienso mientras pongo rumbo a la zona donde esta la susodicha chica. Camino por la orilla, para no llamar demasiado la atención. Cuando paso por delante de ella, la miro por el rabillo del ojo, girándome lo menos posible. "Quien pudiera masajearlas..."

Adam siguió su camino, mirándote de tanto en tanto y asintiendo con la cabeza, parecía nervioso. Quizás la conversación estuviese tomando otro rumbo... pero eso a ti no te interesaba. 

No... habían mejores cosas que hacer y que ver. Como esa preciosidad. Veías el cuerpo, un bonito y tonificado cuerpo tomando el sol con unos redonditos y blanditos pechos. Daban ganas de enterrar la cara en ellos... 

Estabas fantaseando un poco, hasta el punto de que no te diste cuenta de que la muchacha se estaba irguiendo, notando que alguien la miraba. Justo en ese momento... 

 -Ooohhh eras tú quien me miraba...- te mira de arriba a abajo esbozando una ¿sonrisa? 

-Pues no estás nada mal. ¿Quieres compartir toalla conmigo, guapetón? Estaremos un poco apretaditos... pero no importa- te guiñó un ojo de forma que notaste un escalofrío por todo tu cuerpo.

De pronto algo pasó... Viste una sombra a tu lado, pero estabas demasiado en shock como para reaccionar. Justo en ese momento, Adam te lanzó un cazo de agua casi hirviendo, o al menos eso te pareció con la calor que hacía. 

-A ver si es verdad- apenas lo oíste murmurar. 

-No gracias, no quiero molestar, además, ni siquiera te estaba mirando, estaba mirando... Aquel chiringuito de allí.- Dijo mientras se alejaba caminando hacia detrás. La mente de Axel trabajó a un 1000% de su capacidad para excusarse y alejarse de la horrible mujer. -Tienen unos granizados riquísimos-

Entonces, una sombra veloz como el rayo apareció a su espalda. Se giro a tiempo de ver como Adam le lanzaba un cazo con agua hirviendo por la espalda.

-AAAAAAAAAH- Gritó. -¿Estas tonto? Espera, eres tonto. ¿Estas loco?¿Como le tiras agua hirviendo a alguien en la espalda- Axel le dio un fuerte capón a Adam.

Mujer rara: -Oh... y yo que creía que alguien estaría interesado en mí- se dio media vuelta sumida en una nube profunda de tristeza mientras hacía círculos en la arena. 

-Vaya, primo, te parecerá bonito...- ambos habían ignorado el hecho de que te habían tirado agua ardiendo encima. Sobre todo Adam, ¡incluso después del capón! Solo había que ver la sonrisa de satisfacción de su rostro mientras se acercaba a ti, pasaba por tu lado y tras unas palmadas en el hombro te susurraba al oído. -Sé que puedes hacerlo. Deja de pasar calor. 

Mi primo empezaba a tocarme las narices. No solo me había tirado agua hirviendo, sino que hacia como si eso fuera algo normal y nada peligroso. Afortunadamente la mujer asquerosa y fea se marchó. Aparto la mano de Adam de un manotazo, con un poco de brusquedad. -¿Como? Estamos en verano y no hay un mando para el sol- Le digo a Adam con sarcasmo. -Y no cambies de tema idiota, me has tirado un cubo con agua hirviendo. ¿¿EN QUE NARICES PENSABAS??- Le digo en tono algo alto y enfadado.

Tal vez por los nervios de ese momento, por el insoportable de tu primo, de esa sonrisa burlona que decoraba su cara, del chasco que te habías llevado con la chica, de lo rápido que se podía estropear un día en familia que no había hecho más que empezar, del simple hecho de tener que estar en un lugar así por la familia, eso extraño que te pasaba, el miedo a que te miraran como si fueras un bicho raro... Todo se había hecho una pelota, una pelota que solo te oprimía el pecho e iba saliendo a modo de enfado. Pero había algo más... 

