Partida Rol por web

El forbidden se mueve velozmente a un costado y el disparo impacta en la puerta cerrada. Con la misma velocidad, el monstruo golpea a Styr con su espada, empujándolo hacia un estante con reliquias. Algunas caen al suelo haciendo ruido. 

-Parece que no eres tan bueno, humano. -se mofa el monstruo, moviendo la espada en su mano mientras flota en el aire.  

-Ese colgante te salvó la vida, mi amigo. -expone Magmard. -Ahora es cuestión de no desperdiciar esa oportunidad. Este lugar es algo pequeño para enfrentarte con él a los tiros. Mejor muévete hacia el hall o algo. 

Aprieto los dientes para no gritar por el dolor que me produce el espadazo, no quiero darle muestras de dolor a ese desagradable monstruo y además no me voy a quedar atrás.

Aprovecho que el monstruo se mueve a un lado debido a mi disparo para seguir el consejo de Magmard. Corro hacia la puerta, la abro y salgo de la habitación a toda prisa. - Cógeme sí puedes saco de huesos! Le digo al Forbidenn en tono burlón, retándolo arrogante, a pesar de que piense que soy un debilucho. 

Una vez en el pasillo medito mis opciones. ¿Podría ir a un lugar más amplio o podría sorprenderle aquí mismo? Rápidamente opto por lo segundo. Prepárate Magmard. 

Este monstruo me ha tocado la moral y quiero acabar con él lo más rápido que pueda, así que giro a la derecha y corro unos metros por el pasillo, lo suficiente para que Magmard pueda freír con su fuego a ese montón de calcio. Me giro mirando en dirección a la puerta y me preparo para invocar a Magmard en cuanto el monstruo rebase el cerco de la puerta, de forma que lo pille totalmente desprevenido.

-¡Gusano! -vociferó el monstruo cuando Styr salió por la puerta. Apenas dos segundos después, el forbidden sale por la puerta también y se asoma al pasillo, flotando sin dirección fija, buscando al SeeD. Parece creer que se dirigió hacia el salón principal. 

Cuando veo aparecer al monstruo través de la puerta me dispongo a invocar a Magmard. Espero que salga bien. Pienso no muy confiando al ser la primera vez que lo voy a hacer. ¡Adelante Magmard! Le digo mentalmente para que el Forbidden no se entere y le pille por sorpresa. Intento seguir mi instinto, aunque vagamente tengo recuerdos de un libro que leí como sobre hacerlo.

En cuanto siento que Magmard va a hacer su aparición grito al monstruo que parece irse en otra dirección. - ¡Estoy aquí! ¡Inútil! Lo llamo para que Magmard lo sorprenda con su ataque.

En el momento en que el forbidden comienza a girar su rostro, Magmard surge de Styr y le lanza un grupo de bolas de fuego a quemarropa. El grito de dolor del monstruo resuena en toda la mansión mientras éste es envuelto en llamas. Deja de flotar y toca el suelo agitandose. Entonces, emprende una veloz carrera hacia Styr y lo toma del cuello. El SeeD puede sentir las manos huesudas ardiendo, a la vez que siente drenadas sus energías. 

-¡mmaLdITo mOcOSo! -grita el monstruo. 

El ataque de Magmard es perfecto y parece hacer mella en el esqueleto, sin embargo, su reacción rabiosa me pilla por sorpresa. - ¡Aggghh! Grito al sentir sus ardientes manos en mi cuello. No sé muy bien que me hace, pero mis fuerzas empiezan a flaquear. Hago un esfuerzo por levantar a "Big Black" y apuntarle a la barbilla, ahora mismo me tiene por completo, pero me deja la oportunidad de un disparo a bocajarro. Supongo que la cabeza de un esqueleto no será un punto débil como si fuese un humano, pero no tengo muchas más opciones.

Aprieto el gatillo sin pensarlo dos veces e intento a aprovechar el impacto de la bala para darle un manotazo con mi otra mano al brazo que me sujeta y así poder liberarme, necesito poner distancia para poder controlar la pelea.

El impacto del disparo le revienta la mandíbula y lo hace soltar al SeeD, permitiendo que Styr se aleje. Aturdido, el forbidden flota erráticamente en el aire con la mandíbula fuera de lugar y las marcas de la quemadura. Si no daba miedo antes, ahora sí lo hacía. 

-Ese huesudo te estaba robando la energía-señala Magmard. 

Atraída por los gritos, la mucama del Sr. Richford se asoma a la escena. Ni lento ni perezoso, el forbidden vuela hacia ella y comienza a extraer su energía, tomándola con la mano del rostro. La mujer patalea inútilmente intentando liberarse. 

-Debemos evitar que siga usando esa maldita magia- indica el GF. 

Siento alivio al liberarme de las garras de ese monstruo. Me alejo lo suficiente para tener unos segundos para llevar a cabo mi plan y Magmard parece haber llegado a la misma conclusión que yo. Lo sé, pero como comprenderás antes estaba un poco limitado. Respondo a mi guardián mientras saco una bala de silencio y la cargo en el tambor del revolver. 

Justo en el momento que voy a alzar a "Big Black" de nuevo, aparece una sirvienta y el forbidden se lanza a por ella. ¡Mierda! ¡Será tonta! ¿Para qué sale? Pienso mientras apunto al monstruo de nuevo. - ¡Tu rival soy yo estúpido esqueleto! Le grito mientras aprieto el gatillo para captar su atención y con suerte suelta a la mujer.

