Partida Rol por web

¡Oh vamos no me jodas! digo torciendo el gesto al ver a todos aquellos amarillos aparecer por la ventana ¿porque siempre tenéis que venir cuando estoy o comiendo o con una chica? ¿Tanto os cuesta esperar un poco más? ¡Si íbamos a ir a por vosotros de todas formas! Pues sabed que tengo hambre y odio disparar con hambre. No es porque dispare peor, sino porque tengo la costumbre de matar de la forma mas dolorosa posible. ¿Alguien quiere desayunar criadillas? pregunto al resto del grupo mientras hecho la mano a la espalda para coger el arco.

La muerte soluciona todos los problemas. No hay hombre, no hay problema.

Joseph Stalin

Bueno, ¿entonces quien quiere ser el primero en comprobar que fastidiarnos el desayuno ha sido una mala idea? pregunto bastante enfadado mientras pongo una flecha en el arco y repaso con la vista los posibles objetivos. Al menos había donde elegir utilicemos una herramienta de las sofisticadas y altamente efectivas para elegir el objetivo. Pinto, pinto, gorgorito donde vas tu tan bonito... según iba pasando de uno en uno cantando mentalmente encontré al objetivo ideal: uno de los chinos, al parecer el más torpe, aún estaba atravesando la ventana para entrar al despacho de Mike.

Como dijo el señor, los últimos serán los primeros y dicho esto dispare la flecha a la parte superior de la ventana. Concretamente a donde esta el mecanismo para subir y bajar la persiana, destrozándolo y haciendo que la persiana caiga sobre el chino dándole con fuerza en la cabeza y dejándolo completamente KO atrapado en la ventana y con medio cuerpo dentro y el otro medio fuera del despacho.

Svetlana sacó rápidamente una de sus armas con la derecha mientras con la mano zurda se hacía con un libro fino y de tapa blanda de la estantería, que lanzó a la cara al primer chino que se le acercó demasiado según su parecer.
- ¡Lee o morirás inculto! - le espetó con tono furioso.
Así, mientras el libro seguía impidiendo ver a su enemigo, teniéndolo aún en plena cara cual lector voraz, disparó el arma haciendo un bonito agujero en el ejemplar de papel y, a su vez, en la amarilla cara del desgraciado que pretendía joderle la mañana.

Svetlana y Ojo de Grulla, más rápidos que los chinos, que incluso os han pillado por sorpresa, se las ingenian para acabar con un par de ellos, que ya no darán más guerra.

No obstante, aún queda un buen montón de chinos cabreados...

Tony Hunter hace honer a su bien merecido apodo, y rápidamente, acaba con dos de los chinos que hay en la habitación, sin que puedan ni defenderse...

Los Extras deciden que va siendo hora de pasar a la acción, y al menos moverse o algo antes de que los masacren sin piedad.

Cuatro de ellos se lanzan con sus machetes a por Chuckie Sang. Tres de ellos fallan, y uno de ellos es tan torpe, que lanza un tajo a uno de los suyos que se cruza, dejándolo tieso en el suelo.

Tres sacan sus UZIs, y apuntan a Ojo de Grulla. Uno de ellos logra atravesar sus defensas, y una bala se incrusta en el hombro del arquero. Los otros dos fallan.

Otros cuatro sacan sus pistolas, y disparan a McCaine. Todos fallan, pero uno encaja una bala en el cráneo de uno de sus compañeros, dejándolo seco.

Otro trío sacan sus UZIs y hacen llover el plomo contra Svetlana, pero ninguno consigue darla.

Los dos restantes, machetes en mano, se lanzan a por Tormenta de Hostias. Uno ni siquiera le roza, y el otro decide que luchar contra semenjante tipo es demasiado, por lo que pone pies en polvorosa. Una pena que se empotre contra una librería que había detrás suya, haciendo que el jarrón que había encima se caiga en su cabeza, dejándolo K.O.

Estos pollos se pelan solos...

Svetlana siguió con la mirada a algunos de los chinos que se habían atrevido a intentar dispararla con sus armas, pero o la mujer era muy afortunada o aquellos tipos eran realmente malos con un arma de fuego entre manos... pensó casi divertida.

Se preparó para atacar de nuevo pero con el rabillo del ojo fue testigo de la que uno de los chinos, él solito, acababa de provocar estampándose con una estantería que Lana tenía cerca. Antes de apartarse a un lado consiguió alargar la mano, tomar una bola de nieve que atesoraba Mike y, dándole una patada como si fuera una pelota de tenis y su pie la raqueta, mandarla directa a la cara de uno de los chinos que había tratado de herirla.

El resultado fue un desparrame de agua y bolitas de poliespán mientras los cristales adornaban el rostro del enemigo, que ahora se iba a llevar la frase "Recuerdo de Hawaii" al otro barrio.

¡Auch! ¡Maldito chinorris, eso ha sido una muy mala idea! Te voy a enseñar como se hace le digo entre dientes al futuro fiambre mientras saco una flecha y la coloco en el arco. Con todo el trajetreo del combate y el fuego amigo el muy tonto se había colocado debajo de la lampara, así que decidí aprovecharme.

Tensé la cuerda y apunte directamente a la cabeza del chino. Este se quedo parado, esperando a que disparara para intentar esquivar la flecha de un salto. Pero en el ultimo momento antes de disparar apunte hacia arriba, directamente al enganche de la lampara con el techo. El chino se quedo tan flipado al verme disparar al techo que no voy el golpe hasta que fue demasiado tarde y la lampara le golpeo con tanta fuerza que casi lo convierte en una tortuga. Espero haberte iluminado con mi sabiduría pequeño saltamontes.

Svetlana, aunque no es su fuerte, decide defenderse a puñetazos de los atacantes. Pega un bofetón a uno de los en la cara, pero Svetlana no es un artista en el arte del bofetón, así que el chino sólo da un paso hacia atrás, y se lleva una mano a la cara.

Por otro lado, Ojo de Grulla dispara a lámpara para cargarse al chino. Esta cae, y no sólo acaba con el chino de Ojo de Grulla, sino con el de Svetlana, que cae de rebote por haber reculado. Que hubiese permanecido firme ante el puñetazo de la dama...

John, levantado del sofá como se encontraba, miró la manda de chinos que acababa de entrar y cómo sus compañeros estaban empezando a repartirles de lo lindo.

Joder, ¿hoy es día de lavandería y se me ha olvidado? preguntó mientras comenzaba a girarse y metía la mano bajo su camisa, agarrando la Desert Eagle de su sobaquera.

Al darse cuenta que uno de los amarillos trataba de acercarse a él por la espalda, disparó sin ni siquiera desenfundar el arma, haciéndo un agujero en la camisa.

De la misma, agarró la botella de Whiskie del suelo y la lanzó contra uno de los japos mientras disparaba contra la rodilla de un tercero.

¡Me cago en la puta, Mickey! exclamó. ¿Esta es tu idea de pasar una resaca?