De pronto notaste aquello que notabas siempre que querías enfriar algo, pero más a lo grande. En lugar de calentarte y ponerte rojo por el enfado, tu cuerpo se iba enfriando con el fin de evitar el calor producido por el agua que te había tirado tu primo. Pero también notabas tu propio calor corporal, ya de por sí ligeramente más bajo, bajar más... 

Me vuelve a suceder. Por algún motivo, mi temperatura corporal desciende, haciéndome tiritar de frío... en medio de la playa... en verano... "No tiene ningún sentido".

La arena bajo mis pies ya no me quemaba. El agua hirviendo, ahora estaba tibia. Adam me mira, como si fuera una especie de espectáculo, como un mono haciendo malabares. -¿Ya estas contento?- Le pregunto a mi primo enfadado.

Tu primo amplió esa sonrisa de idiota y asintió con energía con la cabeza. 

-¡SABÍA QUE ERAS TÚ!- exclamó con alegría. Eh, un momento... ¿se alegraba de que fueras un bicho raro? No te dio tiempo a pedirle explicaciones por su extraña forma de actuar porque justo en ese momento alguien le dio una colleja. Era una chica que acababa de llegar. Lucía un bikini negro, estaba de bastante buen ver... aunque lucía una cara de pocos amigos. 

-¡¡ESTÁS TONTO!!- exclamó la chica con una potente voz riñendo a tu primo. Era una escena graciosa aunque algo confusa. ¿Sería la novia de Adam? 

-¿Tú eres el idiota nuevo?- preguntó de pronto girándose hacia ti, mirándote con unos imponentes ojos rojos entrecerrados, acercándose peligrosamente mientras te evaluaba con la mirada. 

-Sin duda os parecéis- miró a Adam y luego a ti. No, definitivamente sus palabras no parecían un alago. Alargó la mano para tocarte el brazo -está helado- una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. -Parece que de nuevo tenías razón. 

 -¿Acaso no la suelo tener?- infla el pecho con orgullo.

-No- dijo de forma tajante, haciendo que Adam se desinflara con cara de perrito abandonado. 

¿Qué estaba pasando? Nadie te daba ninguna explicación... ¡¡Solo complicaban más las cosas!! 

Una chica bastante guapa apareció. Pero pronto demostró tener una mala leche increíble. Elementalmente, no me dejé intimidar.

-Ni soy idiota ni soy nuevo en nada- Le respondí irritado. Entre las acciones de Adam y la forma de hablar de esa chica, estaba ya bastante enfadado. Después, la chica me agarra el brazo y nota que estoy helado, por reflejos, le aparto el brazo de un manotazo.

No tenía ni idea de que narices pasaba, esos dos sabían algo, pero no decían nada. -¿Podéis dejar de discutir como tortolitos y decirme que queréis?- Les pregunté ya malhumorado

Ambos chicos se quedaron mirándose sin comprender lo que decía, con una mueca de asco en su rostro. Fue entonces cuando sentiste que alguien se acercaba hacia vosotros. Instintivamente te giraste hacia el lugar, con el cuerpo alerta. Pero ahí solo había una muchacha de pelo blanco y ojos azules con unos pantalones cortos vaqueros y una sudadera de manga corta rosa abierta dejando ver la parte de arriba de un bikini blanco. 

-No tenéis ningún tacto. 

No parecía tan borde ni "ardiente" como la primera, pero sí era más fría. No parecía mostrar emoción alguna, solo analizaba la situación mirándoos a unos y otros. 

-Vamos a ver- lanzó un suspiro apenas audible, dando a entender que le cansaba tener que lidiar con esos dos. -Venimos a por ti. Eres uno de los jóvenes que existen con poderes- sus palabras fueron directas y por la cara que pusiste la chica ladeó la cabeza hacia un lado. -¿No te lo crees?

De pronto desapareció ante tus ojos. ¡¿Qué acababa de pasar?! Pero tan pronto como te planteabas la pregunta volvió a aparecer. 