Mientras sostiene a la mujer, una parte de su cuerpo comienza a regenerarse. El disparo vuela hacia el esqueleto y le impacta en un costado. El monstruo suelta a la mujer y enfrenta a Styr. Con un gesto, extiende la mano hacia el Seed y dispara....nada. El monstruo se mira la mano sorprendido. Aunque quizás el aspecto de sorprendido surja también por su mandíbula fuera de lugar. 

-¡Jah! Qué feo que te pase eso.-reflexionaba Magmard, que sabía lo que se sentía. 

¡Bien! Celebro internamente al ver que ha funcionado igual de bien que en mi lucha contra magmard, cosa que el también se encarga de recordar. 

No pierdo tiempo y ordeno a la señora que huya. - ¡Vuelva a su habitación! Y no vuelva a salir. 

Observo al Forbidden contrariado por lo ocurrido y pienso en como afrontar el resto del combate. Me noto cansado y me planteo recuperar fuerzas, sin embargo, él también debe estarlo dado su afán por robar energía a todo lo que pilla, así que mejor darle el golpe de gracia. Es tu turno de nuevo Magmard. ¡Termina con él! Le digo mientras me concentro para invocarlo. Apunta bien no salpiques a la mucama...

Adepto a seguir las indicaciones de Styr, Magmard sale y lanza sólo una bola de magma hacia el esqueleto. El ataque le golpea el cuerpo y éste se desintegra. -¡Booya!-grita Magmard, victorioso. 

-Gracias...-exhala la criada tumbada en el suelo. 

-Deberíamos devolver el alma de ese humano a su cuerpo en cuanto podamos-señala el GF. 

- ¡Genial! Felicito al guardián cuando la bola de fuego impacta sobre el Forbidden y cuando empieza a desintegrarse no dudo en felicitarle visiblemente emocionado. - ¡Gran impacto! ¡Qué potencia! Alucino con el poder de Magmard, no sé que hubiera podido hacer ante semejante monstruo sin él. En cuanto desaparece y vuelve a mi cuerpo vuelvo a dirigirme a él mentalmente. Te has ganado un merecido descanso amigo, muchas gracias.

Respiro aliviado unos segundos cuando todo vuelve a la normalidad y haciendo caso al consejo de Magmard, me acerco a la sirvienta para ponerme a ello. - De nada, váyase a la cama a descansar, le va a hacer falta. Le digo con seriedad pero ayudándola a levantarse del suelo amablemente. - Pero antes, dígame dónde está el cadáver del mayordomo.

-¿Cadaver? -pregunta confundida la mujer. Luego de unos pocos segundos, reacciona y le informa. -Si se refiere al mayordomo, se encuentra en la habitación de huéspedes. La contigua a donde usted se estaba quedando. 

Con timidez, el Sr. Richford se acerca a la escena. -¿Y-ya terminó todo?-inquiere con cautela. 

Cuando voy a salir corriendo hacia la sala de reliquias a buscar a la llama que es el alma del mayordomo, aparece el Sr. Richford, igualmente no me detengo mucho en contestar, lo hago con un tono serio y contundente, pues no me ha gustado que irrumpieran en medio de la noche exponiéndose al peligro. - Esperemos que sí. Lo mejor será que vuelvan a sus habitaciones hasta que yo les avise.  Dicho eso me dirijo a la sala de reliquias a buscar el alma del mayordomo con la mayor celeridad.

El Sr. Richford asiente y se hace a un lado. Pronto, Styr llega hasta el pequeño fuego fatuo que es el alma del mayordomo. Al intentar tocarla con la mano, ésta se escurre simplemente entre los dedos del SeeD. 

-Déjame intentarlo, soy más parecido a un alma. -comenta Magmard. Styr puede ver que la mano fantasmagórica de Magmard sale de la suya y manipula con cuidado el pequeño fuego. 

-Nnnghh....es díficil...hagamos....prisa.-susurra el GF. 

Me resulta extraña la sensación de querer agarrar algo y no poder, afortunadamente Magmard si es capaz de ello. - ¡Ya voy! ¡Ya voy! Digo en voz alta por las prisas, a pesar de estar hablando solo con Magmard.

Sin perder ni un segundo me dirijo lo más deprisa que puedo a la habitación que me ha indicado la mucama, con la esperanza de poder devolver el alma al mayordomo y que de verdad toda esta extraña historia termine al fin.

Finalmente Styr llega a la habitación donde se encuentra el mayordomo. Efectivamente se encuentra en un estado vegetativo. Cuando Styr y Magmard acercan la pequeña llama azul al cuerpo, ésta se mete y el color parece volver al cuerpo del hombre. Con un jadeo, abre los ojos y despierta. 

-¿Q-qué? ¿D-dónde...? ¿Qué pasó...?-pregunta con voz ronca el hombre. 

Mientras tanto, Styr puede escuchar a Magmard jadear en su interior. Probablemente los esfuerzos del día dejaron agotado al GF. 

Al ver despertar al mayordomo respiro aliviado. - Menos mal. Digo en voz alta sin asumir todavía que el hombre ya puede escucharme. Mi gesto serio permanece impertérrito a pesar de que al final todo haya salido bien. Contesto al hombre con serenidad. - No se preocupe, ya le explicaran lo sucedido más adelante. Lo importante ahora es que está bien. Me giro de nuevo y antes de salir de la habitación me dirijo al hombre de nuevo. - No se mueva, voy a buscar a alguien que pueda encargarse de usted hasta que se recupere del todo. 

Salgo de la habitación y vuelvo para buscar a la mucama y al Sr. Richford y explicarles lo sucedido. Por el camino agradezco a Magmard por todo su esfuerzo. Muchas gracias por el esfuerzo amigo. Es hora de que descanses, te noto bastante agotado. Me muestro compresivo con su estado tras toda la ayuda que me ha prestado esta noche.