-Tú también tienes uno. En este caso parece ser algo así como "refrigeración". Interesante. Tus primos también tienen- señala a Adam con un movimiento de cabeza. -No sabemos todavía si es algo genético ni por qué ocurre. 

Nuestra misión es ayudar a los novatos para que se acostumbren a sus poderes y encontrar una solución antes de que algún científico o persona loca ponga una mano sobre ti. Créeme: no querrías pasar esas pruebas. 

Por cierto, yo soy Nao. Nao Tomori. A tu primo ya lo conoces... y ella es Misa Kurobane- la del pelo naranja gruñó por lo bajo. -Somos los encargados de proteger a las personas con poderes, y por eso hemos venido. 

¿Poderes? Todo era demasiado confuso... 

Y otra persona apareció. Otra bella chica, de mas o menos su edad. No tan ardiente como la otra, pero si mas grácil.

La recién llegada le soltó una parrafada larguísima, le enseñó su poder, para que no hubiesen dudas sobre que no era broma. Axel se quedó estupefacto al ver como la chica desaparecía.

Lo que mas le llamó la atención fue lo de "proteger".

-¿Proteger?¿Proteger de que?- Preguntó confuso.

-Científicos locos, pruebas de sangre, disecciones, pruebas a tu familia...- Adam hizo un gesto con la mano para restarle importancia -esas cosas-. Hablaba con tono aburrido, pero en sus ojos dejaba denotar la preocupación que sentía. Si él formaba parte de esa panda de locos tal vez fuera porque era uno de ellos también... ¿tal vez eso significaría que su hermana estaba también en el ajo? Puede que se te hubiese pasado por alto lo que dijo la peliblanca sobre eso... 

Las otras dos chicas no comentaron nada sobre sus palabras. La tal Misa desvió la mirada por primera vez preocupada mientras Nao te observaba con atención.

-¿Familia? Espera- Axel se quedó mirando a Adam con los ojos entrecerrados -¿Tu también tienes poderes?- En ese momento se dio cuenta de algo. -¿Donde está Astrid?- Le preguntó preocupado. Tal vez... la hubieran cogido. Pero entonces se habrían llevado a Adam tambíen. ¿Estaría a salvo?

-Mmmm- entrecierra los ojos mientras su cara toma un tono entre azul y verde, como si algo le angustiase o le doliese el estómago. -Sí... tengo poderes. Y Astrid también. Al parecer es algo de familia, aunque todavía no sabemos muy bien el por qué. 

Hizo un gesto con la mano quitándole importancia de nuevo -está perfectamente en la escuela donde vamos todos los "especiales". No queremos que nos hagan pruebas los científicos para su beneficio, ¿sabes? Al parecer mi pequeña hermanita quería quedarse para ayudar a un estudiante con alguna materia para los exámenes o no sé qué- puso los ojos en blanco. 

-Suponiendo que vendrías ya hablé con tus padres sobre la escuela. Ya sabes... les regalas los oídos con eso de "es la mejor escuela para sus estudios, es tan específica que casi no es conocida..." es suficiente para que digan que sí sin dudarlo. ¿Tú qué dices entonces? 

Las otras dos chicas también se quedaron calladas esperando a ver lo que decías. 

-¡¡Chicooooos~!! La comida está listaaaaaaa~

-Oportunos hasta el final...

Así que poderes... Bueno, al menos siempre tendría bebida fría a mano. Axel intentó verle el lado positivo. Solo quedaba ver si eran genéticos o no.

Por otro lado, estaba el tema de la escuela. En la que siempre había estado en secundaria, no tenía muy buena relación con sus compañeros. Todas las chicas peleándose y acosándole mientras que los chicos o bien le odiaban o bien intentaban aprovecharse de el. Tal vez no fuera mala idea el cambio.

Iba a responder cuando los llamaron.

-Si, siempre en el momento preciso. ¿Vamos?- Le preguntó a su primo. -Lo de cambiar de escuela... Tal vez este bien- Dejó caer.